Día 158
La Metáfora en la Poesía Bíblica
Comprender cómo se usan las metáforas en la Biblia es una herramienta esencial para leer poesía bíblica. Cada vez que alguien describe una cosa para describir otra cosa, está utilizando el pensamiento metafórico, ya sea conscientemente o no. Las metáforas están en todas partes en la Biblia y, en nuestra forma de hablar cotidiana. En este video exploraremos este aspecto crucial del lenguaje bíblico.
Proverbios 16
Pro 16:1 El hombre propone y Dios[a] dispone.
Pro 16:2 A cada uno le parece correcto su proceder,[b] pero el SEÑOR juzga los motivos.
Pro 16:3 Pon en manos del SEÑOR todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
Pro 16:4 Toda obra del SEÑOR tiene un propósito; ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!
Pro 16:5 El SEÑOR aborrece a los arrogantes. Una cosa es segura: no quedarán impunes.
Pro 16:6 Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del SEÑOR se evita el mal.
Pro 16:7 Cuando el SEÑOR aprueba la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia.
Pro 16:8 Más vale tener poco con justicia que ganar mucho con injusticia.
Pro 16:9 El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el SEÑOR.
Pro 16:10 La sentencia[c] está en labios del rey; en el veredicto que emite no hay error.
Pro 16:11 Las pesas y las balanzas justas son del SEÑOR; todas las medidas son hechura suya.
Pro 16:12 El rey detesta las malas acciones, porque el trono se afirma en la justicia.
Pro 16:13 El rey se complace en los labios honestos; aprecia a quien habla con la verdad.
Pro 16:14 La ira del rey es presagio de muerte, pero el sabio sabe apaciguarla.
Pro 16:15 El rostro radiante del rey es signo de vida; su favor es como lluvia en primavera.
Pro 16:16 Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata.
Pro 16:17 El camino del hombre recto evita el mal; el que quiere salvar su vida, se fija por dónde va.
Pro 16:18 Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso.
Pro 16:19 Vale más humillarse con los oprimidos que compartir el botín con los orgullosos.
Pro 16:20 El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el SEÑOR!
Pro 16:21 Al sabio de corazón se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber.
Pro 16:22 Fuente de vida es la prudencia para quien la posee; el castigo de los necios es su propia necedad.
Pro 16:23 El sabio de corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber.
Pro 16:24 Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo.[d]
Pro 16:25 Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.
Pro 16:26 Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar, pues su propio apetito lo estimula.
Pro 16:27 El perverso hace[e] planes malvados; en sus labios hay un fuego devorador.
Pro 16:28 El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos.
Pro 16:29 El violento engaña a su prójimo y lo lleva por mal camino.
Pro 16:30 El que guiña el ojo trama algo perverso; el que aprieta los labios ya lo ha cometido.
Pro 16:31 Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia.
Pro 16:32 Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.
Pro 16:33 Las suertes se echan sobre la mesa,[f] pero el veredicto proviene del SEÑOR.
Proverbios 17
Pro 17:1 Más vale comer pan duro donde hay concordia que hacer banquete[a] donde hay discordia.
Pro 17:2 El siervo sabio gobernará al hijo sinvergüenza, y compartirá la herencia con los otros hermanos.
Pro 17:3 En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero al corazón lo prueba el SEÑOR.
Pro 17:4 El malvado hace caso a los labios impíos, y el mentiroso presta oído a la lengua maliciosa.
Pro 17:5 El que se burla del pobre ofende a su Creador; el que se alegra de verlo en la ruina no quedará sin castigo.
Pro 17:6 La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.
Pro 17:7 No va bien con los necios el lenguaje refinado, ni con los gobernantes, la mentira.
Pro 17:8 Vara[b] mágica es el soborno para quien lo ofrece, pues todo lo que emprende lo consigue.
Pro 17:9 El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.
Pro 17:10 Cala más un regaño en el hombre prudente que cien latigazos en el obstinado.
Pro 17:11 El revoltoso siempre anda buscando camorra, pero se las verá con un mensajero cruel.
Pro 17:12 Más vale toparse con un oso enfurecido[c] que con un necio empecinado en su necedad.
