Día 243

14 Jesús & el Reino

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Lee la Biblia: Mateo 14-28

Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de Mateo que desglosa el diseño literario del libro y su línea de pensamiento. En Mateo, Jesús trae a la tierra el reino celestial de Dios e invita a sus discípulos a entrar a una nueva forma de vivir a través de su muerte y resurrección.

Mateo 15

Tradiciones y mandamientos

Mat 15:1

Lo limpio y lo impuro

15:1-20—Mr 7:1-23

Se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén, y le preguntaron:

Mat 15:2 —¿Por qué quebrantan tus discípulos la tradición de los ancianos? ¡Comen sin cumplir primero el rito de lavarse las manos!

Mat 15:3 Jesús les contestó: —¿Y por qué ustedes quebrantan el mandamiento de Dios a causa de la tradición?

Mat 15:4 Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”,[a] y también: “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte.”[b]

Mat 15:5 Ustedes, en cambio, enseñan que un hijo puede decir a su padre o a su madre: “Cualquier ayuda que pudiera darte ya la he dedicado como ofrenda a Dios.”

Mat 15:6 En ese caso, el tal hijo no tiene que honrar a su padre.[c] Así por causa de la tradición anulan ustedes la palabra de Dios.

Mat 15:7 ¡Hipócritas! Tenía razón Isaías cuando profetizó de ustedes:

Mat 15:8 »“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.

Mat 15:9 En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas.”[d]

Lo que contamina al hombre

Mat 15:10 Jesús llamó a la multitud y dijo: —Escuchen y entiendan.

Mat 15:11 Lo que contamina a una persona no es lo que entra en la boca sino lo que sale de ella.

Mat 15:12 Entonces se le acercaron los discípulos y le dijeron: —¿Sabes que los fariseos se escandalizaron al oír eso?

Mat 15:13 —Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado será arrancada de raíz —les respondió—.

Mat 15:14 Déjenlos; son guías ciegos.[e] Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.

Mat 15:15 —Explícanos la comparación —le pidió Pedro.

Mat 15:16 —¿También ustedes son todavía tan torpes? —les dijo Jesús—.

Mat 15:17 ¿No se dan cuenta de que todo lo que entra en la boca va al estómago y después se echa en la letrina?

Mat 15:18 Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona.

Mat 15:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias.

Mat 15:20 Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos.

La fe de una mujer cananea

Mat 15:21

La fe de la mujer cananea

15:21-28—Mr 7:24-30

Partiendo de allí, Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón.

Mat 15:22 Una mujer cananea de las inmediaciones salió a su encuentro, gritando: —¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.

Mat 15:23 Jesús no le respondió palabra. Así que sus discípulos se acercaron a él y le rogaron: —Despídela, porque viene detrás de nosotros gritando.

Mat 15:24 —No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel —contestó Jesús.

Mat 15:25 La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó: —¡Señor, ayúdame!

Mat 15:26 Él le respondió: —No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros.

Mat 15:27 —Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.

Mat 15:28 —¡Mujer, qué grande es tu fe! —contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija.

Jesús sana a muchos enfermos

Mat 15:29

Jesús alimenta a los cuatro mil

15:29-31—Mr 7:31-37

15:32-39—Mr 8:1-10

Salió Jesús de allí y llegó a orillas del mar de Galilea. Luego subió a la montaña y se sentó.

Mat 15:30 Se le acercaron grandes multitudes que llevaban cojos, ciegos, lisiados, mudos y muchos enfermos más, y los pusieron a sus pies; y él los sanó.

Mat 15:31 La gente se asombraba al ver a los mudos hablar, a los lisiados recobrar la salud, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y alababan al Dios de Israel.

Jesús alimenta a cuatro mil

Mat 15:32 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino.

Mat 15:33 Los discípulos objetaron: —¿Dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado suficiente pan para dar de comer a toda esta multitud?

Mat 15:34 —¿Cuántos panes tienen? —les preguntó Jesús. —Siete, y unos pocos pescaditos.

Mat 15:35 Luego mandó que la gente se sentara en el suelo.

Mat 15:36 Tomando los siete panes y los pescados, dio gracias, los partió y se los fue dando a los discípulos. Éstos, a su vez, los distribuyeron a la gente.

Mat 15:37 Todos comieron hasta quedar satisfechos. Después los discípulos recogieron siete cestas llenas de pedazos que sobraron.

Mat 15:38 Los que comieron eran cuatro mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.

Mat 15:39 Después de despedir a la gente, subió Jesús a la barca y se fue a la región de Magadán.[f]

Mateo 16

Los fariseos y saduceos piden señales

Mat 16:1

Le piden a Jesús una señal

16:1-12—Mr 8:11-21

Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús y, para ponerlo a prueba, le pidieron que les mostrara una señal del cielo.

