Día 182

10 Los Profetas del Exilio

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Jeremias 51

La destrucción total de Babilonia

Jer 51:1 Así dice el SEÑOR: «Voy a levantar un viento destructor contra Babilonia y la gente de Leb Camay.[a]

Jer 51:2 Enviaré contra Babilonia gente que la lance por los aires, que la aviente como se avienta el trigo, hasta dejarla vacía. En el día de su calamidad la atacarán por todas partes.

Jer 51:3 Que no tense el arquero su arco,[b] ni se vista la coraza. No perdonen a sus jóvenes; destruyan a su ejército por completo.

Jer 51:4 Caerán muertos en el país de los babilonios; serán traspasados en las calles.

Jer 51:5 Aunque Israel y Judá están llenos de culpa delante del Santo de Israel, no han sido abandonados por su Dios, el SEÑOR Todopoderoso.

Jer 51:6 »¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! No perezcan por causa de su iniquidad. Porque ha llegado la hora de que el SEÑOR tome venganza; ¡él le dará su merecido!

Jer 51:7 En la mano del SEÑOR Babilonia era una copa de oro que embriagaba a toda la tierra. Las naciones bebieron de su vino y se enloquecieron.

Jer 51:8 Pero de pronto Babilonia cayó hecha pedazos. ¡Giman por ella! Traigan bálsamo para su dolor; tal vez pueda ser curada.

Jer 51:9 »“Quisimos curar a Babilonia, pero no pudo ser sanada; abandonémosla, y regrese cada uno a su país, porque llega su condena hasta los cielos; ¡se eleva hasta las nubes!”

Jer 51:10 »“¡El SEÑOR nos ha vindicado! Vengan, que en Sión daremos a conocer lo que ha hecho el SEÑOR, nuestro Dios.”

Jer 51:11 »¡Afilen las flechas! ¡Ármense con escudos! El SEÑOR ha despertado el espíritu de los reyes de Media para destruir a Babilonia. Ésta es la venganza del SEÑOR, la venganza por su templo.

Jer 51:12 ¡Levanten el estandarte contra los muros de Babilonia! ¡Refuercen la guardia! ¡Pongan centinelas! ¡Preparen la emboscada! El SEÑOR cumplirá su propósito; cumplirá su decreto contra los babilonios.

Jer 51:13 Tú, que habitas junto a muchas aguas y eres rica en tesoros, has llegado a tu fin, al final de tu existencia.

Jer 51:14 El SEÑOR Todopoderoso ha jurado por sí mismo: “Te llenaré de enemigos, como de langostas, y sobre ti lanzarán gritos de victoria.”

Jer 51:15 »Con su poder hizo el SEÑOR la tierra; con su sabiduría afirmó el mundo; con su inteligencia extendió los cielos.

Jer 51:16 Ante su trueno, braman las lluvias en el cielo, y desde los confines de la tierra hace que suban las nubes; entre relámpagos desata la lluvia, y saca de sus depósitos el viento.

Jer 51:17 »Todo hombre es necio e ignorante; todo orfebre se avergüenza de sus ídolos. Sus ídolos son una mentira; no tienen aliento de vida.

Jer 51:18 Son absurdos, objetos de burla; en el tiempo del juicio serán destruidos.

Jer 51:19 La porción de Jacob no es como aquéllos; su Dios es el creador de todas las cosas. Su nombre es el SEÑOR Todopoderoso; Israel es la tribu de su heredad.

Jer 51:20 »Tú eres mi mazo, mi arma de guerra; contigo destrozo naciones y reinos.

Jer 51:21 Contigo destrozo jinetes y caballos; contigo destrozo aurigas y carros de guerra.

Jer 51:22 Contigo destrozo hombres y mujeres; contigo destrozo jóvenes y ancianos, contigo destrozo jóvenes y doncellas.

Jer 51:23 Contigo destrozo pastores y rebaños; contigo destrozo labradores y yuntas, contigo destrozo jefes y gobernantes.

Jer 51:24 »Pero en presencia de ustedes les daré su merecido a Babilonia y a todos sus habitantes por todo el mal que han hecho en Sión —afirma el SEÑOR—.

Jer 51:25 »Estoy en contra tuya, monte del exterminio, que destruyes toda la tierra —afirma el SEÑOR—. Extenderé mi mano contra ti; te haré rodar desde los peñascos y te convertiré en monte quemado.

Jer 51:26 No volverán a tomar de ti piedra angular, ni piedra de cimiento, porque para siempre quedarás desolada —afirma el SEÑOR—.

