Día 05
Los Pactos
La principal manera como la Biblia de habla acerca de la relación de Dios con la humanidad es usando la imagen de una asociación. Este video traza la forma en que Dios entró en una serie de relaciones formales con varios asociados humanos para así rescatar al mundo a través de Jesús, el máximo asociado del pacto.
Génesis 16
Sarai y Agar
Gén 16:1
Agar e Ismael
Saray, la esposa de Abram, no le había dado hijos. Pero como tenía una esclava egipcia llamada Agar,
Gén 16:2 Saray le dijo a Abram: —El SEÑOR me ha hecho estéril. Por lo tanto, ve y acuéstate con mi esclava Agar. Tal vez por medio de ella podré tener hijos. Abram aceptó la propuesta que le hizo Saray.
Gén 16:3 Entonces ella tomó a Agar, la esclava egipcia, y se la entregó a Abram como mujer. Esto ocurrió cuando ya hacía diez años que Abram vivía en Canaán.
Gén 16:4 Abram tuvo relaciones con Agar, y ella concibió un hijo. Al darse cuenta Agar de que estaba embarazada, comenzó a mirar con desprecio a su dueña.
Gén 16:5 Entonces Saray le dijo a Abram: —¡Tú tienes la culpa de mi afrenta! Yo puse a mi esclava en tus brazos, y ahora que se ve embarazada me mira con desprecio. ¡Que el SEÑOR juzgue entre tú y yo!
Gén 16:6 —Tu esclava está en tus manos —contestó Abram—; haz con ella lo que bien te parezca. Y de tal manera comenzó Saray a maltratar a Agar, que ésta huyó al desierto.
Gén 16:7 Allí, junto a un manantial que está en el camino a la región de Sur, la encontró el ángel del SEÑOR
Gén 16:8 y le preguntó: —Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas? —Estoy huyendo de mi dueña Saray —respondió ella.
Gén 16:9 —Vuelve junto a ella y sométete a su autoridad —le dijo el ángel—.
Gén 16:10 De tal manera multiplicaré tu descendencia, que no se podrá contar.
Gén 16:11 »Estás embarazada, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Ismael,[a] porque el SEÑOR ha escuchado tu aflicción.
Gén 16:12 Será un hombre indómito como asno salvaje. Luchará contra todos, y todos lucharán contra él; y vivirá en conflicto con todos sus hermanos.
Gén 16:13 Como el SEÑOR le había hablado, Agar le puso por nombre «El Dios que me ve»,[b] pues se decía: «Ahora he visto al[c] que me ve.»
Gén 16:14 Por eso también el pozo que está entre Cades y Béred se conoce con el nombre de «Pozo del Viviente que me ve».[d]
Gén 16:15 Agar le dio a Abram un hijo, a quien Abram llamó Ismael.
Gén 16:16 Abram tenía ochenta y seis años cuando nació Ismael.
Génesis 17
Abraham y el pacto de la circuncisión
Gén 17:1
El pacto y la circuncisión
Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el SEÑOR se le apareció y le dijo: —Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive en mi presencia y sé intachable.
Gén 17:2 Así confirmaré mi pacto contigo, y multiplicaré tu descendencia en gran manera.
Gén 17:3 Al oír que Dios le hablaba, Abram cayó rostro en tierra, y Dios continuó:
Gén 17:4 —Éste es el pacto que establezco contigo: Tú serás el padre de una multitud de naciones.
Gén 17:5 Ya no te llamarás Abram,[a] sino que de ahora en adelante tu nombre será Abraham,[b] porque te he confirmado como padre de una multitud de naciones.
Gén 17:6 Te haré tan fecundo que de ti saldrán reyes y naciones.
Gén 17:7 Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto perpetuo, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios, y el Dios de tus descendientes.
Gén 17:8 A ti y a tu descendencia les daré, en posesión perpetua, toda la tierra de Canaán, donde ahora andan peregrinando. Y yo seré su Dios.
Gén 17:9 Dios también le dijo a Abraham: —Cumple con mi pacto, tú y toda tu descendencia, por todas las generaciones.
Gén 17:10 Y éste es el pacto que establezco contigo y con tu descendencia, y que todos deberán cumplir: Todos los varones entre ustedes deberán ser circuncidados.
Gén 17:11 Circuncidarán la carne de su prepucio, y ésa será la señal del pacto entre nosotros.
Gén 17:12 Todos los varones de cada generación deberán ser circuncidados a los ocho días de nacidos, tanto los niños nacidos en casa como los que hayan sido comprados por dinero a un extranjero y que, por lo tanto, no sean de la estirpe de ustedes.
