Día 83

07 El Auge y Caída del Reino de Israel

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1 Samuel 18

La amistad de David y Jonatán

1Sa 18:1

Envidia de Saúl

Una vez que David y Saúl terminaron de hablar, Saúl tomó a David a su servicio y, desde ese día, no lo dejó volver a la casa de su padre.

1Sa 18:2 Jonatán, por su parte, entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo.

1Sa 18:3 Tanto lo quería, que hizo un pacto con él:

1Sa 18:4 Se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David; también le dio su túnica, y aun su espada, su arco y su cinturón.

1Sa 18:5 Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito, de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la aprobación de los soldados de Saúl y hasta de sus oficiales.

Saúl tiene celos de David

1Sa 18:6 Ahora bien, cuando el ejército regresó, después de haber matado David al filisteo, de todos los pueblos de Israel salían mujeres a recibir al rey Saúl. Al son de liras y panderetas, cantaban y bailaban,

1Sa 18:7 y exclamaban con gran regocijo: «Saúl destruyó a un ejército, ¡pero David aniquiló a diez!»

1Sa 18:8 Disgustado por lo que decían, Saúl se enfureció y protestó: «A David le dan crédito por diez ejércitos, pero a mí por uno solo. ¡Lo único que falta es que le den el reino!»

1Sa 18:9 Y a partir de esa ocasión, Saúl empezó a mirar a David con recelo.

1Sa 18:10 Al día siguiente, el espíritu maligno de parte de Dios se apoderó de Saúl, quien cayó en trance en su propio palacio. Andaba con una lanza en la mano y, mientras David tocaba el arpa, como era su costumbre,

1Sa 18:11 Saúl se la arrojó, pensando: «¡A éste lo clavo en la pared!» Dos veces lo intentó, pero David logró esquivar la lanza.

1Sa 18:12 Saúl sabía que el SEÑOR lo había abandonado, y que ahora estaba con David. Por eso tuvo temor de David

1Sa 18:13 y lo alejó de su presencia, nombrándolo jefe de mil soldados para que dirigiera al ejército en campaña.

1Sa 18:14 David tuvo éxito en todas sus expediciones, porque el SEÑOR estaba con él.

1Sa 18:15 Al ver el éxito de David, Saúl se llenó de temor.

1Sa 18:16 Pero todos en Israel y Judá sentían gran aprecio por David, porque él los dirigía en campaña.

David se casa con Mical

1Sa 18:17 Un día Saúl le dijo a David: —Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Te la entrego por esposa, con la condición de que me sirvas con valentía, peleando las batallas del SEÑOR. Saúl pensaba: «Será mejor que no muera por mi mano, sino a mano de los filisteos.»

1Sa 18:18 Pero David le respondió: —¿Quién soy yo? ¿Y quiénes son en Israel mis parientes, o la familia de mi padre, para que yo me convierta en yerno del rey?

1Sa 18:19 Sin embargo, cuando llegó la fecha en que Saúl había de casar a su hija Merab con David, Saúl se la entregó por esposa a Adriel de Mejolá.

1Sa 18:20 Mical, la otra hija de Saúl, se enamoró de David. Cuando se lo dijeron a Saúl, le agradó la noticia

1Sa 18:21 y pensó: «Se la entregaré a él, como una trampa para que caiga en manos de los filisteos.» Así que volvió a decirle a David: —Ahora sí vas a ser mi yerno.

1Sa 18:22 Entonces Saúl ordenó a sus funcionarios: —Hablen con David en privado y díganle: “Oye, el rey te aprecia, y todos sus funcionarios te quieren. Acepta ser su yerno.”

1Sa 18:23 Esto se lo repitieron a David, pero él respondió: —¿Creen que es cosa fácil ser yerno del rey? ¡Yo no soy más que un plebeyo insignificante!

1Sa 18:24 Los funcionarios le comunicaron a Saúl la reacción de David.

