Día 87
Lee la Biblia: 2da de Samuel
Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de 2da de Samuel, que analiza el diseño literario del libro y su flujo de pensamiento. En 2da de Samuel, David se convierte en el rey más fiel a Dios, pero luego le desobedece, lo cual resulta en la lenta destrucción de su familia y de su reino.
2 Samuel 1
David se entera de la muerte de Saúl
2Sa 1:1
Noticia de la muerte de Saúl
1:4-12—1S 31:1-13; 1Cr 10:1-12
Después de la muerte de Saúl, David se detuvo dos días en Siclag, luego de haber derrotado a los amalecitas.
2Sa 1:2 Al tercer día, llegó a Siclag un hombre que venía del campamento de Saúl. En señal de duelo se presentó ante David con la ropa rasgada y la cabeza cubierta de ceniza, y se postró rostro en tierra.
2Sa 1:3 —¿De dónde vienes? —le preguntó David. —Vengo huyendo del campamento israelita —respondió.
2Sa 1:4 —Pero, ¿qué ha pasado? —exclamó David—. ¡Cuéntamelo todo! —Pues resulta que nuestro ejército ha huido de la batalla, y muchos han caído muertos —contestó el mensajero—. Entre los caídos en combate se cuentan Saúl y su hijo Jonatán.
2Sa 1:5 —¿Y cómo sabes tú que Saúl y su hijo Jonatán han muerto? —le preguntó David al criado que le había traído la noticia.
2Sa 1:6 —Por casualidad me encontraba yo en el monte Guilboa. De pronto, vi a Saúl apoyado en su lanza y asediado por los carros y la caballería —respondió el criado—.
2Sa 1:7 Saúl se volvió y, al verme, me llamó. Yo me puse a sus órdenes.
2Sa 1:8 Me preguntó quién era yo, y le respondí que era amalecita.
2Sa 1:9 Entonces me pidió que me acercara y me ordenó: “¡Mátame de una vez, pues estoy agonizando y no acabo de morir!”
2Sa 1:10 Yo me acerqué y lo maté, pues me di cuenta de que no iba a sobrevivir al desastre. Luego le quité la diadema de la cabeza y el brazalete que llevaba en el brazo, para traérselos a usted, mi señor.
2Sa 1:11 Al oírlo, David y los que estaban con él se rasgaron las vestiduras.
2Sa 1:12 Lloraron y ayunaron hasta el anochecer porque Saúl y su hijo Jonatán habían caído a filo de espada, y también por el ejército del SEÑOR y por la nación de Israel.
2Sa 1:13 Entonces David le preguntó al joven que le había traído la noticia: —¿De dónde eres? —Soy un extranjero amalecita —respondió.
2Sa 1:14 —¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del SEÑOR? —le reclamó David.
2Sa 1:15 Y en seguida llamó a uno de sus hombres y le ordenó: —¡Anda, mátalo! Aquél cumplió la orden y lo mató.
2Sa 1:16 David, por su parte, dijo: —¡Que tu sangre caiga sobre tu cabeza! Tu boca misma te condena al admitir que mataste al ungido del SEÑOR.
Lamento de David por Saúl y Jonatán
2Sa 1:17
Lamento de David por Saúl y Jonatán
David compuso este lamento en honor de Saúl y de su hijo Jonatán.
2Sa 1:18 Lo llamó el «Cántico del Arco» y ordenó que lo enseñaran a los habitantes de Judá. Así consta en el libro de Jaser:
2Sa 1:19 «¡Ay, Israel! Tu gloria yace herida en las alturas de los montes. ¡Cómo han caído los valientes!
2Sa 1:20 »No lo anuncien en Gat ni lo pregonen en las calles de Ascalón, para que no se alegren las filisteas ni lo celebren esas paganas.[a]
2Sa 1:21 »¡Ay, montes de Guilboa, que no caiga sobre ustedes lluvia ni rocío! ¡Que no crezca el trigo para las ofrendas![b] Porque allí deshonraron el escudo de Saúl: ¡allí quedó manchado[c] el escudo de los valientes!