Mat 16:2 Él les contestó:[a] «Al atardecer, ustedes dicen que hará buen tiempo porque el cielo está rojizo,

Mat 16:3 y por la mañana, que habrá tempestad porque el cielo está nublado y amenazante.[b] Ustedes saben discernir el aspecto del cielo, pero no las señales de los tiempos.

Mat 16:4 Esta generación malvada y adúltera busca una señal milagrosa, pero no se le dará más señal que la de Jonás.» Entonces Jesús los dejó y se fue.

La levadura de los fariseos y de los saduceos

Mat 16:5

La levadura de los fariseos y de los saduceos

Cruzaron el lago, pero a los discípulos se les había olvidado llevar pan.

Mat 16:6 —Tengan cuidado —les advirtió Jesús—; eviten la levadura de los fariseos y de los saduceos.

Mat 16:7 Ellos comentaban entre sí: «Lo dice porque no trajimos pan.»

Mat 16:8 Al darse cuenta de esto, Jesús les recriminó: —Hombres de poca fe, ¿por qué están hablando de que no tienen pan?

Mat 16:9 ¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco panes para los cinco mil, y el número de canastas que recogieron?

Mat 16:10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y el número de cestas que recogieron?

Mat 16:11 ¿Cómo es que no entienden que no hablaba yo del pan sino de tener cuidado de la levadura de fariseos y saduceos?

Mat 16:12 Entonces comprendieron que no les decía que se cuidaran de la levadura del pan sino de la enseñanza de los fariseos y de los saduceos.

Pedro confiesa a Jesús como el Cristo

Mat 16:13

La confesión de Pedro

16:13-16—Mr 8:27-29; Lc 9:18-20

Cuando llegó a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Le respondieron:

Mat 16:14 —Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas.

Mat 16:15 —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

Mat 16:16 —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.

Mat 16:17 —Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —le dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal,[c] sino mi Padre que está en el cielo.

Mat 16:18 Yo te digo que tú eres Pedro,[d] y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte[e] no prevalecerán contra ella.

Mat 16:19 Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

Mat 16:20 Luego les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Cristo.

Jesús anuncia su muerte y resurrección

Mat 16:21

Jesús predice su muerte

16:21-28—Mr 8:31-9:1; Lc 9:22-27

Desde entonces comenzó Jesús a advertir a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los ancianos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros de la ley, y que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitara.

Mat 16:22 Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo: —¡De ninguna manera, Señor! ¡Esto no te sucederá jamás!

Mat 16:23 Jesús se volvió y le dijo a Pedro: —¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres.

Toma tu cruz y sigue a Jesús

Mat 16:24 Luego dijo Jesús a sus discípulos: —Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.

Mat 16:25 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará.

Mat 16:26 ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?

Mat 16:27 Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.

Mat 16:28 Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.

Salmo 88

Día y noche clamo delante de ti

Sal 88:1

Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Al director musical. Según majalat leannot. Masquil de Hemán el ezraíta.

SEÑOR, Dios de mi salvación, día y noche clamo en presencia tuya.

Sal 88:2 Que llegue ante ti mi oración; dígnate escuchar mi súplica.

Sal 88:3 Tan colmado estoy de calamidades que mi vida está al borde del sepulcro.

Sal 88:4 Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa; parezco un guerrero desvalido.

Sal 88:5 Me han puesto aparte, entre los muertos; parezco un cadáver que yace en el sepulcro, de esos que tú ya no recuerdas, porque fueron arrebatados de tu mano.

Sal 88:6 Me has echado en el foso más profundo, en el más tenebroso de los abismos.

Sal 88:7 El peso de tu enojo ha recaído sobre mí; me has abrumado con tus olas. Selah

Sal 88:8 Me has quitado a todos mis amigos y ante ellos me has hecho aborrecible. Estoy aprisionado y no puedo librarme;

Sal 88:9 los ojos se me nublan de tristeza. Yo, SEÑOR, te invoco cada día, y hacia ti extiendo las manos.

Sal 88:10 ¿Acaso entre los muertos realizas maravillas? ¿Pueden los muertos levantarse a darte gracias? Selah

Sal 88:11 ¿Acaso en el sepulcro se habla de tu amor, y de tu fidelidad en el abismo destructor?[a]

Sal 88:12 ¿Acaso en las tinieblas se conocen tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido?

Sal 88:13 Yo, SEÑOR, te ruego que me ayudes; por la mañana busco tu presencia en oración.

Sal 88:14 ¿Por qué me rechazas, SEÑOR? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?

Sal 88:15 Yo he sufrido desde mi juventud; muy cerca he estado de la muerte. Me has enviado terribles sufrimientos y ya no puedo más.

Sal 88:16 Tu ira se ha descargado sobre mí; tus violentos ataques han acabado conmigo.

Sal 88:17 Todo el día me rodean como un océano; me han cercado por completo.

Sal 88:18 Me has quitado amigos y seres queridos; ahora sólo tengo amistad con las tinieblas.