Día 93
2 Samuel 22
La canción de liberación de David
2Sa 22:1
Salmo de David
22:1-51—Sal 18:1-50
David dedicó al SEÑOR la letra de esta canción cuando el SEÑOR lo libró de Saúl y de todos sus enemigos.
2Sa 22:2 Dijo así: «El SEÑOR es mi roca, mi amparo, mi libertador;
2Sa 22:3 es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva,[a] ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvador. ¡Tú me salvaste de la violencia!
2Sa 22:4 Invoco al SEÑOR, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.
2Sa 22:5 »Las olas de la muerte me envolvieron; los torrentes destructores me abrumaron.
2Sa 22:6 Me enredaron los lazos del sepulcro, y me encontré ante las trampas de la muerte.
2Sa 22:7 En mi angustia invoqué al SEÑOR; llamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!
2Sa 22:8 »La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los cielos; ¡se tambalearon a causa de su enojo!
2Sa 22:9 Por la nariz echaba humo, por la boca, fuego consumidor; ¡lanzaba carbones encendidos!
2Sa 22:10 »Rasgando el cielo, descendió, pisando sobre oscuros nubarrones.
2Sa 22:11 Montando sobre un querubín, surcó los cielos y se remontó[b] sobre las alas del viento.
2Sa 22:12 De las tinieblas y de los cargados nubarrones hizo pabellones que lo rodeaban.
2Sa 22:13 De su radiante presencia brotaron carbones encendidos.
2Sa 22:14 »Desde el cielo se oyó el trueno del SEÑOR, resonó la voz del Altísimo.
2Sa 22:15 Lanzó flechas y centellas contra mis enemigos; los dispersó y los puso en fuga.
2Sa 22:16 A causa de la reprensión del SEÑOR, y por el resoplido de su enojo,[c] las cuencas del mar quedaron a la vista; ¡al descubierto quedaron los cimientos de la tierra!
2Sa 22:17 »Extendiendo su mano desde lo alto, tomó la mía y me sacó del mar profundo.
2Sa 22:18 Me libró de mi enemigo poderoso, de aquellos que me odiaban y que eran más fuertes que yo.
2Sa 22:19 En el día de mi desgracia me salieron al encuentro, pero mi apoyo fue el SEÑOR.
2Sa 22:20 Me sacó a un amplio espacio; me libró porque se agradó de mí.
2Sa 22:21 »El SEÑOR me ha pagado conforme a mi justicia, me ha premiado conforme a la limpieza de mis manos;
2Sa 22:22 pues he andado en los caminos del SEÑOR; no he cometido mal alguno ni me he apartado de mi Dios.
2Sa 22:23 Presentes tengo todas sus sentencias; no me he alejado de sus decretos.
2Sa 22:24 He sido íntegro ante él y me he abstenido de pecar.
2Sa 22:25 El SEÑOR me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a mi limpieza delante de él.
2Sa 22:26 »Tú eres fiel con quien es fiel, e irreprochable con quien es irreprochable;
2Sa 22:27 sincero eres con quien es sincero, pero sagaz con el que es tramposo.
2Sa 22:28 Das la victoria a los humildes, pero tu mirada humilla a los altaneros.
2Sa 22:29 Tú, SEÑOR, eres mi lámpara; tú, SEÑOR, iluminas mis tinieblas.
2Sa 22:30 Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército: contigo, Dios mío, podré asaltar murallas.
2Sa 22:31 »El camino de Dios es perfecto; la palabra del SEÑOR es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian.
2Sa 22:32 ¿Pues quién es Dios, si no el SEÑOR? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?
2Sa 22:33 Es él quien me arma de valor y endereza mi camino;
2Sa 22:34 da a mis pies la ligereza del venado, y me mantiene firme en las alturas;
2Sa 22:35 adiestra mis manos para la batalla, y mis brazos para tensar arcos de bronce.
2Sa 22:36 Tú me cubres con el escudo de tu salvación; tu bondad me ha hecho prosperar.
2Sa 22:37 Me has despejado el camino; por eso mis tobillos no flaquean.
2Sa 22:38 »Perseguí a mis enemigos y los destruí; no retrocedí hasta verlos aniquilados.
2Sa 22:39 Los aplasté por completo. Ya no se levantan. ¡Cayeron debajo de mis pies!
2Sa 22:40 Tú me armaste de valor para el combate; bajo mi planta sometiste a los rebeldes.
2Sa 22:41 Hiciste retroceder a mis enemigos, y así exterminé a los que me odiaban.
