Día 136
Miqueas 5
El gobernante nacerá en Belén
Miq 5:1
Humillación y exaltación de la dinastía davídica
Reagrupa tus tropas, ciudad guerrera, porque nos asedian. Con vara golpearán en la mejilla al gobernante de Israel.
Miq 5:2 Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales.
Miq 5:3 Por eso Dios los entregará al enemigo hasta que tenga su hijo la que va a ser madre, y vuelva junto al pueblo de Israel el resto de sus hermanos.
Miq 5:4 Pero surgirá uno para pastorearlos con el poder del SEÑOR, con la majestad del nombre del SEÑOR su Dios. Vivirán seguros, porque él dominará hasta los confines de la tierra.
Miq 5:5 ¡Él traerá la paz! Si Asiria llegara a invadir nuestro país para pisotear nuestras fortalezas, le haremos frente con siete pastores, y aun con ocho líderes del pueblo;
Miq 5:6 ellos pastorearán a Asiria con la espada; con la daga, a la tierra de Nimrod. Si Asiria llegara a invadir nuestro país, si llegara a profanar nuestras fronteras, ¡él nos rescatará!
Un remanente será librado
Miq 5:7
El remanente
Será el remanente de Jacob, en medio de muchos pueblos, como rocío que viene del SEÑOR, como abundante lluvia sobre la hierba, que no depende de los hombres, ni espera nada de ellos.
Miq 5:8 Será el remanente de Jacob entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como un león entre los animales del bosque, como un cachorro entre las ovejas del rebaño, que al pasar las pisotea y las desgarra, sin que nadie pueda rescatarlas.
Miq 5:9 Levantarás la mano contra tus enemigos, y acabarás con todos tus agresores.
Miq 5:10
Purificación de un pueblo idólatra y belicoso
Esto afirma el SEÑOR: «En aquel día exterminaré tu caballería, y destruiré tus carros de guerra.
Miq 5:11 Exterminaré las ciudades de tu país y derribaré todas tus fortalezas.
Miq 5:12 Pondré fin a tus hechicerías y no tendrás más adivinos.
Miq 5:13 Acabaré con tus ídolos y con tus monumentos sagrados; nunca más volverás a postrarte ante las obras de tus manos.
Miq 5:14 Arrancaré tus imágenes de Aserá, y reduciré a escombros tus ciudades;
Miq 5:15 con ira y con furor me vengaré de las naciones que no me obedecieron.»
Miqueas 6
La acusación del Señor
Miq 6:1
Querella de Dios contra su pueblo
Escuchen lo que dice el SEÑOR: «Levántate, presenta tu caso ante las montañas; deja que las colinas oigan tu voz.»
Miq 6:2 Escuchen, montañas, la querella del SEÑOR; presten atención, firmes cimientos de la tierra; el SEÑOR entra en juicio contra su pueblo, entabla un pleito contra Israel:
Miq 6:3 «Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¡Dime en qué te he ofendido!
Miq 6:4 Yo fui quien te sacó de Egipto, quien te libró de esa tierra de esclavitud. Yo envié a Moisés, Aarón y Miriam, para que te dirigieran.
Miq 6:5 Recuerda, pueblo mío, lo que tramaba Balac, rey de Moab, y lo que le respondió Balán hijo de Beor. Recuerda tu paso desde Sitín hasta Guilgal, y reconoce las hazañas redentoras del SEÑOR.»
¿Qué pide Dios de ti?
Miq 6:6 ¿Cómo podré acercarme al SEÑOR y postrarme ante el Dios Altísimo? ¿Podré presentarme con holocaustos o con becerros de un año?
Miq 6:7 ¿Se complacerá el SEÑOR con miles de carneros, o con diez mil arroyos de aceite? ¿Ofreceré a mi primogénito por mi delito, al fruto de mis entrañas por mi pecado?
Miq 6:8 ¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el SEÑOR: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.
La destrucción de los malvados
Miq 6:9
Castigo por delitos económicos y sociales
Tribu y asamblea de la ciudad, escuchen la voz del SEÑOR, que los convoca, pues es de sabios temer su nombre.[a]
Miq 6:10 «¡Malvados! ¿Debo tolerar sus tesoros mal habidos, y sus odiosas medidas adulteradas?
Miq 6:11 ¿Debo tener por justas la balanza falsa y la bolsa de pesas alteradas?
Miq 6:12 Los ricos de la ciudad son gente violenta; sus habitantes son gente mentirosa; ¡engañan con la boca y con la lengua!
