Día 323

15 El Pueblo del Reino

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Lee la Biblia: Colosenses

Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de Colosenses, que desglosa el diseño literario del libro y su línea de pensamiento. En Colosenses, Pablo anima a los cristianos colosenses a ver a Jesús como el centro de toda realidad, de modo que no sucumban ante la presión de otras religiones.

Colosenses 1

Saludo

Col 1:1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,

Col 1:2 a los santos y fieles hermanos[a] en Cristo que están en Colosas: Que Dios nuestro Padre les conceda[b] gracia y paz.

Acción de gracias y oración

Col 1:3

Acción de gracias e intercesión

Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo,

Col 1:4 pues hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todos los santos

Col 1:5 a causa de la esperanza reservada para ustedes en el cielo. De esta esperanza ya han sabido por la palabra de verdad, que es el evangelio

Col 1:6 que ha llegado hasta ustedes. Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también ha sucedido entre ustedes desde el día en que supieron de la gracia de Dios y la comprendieron plenamente.

Col 1:7 Así lo aprendieron de Epafras, nuestro querido colaborador[c] y fiel servidor de Cristo para el bien de ustedes.[d]

Col 1:8 Fue él quien nos contó del amor que tienen en el Espíritu.

Col 1:9 Por eso, desde el día en que lo supimos no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual,

Col 1:10 para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios

Col 1:11 y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación,

Col 1:12 dando gracias con alegría al Padre. Él los[e] ha facultado para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz.

Col 1:13 Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo,

Col 1:14 en quien tenemos redención,[f] el perdón de pecados.

La preeminencia de Cristo

Col 1:15

La supremacía de Cristo

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito[g] de toda creación,

Col 1:16 porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él.

Col 1:17 Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente.[h]

Col 1:18 Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero.

Col 1:19 Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud

Col 1:20 y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.

Col 1:21 En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos.

Col 1:22 Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte,

Col 1:23 con tal de que se mantengan firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio. Éste es el evangelio que ustedes oyeron y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.

Ministerio de Pablo a la Iglesia

Col 1:24

Trabajo de Pablo por la iglesia

Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por ustedes, y voy completando en mí mismo[i] lo que falta de las aflicciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la iglesia.

Col 1:25 De ésta llegué a ser servidor según el plan que Dios me encomendó para ustedes: el dar cumplimiento a la palabra de Dios,

Col 1:26 anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones, pero que ahora se ha manifestado a sus santos.

Col 1:27 A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.

Col 1:28 A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él.

Col 1:29 Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.

Colosenses 2

Col 2:1 Quiero que sepan qué gran lucha sostengo por el bien de ustedes y de los que están en Laodicea, y de tantos que no me conocen personalmente.

Col 2:2 Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo,

Col 2:3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

Col 2:4 Les digo esto para que nadie los engañe con argumentos capciosos.

Col 2:5 Aunque estoy físicamente ausente, los acompaño en espíritu, y me alegro al ver su buen orden y la firmeza de su fe en Cristo.

Vivos en Cristo

Col 2:6

Libertad en Cristo

Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él,

Col 2:7 arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud.

Col 2:8 Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios[a] de este mundo y no conforme a Cristo.

Col 2:9 Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo;

Col 2:10 y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud.

Col 2:11 Además, en él fueron circuncidados, no por mano humana sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso.[b] Esta circuncisión la efectuó Cristo.

Col 2:12 Ustedes la recibieron al ser sepultados con él en el bautismo. En él también fueron resucitados mediante la fe en el poder de Dios, quien lo resucitó de entre los muertos.

Col 2:13 Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus pecados. Sin embargo, Dios nos[c] dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados

Col 2:14 y anular la deuda[d] que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz.

Col 2:15 Desarmó a los poderes y a las potestades, y por medio de Cristo[e] los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal.

Que nadie os juzgue

Col 2:16 Así que nadie los juzgue a ustedes por lo que comen o beben, o con respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva o de reposo.

Col 2:17 Todo esto es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo.

Col 2:18 No dejen que les prive de esta realidad ninguno de esos que se ufanan en fingir humildad y adoración de ángeles. Los tales hacen alarde de lo que no han visto; y, envanecidos por su razonamiento humano,

Col 2:19 no se mantienen firmemente unidos a la Cabeza. Por la acción de ésta, todo el cuerpo, sostenido y ajustado mediante las articulaciones y ligamentos, va creciendo como Dios quiere.

Col 2:20 Si con Cristo ustedes ya han muerto a los principios de este mundo, ¿por qué, como si todavía pertenecieran al mundo, se someten a preceptos tales como:

Col 2:21 «No tomes en tus manos, no pruebes, no toques»?

Col 2:22 Estos preceptos, basados en reglas y enseñanzas humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con el uso.

Col 2:23 Tienen sin duda apariencia de sabiduría, con su afectada piedad, falsa humildad y severo trato del cuerpo, pero de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza pecaminosa.[f]

Salmos 13

"¿Hasta cuándo, Jehová?"

Sal 13:1

Al director musical. Salmo de David.

¿Hasta cuándo, SEÑOR, me seguirás olvidando? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?

Sal 13:2 ¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón? ¿Hasta cuándo el enemigo me seguirá dominando?

Sal 13:3 SEÑOR y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos. Así no caeré en el sueño de la muerte;

Sal 13:4 así no dirá mi enemigo: «Lo he vencido»; así mi adversario no se alegrará de mi caída.

Sal 13:5 Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación.

Sal 13:6 Canto salmos al SEÑOR. ¡El SEÑOR ha sido bueno conmigo!