Día 104

07 El Auge y Caída del Reino de Israel

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2 Reyes 12

2Re 12:1

Joás, rey de Judá

12:1-21—2Cr 24:1-14, 23-27

En el año séptimo del reinado de Jehú, Joás comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cuarenta años. Su madre era Sibia, oriunda de Berseba.

2Re 12:2 Joás hizo durante toda su vida lo que agrada al SEÑOR, pues siguió las enseñanzas del sacerdote Joyadá.[a]

2Re 12:3 Sin embargo, no se quitaron los altares paganos, sino que el pueblo continuó ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.

Joás repara el templo

2Re 12:4 Un día Joás ordenó a los sacerdotes: «Recojan todo el dinero que cada persona traiga al templo del SEÑOR como ofrenda sagrada, incluso el impuesto del censo, el dinero de votos personales y todas las ofrendas voluntarias.

2Re 12:5 Cada sacerdote debe tomar el dinero de manos de su propio tesorero,[b] y usarlo para restaurar el templo y reparar todo lo que esté dañado.»

2Re 12:6 En el año veintitrés del reinado de Joás sucedió que, como los sacerdotes no habían hecho reparaciones al templo,

2Re 12:7 el rey llamó al sacerdote Joyadá y a los otros sacerdotes, y les recriminó: «¿Por qué no han comenzado la restauración del templo? De aquí en adelante, ya no recibirán dinero de manos de los tesoreros, y deberán entregar lo que tengan para que se repare el templo.»

2Re 12:8 Los sacerdotes accedieron a no recibir más dinero del pueblo, y renunciaron al encargo de restaurar el templo.

2Re 12:9 Sin embargo, el sacerdote Joyadá tomó un cofre y, después de hacer una ranura en la tapa, lo puso junto al altar, a la derecha, según se entra en el templo del SEÑOR. Los sacerdotes que vigilaban la entrada comenzaron a poner en el cofre todo el dinero que la gente traía al templo del SEÑOR.

2Re 12:10 Cuando veían que el cofre ya estaba lleno, subía el secretario real con el sumo sacerdote para vaciarlo[c] y contar el dinero que había en el templo del SEÑOR.

2Re 12:11 Una vez determinada la cantidad, entregaban el dinero a los que supervisaban la restauración del templo. Éstos les pagaban a los que trabajaban allí en el templo: carpinteros, maestros de obra,

2Re 12:12 albañiles y canteros. También compraban madera y piedras de cantería, y cubrían todos los gastos necesarios para restaurar el templo del SEÑOR.

2Re 12:13 Sin embargo, del dinero que se traía al templo del SEÑOR, no se usaba nada para hacer copas, despabiladeras, aspersorios y trompetas, ni otros utensilios de plata y oro,

2Re 12:14 sino que ese dinero se les entregaba a los trabajadores, que lo usaban para reparar el templo.

2Re 12:15 A los que estaban encargados de pagar a los trabajadores no se les pedían cuentas, pues procedían con toda honradez.

2Re 12:16 El dinero de los sacrificios expiatorios y por la culpa no era para el templo del SEÑOR, pues pertenecía a los sacerdotes.

2Re 12:17 Por aquel tiempo, Jazael, rey de Siria, atacó la ciudad de Gat y la conquistó; luego se propuso atacar a Jerusalén.

2Re 12:18 Por eso Joás, rey de Judá, recogió todos los objetos que habían consagrado sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, reyes de Judá, junto con los que él mismo había consagrado, más todo el oro que pudo encontrar entre los tesoros del templo del SEÑOR y en el palacio real. Todo esto se lo envió a Jazael, rey de Siria, el cual se retiró de Israel.

La muerte de Joás

2Re 12:19 Los demás acontecimientos del reinado de Joás, y todo lo que hizo, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

2Re 12:20 Sus propios ministros conspiraron contra él y lo asesinaron en Bet Miló,[d] camino a Sila.

2Re 12:21 Quienes lo atacaron fueron Josacar hijo de Simat y Jozabad hijo de Semer. Así murió Joás, y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David. Y su hijo Amasías lo sucedió en el trono.

2 Reyes 13

Joacaz rey de Israel

2Re 13:1

Joacaz, rey de Israel

En el año veintitrés del reinado de Joás hijo de Ocozías, rey de Judá, Joacaz hijo de Jehú ascendió al trono de Israel, y reinó en Samaria diecisiete años.

2Re 13:2 Joacaz hizo lo que ofende al SEÑOR, pues siguió el mal ejemplo de Jeroboán hijo de Nabat y no se apartó del pecado con que éste hizo pecar a Israel.