1Sa 18:25 Pero Saúl insistió: —Díganle a David: “Lo único que el rey quiere es vengarse de sus enemigos, y como dote por su hija pide cien prepucios de filisteos.” En realidad, lo que Saúl quería era que David cayera en manos de los filisteos.

1Sa 18:26 Cuando los funcionarios de Saúl le dieron el mensaje a David, no le pareció mala la idea de convertirse en yerno del rey. Aún no se había cumplido el plazo

1Sa 18:27 cuando David fue con sus soldados y mató a doscientos filisteos, cuyos prepucios entregó al rey para convertirse en su yerno. Así fue como Saúl le dio la mano de su hija Mical.

1Sa 18:28 Saúl se dio cuenta de que, en efecto, el SEÑOR estaba con David, y de que su hija Mical lo amaba.

1Sa 18:29 Por eso aumentó el temor que Saúl sentía por David, y se convirtió en su enemigo por el resto de su vida.

1Sa 18:30 Además, cada vez que los jefes filisteos salían a campaña, David los enfrentaba con más éxito que los otros oficiales de Saúl. Por eso llegó a ser muy famoso.

1 Samuel 19

Saúl intenta matar a David

1Sa 19:1

Saúl intenta matar a David

Saúl les comunicó a su hijo Jonatán y a todos sus funcionarios su decisión de matar[a] a David. Pero como Jonatán le tenía tanto afecto a David,

1Sa 19:2 le advirtió: «Mi padre Saúl está buscando una oportunidad para matarte. Así que ten mucho cuidado mañana; escóndete en algún sitio seguro, y quédate allí.

1Sa 19:3 Yo saldré con mi padre al campo donde tú estés, y le hablaré de ti. Cuando averigüe lo que pasa, te lo haré saber.»

1Sa 19:4 Jonatán le habló a su padre Saúl en favor de David: —¡No vaya Su Majestad a hacerle daño a su siervo David! —le rogó—. Él no le ha hecho ningún mal; al contrario, lo que ha hecho ha sido de gran beneficio para Su Majestad.

1Sa 19:5 Para matar al filisteo arriesgó su propia vida, y el SEÑOR le dio una gran victoria a todo Israel. Su Majestad mismo lo vio y se alegró. ¿Por qué ha de hacerle daño a un inocente y matar a David sin motivo?

1Sa 19:6 Saúl le hizo caso a Jonatán, y exclamó: —Tan cierto como que el SEÑOR vive, te juro que David no morirá.

1Sa 19:7 Entonces Jonatán llamó a David y, después de contarle toda la conversación, lo llevó ante Saúl para que estuviera a su servicio como antes.

1Sa 19:8 Volvió a estallar la guerra. David salió a pelear contra los filisteos, y los combatió con tal violencia que tuvieron que huir.

1Sa 19:9 Sin embargo, un espíritu maligno de parte del SEÑOR se apoderó de Saúl. Estaba sentado en el palacio, con una lanza en la mano. Mientras David tocaba el arpa,

1Sa 19:10 intentó clavarlo en la pared con la lanza, pero David esquivó el golpe de Saúl, de modo que la lanza quedó clavada en la pared. Esa misma noche David se dio a la fuga.

1Sa 19:11 Entonces Saúl mandó a varios hombres a casa de David, para que lo vigilaran durante la noche y lo mataran al día siguiente. Pero Mical, la esposa de David, le advirtió: «Si no te pones a salvo esta noche, mañana serás hombre muerto.»

1Sa 19:12 En seguida ella descolgó a David por la ventana, y así él pudo escapar.

1Sa 19:13 Luego Mical tomó un ídolo[b] y lo puso en la cama con un tejido de pelo de cabra en la cabeza, y lo cubrió con una sábana.

1Sa 19:14 Cuando Saúl mandó a los hombres para apresar a David, Mical les dijo: «Está enfermo.»

1Sa 19:15 Pero Saúl los mandó de nuevo a buscar a David: «Aunque esté en cama, ¡tráiganmelo aquí para matarlo!»

