Día 187
Khata - "Pecado"
La palabra "pecado" es una de las palabras malas más comunes en la Biblia, pero ¿qué significa realmente? En este video, exploraremos el concepto de "falla moral" que subyace en esta importante palabra bíblica. Prepárate para descubrir un retrato profundo y realista de la condición humana.
Ezequiel 5
Jerusalén será destruida
Eze 5:1 »Hijo de hombre, toma ahora una espada afilada, y úsala como navaja de afeitar para raparte la cabeza y afeitarte la barba. Toma luego una balanza y divide tu cabello cortado.
Eze 5:2 Cuando se cumplan los días del sitio, quemarás en medio de la ciudad una tercera parte del cabello; otra tercera parte la cortarás con la espada alrededor de la ciudad, y la parte restante la esparcirás al viento. Yo, por mi parte, desenvainaré la espada y perseguiré a sus habitantes.
Eze 5:3 Toma algunos de los cabellos y átalos al borde de tu manto.
Eze 5:4 Luego toma otros pocos y arrójalos en el fuego para que se quemen. Desde allí se extenderá el fuego sobre todo el pueblo de Israel.
Eze 5:5 »Así dice el SEÑOR omnipotente: Ésta es la ciudad de Jerusalén. Yo la coloqué en medio de las naciones y de los territorios a su alrededor.
Eze 5:6 Pero ella se rebeló contra mis leyes y decretos, con una perversidad mayor a la de las naciones y territorios vecinos. En otras palabras, rechazó por completo mis leyes y decretos.
Eze 5:7 »Por eso yo, el SEÑOR omnipotente, declaro: Ustedes han sido más rebeldes que las naciones a su alrededor; no han seguido mis decretos ni obedecido mis leyes, y ni siquiera se han sujetado a las costumbres de esas naciones.
Eze 5:8 Por lo tanto yo, el SEÑOR omnipotente, declaro: Estoy contra ti, Jerusalén, y te voy a castigar a la vista de todas las naciones.
Eze 5:9 Por causa de tus ídolos repugnantes, haré contigo lo que jamás he hecho ni volveré a hacer.
Eze 5:10 Entre ustedes habrá padres que se comerán a sus hijos, y también hijos que se comerán a sus padres. Yo los castigaré, y a quien sobreviva lo dispersaré por los cuatro vientos.
Eze 5:11 »Por esta razón yo, el SEÑOR omnipotente, juro por mí mismo: Como ustedes han profanado mi santuario con sus ídolos repugnantes y con prácticas detestables, yo los destruiré sin misericordia y sin piedad.
Eze 5:12 Una tercera parte de tu pueblo morirá en tus calles por la peste y por el hambre; otra tercera parte caerá a filo de espada en tus alrededores, y a la tercera parte restante la dispersaré por los cuatro vientos. Yo desenvainaré la espada y perseguiré a la gente.
Eze 5:13 Entonces se apaciguará mi ira, mi enojo contra ellos será saciado, y me daré por satisfecho. Y cuando en mi celo haya desahogado mi enojo contra ellos, sabrán que yo, el SEÑOR, lo he dicho.
Eze 5:14 »Yo te convertiré en un montón de ruinas; te haré objeto de burla de todas las naciones que te rodean. Todos los que pasen junto a ti, lo verán.
Eze 5:15 Cuando yo te castigue con indignación, enojo y durísimos reproches, serás objeto de burla y de oprobio, y motivo de advertencia y escarmiento para las naciones que te rodean. Yo, el SEÑOR, lo he dicho.
Eze 5:16 »Yo te haré blanco del hambre, esa mortífera flecha que todo lo destruye. Dispararé a matar, pues traeré sobre ti hambre y escasez de provisiones.
Eze 5:17 Por si fuera poco, lanzaré contra ti animales salvajes que te dejarán sin hijos. Te verás abrumado por las plagas y por el derramamiento de sangre, pues haré que caigas a filo de espada. Yo, el SEÑOR, lo he dicho.»
Ezequiel 6
Juicio contra la idolatría
Eze 6:1
Profecía contra los montes de Israel
El SEÑOR me dirigió la palabra:
Eze 6:2 «Hijo de hombre, alza tu mirada hacia los cerros de Israel, y profetiza contra ellos.
Eze 6:3 Diles: “Escuchen, cerros de Israel, la palabra del SEÑOR. Esto dice el SEÑOR omnipotente a cerros y colinas, a ríos y valles: ‘Haré que venga contra ustedes la espada, y destruiré sus lugares de culto idolátrico.
Eze 6:4 Despedazaré sus altares, haré añicos sus quemadores de incienso, y haré también que sus muertos caigan frente a sus ídolos malolientes.
Eze 6:5 ¡Sí! Delante de sus ídolos malolientes arrojaré los cadáveres de los israelitas, y esparciré sus huesos en torno a sus altares.
Eze 6:6 No importa dónde vivan ustedes, sus ciudades serán destruidas y sus lugares de culto idolátrico serán devastados. Sus altares quedarán completamente destrozados; sus ídolos malolientes, hechos un montón de ruinas; sus quemadores de incienso, hechos añicos. ¡Todas sus obras desaparecerán!