2Re 13:3 Por eso la ira del SEÑOR se encendió contra los israelitas y, por mucho tiempo, los puso bajo el poder de Jazael, rey de Siria, y de su hijo Ben Adad.

2Re 13:4 Entonces Joacaz clamó al SEÑOR, y él lo escuchó, pues vio la gran opresión del rey de Siria sobre Israel.

2Re 13:5 El SEÑOR les proveyó un libertador, de modo que los israelitas pudieron librarse del poder de los sirios y vivir tranquilos,[a] como antes.

2Re 13:6 Sin embargo, siguieron el mal ejemplo de la familia de Jeroboán y no se apartaron de los pecados con que éstos hicieron pecar a Israel, y hasta dejaron en pie la imagen de la diosa Aserá, que estaba en Samaria.

2Re 13:7 Del ejército no le habían quedado a Joacaz más que cincuenta jinetes, diez carros de combate y diez mil soldados de infantería, pues el rey de Siria había destruido el ejército, aniquilándolo por completo.

2Re 13:8 Los demás acontecimientos del reinado de Joacaz, y todo lo que hizo y su poderío, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

2Re 13:9 Joacaz murió y fue sepultado en Samaria. Y su hijo Joás lo sucedió en el trono.

Joás rey de Israel

2Re 13:10

Joás, rey de Israel

En el año treinta y siete del reinado de Joás, rey de Judá, Joás hijo de Joacaz ascendió al trono de Israel, y reinó en Samaria dieciséis años.

2Re 13:11 Joás hizo lo que ofende al SEÑOR, pues siguió el mal ejemplo de Jeroboán hijo de Nabat y no se apartó de ninguno de los pecados con que éste hizo pecar a Israel.

2Re 13:12 Los demás acontecimientos del reinado de Joás, y todo lo que hizo y su poderío, incluso la guerra que sostuvo contra Amasías, rey de Judá, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

2Re 13:13 Joás murió y fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel. Y Jeroboán lo sucedió en el trono.

La muerte de Eliseo

2Re 13:14

Muerte de Eliseo

Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, Joás, rey de Israel, fue a verlo. Echándose sobre él, lloró y exclamó: —¡Padre mío, padre mío, carro y fuerza conductora de Israel!

2Re 13:15 Eliseo le dijo: —Consigue un arco y varias flechas. Joás así lo hizo.

2Re 13:16 Luego Eliseo le dijo: —Empuña el arco. Cuando el rey empuñó el arco, Eliseo puso las manos sobre las del rey

2Re 13:17 y le dijo: —Abre la ventana que da hacia el oriente. Joás la abrió, y Eliseo le ordenó: —¡Dispara! Así lo hizo. Entonces Eliseo declaró: —¡Flecha victoriosa del SEÑOR! ¡Flecha victoriosa contra Siria! ¡Tú vas a derrotar a los sirios en Afec hasta acabar con ellos!

2Re 13:18 Así que toma las flechas —añadió. El rey las tomó, y Eliseo le ordenó: —¡Golpea el suelo! Joás golpeó el suelo tres veces, y se detuvo.

2Re 13:19 Ante eso, el hombre de Dios se enojó y le dijo: —Debiste haber golpeado el suelo cinco o seis veces; entonces habrías derrotado a los sirios hasta acabar con ellos. Pero ahora los derrotarás sólo tres veces.

2Re 13:20 Después de esto, Eliseo murió y fue sepultado. Cada año, bandas de guerrilleros moabitas invadían el país.

2Re 13:21 En cierta ocasión, unos israelitas iban a enterrar a un muerto, pero de pronto vieron a esas bandas y echaron el cadáver en la tumba de Eliseo. Cuando el cadáver tocó los huesos de Eliseo, ¡el hombre recobró la vida y se puso de pie!

2Re 13:22

Jazael oprime a los israelitas

Durante el reinado de Joacaz, Jazael, rey de Siria, oprimió a los israelitas.

2Re 13:23 Sin embargo, el SEÑOR tuvo misericordia de ellos. Por causa del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob, se compadeció de los israelitas y los preservó, y hasta el día de hoy no ha querido destruirlos ni arrojarlos de su presencia.

2Re 13:24 Cuando murió Jazael, rey de Siria, lo sucedió en el trono su hijo Ben Adad.

2Re 13:25 Entonces Joás hijo de Joacaz logró rescatar del poder de Ben Adad las ciudades que éste le había arrebatado a Joacaz. En tres ocasiones Joás logró derrotarlo, de modo que pudo recuperar las ciudades de Israel.

