Día 347

15 El Pueblo del Reino

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Agape - Amor

La palabra "amor" es una de las palabras más descuidadas en nuestro idioma, ya que se refiere principalmente a un sentimiento que le sucede a una persona. En el Nuevo Testamento, "amor" se refiere a una forma de tratar a las personas definida por el mismo Jesús como: buscar el bienestar de los demás sin importar como nos correspondan.

1 Juan 3

1Jn 3:1 ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.

1Jn 3:2 Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es.

1Jn 3:3 Todo el que tiene esta esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

1Jn 3:4 Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley.

1Jn 3:5 Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado.

1Jn 3:6 Todo el que permanece en él, no practica el pecado.[a] Todo el que practica el pecado, no lo ha visto ni lo ha conocido.

1Jn 3:7 Queridos hijos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo.

1Jn 3:8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.

1Jn 3:9 Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado,[b] porque ha nacido de Dios.

1Jn 3:10 Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano.

Amaos unos a otros

1Jn 3:11

Amémonos los unos a los otros

Éste es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros.

1Jn 3:12 No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas.

1Jn 3:13 Hermanos, no se extrañen si el mundo los odia.

1Jn 3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.

1Jn 3:15 Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna.

1Jn 3:16 En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.

1Jn 3:17 Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?

1Jn 3:18 Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.

1Jn 3:19 En esto sabremos que somos de la verdad, y nos sentiremos seguros delante de él:

1Jn 3:20 que aunque nuestro corazón nos condene, Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo.

1Jn 3:21 Queridos hermanos, si el corazón no nos condena, tenemos confianza delante de Dios,

1Jn 3:22 y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

1Jn 3:23 Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto.

1Jn 3:24 El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.

1 Juan 4

Probad los espíritus

1Jn 4:1

Vivamos en el Espíritu

Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu,[a] sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.

1Jn 4:2 En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta[b] que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano, es de Dios;

1Jn 4:3 todo profeta que no reconoce a Jesús, no es de Dios sino del anticristo. Ustedes han oído que éste viene; en efecto, ya está en el mundo.

1Jn 4:4 Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.

1Jn 4:5 Ellos son del mundo; por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y el mundo los escucha.

1Jn 4:6 Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.

Dios es amor

1Jn 4:7

Permanezcamos en el amor

Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.

1Jn 4:8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.

1Jn 4:9 Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él.

1Jn 4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de[c] nuestros pecados.

1Jn 4:11 Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.

1Jn 4:12 Nadie ha visto jamás a Dios, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre[d] nosotros su amor se ha manifestado plenamente.[e]

1Jn 4:13 ¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu.

1Jn 4:14 Y nosotros hemos visto y declaramos que el Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo.

1Jn 4:15 Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

1Jn 4:16 Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

1Jn 4:17 Ese amor se manifiesta plenamente[f] entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor,

1Jn 4:18 sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.

1Jn 4:19 Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.

1Jn 4:20 Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.

1Jn 4:21 Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.

1 Juan 5

Vencer al mundo

1Jn 5:1

Vivamos en la fe

Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre, ama también a sus hijos.

1Jn 5:2 Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios.

1Jn 5:3 En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir,

1Jn 5:4 porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.

1Jn 5:5 ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Testimonio acerca del Hijo de Dios

1Jn 5:6 Éste es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.

1Jn 5:7 Tres son los que dan testimonio,

1Jn 5:8 y los tres están de acuerdo: el Espíritu[a], el agua y la sangre.

1Jn 5:9 Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de Dios, que él ha dado acerca de su Hijo.

1Jn 5:10 El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.

1Jn 5:11 Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.

1Jn 5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.

Para que sepáis

1Jn 5:13

Observaciones finales

Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.

1Jn 5:14 Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.

1Jn 5:15 Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.

1Jn 5:16 Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, ore por él y Dios le dará vida. Me refiero a quien comete un pecado que no lleva a la muerte. Hay un pecado que sí lleva a la muerte, y en ese caso no digo que se ore por él.

1Jn 5:17 Toda maldad es pecado, pero hay pecado que no lleva a la muerte.

1Jn 5:18 Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo.

1Jn 5:19 Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno.

