Día 161

09 La Sabiduría de Israel

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Proverbios 25

Más proverbios de Salomón

Pro 25:1

Más proverbios de Salomón

Éstos son otros proverbios de Salomón, copiados por los escribas de Ezequías, rey de Judá.

Pro 25:2 Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo.

Pro 25:3 Tan impenetrable es el corazón de los reyes como alto es el cielo y profunda la tierra.

Pro 25:4 Quita la escoria de la plata, y de allí saldrá material para[a] el orfebre;

Pro 25:5 quita de la presencia del rey al malvado, y el rey afirmará su trono en la justicia.

Pro 25:6 No te des importancia en presencia del rey, ni reclames un lugar entre los magnates;

Pro 25:7 vale más que el rey te diga: «Sube acá», y no que te humille ante gente importante. Lo que atestigües con tus ojos

Pro 25:8 no lo lleves[b] de inmediato al tribunal, pues ¿qué harás si a fin de cuentas tu prójimo te pone en vergüenza?

Pro 25:9 Defiende tu causa contra tu prójimo, pero no traiciones la confianza de nadie,

Pro 25:10 no sea que te avergüence el que te oiga y ya no puedas quitarte la infamia.

Pro 25:11 Como naranjas de oro con incrustaciones de plata son las palabras dichas a tiempo.

Pro 25:12 Como anillo o collar de oro fino son los regaños del sabio en oídos atentos.

Pro 25:13 Como frescura de nieve en día de verano es el mensajero confiable para quien lo envía, pues infunde nuevo ánimo en sus amos.

Pro 25:14 Nubes y viento, y nada de lluvia, es quien presume de dar y nunca da nada.

Pro 25:15 Con paciencia se convence al gobernante. ¡La lengua amable quebranta hasta los huesos!

Pro 25:16 Si encuentras miel, no te empalagues; la mucha miel provoca náuseas.

Pro 25:17 No frecuentes la casa de tu amigo; no sea que lo fastidies y llegue a aborrecerte.

Pro 25:18 Un mazo, una espada, una aguda saeta, ¡eso es el falso testigo contra su amigo!

Pro 25:19 Confiar en gente desleal en momentos de angustia es como tener un diente careado o una pierna quebrada.

Pro 25:20 Dedicarle canciones al corazón afligido es como echarle vinagre[c] a una herida o como andar desabrigado en un día de frío.

Pro 25:21 Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber.

Pro 25:22 Actuando así, harás que se avergüence de su conducta,[d] y el SEÑOR te lo recompensará.

Pro 25:23 Con el viento del norte vienen las lluvias; con la lengua viperina, las malas caras.

Pro 25:24 Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera.

Pro 25:25 Como el agua fresca a la garganta reseca son las buenas noticias desde lejanas tierras.

Pro 25:26 Manantial turbio, contaminado pozo, es el justo que flaquea ante el impío.

Pro 25:27 No hace bien comer mucha miel, ni es honroso buscar la propia gloria.

Pro 25:28 Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.

Proverbios 26

Pro 26:1 Ni la nieve es para el verano, ni la lluvia para la cosecha, ni los honores para el necio.

Pro 26:2 Como el gorrión sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a su destino.

Pro 26:3 El látigo es para los caballos, el freno para los asnos, y el garrote para la espalda del necio.

Pro 26:4 No respondas al necio según su necedad, o tú mismo pasarás por necio.

Pro 26:5 Respóndele al necio como se merece, para que no se tenga por sabio.

Pro 26:6 Enviar un mensaje por medio de un necio es como cortarse los pies o sufrir[a] violencia.

Pro 26:7 Inútil es el proverbio en la boca del necio como inútiles son las piernas de un tullido.

Pro 26:8 Rendirle honores al necio es tan absurdo como atar una piedra a la honda.

Pro 26:9 El proverbio en la boca del necio es como espina en la mano del borracho.

Pro 26:10 Como arquero que hiere a todo el que pasa es quien contrata al necio en su casa.[b]

Pro 26:11 Como vuelve el perro a su vómito, así el necio insiste en su necedad.

Pro 26:12 ¿Te has fijado en quien se cree muy sabio? Más se puede esperar de un necio que de gente así.

Pro 26:13 Dice el perezoso: «Hay una fiera en el camino. ¡Por las calles un león anda suelto!»

Pro 26:14 Sobre sus goznes gira la puerta; sobre la cama, el perezoso.

Pro 26:15 El perezoso mete la mano en el plato, pero le pesa llevarse el bocado a la boca.

Pro 26:16 El perezoso se cree más sabio que siete sabios que saben responder.

