Día 240

14 Jesús & el Reino

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Dios

El Dios representado en la Biblia no es fácil de entender, pero ¿y si pudiéramos entender mejor qué es lo que no podemos entender? En este video, exploraremos la compleja identidad de Dios que se muestra en la historia de la Biblia, y (¡sorpresa!) todo esto conduce a Jesús.

Mateo 9

Jesús sana a un paralítico

Mat 9:1

Jesús sana a un paralítico

9:2-8—Mr 2:3-12; Lc 5:18-26

Subió Jesús a una barca, cruzó al otro lado y llegó a su propio pueblo.

Mat 9:2 Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: —¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados!

Mat 9:3 Algunos de los maestros de la ley murmuraron entre ellos: «¡Este hombre blasfema!»

Mat 9:4 Como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: —¿Por qué dan lugar a tan malos pensamientos?

Mat 9:5 ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o decir: “Levántate y anda” ?

Mat 9:6 Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

Mat 9:7 Y el hombre se levantó y se fue a su casa.

Mat 9:8 Al ver esto, la multitud se llenó de temor, y glorificó a Dios por haber dado tal autoridad a los mortales.

Jesús llama a Mateo

Mat 9:9

Llamamiento de Mateo

9:9-13—Mr 2:14-17; Lc 5:27-32

Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme», le dijo. Mateo se levantó y lo siguió.

Mat 9:10 Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos.

Mat 9:11 Cuando los fariseos vieron esto, les preguntaron a sus discípulos: —¿Por qué come su maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores?

Mat 9:12 Al oír esto, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos.

Mat 9:13 Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios.”[a] Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.

Una pregunta sobre el ayuno

Mat 9:14

Le preguntan a Jesús sobre el ayuno

9:14-17—Mr 2:18-22; Lc 5:33-39

Un día se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: —¿Cómo es que nosotros y los fariseos ayunamos, pero no así tus discípulos? Jesús les contestó:

Mat 9:15 —¿Acaso pueden estar de luto los invitados del novio mientras él está con ellos? Llegará el día en que se les quitará el novio; entonces sí ayunarán.

Mat 9:16 Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva, porque el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor.

Mat 9:17 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, se reventarán los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan.

Una niña resucitada y una mujer sanada

Mat 9:18

Una niña muerta y una mujer enferma

9:18-26—Mr 5:22-43; Lc 8:41-56

Mientras él les decía esto, un dirigente judío llegó, se arrodilló delante de él y le dijo: —Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.

Mat 9:19 Jesús se levantó y fue con él, acompañado de sus discípulos.

Mat 9:20 En esto, una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto.

Mat 9:21 Pensaba: «Si al menos logro tocar su manto, quedaré sana.»

Mat 9:22 Jesús se dio vuelta, la vio y le dijo: —¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado. Y la mujer quedó sana en aquel momento.

Mat 9:23 Cuando Jesús entró en la casa del dirigente y vio a los flautistas y el alboroto de la gente,

Mat 9:24 les dijo: —Váyanse. La niña no está muerta sino dormida. Entonces empezaron a burlarse de él.

Mat 9:25 Pero cuando se les hizo salir, entró él, tomó de la mano a la niña, y ésta se levantó.

Mat 9:26 La noticia se divulgó por toda aquella región.

Jesús sana a dos ciegos

Mat 9:27

Jesús sana a los ciegos y a los mudos

Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritándole: —¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!

Mat 9:28 Cuando entró en la casa, se le acercaron los ciegos, y él les preguntó: —¿Creen que puedo sanarlos? —Sí, Señor —le respondieron.

Mat 9:29 Entonces les tocó los ojos y les dijo: —Se hará con ustedes conforme a su fe.

Mat 9:30 Y recobraron la vista. Jesús les advirtió con firmeza: —Asegúrense de que nadie se entere de esto.

Mat 9:31 Pero ellos salieron para divulgar por toda aquella región la noticia acerca de Jesús.

Jesús sana a un hombre mudo

Mat 9:32 Mientras ellos salían, le llevaron un mudo endemoniado.

Mat 9:33 Así que Jesús expulsó al demonio, y el que había estado mudo habló. La multitud se maravillaba y decía: «Jamás se ha visto nada igual en Israel.»

Mat 9:34 Pero los fariseos afirmaban: «Éste expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios.»

"La mies es mucha, mas los obreros pocos"

Mat 9:35

Son pocos los obreros

Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.

Mat 9:36 Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.

Mat 9:37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—.

Mat 9:38 Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.»