Eze 6:7 Su propia gente caerá muerta, y así sabrán ustedes que yo soy el SEÑOR.
Eze 6:8 » “’ Pero yo dejaré que algunos de ustedes se escapen de la muerte y queden esparcidos entre las naciones y los pueblos.
Eze 6:9 Los sobrevivientes se acordarán de mí en las naciones donde hayan sido llevados cautivos. Se acordarán de cómo sufrí por culpa de su corazón adúltero, y de cómo se apartaron de mí y se fueron tras sus ídolos malolientes. ¡Sentirán asco de ellos mismos por todas las maldades que hicieron y por sus obras repugnantes!
Eze 6:10 Entonces sabrán que no en vano yo, el SEÑOR, los amenacé con estas calamidades.’”
Eze 6:11 »Así dice el SEÑOR omnipotente: “Aplaude, patalea y grita: ‘¡Felicitaciones por todas las terribles abominaciones del pueblo de Israel!’ Morirán por la espada, el hambre y la peste.
Eze 6:12 Quien esté lejos perecerá por la peste, y quien esté cerca morirá a filo de espada, y el que quede con vida se morirá de hambre. Así descargaré sobre ellos toda mi ira,
Eze 6:13 y sus cadáveres quedarán tendidos entre sus ídolos malolientes y alrededor de sus altares, en las colinas altas y en las cumbres de los cerros, o debajo de todo árbol frondoso y de toda encina tupida, es decir, en los lugares donde ofrecieron incienso de olor agradable a sus ídolos malolientes. ¡Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR!
Eze 6:14 Extenderé mi mano contra ellos, y convertiré en tierra desolada su país y todo lugar donde habiten, desde el desierto hasta Riblá. ¡Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR!” »
Ezequiel 7
El día de la ira del Señor
Eze 7:1
El fin ha llegado
El SEÑOR me dirigió la palabra:
Eze 7:2 «Hijo de hombre, así dice el SEÑOR omnipotente al pueblo de Israel: ¡Te llegó la hora! Ha llegado el fin para todo el país.
Eze 7:3 ¡Te ha llegado el fin! Descargaré mi ira sobre ti; te juzgaré según tu conducta y te pediré cuentas de todas tus acciones detestables.
Eze 7:4 No voy a tratarte con piedad ni a tenerte compasión, sino que te haré pagar cara tu conducta y tus prácticas repugnantes. Así sabrás que yo soy el SEÑOR.
Eze 7:5 »Así dice el SEÑOR omnipotente: ¡Las desgracias se siguen unas a otras!
Eze 7:6 ¡Ya viene la hecatombe; tu fin es inminente!
Eze 7:7 Te ha llegado la hora, habitante del país. Ya viene la hora, ya se acerca el día. En las montañas hay pánico y no alegría.
Eze 7:8 Ya estoy por descargar sobre ti mi furor; desahogaré mi enojo contra ti. Te juzgaré según tu conducta; te pediré cuentas por todas tus acciones detestables.
Eze 7:9 No voy a tratarte con piedad ni a tenerte compasión, sino que te haré pagar cara tu conducta y tus prácticas repugnantes. Así sabrás que yo, el SEÑOR, también puedo herir.
Eze 7:10 »¡Ya llegó el día! ¡Ya está aquí! ¡Tu suerte está echada! Florece la injusticia,[a] germina el orgullo,
Eze 7:11 y la violencia produce frutos de maldad. Nada quedará de ustedes[b] ni de su multitud; nada de su riqueza ni de su opulencia.[c]
Eze 7:12 Llegó la hora; éste es el día. Que no se alegre el que compra ni llore el que vende, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud.
Eze 7:13 Y aunque el vendedor siga con vida, no recuperará lo vendido. Porque no se revocará la visión referente a toda su multitud, y por su culpa nadie podrá conservar la vida.
Eze 7:14 Aunque toquen la trompeta y preparen todo, nadie saldrá a la batalla, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud.
Eze 7:15 »Allá afuera hay guerra; y aquí adentro, peste y hambre. El que esté en el campo morirá a filo de espada, y el que esté en la ciudad se morirá de hambre y de peste.
Eze 7:16 Los que logren escapar se quedarán en las montañas como palomas del valle, cada uno llorando por su maldad.
Eze 7:17 Desfallecerá todo brazo y temblará toda rodilla.
Eze 7:18 Se vestirán de luto, y el terror los dominará. Se llenarán de vergüenza y se convertirán en objeto de burla.[d]
Eze 7:19 La plata la arrojarán a las calles, y el oro lo verán como basura. En el día de la ira del SEÑOR, ni su oro ni su plata podrán salvarlos, ni les servirán para saciar su hambre y llenarse el estómago, porque el oro fue el causante de su caída.
Eze 7:20 Se enorgullecían de sus joyas hermosas, y las usaron para fabricar sus imágenes detestables y sus ídolos despreciables. Por esta razón convertiré esas joyas en algo repugnante.