Jer 51:27 »¡Levanten la bandera en el país! ¡Toquen la trompeta entre las naciones! ¡Convoquen contra ella a los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz! ¡Pongan al frente un general! ¡Que avancen los caballos cual plaga de langostas!

Jer 51:28 ¡Convoquen contra ella a las naciones, a los reyes de Media, y a sus gobernadores y oficiales! ¡Convoquen a todo su imperio!

Jer 51:29 La tierra tiembla y se sacude; se cumplen los planes de Dios contra Babilonia, al convertirla en un desierto desolado donde nadie ha de habitar.

Jer 51:30 Dejaron de combatir los guerreros de Babilonia; se escondieron en las fortalezas. Sus fuerzas se agotaron; se volvieron como mujeres. Sus moradas fueron incendiadas y destrozados sus cerrojos.

Jer 51:31 Corre un emisario tras el otro; un mensajero sigue a otro mensajero, para anunciarle al rey de Babilonia que toda la ciudad ha sido conquistada.

Jer 51:32 Los vados han sido ocupados, e incendiados los esteros; llenos de pánico quedaron los guerreros.»

Jer 51:33 Porque así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: «La bella Babilonia es como una era en el momento de la trilla; ¡ya le llega el tiempo de la cosecha!»

Jer 51:34 «Nabucodonosor, el rey de Babilonia, me devoró, me confundió; me dejó como un plato vacío. Me tragó como un monstruo marino, con mis delicias se ha llenado el estómago para luego vomitarme.

Jer 51:35 Dice Jerusalén: “¡Que recaiga sobre Babilonia la violencia que me hizo!” Dice la moradora de Sión: “¡Que mi sangre se derrame sobre los babilonios!” »

Jer 51:36 Por eso, así dice el SEÑOR: «Voy a defender tu causa, y llevaré a cabo tu venganza; voy a secar el agua de su mar, y dejaré secos sus manantiales.

Jer 51:37 Babilonia se convertirá en un montón de ruinas, en guarida de chacales, en objeto de horror y de burla, en un lugar sin habitantes.

Jer 51:38 Juntos rugen como leones; gruñen como cachorros de león.

Jer 51:39 Cuando entren en calor, les serviré bebida; los embriagaré para que se diviertan. Así dormirán un sueño eterno del que ya no despertarán —afirma el SEÑOR—.

Jer 51:40 Voy a llevarlos al matadero, como si fueran corderos; como carneros y chivos.

Jer 51:41 »¡Cómo ha sido capturada Sesac![c] ¡Cómo ha sido conquistado el orgullo de toda la tierra! Babilonia se ha convertido en un horror para las naciones.

Jer 51:42 El mar ha subido contra Babilonia; agitadas olas la han cubierto.

Jer 51:43 Desoladas han quedado sus ciudades: como un sequedal, como un desierto. Nadie habita allí; nadie pasa por ese lugar.

Jer 51:44 Voy a castigar al dios Bel en Babilonia; haré que vomite lo que se ha tragado. Ya no acudirán a él las naciones, ni quedará en pie el muro de Babilonia.

Jer 51:45 »¡Huye de ella, pueblo mío! ¡Sálvese quien pueda de mi ardiente ira!

Jer 51:46 No desfallezcan, no se acobarden por los rumores que corren por el país. Año tras año surgen nuevos rumores; cunde la violencia en el país, y un gobernante se levanta contra otro.

Jer 51:47 Se acercan ya los días en que castigaré a los ídolos de Babilonia. Toda su tierra será avergonzada; caerán sus víctimas en medio de ella.

Jer 51:48 Entonces el cielo y la tierra, y todo lo que hay en ellos, lanzarán gritos de júbilo contra Babilonia, porque del norte vendrán sus destructores —afirma el SEÑOR—.

Jer 51:49 »Babilonia tiene que caer por las víctimas de Israel, así como en toda la tierra cayeron las víctimas de Babilonia.

Jer 51:50 Ustedes, los que escaparon de la espada, huyan sin demora. Invoquen al SEÑOR en tierras lejanas, y no dejen de pensar en Jerusalén.»

Jer 51:51 «Sentimos vergüenza por los insultos; estamos cubiertos de deshonra, porque han penetrado extranjeros en el santuario del SEÑOR.»

Jer 51:52 «Por eso, vienen días en que castigaré a sus ídolos; a lo largo de todo el país gemirán sus heridos —afirma el SEÑOR—.

Jer 51:53 Aunque Babilonia suba hasta los cielos, y en lo alto fortifique sus baluartes, yo enviaré destructores contra ella —afirma el SEÑOR—.