1Jn 5:20 También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con[b] su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna.

1Jn 5:21 Queridos hijos, apártense de los ídolos.

Salmo 37

No desampara a sus santos

Sal 37:1

Salmo de David.

Álef

No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias;

Sal 37:2 porque pronto se marchitan, como la hierba; pronto se secan, como el verdor del pasto.

Sal 37:3

Bet

Confía en el SEÑOR y haz el bien; establécete en la tierra y manténte fiel

Sal 37:4 Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón.

Sal 37:5

Guímel

Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él, y él actuará

Sal 37:6 Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía.

Sal 37:7

Dálet

Guarda silencio ante el SEÑOR, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados.

Sal 37:8

He

Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal

Sal 37:9 Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el SEÑOR heredarán la tierra.

Sal 37:10

Vav

Dentro de poco los malvados dejarán de existir; por más que los busques, no los encontrarás

Sal 37:11 Pero los desposeídos heredarán la tierra y disfrutarán de gran bienestar.

Sal 37:12

Zayin

Los malvados conspiran contra los justos y crujen los dientes contra ellos;

Sal 37:13 pero el Señor se ríe de los malvados, pues sabe que les llegará su hora.

Sal 37:14

Jet

Los malvados sacan la espada y tensan el arco para abatir al pobre y al necesitado, para matar a los que viven con rectitud

Sal 37:15 Pero su propia espada les atravesará el corazón, y su arco quedará hecho pedazos.

Sal 37:16

Tet

Más vale lo poco de un justo que lo mucho de innumerables malvados;

Sal 37:17 porque el brazo de los impíos será quebrado, pero el SEÑOR sostendrá a los justos.

Sal 37:18

Yod

El SEÑOR protege la vida de los íntegros, y su herencia perdura por siempre

Sal 37:19 En tiempos difíciles serán prosperados; en épocas de hambre tendrán abundancia.

Sal 37:20

Caf

Los malvados, los enemigos del SEÑOR, acabarán por ser destruidos; desaparecerán como las flores silvestres, se desvanecerán como el humo.

Sal 37:21

Lámed

Los malvados piden prestado y no pagan, pero los justos dan con generosidad

Sal 37:22 Los benditos del SEÑOR heredarán la tierra, pero los que él maldice serán destruidos.

Sal 37:23

Mem

El SEÑOR afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir;

Sal 37:24 podrá tropezar, pero no caerá, porque el SEÑOR lo sostiene de la mano.

Sal 37:25

Nun

He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan

Sal 37:26 Prestan siempre con generosidad; sus hijos son una bendición.

Sal 37:27

Sámej

Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás dónde vivir

Sal 37:28 Porque el SEÑOR ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El SEÑOR los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados.

Sal 37:29

Ayin

Los justos heredarán la tierra, y por siempre vivirán en ella.

Sal 37:30

Pe

La boca del justo imparte sabiduría, y su lengua emite justicia

Sal 37:31 La ley de Dios está en su corazón, y sus pies jamás resbalan.

Sal 37:32

Tsade

Los malvados acechan a los justos con la intención de matarlos,

Sal 37:33 pero el SEÑOR no los dejará caer en sus manos ni permitirá que los condenen en el juicio.

Sal 37:34

Qof

Pero tú, espera en el SEÑOR, y vive según su voluntad, que él te exaltará para que heredes la tierra. Cuando los malvados sean destruidos, tú lo verás con tus propios ojos.

Sal 37:35

Resh

He visto al déspota y malvado extenderse como cedro frondoso

Sal 37:36 Pero pasó al olvido y dejó de existir; lo busqué, y ya no pude encontrarlo.

Sal 37:37

Shin

Observa a los que son íntegros y rectos: hay porvenir para quien busca la paz

Sal 37:38 Pero todos los pecadores serán destruidos; el porvenir de los malvados será el exterminio.

Sal 37:39

Tav

La salvación de los justos viene del SEÑOR; él es su fortaleza en tiempos de angustia

Sal 37:40 El SEÑOR los ayuda y los libra; los libra de los malvados y los salva, porque en él ponen su confianza.