Día 67

06 La Tierra Prometida

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Josué 9

El ardid de los gabaonitas

Jos 9:1

Astucia de los gabaonitas

Había reyes que vivían en el lado occidental del Jordán, en la montaña, en la llanura y a lo largo de la costa del Mediterráneo, hasta el Líbano: hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos. Cuando estos monarcas se enteraron de lo sucedido,

Jos 9:2 se aliaron bajo un solo mando para hacer frente a Josué y a los israelitas.

Jos 9:3 Los gabaonitas, al darse cuenta de cómo Josué había tratado a las ciudades de Jericó y de Hai,

Jos 9:4 maquinaron un plan. Enviaron unos mensajeros, cuyos asnos llevaban costales viejos y odres para el vino, rotos y remendados.

Jos 9:5 Iban vestidos con ropa vieja y tenían sandalias gastadas y remendadas. El pan que llevaban para comer estaba duro y hecho migas.

Jos 9:6 Fueron al campamento de Guilgal, donde estaba Josué, y les dijeron a él y a los israelitas: —Venimos de un país muy lejano. Queremos hacer un tratado con ustedes.

Jos 9:7 Los israelitas replicaron: —Tal vez ustedes son de por acá y, en ese caso, no podemos hacer ningún tratado con ustedes.

Jos 9:8 Ellos le dijeron a Josué: —Nosotros estamos dispuestos a servirles. Y Josué les preguntó: —¿Quiénes son ustedes y de dónde vienen?

Jos 9:9 Ellos respondieron: —Nosotros somos sus siervos, y hemos venido de un país muy distante, hasta donde ha llegado la fama del SEÑOR su Dios. Nos hemos enterado de todo lo que él hizo en Egipto

Jos 9:10 y de lo que les hizo a los dos reyes amorreos al este del Jordán: Sijón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, el que residía en Astarot.

Jos 9:11 Por eso los habitantes de nuestro país, junto con nuestros dirigentes, nos pidieron que nos preparáramos para el largo viaje y que les diéramos a ustedes el siguiente mensaje: “Deseamos ser siervos de ustedes; hagamos un tratado.”

Jos 9:12 Cuando salimos para acá, nuestro pan estaba fresco y caliente, pero ahora, ¡mírenlo! Está duro y hecho migas.

Jos 9:13 Estos odres estaban nuevecitos y repletos de vino, y ahora, tal como pueden ver, están todos rotos. Y nuestra ropa y sandalias están gastadas por el largo viaje.

Jos 9:14 Los hombres de Israel participaron de las provisiones de los gabaonitas, pero no consultaron al SEÑOR.

Jos 9:15 Entonces Josué hizo con ellos un tratado de ayuda mutua y se comprometió a perdonarles la vida. Y los jefes israelitas ratificaron el tratado.

Jos 9:16 Tres días después de haber concluido el tratado con los gabaonitas, los israelitas se enteraron de que eran sus vecinos y vivían en las cercanías.

Jos 9:17 Por eso se pusieron en marcha, y al tercer día llegaron a sus ciudades: Gabaón, Cafira, Berot y Quiriat Yearín.

Jos 9:18 Pero los israelitas no los atacaron porque los jefes de la comunidad les habían jurado en nombre del SEÑOR, Dios de Israel, perdonarles la vida. Y aunque toda la comunidad se quejó contra sus jefes,

Jos 9:19 éstos contestaron: —Hemos hecho un juramento en nombre del SEÑOR, y no podemos hacerles ningún daño.

Jos 9:20 Esto es lo que haremos con ellos: les perdonaremos la vida, para que no caiga sobre nosotros el castigo divino por quebrantar el juramento que hicimos.

Jos 9:21 Luego añadieron: —Se les permitirá vivir, pero a cambio de ser los leñadores y aguateros de la comunidad. De ese modo, los jefes de la comunidad cumplieron su promesa.

Jos 9:22 Entonces Josué llamó a los gabaonitas y les reclamó: —¿Por qué nos engañaron con el cuento de que eran de tierras lejanas, cuando en verdad son nuestros vecinos?

Jos 9:23 A partir de ahora, ésta será su maldición: serán por siempre sirvientes del templo de mi Dios, responsables de cortar la leña y de acarrear el agua.