2 Reyes 14

Amasías rey de Judá

2Re 14:1

Amasías, rey de Judá

14:1-7—2Cr 25:1-4, 11-12

14:8-22—2Cr 25:17-26:2

En el segundo año de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel, Amasías hijo de Joás, rey de Judá, ascendió al trono.

2Re 14:2 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre era Joadán, oriunda de Jerusalén.

2Re 14:3 Amasías hizo lo que agrada al SEÑOR, aunque no como lo había hecho su antepasado David. En todo siguió el ejemplo de su padre Joás,

2Re 14:4 pero no se quitaron los altares paganos, sino que el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.

2Re 14:5 Después de afianzarse en el poder, Amasías ajustició a los ministros que habían asesinado a su padre el rey.

2Re 14:6 Sin embargo, según lo que ordenó el SEÑOR, no mató a los hijos de los asesinos, pues está escrito en el libro de la ley de Moisés: «A los padres no se les dará muerte por la culpa de sus hijos, ni a los hijos se les dará muerte por la culpa de sus padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado.»[a]

2Re 14:7 Amasías derrotó a diez mil edomitas en el valle de la Sal; también conquistó la ciudad de Selá y le puso por nombre Joctel, que es como se conoce hasta el día de hoy.

2Re 14:8 Por aquel tiempo, Amasías envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel, con este reto: «¡Sal para que nos enfrentemos!»

2Re 14:9 Pero Joás, rey de Israel, le respondió a Amasías, rey de Judá: «El cardo del Líbano le mandó este mensaje al cedro: “Entrega a tu hija como esposa a mi hijo.” Pero luego pasaron por allí las fieras del Líbano, y aplastaron al cardo.

2Re 14:10 De hecho, has derrotado a los edomitas, y el éxito se te ha subido a la cabeza. Está bien, jáctate si quieres, pero quédate en casa. ¿Para qué provocas una desgracia que significará tu perdición y la de Judá?»

2Re 14:11 Amasías no le hizo caso. Así que Joás, rey de Israel, marchó a Bet Semes, en Judá, para enfrentarse con él.

2Re 14:12 Los israelitas batieron a los de Judá, y éstos huyeron a sus hogares.

2Re 14:13 En Bet Semes, Joás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás y nieto de Ocozías. Luego fue a Jerusalén y derribó ciento ochenta metros[b] de la muralla, desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la Esquina.

2Re 14:14 Además, se apoderó de todo el oro, la plata y los utensilios que había en el templo del SEÑOR y en el tesoro del palacio real. También tomó rehenes, y regresó a Samaria.

2Re 14:15 Los demás acontecimientos del reinado de Joás, y todo lo que hizo y su poderío, incluso la guerra que sostuvo contra Amasías, rey de Judá, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

2Re 14:16 Joás murió y fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel. Y su hijo Jeroboán lo sucedió en el trono.

2Re 14:17 Amasías hijo de Joás, rey de Judá, sobrevivió quince años a Joás hijo de Joacaz, rey de Israel.

2Re 14:18 Los demás acontecimientos del reinado de Amasías están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.

2Re 14:19 Como se tramó una conspiración contra él en Jerusalén, Amasías huyó a Laquis; pero lo persiguieron y allí lo mataron.

2Re 14:20 Luego lo llevaron a caballo hasta Jerusalén, la Ciudad de David, y allí fue sepultado con sus antepasados.

2Re 14:21 Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Azarías,[c] que tenía dieciséis años, y lo proclamó rey en lugar de su padre Amasías.

2Re 14:22 Y fue Azarías quien, después de la muerte del rey Amasías, reconstruyó la ciudad de Elat y la reincorporó a Judá.

Jeroboam II rey de Israel

2Re 14:23

Jeroboán II, rey de Israel

En el año quince del reinado de Amasías hijo de Joás, rey de Judá, Jeroboán hijo de Joás, rey de Israel, ascendió al trono, y reinó en Samaria cuarenta y un años.

2Re 14:24 Jeroboán hizo lo que ofende al SEÑOR, pues no se apartó de ninguno de los pecados con que Jeroboán hijo de Nabat hizo pecar a Israel.

2Re 14:25 Él fue quien restableció las fronteras de Israel desde Lebó Jamat[d] hasta el mar del Arabá, según la palabra que el SEÑOR, Dios de Israel, había dado a conocer por medio de su siervo Jonás hijo de Amitay, el profeta de Gat Jefer.

2Re 14:26 Porque el SEÑOR había visto que todos los habitantes de Israel, esclavos o libres, sufrían amargamente, y que no había nadie que los ayudara.

2Re 14:27 Pero el SEÑOR los salvó por medio de Jeroboán hijo de Joás, pues había dicho que no borraría de la tierra el nombre de Israel.