2Sa 1:22 ¡Jamás volvía el arco de Jonatán sin haberse saciado con la sangre de los heridos, ni regresaba la espada de Saúl sin haberse hartado con la grasa de sus oponentes!
2Sa 1:23 »¡Saúl! ¡Jonatán! ¡Nobles personas! Fueron amados en la vida, e inseparables en la muerte. Más veloces eran que las águilas, y más fuertes que los leones.
2Sa 1:24 »¡Ay, mujeres de Israel! Lloren por Saúl, que las vestía con lujosa seda carmesí y las adornaba con joyas de oro.
2Sa 1:25 »¡Cómo han caído los valientes en batalla! Jonatán yace muerto en tus alturas.
2Sa 1:26 ¡Cuánto sufro por ti, Jonatán, pues te quería como a un hermano! Más preciosa fue para mí tu amistad que el amor de las mujeres.
2Sa 1:27 »¡Cómo han caído los valientes! ¡Las armas de guerra han perecido!»
2 Samuel 2
David ungido rey de Judá
2Sa 2:1
David es ungido rey de Judá
Pasado algún tiempo, David consultó al SEÑOR: —¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá? —Sí, debes ir —le respondió el SEÑOR. —¿Y a qué ciudad quieres que vaya? —A Hebrón.
2Sa 2:2 Así que David fue allá con sus dos esposas, Ajinoán la jezrelita y Abigaíl, la viuda de Nabal de Carmel.
2Sa 2:3 Se llevó además a sus hombres, cada cual acompañado de su familia, y todos se establecieron en Hebrón y sus aldeas.
2Sa 2:4 Entonces los habitantes de Judá fueron a Hebrón, y allí ungieron a David como rey de su tribu. Además, le comunicaron que los habitantes de Jabés de Galaad habían sepultado a Saúl.
2Sa 2:5 Entonces David envió a los de Jabés el siguiente mensaje: «Que el SEÑOR los bendiga por haberle sido fieles a su señor Saúl, y por darle sepultura.
2Sa 2:6 Y ahora, que el SEÑOR les muestre a ustedes su amor y fidelidad, aunque yo también quiero recompensarlos por esto que han hecho.
2Sa 2:7 Cobren ánimo y sean valientes, pues aunque su señor Saúl ha muerto, la tribu de Judá me ha ungido como su rey.»
Is-boset rey de Israel
2Sa 2:8
Guerra entre las tribus
Entretanto, Abner hijo de Ner, general del ejército de Saúl, llevó a Isboset hijo de Saúl a la ciudad de Majanayin,
2Sa 2:9 y allí lo instauró rey de Galaad, de Guesurí,[a] de Jezrel, de Efraín, de Benjamín y de todo Israel.
2Sa 2:10 Isboset hijo de Saúl tenía cuarenta años cuando fue instaurado rey de Israel, y reinó dos años. La tribu de Judá, por su parte, reconoció a David,
2Sa 2:11 quien desde Hebrón reinó sobre la tribu de Judá durante siete años y seis meses.
La batalla de Gabaón
2Sa 2:12 Abner hijo de Ner salió de Majanayin con las tropas de Isboset hijo de Saúl, y llegó a Gabaón.
2Sa 2:13 Joab hijo de Sarvia, por su parte, salió al frente de las tropas de David. Los dos ejércitos se encontraron en el estanque de Gabaón y tomaron posiciones en lados opuestos.
2Sa 2:14 Entonces Abner le dijo a Joab: —Propongo que salgan unos cuantos jóvenes y midan sus armas en presencia de nosotros. —De acuerdo —respondió Joab.
2Sa 2:15 Así que pasaron al frente doce jóvenes del ejército benjaminita de Isboset hijo de Saúl, y doce de los siervos de David.