Jos 9:24 Los gabaonitas contestaron: —Nosotros, servidores suyos, fuimos bien informados de que el SEÑOR su Dios ordenó a su siervo Moisés que les diera toda esta tierra y que destruyera a todos sus habitantes. Temimos tanto por nuestra vida que decidimos hacer lo que ya saben.

Jos 9:25 Estamos a merced de ustedes. Hagan con nosotros lo que les parezca justo y bueno.

Jos 9:26 Así salvó Josué a los gabaonitas de morir a manos del pueblo de Israel.

Jos 9:27 Ese mismo día Josué los hizo leñadores y aguateros de la asamblea israelita, especialmente del altar del SEÑOR que está en el lugar que él mismo eligió. Y así han permanecido hasta el día de hoy.

Josué 10

El sol se detiene

Jos 10:1

Ataque de los reyes amorreos

Adonisédec, rey de Jerusalén, se enteró de que Josué había tomado la ciudad de Hai y la había destruido completamente, pues Josué hizo con Hai y su rey lo mismo que había hecho con Jericó y su rey. Adonisédec también supo que los habitantes de Gabaón habían hecho un tratado de ayuda mutua con los israelitas y se habían quedado a vivir con ellos.

Jos 10:2 Esto, por supuesto, alarmó grandemente a Adonisédec y a su gente, porque Gabaón era más importante y más grande que la ciudad de Hai; era tan grande como las capitales reales, y tenía un ejército poderoso.

Jos 10:3 Por eso Adonisédec envió un mensaje a los siguientes reyes: Hohán de Hebrón, Pirán de Jarmut, Jafía de Laquis, y Debir de Eglón.

Jos 10:4 El mensaje decía: «Únanse a mí y conquistemos a Gabaón, porque ha hecho un tratado de ayuda mutua con Josué y los israelitas.»

Jos 10:5 Entonces los cinco reyes amorreos de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón se unieron y marcharon con sus ejércitos para acampar frente a Gabaón y atacarla.

Jos 10:6

Derrota de los reyes amorreos

Los gabaonitas, por su parte, enviaron el siguiente mensaje a Josué, que estaba en Guilgal: «No abandone usted a estos siervos suyos. ¡Venga de inmediato y sálvenos! Necesitamos su ayuda, porque todos los reyes amorreos de la región montañosa se han aliado contra nosotros.»

Jos 10:7 Josué salió de Guilgal con todo su ejército, acompañados de su comando especial.

Jos 10:8 Y el SEÑOR le dijo a Josué: «No tiembles ante ellos, pues yo te los entrego; ninguno de ellos podrá resistirte.»

Jos 10:9 Después de marchar toda la noche desde Guilgal, Josué los atacó por sorpresa.

Jos 10:10 A su vez, el SEÑOR llenó de pánico a los amorreos ante la presencia del ejército israelita, y éste les infligió una tremenda derrota en Gabaón. A los que huyeron los persiguieron por el camino de Bet Jorón, y acabaron con ellos por toda la vía que va a Azeca y Maquedá.

Jos 10:11 Mientras los amorreos huían de Israel, entre Bet Jorón y Azeca, el SEÑOR mandó del cielo una tremenda granizada que mató a más gente de la que el ejército israelita había matado a filo de espada.

Jos 10:12 Ese día en que el SEÑOR entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al SEÑOR en presencia de todo el pueblo: «Sol, deténte en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón.»

Jos 10:13 El sol se detuvo y la luna se paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios. Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero.

Jos 10:14 Nunca antes ni después ha habido un día como aquél; fue el día en que el SEÑOR obedeció la orden de un ser humano. ¡No cabe duda de que el SEÑOR estaba peleando por Israel!

Jos 10:15 Al terminar todo, Josué regresó a Guilgal con todo el ejército israelita.

Cinco reyes amorreos ejecutados

Jos 10:16

Muerte de los reyes amorreos

Los cinco reyes habían huido y se habían refugiado en una cueva en Maquedá.

Jos 10:17 Tan pronto como Josué supo que habían hallado a los cinco reyes en la cueva,

Jos 10:18 dio la siguiente orden: «Coloquen rocas a la entrada de la cueva y pongan unos guardias para que la vigilen.