Pro 17:13 Al que devuelve mal por bien, nunca el mal se apartará de su familia.
Pro 17:14 Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla.
Pro 17:15 Absolver al culpable y condenar al inocente son dos cosas que el SEÑOR aborrece.
Pro 17:16 ¿De qué le sirve al necio poseer dinero? ¿Podrá adquirir sabiduría si le faltan sesos?[d]
Pro 17:17 En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano.
Pro 17:18 El que es imprudente se compromete por otros, y sale fiador de su prójimo.
Pro 17:19 Al que le gusta pecar, le gusta pelear; el que abre mucho la boca, busca que se la rompan.[e]
Pro 17:20 El de corazón perverso jamás prospera; el de lengua engañosa caerá en desgracia.
Pro 17:21 Engendrar a un hijo necio es causa de pesar; ser padre de un necio no es ninguna alegría.
Pro 17:22 Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos.
Pro 17:23 El malvado acepta soborno en secreto, con lo que tuerce el curso de la justicia.
Pro 17:24 La meta del prudente es la sabiduría; el necio divaga contemplando vanos horizontes.[f]
Pro 17:25 El hijo necio irrita a su padre, y causa amargura a su madre.
Pro 17:26 No está bien castigar al inocente, ni azotar por su rectitud a gente honorable.
Pro 17:27 El que es entendido refrena sus palabras; el que es prudente controla sus impulsos.
Pro 17:28 Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca.
Proverbios 18
Pro 18:1 El egoísta busca su propio bien; contra todo sano juicio se rebela.
Pro 18:2 Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia opinión.
Pro 18:3 Con la maldad, viene el desprecio, y con la vergüenza llega el oprobio.
Pro 18:4 Las palabras del hombre son aguas profundas, arroyo de aguas vivas, fuente de sabiduría.
Pro 18:5 No está bien declarar inocente al[a] malvado y dejar de lado los derechos del justo.
Pro 18:6 Los labios del necio son causa de contienda; su boca incita a la riña.
Pro 18:7 La boca del necio es su perdición; sus labios son para él una trampa mortal.
Pro 18:8 Los chismes son deliciosos manjares; penetran hasta lo más íntimo del ser.
Pro 18:9 El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo.
Pro 18:10 Torre inexpugnable es el nombre del SEÑOR; a ella corren los justos y se ponen a salvo.
Pro 18:11 Ciudad amurallada es la riqueza para el rico, y éste cree que sus muros son inexpugnables.
Pro 18:12 Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad.
Pro 18:13 Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar.
Pro 18:14 En la enfermedad, el ánimo levanta al enfermo; ¿pero quién podrá levantar al abatido?
Pro 18:15 El corazón prudente adquiere conocimiento; los oídos de los sabios procuran hallarlo.
Pro 18:16 Con regalos se abren todas las puertas y se llega a la presencia de gente importante.
Pro 18:17 El primero en presentar su caso parece inocente, hasta que llega la otra parte y lo refuta.
Pro 18:18 El echar suertes pone fin a los litigios y decide entre las partes en pugna.
Pro 18:19 Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada; los litigios son como cerrojos de ciudadela.
Pro 18:20 Cada uno se llena con lo que dice y se sacia con lo que habla.
Pro 18:21 En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.
Pro 18:22 Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el SEÑOR.
Pro 18:23 El pobre habla en tono suplicante; el rico responde con aspereza.
Pro 18:24 Hay amigos[b] que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.
Salmo 3
"Sálvame, Dios mío"
Sal 3:1
Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.
Muchos son, SEÑOR, mis enemigos; muchos son los que se me oponen,
Sal 3:2 y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará.» Selah
Sal 3:3 Pero tú, SEÑOR, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza!
Sal 3:4 Clamo al SEÑOR a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde. Selah
Sal 3:5 Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el SEÑOR me sostiene.
Sal 3:6 No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier.
Sal 3:7 ¡Levántate, SEÑOR! ¡Ponme a salvo, Dios mío! ¡Rómpeles la quijada a mis enemigos! ¡Rómpeles los dientes a los malvados!
Sal 3:8 Tuya es, SEÑOR, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah