Día 309
15 El Pueblo del Reino
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Lee la Biblia: 2 Corintios
Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de 2 Corintios, que desglosa el diseño literario del libro y su línea de pensamiento. En 2 Corintios, Pablo soluciona su conflicto con los corintios mostrándoles como el escándalo de la crucifixión pone al revés nuestros sistemas de valores.
2 Corintios 1
Saludo
2Co 1:1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y Timoteo nuestro hermano, a la iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los santos en toda la región de Acaya:
2Co 1:2 Que Dios nuestro padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.
Dios de toda consolación
2Co 1:3
El Dios de toda consolación
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación,
2Co 1:4 quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
2Co 1:5 Pues así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo.
2Co 1:6 Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y si somos consolados, es para que ustedes tengan el consuelo que los ayude a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros padecemos.
2Co 1:7 Firme es la esperanza que tenemos en cuanto a ustedes, porque sabemos que así como participan de nuestros sufrimientos, así también participan de nuestro consuelo.
2Co 1:8 Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión, que hasta perdimos la esperanza de salir con vida:
2Co 1:9 nos sentíamos como sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que resucita a los muertos.
2Co 1:10 Él nos libró y nos librará de tal peligro de muerte. En él tenemos puesta nuestra esperanza, y él seguirá librándonos.
2Co 1:11 Mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por nosotros. Así muchos darán gracias a Dios por nosotros[a] a causa del don que se nos ha concedido en respuesta a tantas oraciones.
Cambio de planes de Pablo
2Co 1:12
Pablo cambia de planes
Para nosotros, el motivo de satisfacción es el testimonio de nuestra conciencia: Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la santidad y sinceridad que vienen de Dios. Nuestra conducta no se ha ajustado a la sabiduría humana sino a la gracia de Dios.
2Co 1:13 No estamos escribiéndoles nada que no puedan leer ni entender. Espero que comprenderán del todo,
2Co 1:14 así como ya nos han comprendido en parte, que pueden sentirse orgullosos de nosotros como también nosotros nos sentiremos orgullosos de ustedes en el día del Señor Jesús.
2Co 1:15 Confiando en esto, quise visitarlos primero a ustedes para que recibieran una doble bendición;
2Co 1:16 es decir, visitarlos de paso a Macedonia, y verlos otra vez a mi regreso de allá. Así podrían ayudarme a seguir el viaje a Judea.
2Co 1:17 Al proponerme esto, ¿acaso lo hice a la ligera? ¿O es que hago mis planes según criterios meramente humanos, de manera que diga «sí, sí» y «no, no» al mismo tiempo?
2Co 1:18 Pero tan cierto como que Dios es fiel, el mensaje que les hemos dirigido no es «sí» y «no».
2Co 1:19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre ustedes, no fue «sí» y «no»; en él siempre ha sido «sí».
2Co 1:20 Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios.
2Co 1:21 Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a ustedes. Él nos ungió,
2Co 1:22 nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.
2Co 1:23 ¡Por mi vida! Pongo a Dios por testigo de que es sólo por consideración a ustedes por lo que todavía no he ido a Corinto.
2Co 1:24 No es que intentemos imponerles la fe, sino que deseamos contribuir a la alegría de ustedes, pues por la fe se mantienen firmes.
2 Corintios 2
2Co 2:1 En efecto, decidí no hacerles otra visita que les causara tristeza.
2Co 2:2 Porque si yo los entristezco, ¿quién me brindará alegría sino aquel a quien yo haya entristecido?
2Co 2:3 Les escribí como lo hice para que, al llegar yo, los que debían alegrarme no me causaran tristeza. Estaba confiado de que todos ustedes harían suya mi alegría.
2Co 2:4 Les escribí con gran tristeza y angustia de corazón, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos sino para darles a conocer la profundidad del amor que les tengo.
Perdonar al pecador
2Co 2:5
Perdón para el pecador
Si alguno ha causado tristeza, no me la ha causado sólo a mí; hasta cierto punto —y lo digo para no exagerar—se la ha causado a todos ustedes.
2Co 2:6 Para él es suficiente el castigo que le impuso la mayoría.
2Co 2:7 Más bien debieran perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza.
2Co 2:8 Por eso les ruego que reafirmen su amor hacia él.
2Co 2:9 Con este propósito les escribí: para ver si pasan la prueba de la completa obediencia.
2Co 2:10 A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo,
2Co 2:11 para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas.
El triunfo en Cristo
2Co 2:12
Ministros del nuevo pacto
Ahora bien, cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, descubrí que el Señor me había abierto las puertas.
2Co 2:13 Aun así, me sentí intranquilo por no haber encontrado allí a mi hermano Tito, por lo cual me despedí de ellos y me fui a Macedonia.
2Co 2:14 Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes[a] y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.
2Co 2:15 Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden.
2Co 2:16 Para éstos somos olor de muerte que los lleva a la muerte; para aquéllos, olor de vida que los lleva a la vida. ¿Y quién es competente para semejante tarea?
2Co 2:17 A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que trafican con la palabra de Dios. Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo, como enviados de Dios que somos.
Salmo 149
Cantad al Señor cántico nuevo
Sal 149:1
¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR! Canten al SEÑOR un cántico nuevo, alábenlo en la comunidad de los fieles.
Sal 149:2 Que se alegre Israel por su creador; que se regocijen los hijos de Sión por su rey.
Sal 149:3 Que alaben su nombre con danzas; que le canten salmos al son de la lira y el pandero.
Sal 149:4 Porque el SEÑOR se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria.
Sal 149:5 Que se alegren los fieles por su triunfo;[a] que aun en sus camas griten de júbilo.
Sal 149:6 Que broten de su garganta alabanzas a Dios, y haya en sus manos una espada de dos filos
Sal 149:7 para que tomen venganza de las naciones y castiguen a los pueblos;
Sal 149:8 para que sujeten a sus reyes con cadenas, a sus nobles con grilletes de hierro;
Sal 149:9 para que se cumpla en ellos la sentencia escrita. ¡Ésta será la gloria de todos sus fieles! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!