Jos 10:19 ¡Que nadie se detenga! Persigan a los enemigos y atáquenlos por la retaguardia. No les permitan llegar a sus ciudades. ¡El SEÑOR, Dios de ustedes, ya se los ha entregado!»

Jos 10:20 Josué y el ejército israelita exterminaron a sus enemigos; muy pocos de éstos pudieron refugiarse en las ciudades amuralladas.

Jos 10:21 Finalmente, todos los israelitas retornaron a Maquedá sanos y salvos. ¡Nadie en la comarca se atrevía a decir nada contra Israel!

Jos 10:22 Entonces Josué mandó que destaparan la entrada de la cueva y que le trajeran los cinco reyes amorreos.

Jos 10:23 De inmediato sacaron a los cinco reyes de la cueva: los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón.

Jos 10:24 Cuando se los trajeron, Josué convocó a todo el ejército israelita y les ordenó a todos los comandantes que lo habían acompañado: «Acérquense y písenles el cuello a estos reyes.» Los comandantes obedecieron al instante.

Jos 10:25 Entonces Josué les dijo: «No teman ni den un paso atrás; al contrario, sean fuertes y valientes. Esto es exactamente lo que el SEÑOR hará con todos los que ustedes enfrenten en batalla.»

Jos 10:26 Dicho esto, Josué mató a los reyes, los colgó en cinco árboles, y allí los dejó hasta el atardecer.

Jos 10:27 Cuando ya el sol estaba por ponerse, Josué mandó que los descolgaran de los árboles y los arrojaran en la misma cueva donde antes se habían escondido. Entonces taparon la cueva con unas enormes rocas, que permanecen allí hasta el día de hoy.

Jos 10:28 Ese mismo día Josué tomó Maquedá y mató a filo de espada a su rey y a todos sus habitantes; ¡nadie quedó con vida! Y al rey de Maquedá le sucedió lo mismo que al rey de Jericó.

La conquista del sur de Canaán

Jos 10:29

Conquista de las ciudades del sur

De Maquedá, Josué y todo Israel se dirigieron a Libná y la atacaron.

Jos 10:30 El SEÑOR entregó en manos de Israel al rey y a sus habitantes. Josué pasó a filo de espada a todos sus habitantes; nadie quedó con vida. Y al rey de Libná le sucedió lo mismo que al rey de Jericó.

Jos 10:31 De Libná, Josué y todo Israel se dirigieron a Laquis. El ejército la sitió y la atacó.

Jos 10:32 El SEÑOR la entregó en manos de Israel, y al segundo día la conquistaron. Todos en Laquis murieron a filo de espada, tal como había sucedido con Libná.

Jos 10:33 Además, Horán, rey de Guézer, que había salido a defender a Laquis, fue totalmente derrotado junto con su ejército; nadie sobrevivió a la espada de Josué.

Jos 10:34 De Laquis, Josué y todo Israel se dirigieron a Eglón. Sitiaron la ciudad y la atacaron.

Jos 10:35 En un solo día la conquistaron y destruyeron a todos a filo de espada, tal como lo habían hecho con Laquis.

Jos 10:36 De Eglón, Josué y todo Israel se dirigieron a Hebrón, y la atacaron.

Jos 10:37 El ejército israelita tomó la ciudad y la pasó a filo de espada, de modo que nadie, ni el rey ni ninguno de los habitantes de la ciudad y de sus aldeas, escapó con vida. Y tal como sucedió en Eglón, Hebrón fue destruida completamente.

Jos 10:38 De Hebrón, Josué y todo Israel se dirigieron a Debir y la atacaron.

Jos 10:39 Se apoderaron de la ciudad, de su rey y de todas sus aldeas, y mataron a filo de espada a todos sus habitantes. Nadie quedó con vida; todo fue arrasado. A Debir le sucedió lo mismo que les había sucedido a Libná, a Hebrón y a sus respectivos reyes.

Jos 10:40 Así Josué conquistó toda aquella región: la cordillera, el Néguev, los llanos y las laderas. Derrotó a todos sus reyes, sin dejar ningún sobreviviente. ¡Todo cuanto tenía aliento de vida fue destruido completamente! Esto lo hizo según el mandato del SEÑOR, Dios de Israel.

Jos 10:41 Josué conquistó a todos, desde Cades Barnea hasta Gaza, y desde la región de Gosén hasta Gabaón.