1Sa 19:16 Al entrar en la casa, los hombres vieron que lo que estaba en la cama era un ídolo, con un tejido de pelo de cabra en la cabeza.

1Sa 19:17 Entonces Saúl le reclamó a Mical: —¿Por qué me has engañado así? ¿Por qué dejaste escapar a mi enemigo? Ella respondió: —Él me amenazó con matarme si no lo dejaba escapar.

1Sa 19:18 Después de huir y ponerse a salvo, David fue a Ramá para ver a Samuel y contarle todo lo que Saúl le había hecho. Entonces los dos se fueron a vivir a Nayot.

1Sa 19:19 Cuando Saúl se enteró de que David estaba en Nayot de Ramá,

1Sa 19:20 mandó a sus hombres para que lo apresaran. Pero se encontraron con un grupo de profetas, dirigidos por Samuel, que estaban profetizando. Entonces el Espíritu de Dios vino con poder sobre los hombres de Saúl, y también ellos cayeron en trance profético.

1Sa 19:21 Al oír la noticia, Saúl envió otro grupo, pero ellos también cayeron en trance. Luego mandó un tercer grupo, y les pasó lo mismo.

1Sa 19:22 Por fin, Saúl en persona fue a Ramá y llegó al gran pozo que está en Secú. —¿Dónde están Samuel y David? —preguntó. —En Nayot de Ramá —alguien le respondió.

1Sa 19:23 Saúl se dirigió entonces hacia allá, pero el Espíritu de Dios vino con poder también sobre él, y Saúl estuvo en trance profético por todo el camino, hasta llegar a Nayot de Ramá.

1Sa 19:24 Luego se quitó la ropa y, desnudo y en el suelo, estuvo en trance en presencia de Samuel todo el día y toda la noche. De ahí viene el dicho: «¿Acaso también Saúl es uno de los profetas?»

1 Samuel 20

Jonatán advierte a David

1Sa 20:1

David y Jonatán

David huyó de Nayot de Ramá y fue adonde estaba Jonatán. —¿Qué he hecho yo? —le preguntó—. ¿Qué crimen o delito he cometido contra tu padre, para que él quiera matarme?

1Sa 20:2 —¿Morir tú? ¡De ninguna manera! —respondió Jonatán—. Mi padre no hace nada, por insignificante que sea, sin que me lo diga. ¿Por qué me lo habría de ocultar? ¡Eso no es posible!

1Sa 20:3 Pero David juró y perjuró: —Tu padre sabe muy bien que tú me estimas, así que seguramente habrá pensado: “Jonatán no debe enterarse, para que no se disguste.” Pero tan cierto como que el SEÑOR y tú viven, te aseguro que estoy a un paso de la muerte.

1Sa 20:4 —Dime qué quieres que haga, y lo haré —le respondió Jonatán.

1Sa 20:5 —Sabes —dijo David—, mañana es la fiesta de luna nueva, y se supone que yo debo sentarme a la mesa para comer con el rey. Pues bien, deja que me esconda en el campo hasta pasado mañana por la tarde.

1Sa 20:6 Si tu padre me extraña, dile que yo insistí en que me dejaras ir en seguida a Belén, mi pueblo, pues toda mi familia estaba reunida allá para celebrar su sacrificio anual.

1Sa 20:7 Si él responde que está bien, entonces no corro ningún peligro. Pero si se enfurece, con eso sabrás que ha decidido acabar conmigo.

1Sa 20:8 Ya que en presencia del SEÑOR has hecho un pacto conmigo, que soy tu servidor, te ruego que me seas leal. Si me consideras culpable, no hace falta que me entregues a tu padre; ¡mátame tú mismo!

1Sa 20:9 —¡No digas tal cosa! —exclamó Jonatán—. Si llegara a enterarme de que mi padre ha decidido hacerte algún daño, ¿no crees que te lo diría?

1Sa 20:10 David le preguntó: —Si tu padre te responde de mal modo, ¿quién me lo hará saber?

