Día 268

14 Jesús & el Reino

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El Evangelio de Lucas 1-2

Este es primero de una serie de cinco partes sobre el Evangelio de Lucas. Exploramos los increíbles eventos que rodearon al nacimiento de Jesús. Las humildes condiciones de su familia y su bajo estatus en la sociedad israelita presagian la naturaleza inversa del reino de Jesús.

Lucas 2

Nacimiento de Jesucristo

Luc 2:1

Nacimiento de Jesús

Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el imperio romano.[a]

Luc 2:2 (Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria.)

Luc 2:3 Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo.

Luc 2:4 También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David,

Luc 2:5 para inscribirse junto con María su esposa.[b] Ella se encontraba encinta

Luc 2:6 y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo.

Luc 2:7 Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.

Los pastores y los ángeles

Luc 2:8

Los pastores y los ángeles

En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños.

Luc 2:9 Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor.

Luc 2:10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo.

Luc 2:11 Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.

Luc 2:12 Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»

Luc 2:13 De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:

Luc 2:14 «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.»[c]

Luc 2:15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer.»

Luc 2:16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre.

Luc 2:17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él,

Luc 2:18 y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían.

Luc 2:19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.

Luc 2:20 Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho.

Luc 2:21

Presentación de Jesús en el templo

Cuando se cumplieron los ocho días y fueron a circuncidarlo, lo llamaron Jesús, nombre que el ángel le había puesto antes de que fuera concebido.

Presentación de Jesús en el templo

Luc 2:22 Así mismo, cuando se cumplió el tiempo en que, según la ley de Moisés, ellos debían purificarse, José y María llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Luc 2:23 Así cumplieron con lo que en la ley del Señor está escrito: «Todo varón primogénito será consagrado[d] al Señor».[e]

Luc 2:24 También ofrecieron un sacrificio conforme a lo que la ley del Señor dice: ün par de tórtolas o dos pichones de paloma».[f]

Luc 2:25 Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención[g] de Israel. El Espíritu Santo estaba con él

Luc 2:26 y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor.

Luc 2:27 Movido por el Espíritu, fue al templo. Cuando al niño Jesús lo llevaron sus padres para cumplir con la costumbre establecida por la ley,

Luc 2:28 Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios:

Luc 2:29 «Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz.

Luc 2:30 Porque han visto mis ojos tu salvación,

Luc 2:31 que has preparado a la vista de todos los pueblos:

Luc 2:32 luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»

Luc 2:33 El padre y la madre del niño se quedaron maravillados por lo que se decía de él.

Luc 2:34 Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición,[h]

Luc 2:35 a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma.»

Luc 2:36 Había también una profetisa, Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana; casada de joven, había vivido con su esposo siete años,

Luc 2:37 y luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro.[i] Nunca salía del templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones.

Luc 2:38 Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

El regreso a Nazaret

Luc 2:39 Después de haber cumplido con todo lo que exigía la ley del Señor, José y María regresaron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret.

Luc 2:40 El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba.

El niño Jesús en el templo

Luc 2:41

El niño Jesús en el templo

Los padres de Jesús subían todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.

Luc 2:42 Cuando cumplió doce años, fueron allá según era la costumbre.

Luc 2:43 Terminada la fiesta, emprendieron el viaje de regreso, pero el niño Jesús se había quedado en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta.

Luc 2:44 Ellos, pensando que él estaba entre el grupo de viajeros, hicieron un día de camino mientras lo buscaban entre los parientes y conocidos.

Luc 2:45 Al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en busca de él.

Luc 2:46 Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.

Luc 2:47 Todos los que le oían se asombraban de su inteligencia y de sus respuestas.

Luc 2:48 Cuando lo vieron sus padres, se quedaron admirados. —Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? —le dijo su madre—. ¡Mira que tu padre y yo te hemos estado buscando angustiados!

Luc 2:49 —¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?

Luc 2:50 Pero ellos no entendieron lo que les decía.

Luc 2:51 Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió sujeto a ellos. Pero su madre conservaba todas estas cosas en el corazón.

Luc 2:52 Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente.

Lucas 3

Juan el Bautista prepara el camino

Luc 3:1

Juan el Bautista prepara el camino

3:2-10—Mt 3:1-10; Mr 1:3-5

3:16-17—Mt 3:11-12; Mr 1:7-8

En el año quince del reinado de Tiberio César, Poncio Pilato gobernaba la provincia de Judea, Herodes[a] era tetrarca en Galilea, su hermano Felipe en Iturea y Traconite, y Lisanias en Abilene;

Luc 3:2 el sumo sacerdocio lo ejercían Anás y Caifás. En aquel entonces, la palabra de Dios llegó a Juan hijo de Zacarías, en el desierto.