Jer 51:54 »Se oyen clamores por la gran destrucción del país de Babilonia.

Jer 51:55 El SEÑOR la destruye por completo; pone fin a su bullicio. Rugen sus enemigos como olas agitadas; resuena el estruendo de su voz.

Jer 51:56 Llega contra Babilonia el destructor; sus guerreros serán capturados, y sus arcos serán hechos pedazos. Porque el SEÑOR es un Dios que a cada cual le da su merecido.

Jer 51:57 Voy a embriagar a sus jefes y a sus sabios; a sus gobernadores, oficiales y guerreros; y dormirán un sueño eterno, del que no despertarán», afirma el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR Todopoderoso.

Jer 51:58 Así dice el SEÑOR Todopoderoso: «Los anchos muros de Babilonia serán derribados por completo; sus imponentes puertas serán incendiadas. Los pueblos se agotan en vano, y las naciones se fatigan por lo que se desvanece como el humo.»

Jer 51:59 Éste es el mandato que el profeta Jeremías dio a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maseías, cuando fue a Babilonia con Sedequías, rey de Judá, durante el año cuarto de su reinado. Seraías era el jefe de este viaje.

Jer 51:60 Jeremías había descrito en un rollo todas las calamidades que le sobrevendrían a Babilonia, es decir, todo lo concerniente a ella.

Jer 51:61 Jeremías le dijo a Seraías: «En cuanto llegues a Babilonia, asegúrate de leerles todas estas palabras.

Jer 51:62 Luego diles: “SEÑOR, tú has dicho que vas a destruir este lugar, y que lo convertirás en una desolación perpetua, hasta que no quede en él un solo habitante, ni hombre ni animal.”

Jer 51:63 Cuando termines de leer el rollo, átale una piedra y arrójalo al Éufrates.

Jer 51:64 Luego diles: “Así se hundirá Babilonia, y nunca más se levantará del desastre que voy a traer sobre ella.” » Aquí concluyen las palabras de Jeremías.

Jeremias 52

Otor relato de la caída de Jerusalén

Jer 52:1

La caída de Jerusalén

52:1-3—2R 24:18-20; 2Cr 36:11-16

52:4-16—Jer 39:1-10

52:4-21—2R 25:1-21; 2Cr 36:17-20

Sedequías tenía veintiún años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Jamutal hija de Jeremías, oriunda de Libná.

Jer 52:2 Al igual que Joacim, Sedequías hizo lo que ofende al SEÑOR,

Jer 52:3 a tal grado que el Señor, en su ira, los echó de su presencia. Todo esto sucedió en Jerusalén y en Judá. Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Jer 52:4 En el año noveno del reinado de Sedequías, a los diez días del mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó con todo su ejército y atacó a Jerusalén. Acampó frente a la ciudad y construyó una rampa de asalto a su alrededor.

Jer 52:5 La ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo del reinado de Sedequías.

Jer 52:6 A los nueve días del mes cuarto, cuando el hambre se agravó en la ciudad y no había más alimento para el pueblo,

Jer 52:7 se abrió una brecha en el muro de la ciudad, de modo que, aunque los babilonios la tenían cercada, todo el ejército se escapó. Salieron de noche, por la puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín real. Huyeron camino al Arabá,[a]

Jer 52:8 pero el ejército babilonio persiguió al rey Sedequías hasta alcanzarlo en la llanura de Jericó. Sus soldados se dispersaron, abandonándolo,

Jer 52:9 y los babilonios lo capturaron. Entonces lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Jamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia contra Sedequías,

Jer 52:10 y ante sus propios ojos hizo degollar a sus hijos, lo mismo que a todos los nobles de Judá.

Jer 52:11 Luego mandó que a Sedequías le sacaran los ojos y que le pusieran cadenas de bronce para llevarlo a Babilonia, donde permaneció preso hasta el día en que murió.

Arde el templo

Jer 52:12 A los diez días del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, su servidor Nabuzaradán, que era comandante de la guardia, fue a Jerusalén

Jer 52:13 y le prendió fuego al templo del SEÑOR, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes.

Jer 52:14 Entonces el ejército de los babilonios bajo su mando derribó todas las murallas que rodeaban la ciudad.

Jer 52:15 Nabuzaradán además deportó[b] a la gente que quedaba en la ciudad, es decir, al resto de los artesanos y a los que se habían aliado con el rey de Babilonia.

Jer 52:16 Sin embargo, dejó a algunos de los más pobres para que se encargaran de los viñedos y de los campos.

Jer 52:17 Los babilonios quebraron las columnas de bronce, las bases y la fuente[c] de bronce que estaban en el templo del SEÑOR, y se llevaron todo el bronce a Babilonia.