2Sa 22:42 Pedían ayuda; no hubo quien los salvara. Al SEÑOR clamaron, pero no les respondió.
2Sa 22:43 Los desmenucé. Parecían el polvo de la tierra. ¡Los pisoteé como al lodo de las calles!
2Sa 22:44 »Me has librado de una turba amotinada; me has puesto por encima de los paganos; me sirve gente que yo no conocía.
2Sa 22:45 Son extranjeros, y me rinden homenaje; apenas me oyen, me obedecen.
2Sa 22:46 ¡Esos extraños se descorazonan, y temblando salen de sus refugios!
2Sa 22:47 ¡El SEÑOR vive! ¡Alabada sea mi roca! ¡Exaltado sea Dios mi Salvador!
2Sa 22:48 Él es el Dios que me vindica, el que pone los pueblos a mis pies.
2Sa 22:49 Tú me libras de mis enemigos, me exaltas por encima de mis adversarios, me salvas de los hombres violentos.
2Sa 22:50 Por eso, SEÑOR, te alabo entre las naciones y canto salmos a tu nombre.
2Sa 22:51 »El SEÑOR da grandes victorias a su rey; a su ungido David y a sus descendientes les muestra por siempre su gran amor.»
2 Samuel 23
Las últimas palabras de David
2Sa 23:1
Últimas palabras de David
Éstas son las últimas palabras de David: «Oráculo de David hijo de Isaí, dulce cantor de Israel; hombre exaltado por el Altísimo y ungido por el Dios de Jacob.
2Sa 23:2 »El Espíritu del SEÑOR habló por medio de mí; puso sus palabras en mi lengua.
2Sa 23:3 El Dios de Israel habló, la Roca de Israel me dijo: “El que gobierne a la gente con justicia, el que gobierne en el temor de Dios,
2Sa 23:4 será como la luz de la aurora en un amanecer sin nubes, que tras la lluvia resplandece para que brote la hierba en la tierra.”
2Sa 23:5 »Dios ha establecido mi casa; ha hecho conmigo un pacto eterno, bien reglamentado y seguro. Dios hará que brote mi salvación y que se cumpla todo mi deseo.
2Sa 23:6 Pero los malvados son como espinos que se desechan; nadie los toca con la mano.
2Sa 23:7 Se recogen con un hierro o con una lanza, y ahí el fuego los consume.»
Los valientes de David
2Sa 23:8
Héroes en el ejército de David
23:8-39—1Cr 11:10-41
Éstos son los nombres de los soldados más valientes de David: Joseb Basébet el tacmonita, que era el principal de los tres más famosos, en una batalla mató con su lanza[a] a ochocientos hombres.
2Sa 23:9 En segundo lugar estaba Eleazar hijo de Dodó el ajojita, que también era uno de los tres más famosos. Estuvo con David cuando desafiaron a los filisteos que se habían concentrado en Pasdamín[b] para la batalla. Los israelitas se retiraron,
2Sa 23:10 pero Eleazar se mantuvo firme y derrotó a tantos filisteos que, por la fatiga, la mano se le quedó pegada a la espada. Aquel día el SEÑOR les dio una gran victoria. Las tropas regresaron adonde estaba Eleazar, pero sólo para tomar los despojos.
2Sa 23:11 El tercer valiente era Sama hijo de Agué el ararita. En cierta ocasión, los filisteos formaron sus tropas[c] en un campo sembrado de lentejas. El ejército de Israel huyó ante ellos,
2Sa 23:12 pero Sama se plantó en medio del campo y lo defendió, derrotando a los filisteos. El SEÑOR les dio una gran victoria.
2Sa 23:13 En otra ocasión, tres de los treinta más valientes fueron a la cueva de Adulán, donde estaba David. Era el comienzo de la siega, y una tropa filistea acampaba en el valle de Refayin.
2Sa 23:14 David se encontraba en su fortaleza, y en ese tiempo había una guarnición filistea en Belén.
2Sa 23:15 Como David tenía mucha sed, exclamó: «¡Ojalá pudiera yo beber agua del pozo que está a la entrada de Belén!»
2Sa 23:16 Entonces los tres valientes se metieron en el campamento filisteo, sacaron agua del pozo de Belén, y se la llevaron a David. Pero él no quiso beberla, sino que derramó el agua en honor al SEÑOR
2Sa 23:17 y declaró solemnemente: «¡Que el SEÑOR me libre de beberla! ¡Eso sería como beberme la sangre de hombres que se han jugado la vida!» Y no quiso beberla. Tales hazañas hicieron esos tres héroes.