Jos 10:42 A todos esos reyes y sus territorios Josué los conquistó en una sola expedición, porque el SEÑOR, Dios de Israel, combatía por su pueblo.

Jos 10:43 Después Josué regresó al campamento de Guilgal junto con todo el ejército israelita.

Josué 11

Conquistas en el norte de Canaán

Jos 11:1

Conquista de los reinos del norte

Cuando Jabín, rey de Jazor, se enteró de todo lo ocurrido, convocó a Jobab, rey de Madón, y a los reyes de Simrón y de Acsaf.

Jos 11:2 También llamó a los reyes de la región montañosa del norte; a los de la región al sur del lago Quinéret;[a] a los de los valles, y a los de Nafot Dor,[b] al occidente.

Jos 11:3 Llamó además a los cananeos de oriente y occidente, a los amorreos, a los hititas, a los ferezeos, a los jebuseos de las montañas y a los heveos que viven en las laderas del monte Hermón en Mizpa.

Jos 11:4 Todos ellos salieron con sus ejércitos, caballos y carros de guerra. Eran tan numerosos que parecían arena a la orilla del mar.

Jos 11:5 Formaron un solo ejército y acamparon junto a las aguas de Merón para pelear contra Israel.

Jos 11:6 Entonces el SEÑOR le dijo a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana, a esta hora, yo le entregaré muerto a Israel todo ese ejército. Ustedes, por su parte, deberán desjarretar sus caballos e incendiar sus carros de guerra.»

Jos 11:7 Así que Josué partió acompañado de sus guerreros y tomó por sorpresa a sus enemigos junto a las aguas de Merón.

Jos 11:8 El SEÑOR los entregó en manos de los israelitas, quienes los atacaron y persiguieron hasta la gran ciudad de Sidón, y hasta Misrefot Mayin y el valle de Mizpa al este, y no quedaron sobrevivientes.

Jos 11:9 Josué cumplió con todo lo que el SEÑOR le había ordenado: desjarretó los caballos del enemigo e incendió sus carros de guerra.

Jos 11:10 Al regreso Josué conquistó Jazor y mató a filo de espada a su rey, pues Jazor había sido cabecera de todos aquellos reinados.

Jos 11:11 Los israelitas mataron a espada a todo cuanto tenía vida. Arrasaron la ciudad y le prendieron fuego.

Jos 11:12 Josué conquistó todas las ciudades de aquellos reinos junto con sus reyes; a éstos mató a filo de espada, destruyéndolos por completo. Así obedeció Josué todo lo que Moisés, siervo del SEÑOR, le había mandado.

Jos 11:13 Las ciudades que estaban sobre los cerros fueron las únicas que los israelitas no quemaron, excepto Jazor.

Jos 11:14 Tomaron como botín de guerra todas las pertenencias del enemigo y su ganado, y mataron a todos los hombres a filo de espada, de modo que ninguno quedó con vida.

Jos 11:15 Así como el SEÑOR había ordenado a su siervo Moisés, también Moisés se lo ordenó a Josué. Y éste, por su parte, cumplió al pie de la letra todo lo que el SEÑOR le había ordenado a Moisés.

Jos 11:16

Síntesis de la conquista

Josué logró conquistar toda aquella tierra: la región montañosa, todo el Néguev, toda la región de Gosén, el valle, el Arabá, la región montañosa de Israel y su valle.

Jos 11:17 También se apoderó de todos los territorios, desde la montaña de Jalac que se eleva hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, a las faldas del monte Hermón. Josué capturó a todos los reyes de esa región y los ejecutó,

Jos 11:18 después de combatir con ellos por largo tiempo.

Jos 11:19 Ninguna ciudad hizo tratado de ayuda mutua con los israelitas, excepto los heveos de Gabaón. A todas esas ciudades Josué las derrotó en el campo de batalla,

Jos 11:20 porque el SEÑOR endureció el corazón de los enemigos para que entablaran guerra con Israel. Así serían exterminados sin compasión alguna, según el mandato que el SEÑOR le había dado a Moisés.

Jos 11:21 En aquel tiempo Josué destruyó a los anaquitas del monte Hebrón, de Debir, de Anab y de la región montañosa de Judá e Israel. Habitantes y ciudades fueron arrasados por Josué.