2Sa 2:16 Cada soldado agarró a su rival por la cabeza y le clavó la espada en el costado, de modo que ambos combatientes murieron al mismo tiempo. Por eso a aquel lugar, que queda cerca de Gabaón, se le llama Jelcat Hazurín.[b]
2Sa 2:17 Aquel día la batalla fue muy dura, y los siervos de David derrotaron a Abner y a los soldados de Israel.
2Sa 2:18 Allí se encontraban Joab, Abisay y Asael, los tres hijos de Sarvia. Asael, que corría tan ligero como una gacela en campo abierto,
2Sa 2:19 se lanzó tras Abner y lo persiguió sin vacilar.
2Sa 2:20 Al mirar hacia atrás, Abner preguntó: —¿Acaso no eres tú, Asael? —¡Claro que sí! —respondió.
2Sa 2:21 —¡Déjame tranquilo! —exclamó Abner—. Más te vale que agarres a algún otro y que te quedes con sus armas. Pero Asael no le hizo caso,
2Sa 2:22 así que Abner le advirtió una vez más: —¡Deja ya de perseguirme, o me veré obligado a matarte! Y entonces, ¿cómo podría darle la cara a tu hermano Joab?
2Sa 2:23 Como Asael no dejaba de perseguirlo, Abner le dio un golpe con la punta trasera de su lanza y le atravesó el vientre. La lanza le salió por la espalda, y ahí mismo Asael cayó muerto. Todos los que pasaban por ahí se detenían a ver el cuerpo de Asael,
2Sa 2:24 pero Joab y Abisay se lanzaron tras Abner. Ya se ponía el sol cuando llegaron al collado de Amá, frente a Guiaj, en el camino que lleva al desierto de Gabaón.
2Sa 2:25 Entonces los soldados benjaminitas se reunieron para apoyar a Abner, y formando un grupo cerrado tomaron posiciones en lo alto de una colina.
2Sa 2:26 Abner le gritó a Joab: —¿Vamos a dejar que siga esta matanza? ¿No te das cuenta de que, al fin de cuentas, la victoria es amarga? ¿Qué esperas para ordenarles a tus soldados que dejen de perseguir a sus hermanos?
2Sa 2:27 Joab respondió: —Tan cierto como que Dios vive, que si no hubieras hablado, mis soldados habrían perseguido a sus hermanos hasta el amanecer.
2Sa 2:28 En seguida Joab hizo tocar la trompeta, y todos los soldados, dejando de perseguir a los israelitas, se detuvieron y ya no pelearon más.
2Sa 2:29 Toda esa noche Abner y sus hombres atravesaron el Arabá. Después de cruzar el Jordán, siguieron por todo el territorio de Bitrón[c] hasta llegar a Majanayin.
2Sa 2:30 Una vez que Joab dejó de perseguir a Abner, regresó y reunió a todo su ejército para contarlo. Además de Asael, faltaban diecinueve de los soldados de David.
2Sa 2:31 Sin embargo, los soldados de David habían matado a trescientos sesenta de los soldados benjaminitas de Abner.
2Sa 2:32 Tomaron luego el cuerpo de Asael y lo sepultaron en Belén, en la tumba de su padre. Toda esa noche Joab y sus hombres marcharon, y llegaron a Hebrón al amanecer.
2 Samuel 3
Abner se une a David
2Sa 3:1 La guerra entre las familias de Saúl y David se prolongó durante mucho tiempo. David consolidaba más y más su reino, en tanto que el de Saúl se iba debilitando.
2Sa 3:2
Hijos de David nacidos en Hebrón
3:2-5—1Cr 3:1-4
Mientras estuvo en Hebrón, David tuvo los siguientes hijos: Su primogénito fue Amnón hijo de Ajinoán la jezrelita;
2Sa 3:3 el segundo, Quileab hijo de Abigaíl, viuda de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur;
2Sa 3:4 el cuarto, Adonías hijo de Jaguit; el quinto, Sefatías hijo de Abital;
2Sa 3:5 el sexto, Itreán hijo de Eglá, que era otra esposa de David. Éstos son los hijos que le nacieron a David mientras estuvo en Hebrón.