1Sa 20:11 Por toda respuesta, Jonatán invitó a David a salir al campo. Una vez allí,

1Sa 20:12 le dijo: —David, te juro por el SEÑOR, Dios de Israel, que a más tardar pasado mañana a esta hora averiguaré lo que piensa mi padre. Si no corres peligro, de alguna manera te lo haré saber.

1Sa 20:13 Pero si mi padre intenta hacerte daño, y yo no te aviso para que puedas escapar, ¡que el SEÑOR me castigue sin piedad, y que esté contigo como estuvo con mi padre!

1Sa 20:14 Y si todavía estoy vivo cuando el SEÑOR te muestre su bondad, te pido que también tú seas bondadoso conmigo y no dejes que me maten.

1Sa 20:15 ¡Nunca dejes de ser bondadoso con mi familia, aun cuando el SEÑOR borre de la faz de la tierra a todos tus enemigos!

1Sa 20:16 ¡Que el SEÑOR pida cuentas de esto a tus enemigos! De ese modo Jonatán hizo un pacto con la familia de David,

1Sa 20:17 pues quería a David como a sí mismo. Por ese cariño que le tenía, le pidió a David confirmar el pacto bajo juramento.

1Sa 20:18 Además le dijo: —Mañana es la fiesta de luna nueva. Cuando vean tu asiento desocupado, te van a extrañar.

1Sa 20:19 Pasado mañana, sin falta, ve adonde te escondiste la otra vez, y quédate junto a la piedra de Ézel.

1Sa 20:20 Yo fingiré estar tirando al blanco y lanzaré tres flechas en esa dirección.

1Sa 20:21 Entonces le diré a uno de mis criados que vaya a buscarlas. Si le digo: “Mira, las flechas están más acá, recógelas” ; eso querrá decir que no hay peligro y podrás salir sin ninguna preocupación. ¡Tan cierto como que el SEÑOR vive!

1Sa 20:22 Pero si le digo: “Mira, las flechas están más allá”, eso querrá decir que el SEÑOR quiere que te vayas, así que ¡escápate!

1Sa 20:23 ¡Que el SEÑOR sea siempre testigo del juramento que tú y yo nos hemos hecho!

1Sa 20:24 David se escondió en el campo. Cuando llegó la fiesta de luna nueva, el rey se sentó a la mesa para comer

1Sa 20:25 ocupando, como de costumbre, el puesto junto a la pared. Jonatán se sentó enfrente,[a] mientras que Abner se acomodó a un lado de Saúl. El asiento de David quedó desocupado.

1Sa 20:26 Ese día Saúl no dijo nada, pues pensó: «Algo le habrá pasado a David, que lo dejó ritualmente impuro, y seguramente no pudo purificarse.»

1Sa 20:27 Pero como al día siguiente, que era el segundo del mes, el puesto de David seguía desocupado, Saúl le preguntó a Jonatán: —¿Cómo es que ni ayer ni hoy vino el hijo de Isaí a la comida?

1Sa 20:28 Jonatán respondió: —David me insistió en que le diera permiso para ir a Belén.

1Sa 20:29 Me dijo: “Por favor, déjame ir. Mi familia va a celebrar el sacrificio anual en nuestro pueblo, y mi hermano me ha ordenado que vaya. Hazme este favor, y permite que me dé una escapada para ver a mis hermanos.” Por eso es que David no se ha sentado a comer con Su Majestad.

1Sa 20:30 Al oír esto, Saúl se enfureció con Jonatán. —¡Hijo de mala madre! —exclamó—. ¿Crees que no sé que eres muy amigo del hijo de Isaí, para vergüenza tuya y de tu desgraciada madre?

1Sa 20:31 Mientras el hijo de Isaí viva en esta tierra, ¡ni tú ni tu reino estarán seguros! Así que manda a buscarlo, y tráemelo, pues está condenado a morir.

1Sa 20:32 —¿Y por qué ha de morir? —le reclamó Jonatán—. ¿Qué mal ha hecho?