Pro 26:17 Meterse en pleitos ajenos es como agarrar a un perro por las orejas.

Pro 26:18 Como loco que dispara mortíferas flechas encendidas,

Pro 26:19 es quien engaña a su amigo y explica: «¡Tan sólo estaba bromeando!»

Pro 26:20 Sin leña se apaga el fuego; sin chismes se acaba el pleito.

Pro 26:21 Con el carbón se hacen brasas, con la leña se prende fuego, y con un pendenciero se inician los pleitos.

Pro 26:22 Los chismes son como ricos bocados: se deslizan hasta las entrañas.

Pro 26:23 Como baño de plata[c] sobre vasija de barro son los labios zalameros de un corazón malvado.

Pro 26:24 El que odia se esconde tras sus palabras, pero en lo íntimo alberga perfidia.

Pro 26:25 No le creas, aunque te hable con dulzura, porque su corazón rebosa de abominaciones.[d]

Pro 26:26 Tal vez disimule con engaños su odio, pero en la asamblea se descubrirá su maldad.

Pro 26:27 Cava una fosa, y en ella caerás; echa a rodar piedras, y te aplastarán.

Pro 26:28 La lengua mentirosa odia a sus víctimas; la boca lisonjera lleva a la ruina.

Proverbios 27

Pro 27:1 No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá.

Pro 27:2 No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te alaben.

Pro 27:3 Pesada es la piedra, pesada es la arena, pero más pesada es la ira del necio.

Pro 27:4 Cruel es la furia, y arrolladora la ira, pero ¿quién puede enfrentarse a la envidia?

Pro 27:5 Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto.

Pro 27:6 Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.

Pro 27:7 Al que no tiene hambre, hasta la miel lo empalaga; al hambriento, hasta lo amargo le es dulce.

Pro 27:8 Como ave que vaga lejos del nido es el hombre que vaga lejos del hogar.

Pro 27:9 El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.[a]

Pro 27:10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre. No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema. Más vale vecino cercano que hermano distante.

Pro 27:11 Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón; así podré responder a los que me desprecian.

Pro 27:12 El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.

Pro 27:13 Toma la prenda del que salga fiador por un extraño; reténla en garantía si la entrega por la mujer ajena.

Pro 27:14 El mejor saludo se juzga una impertinencia cuando se da a gritos y de madrugada.

Pro 27:15 Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea.

Pro 27:16 Quien la domine, podrá dominar el viento y retener[b] aceite en la mano.

Pro 27:17 El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.

Pro 27:18 El que cuida de la higuera comerá de sus higos, y el que vela por su amo recibirá honores.

Pro 27:19 En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona.

Pro 27:20 El sepulcro, la muerte y los ojos del hombre jamás se dan por satisfechos.

Pro 27:21 En el crisol se prueba la plata; en el horno se prueba el oro; ante las alabanzas, el hombre.

Pro 27:22 Aunque al necio lo muelas y lo remuelas, y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad.

Pro 27:23 Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas;

Pro 27:24 pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura.

Pro 27:25 Cuando se limpien los campos y brote el verdor, y en los montes se recoja la hierba,

Pro 27:26 las ovejas te darán para el vestido, y las cabras para comprar un campo;

Pro 27:27 tendrás leche de cabra en abundancia para que se alimenten tú y tu familia, y toda tu servidumbre.

Salmo 6

"Oh Señor, libra mi alma"

Sal 6:1

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Sobre la octava.[a] Salmo de David.

No me reprendas, SEÑOR, en tu ira; no me castigues en tu furor.

Sal 6:2 Tenme compasión, SEÑOR, porque desfallezco; sáname, SEÑOR, que un frío de muerte recorre mis huesos.

Sal 6:3 Angustiada está mi alma; ¿hasta cuándo, SEÑOR, hasta cuándo?

Sal 6:4 Vuélvete, SEÑOR, y sálvame la vida; por tu gran amor, ¡ponme a salvo!

Sal 6:5 En la muerte nadie te recuerda; en el sepulcro, ¿quién te alabará?

Sal 6:6 Cansado estoy de sollozar; toda la noche inundo de lágrimas mi cama, ¡mi lecho empapo con mi llanto!

Sal 6:7 Desfallecen mis ojos por causa del dolor; desfallecen por culpa de mis enemigos.

Sal 6:8 ¡Apártense de mí, todos los malhechores, que el SEÑOR ha escuchado mi llanto!

Sal 6:9 El SEÑOR ha escuchado mis ruegos; el SEÑOR ha tomado en cuenta mi oración.

Sal 6:10 Todos mis enemigos quedarán avergonzados y confundidos; ¡su repentina vergüenza los hará retroceder!