2Sa 3:6
Abner hace un pacto con David
Durante la guerra entre las familias de Saúl y David, Abner fue consolidando su posición en el reino de Saúl,
2Sa 3:7 aunque Isboset le reclamó a Abner el haberse acostado con Rizpa hija de Ayá, que había sido concubina de Saúl.
2Sa 3:8 A Abner le molestó mucho el reclamo, así que replicó: —¿Acaso soy un perro de Judá? Hasta el día de hoy me he mantenido fiel a la familia de tu padre Saúl, incluso a sus parientes y amigos, y conste que no te he entregado en manos de David. ¡Y ahora me sales con que he cometido una falta con esa mujer!
2Sa 3:9 Que Dios me castigue sin piedad si ahora yo no procedo con David conforme a lo que el SEÑOR le juró:
2Sa 3:10 Voy a quitarle el reino a la familia de Saúl y a establecer el trono de David sobre Israel y Judá, desde Dan hasta Berseba.
2Sa 3:11 Isboset no se atrevió a responderle a Abner ni una sola palabra, pues le tenía miedo.
2Sa 3:12 Entonces Abner envió unos mensajeros a decirle a David: «¿A quién le pertenece la tierra, si no a usted? Haga un pacto conmigo, y yo lo apoyaré para hacer que todo Israel se ponga de su parte.»
2Sa 3:13 «Muy bien —respondió David—. Haré un pacto contigo, pero con esta condición: Cuando vengas a verme, trae contigo a Mical hija de Saúl. De lo contrario, no te recibiré.»
2Sa 3:14 Además, David envió unos mensajeros a decirle a Isboset hijo de Saúl: «Devuélveme a mi esposa Mical, por la que di a cambio cien prepucios de filisteos.»
2Sa 3:15 Por tanto, Isboset mandó que se la quitaran a Paltiel hijo de Lais, que era su esposo,
2Sa 3:16 pero Paltiel se fue tras ella, llorando por todo el camino hasta llegar a Bajurín. Allí Abner le ordenó que regresara, y Paltiel obedeció.
2Sa 3:17 Luego Abner habló con los ancianos de Israel. «Hace tiempo que ustedes quieren hacer rey a David —les dijo—.
2Sa 3:18 Ya pueden hacerlo, pues el SEÑOR le ha prometido: “Por medio de ti, que eres mi siervo, libraré a mi pueblo Israel del poder de los filisteos y de todos sus enemigos.” »
2Sa 3:19 Abner habló también con los de Benjamín, y más tarde fue a Hebrón para contarle a David todo lo que Israel y la tribu de Benjamín deseaban hacer.
2Sa 3:20 Cuando Abner llegó a Hebrón, David preparó un banquete para él y los veinte hombres que lo acompañaban.
2Sa 3:21 Allí Abner le propuso a David: «Permítame Su Majestad convocar a todo Israel para que hagan un pacto con usted, y así su reino se extenderá a su gusto.» Con esto, David despidió a Abner, y éste se fue tranquilo.
2Sa 3:22
Joab asesina a Abner
Ahora bien, los soldados de David regresaban con Joab de una de sus campañas, y traían un gran botín. Abner ya no estaba con David en Hebrón, pues David lo había despedido, y él se había ido tranquilo.
2Sa 3:23 Cuando llegó Joab con la tropa que lo acompañaba, le notificaron que Abner hijo de Ner había visitado al rey, y que el rey lo había dejado ir en paz.
2Sa 3:24 Por tanto, Joab fue a ver al rey y le dijo: «¡Así que Abner vino a ver a Su Majestad! ¿Y cómo se le ocurre dejar que se vaya tal como vino?