2Sa 23:18 Abisay, el hermano de Joab hijo de Sarvia, estaba al mando de los tres y ganó fama entre ellos. En cierta ocasión, lanza en mano atacó y mató a trescientos hombres.
2Sa 23:19 Se destacó más que los tres valientes, y llegó a ser su jefe, pero no fue contado entre ellos.
2Sa 23:20 Benaías hijo de Joyadá era un guerrero de Cabsel que realizó muchas hazañas. Derrotó a dos de los mejores hombres[d] de Moab, y en otra ocasión, cuando estaba nevando, se metió en una cisterna y mató un león.
2Sa 23:21 También derrotó a un egipcio de gran estatura. El egipcio empuñaba una lanza, pero Benaías, que no llevaba más que un palo, le arrebató la lanza y lo mató con ella.
2Sa 23:22 Tales hazañas hizo Benaías hijo de Joyadá, y también él ganó fama como los tres valientes,
2Sa 23:23 pero no fue contado entre ellos, aunque se destacó más que los treinta valientes. Además, David lo puso al mando de su guardia personal.
2Sa 23:24 Entre los treinta valientes estaban: Asael hermano de Joab, Eljanán hijo de Dodó, el de Belén,
2Sa 23:25 Sama el jarodita, Elicá el jarodita,
2Sa 23:26 Heles el paltita, Ira hijo de Iqués el tecoíta,
2Sa 23:27 Abiezer el anatotita, Mebunay el jusatita,
2Sa 23:28 Zalmón el ajojita, Maray el netofatita,
2Sa 23:29 Jéled[e] hijo de Baná el netofatita, Itay hijo de Ribay, el de Guibeá de los benjaminitas,
2Sa 23:30 Benaías el piratonita, Hiday, el de los arroyos de Gaas,
2Sa 23:31 Abí Albón el arbatita, Azmávet el bajurinita,
2Sa 23:32 Elijaba el salbonita, los hijos de Jasén, Jonatán hijo de[f]
2Sa 23:33 Sama el ararita, Ahían hijo de Sarar el ararita,
2Sa 23:34 Elifelet hijo de Ajasbay el macateo, Elián hijo de Ajitofel el guilonita,
2Sa 23:35 Jezró el de Carmel, Paray el arbita,
2Sa 23:36 Igal hijo de Natán, el de Sobá, el hijo de Hagrí,[g]
2Sa 23:37 Sélec el amonita, Najaray el berotita, que fue escudero de Joab hijo de Sarvia,
2Sa 23:38 Ira el itrita, Gareb el itrita,
2Sa 23:39 y Urías el hitita. En total fueron treinta y siete.
2 Samuel 24
Censo de David
2Sa 24:1
David hace un censo militar
24:1-17—1Cr 21:1-17
Una vez más, la ira del SEÑOR se encendió contra Israel, así que el SEÑOR incitó a David contra el pueblo al decirle: «Haz un censo de Israel y de Judá.»
2Sa 24:2 Entonces el rey les ordenó a Joab y a los capitanes del ejército que lo acompañaban:[a] —Vayan por todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba, y hagan un censo militar, para que yo sepa cuántos pueden servir en el ejército.
2Sa 24:3 Joab le respondió: —¡Que el SEÑOR su Dios multiplique cien veces las tropas de Su Majestad, y le permita llegar a verlo con sus propios ojos! Pero, ¿qué lleva a Su Majestad a hacer tal cosa?
2Sa 24:4 Sin embargo, la orden del rey prevaleció sobre la opinión de Joab y de los capitanes del ejército, de modo que salieron de su audiencia con el rey para llevar a cabo el censo militar de Israel.
2Sa 24:5 Cruzaron el Jordán y acamparon cerca de Aroer, al sur del pueblo que está en el valle, después de lo cual siguieron hacia Gad y Jazer.
2Sa 24:6 Fueron por Galaad y por el territorio de Tajtín Jodsí, hasta llegar a Dan Jaán y a los alrededores de Sidón.
2Sa 24:7 Siguieron hacia la fortaleza de Tiro y recorrieron todas las ciudades de los heveos y los cananeos. Finalmente, llegaron a Berseba, en el Néguev de Judá.
2Sa 24:8 Al cabo de nueve meses y veinte días, y después de haber recorrido todo el país, regresaron a Jerusalén.