2Re 14:28 Los demás acontecimientos del reinado de Jeroboán, y todo lo que hizo y su poderío, incluso sus guerras en las que recuperó Damasco y Jamat para Israel,[e] están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

2Re 14:29 Jeroboán murió y fue sepultado con sus antepasados, los reyes de Israel. Y su hijo Zacarías lo sucedió en el trono.

Salmo 104

"Dios mío, mucho te has engrandecido"

Sal 104:1

¡Alaba, alma mía, al SEÑOR! SEÑOR mi Dios, tú eres grandioso; te has revestido de gloria y majestad.

Sal 104:2 Te cubres[a] de luz como con un manto; extiendes los cielos como un velo.

Sal 104:3 Afirmas sobre las aguas tus altos aposentos y haces de las nubes tus carros de guerra. ¡Tú cabalgas en las alas del viento!

Sal 104:4 Haces de los vientos tus mensajeros,[b] y de las llamas de fuego tus servidores.

Sal 104:5 Tú pusiste la tierra sobre sus cimientos, y de allí jamás se moverá;

Sal 104:6 la revestiste con el mar, y las aguas se detuvieron sobre los montes.

Sal 104:7 Pero a tu reprensión huyeron las aguas; ante el estruendo de tu voz se dieron a la fuga.

Sal 104:8 Ascendieron a los montes, descendieron a los valles, al lugar que tú les asignaste.

Sal 104:9 Pusiste una frontera que ellas no pueden cruzar; ¡jamás volverán a cubrir la tierra!

Sal 104:10 Tú haces que los manantiales viertan sus aguas en las cañadas, y que fluyan entre las montañas.

Sal 104:11 De ellas beben todas las bestias del campo; allí los asnos monteses calman su sed.

Sal 104:12 Las aves del cielo anidan junto a las aguas y cantan entre el follaje.

Sal 104:13 Desde tus altos aposentos riegas las montañas; la tierra se sacia con el fruto de tu trabajo.

Sal 104:14 Haces que crezca la hierba para el ganado, y las plantas que la gente cultiva para sacar de la tierra su alimento:

Sal 104:15 el vino que alegra el corazón, el aceite que hace brillar el rostro, y el pan que sustenta la vida.

Sal 104:16 Los árboles del SEÑOR están bien regados, los cedros del Líbano que él plantó.

Sal 104:17 Allí las aves hacen sus nidos; en los cipreses tienen su hogar las cigüeñas.

Sal 104:18 En las altas montañas están las cabras monteses, y en los escarpados peñascos tienen su madriguera los tejones.

Sal 104:19 Tú hiciste[c] la luna, que marca las estaciones, y el sol, que sabe cuándo ocultarse.

Sal 104:20 Tú traes la oscuridad, y cae la noche, y en sus sombras se arrastran los animales del bosque.

Sal 104:21 Los leones rugen, reclamando su presa, exigiendo que Dios les dé su alimento.

Sal 104:22 Pero al salir el sol se escabullen, y vuelven a echarse en sus guaridas.

Sal 104:23 Sale entonces la gente a cumplir sus tareas, a hacer su trabajo hasta el anochecer.

Sal 104:24 ¡Oh SEÑOR, cuán numerosas son tus obras! ¡Todas ellas las hiciste con sabiduría! ¡Rebosa la tierra con todas tus criaturas!

Sal 104:25 Allí está el mar, ancho e infinito,[d] que abunda en animales, grandes y pequeños, cuyo número es imposible conocer.

Sal 104:26 Allí navegan los barcos y se mece Leviatán, que tú creaste para jugar con él.

Sal 104:27 Todos ellos esperan de ti que a su tiempo les des su alimento.

Sal 104:28 Tú les das, y ellos recogen; abres la mano, y se colman de bienes.

Sal 104:29 Si escondes tu rostro, se aterran; si les quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo.

Sal 104:30 Pero si envías tu Espíritu, son creados, y así renuevas la faz de la tierra.

Sal 104:31 Que la gloria del SEÑOR perdure eternamente; que el SEÑOR se regocije en sus obras.

Sal 104:32 Él mira la tierra y la hace temblar; toca los montes y los hace echar humo.

Sal 104:33 Cantaré al SEÑOR toda mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras tenga aliento.

Sal 104:34 Quiera él agradarse de mi meditación; yo, por mi parte, me alegro en el SEÑOR.

Sal 104:35 Que desaparezcan de la tierra los pecadores; ¡que no existan más los malvados! ¡Alaba, alma mía, al SEÑOR! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR![e]