2Sa 3:25 ¡Ya Su Majestad lo conoce! Lo más seguro es que haya venido con engaño para averiguar qué planes tiene usted, y para enterarse de todo lo que usted está haciendo.»
Joab asesina a Abner
2Sa 3:26 En cuanto Joab salió de hablar con David, envió mensajeros tras Abner, los cuales lo hicieron volver del pozo de Sira. Pero de esto Joab no le dijo nada a David.
2Sa 3:27 Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó aparte a la entrada de la ciudad, como para hablar con él en privado. Allí lo apuñaló en el vientre, y Abner murió. Así Joab se vengó de la muerte de su hermano Asael.
2Sa 3:28 Algún tiempo después, David se enteró de esto y declaró: «Hago constar ante el SEÑOR, que mi reino y yo somos totalmente inocentes de la muerte de Abner hijo de Ner.
2Sa 3:29 ¡Los responsables de su muerte son Joab y toda su familia! ¡Que nunca falte en la familia de Joab alguien que sufra de hemorragia o de lepra, o que sea cojo, o que muera violentamente, o que pase hambre!»
2Sa 3:30 Joab y su hermano Abisay asesinaron a Abner porque en la batalla de Gabaón él había matado a Asael, hermano de ellos.
David llora a Abner
2Sa 3:31 David ordenó a Joab y a todos los que estaban con él: «Rásguense las vestiduras, vístanse de luto, y hagan duelo por Abner.» El rey David en persona marchó detrás del féretro,
2Sa 3:32 y Abner fue enterrado en Hebrón. Junto a la tumba, el rey lloró a gritos, y todo el pueblo lloró con él.
2Sa 3:33 Entonces el rey compuso este lamento por Abner: «¿Por qué tenía que morir Abner como mueren los canallas?
2Sa 3:34 ¡No tenías atadas las manos ni te habían encadenado los pies! ¡Caíste como el que cae en manos de criminales!» Y el pueblo lloró aún más.
2Sa 3:35 Todos se acercaron a David y le rogaron que comiera algo mientras todavía era de día, pero él hizo este juramento: «¡Que Dios me castigue sin piedad si pruebo pan o algún otro alimento antes de que se ponga el sol!»
2Sa 3:36 La gente prestó atención, y a todos les pareció bien. En realidad, todo lo que hacía el rey les agradaba.
2Sa 3:37 Aquel día todo el pueblo y todo Israel reconocieron que el rey no había sido responsable de la muerte de Abner hijo de Ner.
2Sa 3:38 El rey también le dijo a su gente: «¿No se dan cuenta de que hoy ha muerto en Israel un hombre extraordinario?
2Sa 3:39 En cuanto a mí, aunque me han ungido rey, soy todavía débil; no puedo hacerles frente a estos hijos de Sarvia. ¡Que el SEÑOR le pague al malhechor según sus malas obras!»
Salmo 87
Cosas gloriosas se han dicho de ti
Sal 87:1
Salmo de los hijos de Coré. Cántico.
Los cimientos de la ciudad de Dios[a] están en el santo monte.
Sal 87:2 El SEÑOR ama las entradas de Sión más que a todas las moradas de Jacob.
Sal 87:3 De ti, ciudad de Dios, se dicen cosas gloriosas: Selah
Sal 87:4 «Entre los que me reconocen puedo contar a Rahab y a Babilonia, a Filistea y a Tiro, lo mismo que a Cus. Se dice: “Éste nació en Sión.” »
Sal 87:5 De Sión se dirá, en efecto: «Éste y aquél nacieron en ella. El Altísimo mismo la ha establecido.»
Sal 87:6 El SEÑOR anotará en el registro de los pueblos: «Éste nació en Sión.» Selah
Sal 87:7 Y mientras cantan y bailan, dicen: «En ti se hallan todos mis orígenes.»