1Sa 20:33 Por toda respuesta, Saúl le arrojó su lanza para herirlo. Así Jonatán se convenció de que su padre estaba decidido a matar a David.

1Sa 20:34 Enfurecido, Jonatán se levantó de la mesa y no quiso tomar parte en la comida del segundo día de la fiesta. Estaba muy afligido porque su padre había insultado a David.

1Sa 20:35 Por la mañana Jonatán salió al campo para encontrarse con David. Uno de sus criados más jóvenes lo acompañaba.

1Sa 20:36 Jonatán le dijo: «Corre a buscar las flechas que voy a lanzar.» El criado se echó a correr, y Jonatán lanzó una flecha que lo sobrepasó.

1Sa 20:37 Cuando el criado llegó al lugar donde la flecha había caído, Jonatán le gritó: «¡Más allá! ¡La flecha está más allá!

1Sa 20:38 ¡Date prisa! ¡No te detengas!» Y así continuó gritándole Jonatán. Cuando el criado recogió la flecha y se la trajo a su amo,

1Sa 20:39 lo hizo sin sospechar nada, pues sólo Jonatán y David sabían de qué se trataba.

1Sa 20:40 Entonces Jonatán le dio sus armas al criado. «Vete —le dijo—; llévalas de vuelta a la ciudad.»

1Sa 20:41 En cuanto el criado se fue, David salió de su escondite[b] y, luego de inclinarse tres veces, se postró rostro en tierra. En seguida se besaron y lloraron juntos, hasta que David se desahogó.

1Sa 20:42 «Puedes irte tranquilo —le dijo Jonatán a David—, pues los dos hemos hecho un juramento eterno en nombre del SEÑOR, pidiéndole que juzgue entre tú y yo, y entre tus descendientes y los míos.» Así que David se fue, y Jonatán regresó a la ciudad.

Salmo 83

"Oh Dios, no guardes silencio"

Sal 83:1

Cántico. Salmo de Asaf.

Oh Dios, no guardes silencio; no te quedes, oh Dios, callado e impasible.

Sal 83:2 Mira cómo se alborotan tus enemigos, cómo te desafían los que te odian.

Sal 83:3 Con astucia conspiran contra tu pueblo; conspiran contra aquellos a quienes tú estimas.

Sal 83:4 Y dicen: «¡Vengan, destruyamos su nación! ¡Que el nombre de Israel no vuelva a recordarse!»

Sal 83:5 Como un solo hombre se confabulan; han hecho un pacto contra ti:

Sal 83:6 los campamentos de Edom y de Ismael, los de Moab y de Agar,

Sal 83:7 Guebal,[a] Amón y Amalec, los de Filistea y los habitantes de Tiro.

Sal 83:8 ¡Hasta Asiria se les ha unido; ha apoyado a los descendientes de Lot! Selah

Sal 83:9 Haz con ellos como hiciste con Madián, como hiciste con Sísara y Jabín en el río Quisón,

Sal 83:10 los cuales perecieron en Endor y quedaron en la tierra, como estiércol.

Sal 83:11 Haz con sus nobles como hiciste con Oreb y con Zeb; haz con todos sus príncipes como hiciste con Zeba y con Zalmuna,

Sal 83:12 que decían: «Vamos a adueñarnos de los pastizales de Dios.»

Sal 83:13 Hazlos rodar como zarzas, Dios mío; ¡como paja que se lleva el viento!

Sal 83:14 Y así como el fuego consume los bosques y las llamas incendian las montañas,

Sal 83:15 así persíguelos con tus tormentas y aterrorízalos con tus tempestades.

Sal 83:16 SEÑOR, cúbreles el rostro de ignominia, para que busquen tu nombre.

Sal 83:17 Que sean siempre puestos en vergüenza; que perezcan humillados.

Sal 83:18 Que sepan que tú eres el SEÑOR, que ése es tu nombre; que sepan que sólo tú eres el Altísimo sobre toda la tierra.