Jos 11:22 Ningún anaquita quedó con vida en la tierra que ocupó el pueblo de Israel. Su presencia se redujo sólo a Gaza, Gat y Asdod.

Jos 11:23 Así logró Josué conquistar toda aquella tierra, conforme a la orden que el SEÑOR le había dado a Moisés, y se la entregó como herencia al pueblo de Israel, según la distribución tribal. Por fin, aquella región descansó de las guerras.

Josué 12

Reyes derrotados por Moisés

Jos 12:1

Reyes derrotados por Moisés

Los israelitas derrotaron a dos reyes cuyos territorios se extendían al este del río Jordán, desde el arroyo Arnón hasta el monte Hermón, y abarcaban el Arabá al oriente.

Jos 12:2 Uno de ellos era Sijón, rey de los amorreos, cuyo trono estaba en Hesbón. Este rey gobernaba desde Aroer, ciudad asentada a orillas del arroyo Arnón, hasta el arroyo Jaboc, que era la frontera del territorio de los amonitas. El territorio de Sijón incluía la cuenca del valle y la mitad de Galaad.

Jos 12:3 Abarcaba también la parte oriental del Arabá hasta el lago Quinéret,[a] y de allí al mar del sur, que es el Mar Muerto, por la vía de Bet Yesimot y, más al sur, hasta las laderas del monte Pisgá.

Jos 12:4 El otro rey era Og, rey de Basán, uno de los últimos refaítas, que residía en Astarot y Edrey.

Jos 12:5 Este rey gobernaba desde el monte Hermón, en Salcá, y en toda la región de Basán, hasta la frontera de Guesur y de Macá, y en la mitad de Galaad, hasta la frontera del territorio de Sijón, rey de Hesbón.

Jos 12:6 Los israelitas bajo el mando de Moisés derrotaron a estos reyes. Y Moisés repartió aquel territorio entre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés.

Reyes derrotados por Josué

Jos 12:7

Reyes derrotados por Josué

A continuación aparece la lista de los reyes que los israelitas derrotaron bajo el mando de Josué. Sus territorios se encontraban al lado occidental del río Jordán, y se extendían desde Baal Gad, en el valle del Líbano, hasta el monte Jalac, que asciende hacia Seír. Josué entregó las tierras de estos reyes como propiedad a las tribus de Israel, según las divisiones tribales.

Jos 12:8 Tales territorios comprendían la región montañosa, los valles occidentales, el Arabá, las laderas, el desierto y el Néguev. Esas tierras habían pertenecido a los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos. Ésta es la lista de reyes:

Jos 12:9 el rey de Jericó, el rey de Hai, ciudad cercana a Betel,

Jos 12:10 el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón,

Jos 12:11 el rey de Jarmut, el rey de Laquis,

Jos 12:12 el rey de Eglón, el rey de Guézer,

Jos 12:13 el rey de Debir, el rey de Guéder,

Jos 12:14 el rey de Jormá, el rey de Arad,

Jos 12:15 el rey de Libná, el rey de Adulán,

Jos 12:16 el rey de Maquedá, el rey de Betel,

Jos 12:17 el rey de Tapúaj, el rey de Héfer,

Jos 12:18 el rey de Afec, el rey de Sarón,

Jos 12:19 el rey de Madón, el rey de Jazor,

Jos 12:20 el rey de Simrón Merón, el rey de Acsaf,

Jos 12:21 el rey de Tanac, el rey de Meguido,

Jos 12:22 el rey de Cedes, el rey de Jocneán que está en el Carmelo,

Jos 12:23 el rey de Dor que está en Nafot Dor,[b] el rey Goyim de Guilgal

Jos 12:24 y el rey de Tirsá. Eran treinta y un reyes en total.

Salmo 67

Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros

Sal 67:1

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Salmo. Cántico.

Dios nos tenga compasión y nos bendiga; Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, Selah

Sal 67:2 para que se conozcan en la tierra sus caminos, y entre todas las naciones su salvación.

Sal 67:3 Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben.

Sal 67:4 Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú las gobiernas con rectitud; ¡tú guías a las naciones de la tierra! Selah

Sal 67:5 Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben.

Sal 67:6 La tierra dará entonces su fruto, y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá.

Sal 67:7 Dios nos bendecirá, y le temerán todos los confines de la tierra.