Día 146
Job 24
Job 24:1 »Si los tiempos no se esconden del Todopoderoso, ¿por qué no los perciben quienes dicen conocerlo?
Job 24:2 Hay quienes no respetan los linderos, y pastorean ganado robado;
Job 24:3 a los huérfanos los despojan de sus asnos; a las viudas les quitan en prenda sus bueyes;
Job 24:4 apartan del camino a los necesitados; a los pobres del país los obligan a esconderse.
Job 24:5 Como asnos salvajes del desierto, se afanan los pobres por encontrar su presa, y el páramo da de comer a sus hijos.
Job 24:6 En campos ajenos recogen forraje, y en las viñas de los malvados recogen uvas.
Job 24:7 Por no tener ropa, se pasan la noche desnudos; ¡no tienen con qué protegerse del frío!
Job 24:8 Las lluvias de las montañas los empapan; no teniendo más abrigo, se arriman a las peñas.
Job 24:9 Al huérfano se le aparta de los pechos de su madre; al pobre se le retiene a cambio de una deuda.
Job 24:10 Por no tener ropa, andan desnudos; aunque cargados de trigo, van muriéndose de hambre.
Job 24:11 Exprimen aceitunas en las terrazas;[a] pisan uvas en las cubas, pero desfallecen de sed.
Job 24:12 De la ciudad se eleva el clamor de los moribundos; la garganta de los heridos reclama ayuda, ¡pero Dios ni se da por enterado!
Job 24:13 »Hay quienes se oponen a la luz; no viven conforme a ella ni reconocen sus caminos.
Job 24:14 Apenas amanece, se levanta el asesino y mata al pobre y al necesitado; apenas cae la noche, actúa como ladrón.
Job 24:15 Los ojos del adúltero están pendientes de la noche; se dice a sí mismo: “No habrá quien me vea”, y mantiene oculto el rostro.
Job 24:16 Por la noche, entra el ladrón a casa ajena, pero se encierra durante el día; ¡de la luz no quiere saber nada!
Job 24:17 Para todos ellos, la mañana es oscuridad; prefieren el horror de las tinieblas.»
Job 24:18
Interrupción de Zofar[b]
«Los malvados son como espuma sobre el agua; su parcela está bajo maldición; ya no van a trabajar a los viñedos.
Job 24:19 Y así como el calor y la sequía arrebatan con violencia la nieve derretida, así el sepulcro arrebata a los pecadores.
Job 24:20 Su propia madre se olvida de ellos; los gusanos se los comen; nadie vuelve a recordarlos, ¡son desgajados como árboles!
Job 24:21 Maltratan a la estéril, a la mujer sin hijos; jamás buscan el bien de la viuda.
Job 24:22 Pero Dios, con su poder, arrastra a los poderosos; cuando él se levanta, nadie tiene segura la vida.
Job 24:23 Dios los deja sentirse seguros, pero no les quita la vista de encima.
Job 24:24 Por algún tiempo son exaltados, pero luego dejan de existir; son humillados y recogidos como hierba,[c] ¡son cortados como espigas!
Job 24:25 ¿Quién puede probar que es falso lo que digo, y reducir mis palabras a la nada?»
Job 25
Habla Bildad: El hombre no puede ser justo
Job 25:1
Tercer discurso de Bildad
A esto respondió Bildad de Súah:
Job 25:2 «Dios es poderoso e infunde temor; él pone orden[a] en las alturas de los cielos.
Job 25:3 ¿Pueden contarse acaso sus ejércitos? ¿Sobre quién no alumbra su luz?
Job 25:4 ¿Cómo puede el hombre declararse inocente ante Dios? ¿Cómo puede alegar pureza quien ha nacido de mujer?
Job 25:5 Si a sus ojos no tiene brillo la luna, ni son puras las estrellas,
Job 25:6 mucho menos el hombre, simple gusano; ¡mucho menos el hombre, miserable lombriz!»
Job 26
Job responde: La majestad de Dios es inescrutable
Job 26:1
Interrupción de Job
Pero Job intervino:
Job 26:2 «¡Tú sí que ayudas al débil! ¡Tú sí que salvas al que no tiene fuerza!