Jer 52:18 También se llevaron las ollas, las tenazas, las despabiladeras, los tazones, la vajilla y todos los utensilios de bronce que se usaban para el culto.

Jer 52:19 Además, el comandante de la guardia se apoderó de las palanganas, los incensarios, los aspersorios, las ollas, los candelabros, los platos y fuentes para las libaciones, todo lo cual era de oro y de plata.

Jer 52:20 El bronce de las dos columnas, de la fuente, de los doce toros que estaban debajo de la fuente,[d] y de las bases, que el rey Salomón había hecho para el templo del SEÑOR, era tanto que no se podía pesar.

Jer 52:21 Cada columna medía ocho metros de altura y cinco y medio de circunferencia; su espesor era de ocho centímetros,[e] y era hueca por dentro.

Jer 52:22 El capitel de bronce que estaba encima de cada columna medía dos metros[f] de altura y estaba decorado alrededor con una red y con granadas de bronce. Las dos columnas tenían el mismo adorno.

Jer 52:23 De cada columna pendían noventa y seis granadas, y las granadas que estaban alrededor de la red eran cien en total.

El pueblo exiliado a Babilonia

Jer 52:24 El comandante de la guardia tomó presos a Seraías, sacerdote principal, a Sofonías, sacerdote de segundo rango, y a los tres porteros.

Jer 52:25 De los que quedaban en la ciudad, apresó al oficial encargado de las tropas, a siete de los servidores personales del rey, al cronista principal del ejército, encargado de reclutar soldados de entre el pueblo, y a sesenta ciudadanos que todavía estaban dentro de la ciudad.

Jer 52:26 Después de apresarlos, Nabuzaradán, comandante de la guardia, se los llevó al rey de Babilonia, que estaba en Riblá.

Jer 52:27 Allí, en el territorio de Jamat, el rey los hizo ejecutar. Así Judá fue desterrado y llevado cautivo.

Jer 52:28 Éste es el número de personas desterradas por Nabucodonosor: en el año séptimo de su reinado, tres mil veintitrés judíos;

Jer 52:29 en el año dieciocho de su reinado, ochocientas treinta y dos personas de Jerusalén;

Jer 52:30 en el año veintitrés de su reinado, Nabuzaradán, el capitán de la guardia real, desterró a setecientos cuarenta y cinco judíos. En total fueron desterradas cuatro mil seiscientas personas.

Joaquín sale de la prisión

Jer 52:31

Liberación del rey Joaquín

52:31-34—2R 25:27-30

En el día veintisiete del mes duodécimo del año treinta y siete del exilio de Joaquín, rey de Judá, Evil Merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, indultó a Joaquín y lo sacó de la cárcel.

Jer 52:32 Lo trató amablemente y le dio una posición más alta que la de los otros reyes que estaban con él en Babilonia.

Jer 52:33 Joaquín dejó su ropa de prisionero, y por el resto de su vida comió a la mesa del rey.

Jer 52:34 Además, durante toda su vida y hasta el día de su muerte, Joaquín gozó de una pensión diaria que le proveía el rey de Babilonia.

Salmo 27

El Señor es mi luz y mi salvación

Sal 27:1

Salmo de David.

El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El SEÑOR es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?

Sal 27:2 Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen

Sal 27:3 Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza.

Sal 27:4 Una sola cosa le pido al SEÑOR, y es lo único que persigo: habitar en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR y recrearme en su templo

Sal 27:5 Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tabernáculo me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca

Sal 27:6 Me hará prevalecer frente a los enemigos que me rodean; en su templo ofreceré sacrificios de alabanza y cantaré salmos al SEÑOR.

Sal 27:7 Oye, SEÑOR, mi voz cuando a ti clamo; compadécete de mí y respóndeme

Sal 27:8 El corazón me dice: «¡Busca su rostro!»[a] Y yo, SEÑOR, tu rostro busco

Sal 27:9 No te escondas de mí; no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo, porque tú has sido mi ayuda. No me desampares ni me abandones, Dios de mi salvación.

Sal 27:10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el SEÑOR me recibirá en sus brazos.

Sal 27:11 Guíame, SEÑOR, por tu camino; dirígeme por la senda de rectitud, por causa de los que me acechan

Sal 27:12 No me entregues al capricho de mis adversarios, pues contra mí se levantan falsos testigos que respiran violencia.

Sal 27:13 Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del SEÑOR en esta tierra de los vivientes.

Sal 27:14 Pon tu esperanza en el SEÑOR; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el SEÑOR!