Gén 17:13 Todos sin excepción, tanto el nacido en casa como el que haya sido comprado por dinero, deberán ser circuncidados. De esta manera mi pacto quedará como una marca indeleble en la carne de ustedes, como un pacto perpetuo.
Gén 17:14 Pero el varón incircunciso, al que no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por quebrantar mi pacto.
Prometido el nacimiento de Isaac
Gén 17:15 También le dijo Dios a Abraham: —A Saray, tu esposa, ya no la llamarás Saray, sino que su nombre será Sara.[c]
Gén 17:16 Yo la bendeciré, y por medio de ella te daré un hijo. Tanto la bendeciré, que será madre de naciones, y de ella surgirán reyes de pueblos.
Gén 17:17 Entonces Abraham inclinó el rostro hasta el suelo y se rió de pensar: «¿Acaso puede un hombre tener un hijo a los cien años, y ser madre Sara a los noventa?»
Gén 17:18 Por eso le dijo a Dios: —¡Concédele a Ismael vivir bajo tu bendición!
Gén 17:19 A lo que Dios contestó: —¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac![d] Yo estableceré mi pacto con él y con sus descendientes, como pacto perpetuo.
Gén 17:20 En cuanto a Ismael, ya te he escuchado. Yo lo bendeciré, lo haré fecundo y le daré una descendencia numerosa. Él será el padre de doce príncipes. Haré de él una nación muy grande.
Gén 17:21 Pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el hijo que te dará Sara de aquí a un año, por estos días.
Gén 17:22 Cuando Dios terminó de hablar con Abraham, se retiró de su presencia.
Gén 17:23 Ese mismo día Abraham tomó a su hijo Ismael, a los criados nacidos en su casa, a los que había comprado con su dinero y a todos los otros varones que había en su casa, y los circuncidó, tal como Dios se lo había mandado.
Gén 17:24 Abraham tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado,
Gén 17:25 mientras que su hijo Ismael tenía trece.
Gén 17:26 Así que ambos fueron circuncidados el mismo día
Gén 17:27 junto con todos los varones de su casa, tanto los nacidos en ella como los comprados a extranjeros.
Génesis 18
Gén 18:1
La visita del SEÑOR
El SEÑOR se le apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, cuando Abraham estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora más calurosa del día.
Gén 18:2 Abraham alzó la vista, y vio a tres hombres de pie cerca de él. Al verlos, corrió desde la entrada de la carpa a saludarlos. Inclinándose hasta el suelo,
Gén 18:3 dijo: —Mi señor, si este servidor suyo cuenta con su favor, le ruego que no me pase de largo.
Gén 18:4 Haré que les traigan un poco de agua para que ustedes se laven los pies, y luego podrán descansar bajo el árbol.
Gén 18:5 Ya que han pasado por donde está su servidor, déjenme traerles algo de comer para que se sientan mejor antes de seguir su camino. —¡Está bien —respondieron ellos—, hazlo así!
Gén 18:6 Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara, y le dijo: —¡Date prisa! Toma unos veinte kilos[a] de harina fina, amásalos y haz unos panes.
Gén 18:7 Después Abraham fue corriendo adonde estaba el ganado, eligió un ternero bueno y tierno, y se lo dio a su sirviente, quien a toda prisa se puso a prepararlo.
Gén 18:8 Luego les sirvió requesón y leche con el ternero que estaba preparado. Mientras comían, Abraham se quedó de pie junto a ellos, debajo del árbol.
Gén 18:9 Entonces ellos le preguntaron: —¿Dónde está Sara, tu esposa? —Allí en la carpa —les respondió.
Gén 18:10 —Dentro de un año volveré a verte —dijo uno de ellos—, y para entonces tu esposa Sara tendrá un hijo. Sara estaba escuchando a la entrada de la carpa, a espaldas del que hablaba.
Gén 18:11 Abraham y Sara eran ya bastante ancianos, y Sara ya había dejado de menstruar.
Gén 18:12 Por eso, Sara se rió y pensó: «¿Acaso voy a tener este placer, ahora que ya estoy consumida y mi esposo es tan viejo?»
Gén 18:13 Pero el SEÑOR le dijo a Abraham: —¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que podrá tener un hijo en su vejez?
Gén 18:14 ¿Acaso hay algo imposible para el SEÑOR? El año que viene volveré a visitarte en esta fecha, y para entonces Sara habrá tenido un hijo.