Job 26:3 ¡Qué consejos sabes dar al ignorante! ¡Qué gran discernimiento has demostrado!
Job 26:4 ¿Quién te ayudó a pronunciar tal discurso? ¿Qué espíritu ha hablado por tu boca?»
Job 26:5
Bildad reanuda su discurso
«Un estremecimiento invade a los muertos, a los que habitan debajo de las aguas.
Job 26:6 Ante Dios, queda el sepulcro al descubierto; nada hay que oculte a este destructor.
Job 26:7 Dios extiende el cielo[a] sobre el vacío; sobre la nada tiene suspendida la tierra.
Job 26:8 En sus nubes envuelve las aguas, pero no revientan las nubes con su peso.
Job 26:9 Cubre la faz de la luna llena al extender sobre ella sus nubes.
Job 26:10 Dibuja el horizonte sobre la faz de las aguas para dividir la luz de las tinieblas.
Job 26:11 Aterrados por su reprensión, tiemblan los pilares de los cielos.
Job 26:12 Con un soplo suyo se despejan los cielos; con su poder Dios agita el mar.
Job 26:13 Con su sabiduría descuartizó a Rahab; con su mano ensartó a la serpiente escurridiza.
Job 26:14 ¡Y esto es sólo una muestra de sus obras,[b] un murmullo que logramos escuchar! ¿Quién podrá comprender su trueno poderoso?»
Job 27
Job continúa: Mantendré mi integridad
Job 27:1
Noveno discurso de Job
Job, retomando la palabra, dijo:
Job 27:2 «Juro por Dios,[a] el Todopoderoso, quien se niega a hacerme justicia, quien me ha amargado el ánimo,
Job 27:3 que mientras haya vida en mí y aliento divino en mi nariz,
Job 27:4 mis labios no pronunciarán maldad alguna, ni mi lengua proferirá mentiras.
Job 27:5 Jamás podré admitir que ustedes tengan la razón; mientras viva, insistiré en mi integridad.
Job 27:6 Insistiré en mi inocencia; no cederé. Mientras viva, no me remorderá la conciencia.
Job 27:7 »¡Que terminen mis enemigos como los malvados y mis adversarios como los injustos!
Job 27:8 ¿Qué esperanza tienen los impíos cuando son eliminados, cuando Dios les quita la vida?
Job 27:9 ¿Escucha Dios su clamor cuando les sobreviene la angustia?
Job 27:10 ¿Acaso se deleitan en el Todopoderoso, o claman a Dios en todo tiempo?
Job 27:11 »¡Yo les voy a mostrar algo del poder de Dios! ¡No les voy a ocultar los planes del Todopoderoso!
Job 27:12 Si ustedes mismos han visto todo esto, ¿a qué viene tanta palabrería?»
Job 27:13
Tercer discurso de Zofar
«Ésta es la herencia que Dios tiene reservada para los malvados; ésta es la herencia que los desalmados recibirán del Todopoderoso:
Job 27:14 No importa cuántos hijos tengan, la espada los aguarda; jamás sus pequeños comerán hasta saciarse.
Job 27:15 La muerte sepultará a quienes les sobrevivan; sus viudas no llorarán por ellos.
Job 27:16 Y aunque amontonen plata como polvo, y apilen vestidos como arcilla,
Job 27:17 será el justo quien se ponga esos vestidos, y el inocente quien reparta esa plata.
Job 27:18 Las casas que construyen parecen larvas de polilla, parecen cobertizo de vigilancia.
Job 27:19 Se acuestan siendo ricos, pero por última vez: cuando despiertan, sus riquezas se han esfumado.
Job 27:20 Les sobreviene un diluvio de terrores; la tempestad los arrebata por la noche.
Job 27:21 El viento del este se los lleva, y desaparecen; los arranca del lugar donde viven.
Job 27:22 Se lanza contra ellos sin clemencia, mientras ellos tratan de huir de su poder.
Job 27:23 Agita las manos y aplaude burlón; entre silbidos, los arranca de su lugar.»
Job 28
Job continúa: ¿Dónde está la sabiduría?
Job 28:1
Elogio de la sabiduría
Hay minas de donde se saca la plata, y crisoles donde se refina el oro.