Luc 3:3 Juan recorría toda la región del Jordán predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.

Luc 3:4 Así está escrito en el libro del profeta Isaías: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas.

Luc 3:5 Todo valle será rellenado, toda montaña y colina será allanada. Los caminos torcidos se enderezarán, las sendas escabrosas quedarán llanas.

Luc 3:6 Y todo mortal verá la salvación de Dios.” »[b]

Luc 3:7 Muchos acudían a Juan para que los bautizara. —¡Camada de víboras! —les advirtió—. ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca?

Luc 3:8 Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. Y no se pongan a pensar: “Tenemos a Abraham por padre.” Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham.

Luc 3:9 Es más, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

Luc 3:10 —¿Entonces qué debemos hacer? —le preguntaba la gente.

Luc 3:11 —El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna —les contestó Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo mismo.

Luc 3:12 Llegaron también unos recaudadores de impuestos para que los bautizara. —Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros? —le preguntaron.

Luc 3:13 —No cobren más de lo debido —les respondió.

Luc 3:14 —Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —le preguntaron unos soldados. —No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas; más bien confórmense con lo que les pagan.

Luc 3:15 La gente estaba a la expectativa, y todos se preguntaban si acaso Juan sería el Cristo.

Luc 3:16 —Yo los bautizo a ustedes con[c] agua —les respondió Juan a todos—. Pero está por llegar uno más poderoso que yo, a quien ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

Luc 3:17 Tiene el rastrillo en la mano para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; la paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará.

Luc 3:18 Y con muchas otras palabras exhortaba Juan a la gente y le anunciaba las buenas nuevas.

Luc 3:19 Pero cuando reprendió al tetrarca Herodes por el asunto de su cuñada Herodías,[d] y por todas las otras maldades que había cometido,

Luc 3:20 Herodes llegó hasta el colmo de encerrar a Juan en la cárcel.

Luc 3:21

Bautismo y genealogía de Jesús

3:21-22—Mt 3:13-17; Mr 1:9-11

3:23-38—Mt 1:1-17

Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo,

Luc 3:22 y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo.»

La genealogía de Jesucristo

Luc 3:23 Jesús tenía unos treinta años cuando comenzó su ministerio. Era hijo, según se creía, de José, hijo de Elí,

Luc 3:24 hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melquí, hijo de Janay, hijo de José,

Luc 3:25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Eslí, hijo de Nagay,

Luc 3:26 hijo de Máat, hijo de Matatías, hijo de Semeí, hijo de Josec, hijo de Judá,

Luc 3:27 hijo de Yojanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri,

Luc 3:28 hijo de Melquí, hijo de Adí, hijo de Cosán, hijo de Elmadán, hijo de Er,

Luc 3:29 hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorín, hijo de Matat, hijo de Leví,

Luc 3:30 hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquín,

Luc 3:31 hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán, hijo de David,

Luc 3:32 hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón,[e] hijo de Naasón,

Luc 3:33 hijo de Aminadab, hijo de Aram,[f] hijo de Jezrón, hijo de Fares, hijo de Judá,

Luc 3:34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Téraj, hijo de Najor,

Luc 3:35 hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Péleg, hijo de Éber, hijo de Selaj,

Luc 3:36 hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec,

Luc 3:37 hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Malalel, hijo de Cainán,

Luc 3:38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.

Salmo 113

¿Quién como Jehová nuestro Dios?

Sal 113:1

¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR! Alaben, siervos del SEÑOR, alaben el nombre del SEÑOR.

Sal 113:2 Bendito sea el nombre del SEÑOR, desde ahora y para siempre.

Sal 113:3 Desde la salida del sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del SEÑOR.

Sal 113:4 El SEÑOR domina sobre todas las naciones; su gloria está sobre los cielos.

Sal 113:5 ¿Quién como el SEÑOR nuestro Dios, que tiene su trono en las alturas

Sal 113:6 y se digna contemplar los cielos y la tierra?

Sal 113:7 Él levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado;

Sal 113:8 los hace sentarse con príncipes, con los príncipes de su pueblo.

Sal 113:9 A la mujer estéril le da un hogar y le concede la dicha de ser madre. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!