Miq 6:13 Por lo que a mí toca, te demoleré a golpes, te destruiré por tus pecados.
Miq 6:14 Comerás, pero no te saciarás, sino que seguirás padeciendo hambre.[b] Lo que recojas no lo podrás retener, y lo que retengas lo entregaré a la espada.
Miq 6:15 Lo que siembres no lo cosecharás, ni usarás el aceite de las aceitunas que exprimas, ni beberás el vino de las uvas que pises.
Miq 6:16 Tú sigues fielmente los decretos de Omrí y todas las prácticas de la dinastía de Acab; te conduces según sus consejos. Por eso voy a entregarte a la destrucción, y a poner en ridículo a tus habitantes. ¡Tendrás que soportar el insulto de los pueblos!»[c]
Miqueas 7
Esperaré al Dios de mi salvación
Miq 7:1
Lamento ante una sociedad corrupta
¡Pobre de mí! No llegué a tiempo para la cosecha de verano ni para los rebuscos de la vendimia; no tengo un solo racimo que comer, ni un higo tierno, por el que me muero.
Miq 7:2 La gente piadosa ha sido eliminada del país, ¡ya no hay gente honrada en este mundo! Todos tratan de matar a alguien, y unos a otros se tienden redes.
Miq 7:3 Nadie les gana en cuanto a hacer lo malo; funcionarios y jueces exigen soborno. Los magnates no hacen más que pedir, y todos complacen su codicia.
Miq 7:4 El mejor de ellos es más enmarañado que una zarza; el más recto, más torcido que un espino. Pero ya viene el día de su confusión; ¡ya se acerca el día de tu castigo anunciado por tus centinelas!
Miq 7:5 No creas en tu prójimo, ni confíes en tus amigos; cuídate de lo que hablas con la que duerme en tus brazos.
Miq 7:6 El hijo ultraja al padre, la hija se rebela contra la madre, la nuera contra la suegra, y los enemigos de cada cual están en su propia casa.
Miq 7:7 Pero yo he puesto mi esperanza en el SEÑOR; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!
Miq 7:8
Esperanza de redención
Enemiga mía, no te alegres de mi mal. Caí, pero he de levantarme; vivo en tinieblas, pero el SEÑOR es mi luz.
Miq 7:9 He pecado contra el SEÑOR, así que soportaré su furia hasta que él juzgue mi causa y me haga justicia. Entonces me sacará a la luz y gozaré de su salvación.
Miq 7:10 Cuando lo vea mi enemiga, la que me decía: «¿Dónde está tu Dios?», se llenará de vergüenza. Mis ojos contemplarán su desgracia, pues será pisoteada como el lodo de las calles.
Miq 7:11 El día que tus muros sean reconstruidos será el momento de extender tus fronteras.
Miq 7:12 Ese día acudirán a ti los pueblos, desde Asiria hasta las ciudades de Egipto, desde el río Nilo hasta el río Éufrates, de mar a mar y de montaña a montaña.
Miq 7:13 La tierra quedará desolada por culpa de sus habitantes, como resultado de su maldad.
Miq 7:14 Pastorea con tu cayado a tu pueblo, al rebaño de tu propiedad, que habita solitario en el bosque, en medio de la espesura. Hazlo pastar en Basán y en Galaad como en los tiempos pasados.
Miq 7:15 Muéstrale tus prodigios, como cuando lo sacaste de Egipto.[a]
Miq 7:16 Las naciones verán tus maravillas y se avergonzarán de toda su prepotencia; se llevarán la mano a la boca y sus oídos se ensordecerán.
Miq 7:17 Lamerán el polvo como serpientes, como los reptiles de la tierra. Saldrán temblando de sus escondrijos y, temerosos ante tu presencia, se volverán a ti, SEÑOR y Dios nuestro.
La misericordia de Dios
Miq 7:18 ¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar.
Miq 7:19 Vuelve a compadecerte de nosotros. Pon tu pie sobre nuestras maldades y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados.
Miq 7:20 Muestra tu fidelidad a Jacob, y tu lealtad a Abraham, como desde tiempos antiguos se lo juraste a nuestros antepasados.
Salmo 131
He acallado mi alma
Sal 131:1
Cántico de los peregrinos. De David.
SEÑOR, mi corazón no es orgulloso, ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas, ni proezas que excedan a mis fuerzas.
Sal 131:2 Todo lo contrario: he calmado y aquietado mis ansias. Soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre. ¡Mi alma es como un niño recién amamantado!
Sal 131:3 Israel, pon tu esperanza en el SEÑOR desde ahora y para siempre.