Gén 18:15 Sara, por su parte, tuvo miedo y mintió al decirle: —Yo no me estaba riendo. Pero el SEÑOR le replicó: —Sí te reíste.
Gén 18:16
Abraham intercede en favor de Sodoma
Luego aquellos visitantes se levantaron y partieron de allí en dirección a Sodoma. Abraham los acompañó para despedirlos.
Gén 18:17 Pero el SEÑOR estaba pensando: «¿Le ocultaré a Abraham lo que estoy por hacer?
Gén 18:18 Es un hecho que Abraham se convertirá en una nación grande y poderosa, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra.
Gén 18:19 Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del SEÑOR y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el SEÑOR cumplirá lo que le ha prometido.»
Gén 18:20 Entonces el SEÑOR le dijo a Abraham: —El clamor contra Sodoma y Gomorra resulta ya insoportable, y su pecado es gravísimo.
Gén 18:21 Por eso bajaré, a ver si realmente sus acciones son tan malas como el clamor contra ellas me lo indica; y si no, he de saberlo.
Abraham intercede por Sodoma
Gén 18:22 Dos de los visitantes partieron de allí y se encaminaron a Sodoma, pero Abraham se quedó de pie frente al SEÑOR.
Gén 18:23 Entonces se acercó al SEÑOR y le dijo: —¿De veras vas a exterminar al justo junto con el malvado?
Gén 18:24 Quizá haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Exterminarás a todos, y no perdonarás a ese lugar por amor a los cincuenta justos que allí hay?
Gén 18:25 ¡Lejos de ti el hacer tal cosa! ¿Matar al justo junto con el malvado, y que ambos sean tratados de la misma manera? ¡Jamás hagas tal cosa! Tú, que eres el Juez de toda la tierra, ¿no harás justicia?
Gén 18:26 El SEÑOR le respondió: —Si encuentro cincuenta justos en Sodoma, por ellos perdonaré a toda la ciudad.
Gén 18:27 Abraham le dijo: —Reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi SEÑOR, yo, que apenas soy polvo y ceniza.
Gén 18:28 Pero tal vez falten cinco justos para completar los cincuenta. ¿Destruirás a toda la ciudad si faltan esos cinco? —Si encuentro cuarenta y cinco justos no la destruiré —contestó el SEÑOR.
Gén 18:29 Pero Abraham insistió: —Tal vez se encuentren sólo cuarenta. —Por esos cuarenta justos, no destruiré la ciudad —respondió el SEÑOR.
Gén 18:30 Abraham volvió a insistir: —No se enoje mi SEÑOR, pero permítame seguir hablando. Tal vez se encuentren sólo treinta. —No lo haré si encuentro allí a esos treinta —contestó el SEÑOR.
Gén 18:31 Abraham siguió insistiendo: —Sé que he sido muy atrevido en hablarle así a mi SEÑOR, pero tal vez se encuentren sólo veinte. —Por esos veinte no la destruiré.
Gén 18:32 Abraham volvió a decir: —No se enoje mi SEÑOR, pero permítame hablar una vez más. Tal vez se encuentren sólo diez... —Aun por esos diez no la destruiré —respondió el SEÑOR por última vez.
Gén 18:33 Cuando el SEÑOR terminó de hablar con Abraham, se fue de allí, y Abraham regresó a su carpa.
Salmo 5
Guíame en tu justicia
Sal 5:1
Al director musical. Acompáñese con flautas. Salmo de David.
Atiende, SEÑOR, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos.
Sal 5:2 Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria.
Sal 5:3 Por la mañana, SEÑOR, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.
Sal 5:4 Tú no eres un Dios que se complazca en lo malo; a tu lado no tienen cabida los malvados.
Sal 5:5 No hay lugar en tu presencia para los altivos, pues aborreces a los malhechores.
Sal 5:6 Tú destruyes a los mentirosos y aborreces a los tramposos y asesinos.
Sal 5:7 Pero yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa; puedo postrarme reverente hacia tu santo templo.
Sal 5:8 SEÑOR, por causa de mis enemigos, dirígeme en tu justicia; empareja delante de mí tu senda.
Sal 5:9 En sus palabras no hay sinceridad; en su interior sólo hay corrupción. Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños.
Sal 5:10 ¡Condénalos, oh Dios! ¡Que caigan por sus propias intrigas! ¡Recházalos por la multitud de sus crímenes, porque se han rebelado contra ti!
Sal 5:11 Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre.
Sal 5:12 Porque tú, SEÑOR, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.