2Sa 24:9 Joab le entregó al rey los resultados del censo militar: en Israel había ochocientos mil hombres que podían servir en el ejército, y en Judá, quinientos mil.
El Señor juzga el pecado de David
2Sa 24:10 Entonces le remordió a David la conciencia por haber realizado este censo militar, y le dijo al SEÑOR: «He cometido un pecado muy grande. He actuado como un necio. Yo te ruego, SEÑOR, que perdones la maldad de tu siervo.»
2Sa 24:11 Por la mañana, antes de que David se levantara, la palabra del SEÑOR vino al profeta Gad, vidente de David, y le dio este mensaje:
2Sa 24:12 «Ve a decirle a David: “Así dice el SEÑOR: ‘Te doy a escoger entre estos tres castigos; dime cuál de ellos quieres que te imponga.’” »
2Sa 24:13 Entonces Gad fue a ver a David y le preguntó: —¿Qué prefieres: que vengan tres[b] años de hambre en el país, o que tus enemigos te persigan durante tres meses, y tengas que huir de ellos, o que el país sufra tres días de peste? Piénsalo bien, y dime qué debo responderle al que me ha enviado.
2Sa 24:14 —¡Estoy entre la espada y la pared! —respondió David—. Pero es mejor que caigamos en las manos del SEÑOR, porque su amor es grande, y no que yo caiga en las manos de los hombres.
2Sa 24:15 Por lo tanto, el SEÑOR mandó contra Israel una peste que duró desde esa mañana hasta el tiempo señalado; y en todo el país, desde Dan hasta Berseba, murieron setenta mil personas.
2Sa 24:16 Entonces el ángel del SEÑOR, que estaba junto a la parcela de Arauna el jebuseo, extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla. Pero el SEÑOR se arrepintió del castigo que había enviado. «¡Basta! —le dijo al ángel que estaba hiriendo al pueblo—. ¡Detén tu mano!»
2Sa 24:17 David, al ver que el ángel destruía a la gente, oró al SEÑOR: «¿Qué culpa tienen estas ovejas? ¡Soy yo el que ha pecado! ¡Soy yo el que ha hecho mal! ¡Descarga tu mano sobre mí y sobre mi familia!»
David construye un altar
2Sa 24:18
David construye un altar
24:18-25—1Cr 21:18-26
Ese mismo día, Gad volvió adonde estaba David y le dijo: «Sube y construye un altar al SEÑOR en la parcela de Arauna el jebuseo.»
2Sa 24:19 David se puso en camino, tal como el SEÑOR se lo había ordenado por medio de Gad.
2Sa 24:20 Arauna se asomó y, al ver que el rey y sus oficiales se acercaban, salió y rostro en tierra se postró delante de él.
2Sa 24:21 —Su Majestad —dijo Arauna—, ¿a qué debo el honor de su visita? —Quiero comprarte la parcela —respondió David—y construir un altar al SEÑOR para que se detenga la plaga que está afligiendo al pueblo.
2Sa 24:22 —Tome Su Majestad y presente como ofrenda lo que mejor le parezca. Aquí hay bueyes para el holocausto, y hay también trillos y yuntas que usted puede usar como leña.
2Sa 24:23 Todo esto se lo doy a usted. ¡Que el SEÑOR su Dios vea a Su Majestad con agrado!
2Sa 24:24 Pero el rey le respondió a Arauna: —Eso no puede ser. No voy a ofrecer al SEÑOR mi Dios holocaustos que nada me cuesten. Te lo compraré todo por su precio justo. Fue así como David compró la parcela y los bueyes por cincuenta monedas[c] de plata.
2Sa 24:25 Allí construyó un altar al SEÑOR y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Entonces el SEÑOR tuvo piedad del país, y se detuvo la plaga que estaba afligiendo a Israel.
Salmo 93
El Señor reina
Sal 93:1
El SEÑOR reina, revestido de esplendor; el SEÑOR se ha revestido de grandeza y ha desplegado su poder. Ha establecido el mundo con firmeza; jamás será removido.
Sal 93:2 Desde el principio se estableció tu trono, y tú desde siempre has existido.
Sal 93:3 Se levantan las aguas, SEÑOR; se levantan las aguas con estruendo; se levantan las aguas y sus batientes olas.
Sal 93:4 Pero el SEÑOR, en las alturas, se muestra poderoso: más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más poderoso que los embates del mar.
Sal 93:5 Dignos de confianza son, SEÑOR, tus estatutos; ¡la santidad es para siempre el adorno de tu casa!