Job 28:2 El hierro se extrae de la tierra; el cobre se separa de la escoria.
Job 28:3 El minero ha puesto fin a las tinieblas: hurga en los rincones más apartados, busca piedras en la más densa oscuridad.
Job 28:4 Lejos de la gente cava túneles en lugares nunca hollados; lejos de la gente se balancea en el aire.
Job 28:5 Extrae su sustento de la tierra, cuyas entrañas se transforman como por fuego.
Job 28:6 De sus rocas se obtienen zafiros, y en el polvo se encuentra oro.
Job 28:7 No hay ave rapaz que conozca ese escondrijo ni ojo de halcón que lo haya descubierto.
Job 28:8 Ninguna bestia salvaje ha puesto allí su pie; tampoco merodean allí los leones.
Job 28:9 La mano del minero ataca el pedernal y pone al descubierto la raíz de las montañas.
Job 28:10 Abre túneles en la roca, y sus ojos contemplan todos sus tesoros.
Job 28:11 Anda en busca de[a] las fuentes de los ríos, y trae a la luz cosas ocultas.
Job 28:12 Pero, ¿dónde se halla la sabiduría? ¿Dónde habita la inteligencia?
Job 28:13 Nadie sabe lo que ella vale, pues no se encuentra en este mundo.
Job 28:14 «Aquí no está», dice el océano; «Aquí tampoco», responde el mar.
Job 28:15 No se compra con el oro más fino, ni su precio se calcula en plata.
Job 28:16 No se compra con oro refinado,[b] ni con ónice ni zafiros.
Job 28:17 Ni el oro ni el cristal se comparan con ella, ni se cambia por áureas joyas.
Job 28:18 ¡Para qué mencionar el coral y el jaspe! ¡La sabiduría vale más que los rubíes!
Job 28:19 El topacio de Cus no se le iguala, ni es posible comprarla con oro puro.
Job 28:20 ¿De dónde, pues, viene la sabiduría? ¿Dónde habita la inteligencia?
Job 28:21 Se esconde de los ojos de toda criatura; ¡hasta de las aves del cielo se oculta!
Job 28:22 La destrucción y la muerte afirman: «Algo acerca de su fama llegó a nuestros oídos.»
Job 28:23 Sólo Dios sabe llegar hasta ella; sólo él sabe dónde habita.
Job 28:24 Él puede ver los confines de la tierra; él ve todo lo que hay bajo los cielos.
Job 28:25 Cuando él establecía la fuerza del viento y determinaba el volumen de las aguas,
Job 28:26 cuando dictaba el decreto para las lluvias y la ruta de las tormentas,
Job 28:27 miró entonces a la sabiduría y ponderó su valor; la puso a prueba y la confirmó.
Job 28:28 Y dijo a los mortales: «Temer al Señor: ¡eso es sabiduría! Apartarse del mal: ¡eso es discernimiento!»
Salmo 141
Escucha mi voz
Sal 141:1
Salmo de David.
A ti clamo, SEÑOR; ven pronto a mí. ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo!
Sal 141:2 Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso; que hacia ti se eleven mis manos como un sacrificio vespertino.
Sal 141:3 SEÑOR, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios.
Sal 141:4 No permitas que mi corazón se incline a la maldad, ni que sea yo cómplice de iniquidades; no me dejes participar de banquetes en compañía de malhechores.
Sal 141:5 Que la justicia me golpee, que el amor me reprenda; pero que el ungüento de los malvados no perfume mi cabeza, pues mi oración está siempre en contra de sus malas obras.
Sal 141:6 Cuando sus gobernantes sean lanzados desde los despeñaderos, sabrán que mis palabras eran bien intencionadas.
Sal 141:7 Y dirán: «Así como se dispersa la tierra cuando en ella se abren surcos con el arado, así se han dispersado nuestros huesos a la orilla del sepulcro.»
Sal 141:8 En ti, SEÑOR Soberano, tengo puestos los ojos; en ti busco refugio; no dejes que me maten.
Sal 141:9 Protégeme de las trampas que me tienden, de las trampas que me tienden los malhechores.
Sal 141:10 Que caigan los impíos en sus propias redes, mientras yo salgo bien librado.