Eze 7:21 Haré que vengan los extranjeros y se las roben, y que los malvados de la tierra se las lleven y las profanen.
Eze 7:22 Alejaré de ellos mi presencia, y mi templo será profanado; entrarán los invasores y lo profanarán.
Eze 7:23 »Prepara las cadenas[e] porque el país se ha llenado de sangre, y la ciudad está llena de violencia.
Eze 7:24 Haré que las naciones más violentas vengan y se apoderen de sus casas. Pondré fin a la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.
Eze 7:25 Cuando la desesperación los atrape, en vano buscarán la paz.
Eze 7:26 Una tras otra vendrán las desgracias, al igual que las malas noticias. Del profeta demandarán visiones; la instrucción se alejará del sacerdote, y a los jefes del pueblo no les quedarán consejos.
Eze 7:27 El rey hará duelo, el príncipe se cubrirá de tristeza, y temblarán las manos del pueblo. Yo los trataré según su conducta, y los juzgaré según sus acciones. Así sabrán que yo soy el SEÑOR.»
Ezequiel 8
Abominaciones en el templo
Eze 8:1
Idolatría en el templo
En el día quinto del mes sexto del año sexto, yo estaba sentado en mi casa, junto con los jefes de Judá. De pronto, el SEÑOR puso su mano sobre mí.
Eze 8:2 Miré entonces, y vi una figura de aspecto humano: de la cintura para abajo, ardía como fuego; de la cintura para arriba, brillaba como el metal bruñido.
Eze 8:3 Aquella figura extendió lo que parecía ser una mano, y me tomó del cabello. Un viento me sostuvo entre la tierra y el cielo, y en visiones divinas me llevó a la parte norte de Jerusalén, hasta la entrada de la puerta interior, que es donde está el ídolo que provoca los celos de Dios.
Eze 8:4 Allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo.
Eze 8:5 Y Dios me dijo: «Hijo de hombre, levanta la vista hacia el norte.» Yo miré en esa dirección, y en la entrada misma, al norte de la puerta del altar, vi el ídolo que provoca los celos de Dios.
Eze 8:6 También me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves las grandes abominaciones que cometen los israelitas en este lugar, y que me hacen alejarme de mi santuario? Realmente no has visto nada todavía; peores abominaciones verás.»
Eze 8:7 Después me llevó a la entrada del atrio. En el muro había un agujero.
Eze 8:8 Entonces me dijo: «Hijo de hombre, agranda el agujero del muro.» Yo agrandé el agujero en el muro y me encontré con una puerta.
Eze 8:9 Dios me dijo: «Entra y observa las abominaciones que allí cometen.»
Eze 8:10 Yo entré y a lo largo del muro vi pinturas de todo tipo: figuras de reptiles y de otros animales repugnantes, y de todos los malolientes ídolos de Israel.
Eze 8:11 Setenta jefes israelitas estaban de pie frente a los ídolos, rindiéndoles culto. Entre ellos se encontraba Jazanías hijo de Safán. Cada uno tenía en la mano un incensario, del cual subía una fragante nube de incienso.
Eze 8:12 Y él me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen los jefes israelitas en los oscuros nichos de sus ídolos? Andan diciendo: “No hay ningún SEÑOR que nos vea. El SEÑOR ha abandonado el país.” »
Eze 8:13 Y añadió: «Ya los verás cometer mayores atrocidades.»
Eze 8:14 Luego me llevó a la entrada del templo del SEÑOR, a la puerta que da hacia el norte. Allí estaban unas mujeres sentadas, que lloraban por el dios Tamuz.
Eze 8:15 Entonces Dios me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves esto? Pues aún las verás cometer mayores atrocidades.»
Eze 8:16 Y me llevó al atrio interior del templo. A la entrada del templo, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres que estaban mirando hacia el oriente y adoraban al sol, de espaldas al templo del SEÑOR.
Eze 8:17 Me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves esto? ¿Tan poca cosa le parece a Judá cometer tales abominaciones, que también ha llenado la tierra de violencia y no deja de provocarme? ¡Mira cómo me enardecen, pasándome[a] por la nariz sus pestilentes ramos!
Eze 8:18 Por eso, voy a actuar con furor. No les tendré piedad ni compasión. Por más que me imploren a gritos, ¡no los escucharé!»
Salmo 32
Bienaventurados los perdonados
Sal 32:1
Salmo de David. Masquil.
Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados
Sal 32:2 Dichoso aquel a quien el SEÑOR no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño
Sal 32:3 Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día
Sal 32:4 Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Selah
Sal 32:5 Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al SEÑOR», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Selah
Sal 32:6 Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia;[a] caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán
Sal 32:7 Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Selah
Sal 32:8 El SEÑOR dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti
Sal 32:9 No seas como el mulo o el caballo, que no tienen discernimiento, y cuyo brío hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti.»
Sal 32:10 Muchas son las calamidades de los malvados, pero el gran amor del SEÑOR envuelve a los que en él confían.
Sal 32:11 ¡Alégrense, ustedes los justos; regocíjense en el SEÑOR! ¡canten todos ustedes, los rectos de corazón!