Mateo 10

Los doce apóstoles

Mat 10:1

Jesús envía a los doce

10:2-4—Mr 3:16-19; Lc 6:14-16; Hch 1:13

10:9-15—Mr 6:8-11; Lc 9:3-5; 10:4-12

10:19-22—Mr 13:11-13; Lc 21:12-17

10:26-33—Lc 12:2-9

10:34-35—Lc 12:51-53

Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Mat 10:2 Éstos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo;

Mat 10:3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Jacobo, hijo de Alfeo, y Tadeo;

Mat 10:4 Simón el Zelote y Judas Iscariote, el que lo traicionó.

Jesús envía a los doce apóstoles

Mat 10:5 Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan entre los gentiles ni entren en ningún pueblo de los samaritanos.

Mat 10:6 Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel.

Mat 10:7 Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca.”

Mat 10:8 Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.

Mat 10:9 No lleven oro ni plata ni cobre en el cinturón,

Mat 10:10 ni bolsa para el camino, ni dos mudas de ropa, ni sandalias, ni bastón; porque el trabajador merece que se le dé su sustento.

Mat 10:11 »En cualquier pueblo o aldea donde entren, busquen a alguien que merezca recibirlos, y quédense en su casa hasta que se vayan de ese lugar.

Mat 10:12 Al entrar, digan: “Paz a esta casa.”[a]

Mat 10:13 Si el hogar se lo merece, que la paz de ustedes reine en él; y si no, que la paz se vaya con ustedes.

Mat 10:14 Si alguno no los recibe bien ni escucha sus palabras, al salir de esa casa o de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies.

Mat 10:15 Les aseguro que en el día del juicio el castigo para Sodoma y Gomorra será más tolerable que para ese pueblo.

Seréis perseguidos

Mat 10:16 Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.

Mat 10:17 »Tengan cuidado con la gente; los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.

Mat 10:18 Por mi causa los llevarán ante gobernadores y reyes para dar testimonio a ellos y a los gentiles.

Mat 10:19 Pero cuando los arresten, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a decirlo. En ese momento se les dará lo que han de decir,

Mat 10:20 porque no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por medio de ustedes.

Mat 10:21 »El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten.

Mat 10:22 Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.

Mat 10:23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre.

Mat 10:24 »El discípulo no es superior a su maestro, ni el siervo superior a su amo.

Mat 10:25 Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!

No tengáis miedo

Mat 10:26 »Así que no les tengan miedo; porque no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse.

Mat 10:27 Lo que les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a plena luz; lo que se les susurra al oído, proclámenlo desde las azoteas.

Mat 10:28 No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma.[b] Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.[c]

Mat 10:29 ¿No se venden dos gorriones por una monedita?[d] Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre;

Mat 10:30 y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza.

Mat 10:31 Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones.

Mat 10:32 »A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

Mat 10:33 Pero a cualquiera que me desconozca delante de los demás, yo también lo desconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

"No paz, sino espada"

Mat 10:34 »No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz sino espada.

Mat 10:35 Porque he venido a poner en conflicto “al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, a la nuera contra su suegra;

Mat 10:36 los enemigos de cada cual serán los de su propia familia” .[e]

Mat 10:37 »El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí;

Mat 10:38 y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.

Mat 10:39 El que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará.

Recompensas

Mat 10:40 »Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me envió.

Mat 10:41 Cualquiera que recibe a un profeta por tratarse de un profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por tratarse de un justo, recibirá recompensa de justo.

Mat 10:42 Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por tratarse de uno de mis discípulos, les aseguro que no perderá su recompensa.»

Salmo 85

¿No volverás a darnos vida?

Sal 85:1

Al director musical. Salmo de los hijos de Coré.

SEÑOR, tú has sido bondadoso con esta tierra tuya al restaurar[a] a Jacob;

Sal 85:2 perdonaste la iniquidad de tu pueblo y cubriste todos sus pecados; Selah

Sal 85:3 depusiste por completo tu enojo, y contuviste el ardor de tu ira.

Sal 85:4 Restáuranos una vez más, Dios y salvador nuestro; pon fin a tu disgusto con nosotros.

Sal 85:5 ¿Vas a estar enojado con nosotros para siempre? ¿Vas a seguir eternamente airado?

Sal 85:6 ¿No volverás a darnos nueva vida, para que tu pueblo se alegre en ti?

Sal 85:7 Muéstranos, SEÑOR, tu amor inagotable, y concédenos tu salvación.

Sal 85:8 Voy a escuchar lo que Dios el SEÑOR dice: él promete paz a su pueblo y a sus fieles, siempre y cuando no se vuelvan a la necedad.[b]

Sal 85:9 Muy cercano está para salvar a los que le temen, para establecer su gloria en nuestra tierra.

Sal 85:10 El amor y la verdad se encontrarán; se besarán la paz y la justicia.

Sal 85:11 De la tierra brotará la verdad, y desde el cielo se asomará la justicia.

Sal 85:12 El SEÑOR mismo nos dará bienestar, y nuestra tierra rendirá su fruto.

Sal 85:13 La justicia será su heraldo y le preparará el camino.