Día 160

09 La Sabiduría de Israel

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Proverbios 22

Pro 22:1 Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación.

Pro 22:2 El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los ha creado el SEÑOR.

Pro 22:3 El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.

Pro 22:4 Recompensa de la humildad y del temor del SEÑOR son las riquezas, la honra y la vida.

Pro 22:5 Espinas y trampas hay en la senda de los impíos, pero el que cuida su vida se aleja de ellas.

Pro 22:6 Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.

Pro 22:7 Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores.

Pro 22:8 El que siembra maldad cosecha desgracias; el SEÑOR lo destruirá con el cetro de su ira.[a]

Pro 22:9 El que es generoso[b] será bendecido, pues comparte su comida con los pobres.

Pro 22:10 Despide al insolente, y se irá la discordia y cesarán los pleitos y los insultos.

Pro 22:11 El que ama la pureza de corazón y tiene gracia al hablar tendrá por amigo al rey.

Pro 22:12 Los ojos del SEÑOR protegen el saber, pero desbaratan las palabras del traidor.

Pro 22:13 «¡Hay un león allá afuera! —dice el holgazán—. ¡En plena calle me va a hacer pedazos!»

Pro 22:14 La boca de la adúltera es una fosa profunda; en ella caerá quien esté bajo la ira del SEÑOR.

Pro 22:15 La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige.

Pro 22:16 Oprimir al pobre para enriquecerse, y hacerle regalos al rico, ¡buena manera de empobrecerse!

Las palabras de los sabios

Pro 22:17

Los treinta dichos de los sabios


(22:17-24:22)

Presta atención, escucha mis palabras;[c] aplica tu corazón a mi conocimiento.

Pro 22:18 Grato es retenerlas dentro de ti, y tenerlas todas a flor de labio.

Pro 22:19 A ti te las enseño en este día, para que pongas tu confianza en el SEÑOR.

Pro 22:20 ¿Acaso no te he escrito treinta[d] dichos que contienen sabios consejos?

Pro 22:21 Son para enseñarte palabras ciertas y confiables, para que sepas responder bien a quien te pregunte.[e]

Pro 22:22 No explotes al pobre porque es pobre, ni oprimas en los tribunales[f] a los necesitados;

Pro 22:23 porque el SEÑOR defenderá su causa, y despojará a quienes los despojen.

Pro 22:24 No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos,

Pro 22:25 no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas en la trampa.

Pro 22:26 No te comprometas por otros ni salgas fiador de deudas ajenas;

Pro 22:27 porque si no tienes con qué pagar, te quitarán hasta la cama en que duermes.

Pro 22:28 No cambies de lugar los linderos antiguos que establecieron tus antepasados.

Pro 22:29 ¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie.

Proverbios 23

Pro 23:1 Cuando te sientes a comer con un gobernante, fíjate bien en lo que[a] tienes ante ti.

Pro 23:2 Si eres dado a la glotonería, domina tu apetito.[b]

Pro 23:3 No codicies sus manjares, pues tal comida no es más que un engaño.

Pro 23:4 No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas.

Pro 23:5 ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas.

Pro 23:6 No te sientes a la mesa de un tacaño,[c] ni codicies sus manjares,

Pro 23:7 que son como un pelo en la garganta.[d] «Come y bebe», te dirá, pero no te lo dirá de corazón.

Pro 23:8 Acabarás vomitando lo que hayas comido, y tus cumplidos no habrán servido de nada.

Pro 23:9 A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos.

Pro 23:10 No cambies de lugar los linderos antiguos, ni invadas la propiedad de los huérfanos,

Pro 23:11 porque su Defensor es muy poderoso y contra ti defenderá su causa.

Pro 23:12 Aplica tu corazón a la disciplina y tus oídos al conocimiento.

Pro 23:13 No dejes de disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá.

Pro 23:14 Dale unos buenos azotes, y así lo librarás del sepulcro.

Pro 23:15 Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará;

Pro 23:16 en lo íntimo de mi ser me alegraré cuando tus labios hablen con rectitud.

Pro 23:17 No envidies en tu corazón a los pecadores; más bien, muéstrate siempre celoso en el temor del SEÑOR.

Pro 23:18 Cuentas con una esperanza futura, la cual no será destruida.

Pro 23:19 Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto.

Pro 23:20 No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne,

Pro 23:21 pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza.

Pro 23:22 Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana.

Pro 23:23 Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!

Pro 23:24 El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él.

Pro 23:25 ¡Que se alegren tu padre y tu madre! ¡Que se regocije la que te dio la vida!

Pro 23:26 Dame, hijo mío, tu corazón y no pierdas de vista mis caminos.

Pro 23:27 Porque fosa profunda es la prostituta, y estrecho pozo, la mujer ajena.

Pro 23:28 Se pone al acecho, como un bandido, y multiplica la infidelidad de los hombres.

Pro 23:29 ¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares? ¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas? ¿De quién son las heridas gratuitas? ¿De quién los ojos morados?

Pro 23:30 ¡Del que no suelta la botella de vino ni deja de probar licores!

Pro 23:31 No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza;

Pro 23:32 porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora.

Pro 23:33 Tus ojos verán alucinaciones, y tu mente imaginará estupideces.

Pro 23:34 Te parecerá estar durmiendo en alta mar, acostado sobre el mástil mayor.

Pro 23:35 Y dirás: «Me han herido, pero no me duele. Me han golpeado, pero no lo siento. ¿Cuándo despertaré de este sueño para ir a buscar otro trago?»

Proverbios 24

Pro 24:1 No envidies a los malvados, ni procures su compañía;

Pro 24:2 porque en su corazón traman violencia, y no hablan más que de cometer fechorías.

Pro 24:3 Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos.

Pro 24:4 Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros.

Pro 24:5 El que es sabio tiene gran poder, y el que es entendido aumenta su fuerza.

Pro 24:6 La guerra se hace con buena estrategia; la victoria se alcanza con muchos consejeros.

Pro 24:7 La sabiduría no está al alcance del necio, que en la asamblea del pueblo[a] nada tiene que decir.

Pro 24:8 Al que hace planes malvados lo llamarán intrigante.

Pro 24:9 Las intrigas del necio son pecado, y todos aborrecen a los insolentes.

Pro 24:10 Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza.

Pro 24:11 Rescata a los que van rumbo a la muerte; detén a los que a tumbos avanzan al suplicio.

Pro 24:12 Pues aunque digas, «Yo no lo sabía», ¿no habrá de darse cuenta el que pesa los corazones? ¿No habrá de saberlo el que vigila tu vida? ¡Él le paga a cada uno según sus acciones!

Pro 24:13 Come la miel, hijo mío, que es deliciosa; dulce al paladar es la miel del panal.

Pro 24:14 Así de dulce sea la sabiduría a tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro; tendrás una esperanza que no será destruida.

Pro 24:15 No aceches cual malvado la casa del justo, ni arrases el lugar donde habita;

Pro 24:16 porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará; los malvados, en cambio, se hundirán en la desgracia.

Pro 24:17 No te alegres cuando caiga tu enemigo, ni se regocije tu corazón ante su desgracia,

Pro 24:18 no sea que el SEÑOR lo vea y no lo apruebe, y aparte de él su enojo.

Pro 24:19 No te alteres por causa de los malvados, ni sientas envidia de los impíos,

Pro 24:20 porque el malvado no tiene porvenir; ¡la lámpara del impío se apagará!

Pro 24:21 Hijo mío, teme al SEÑOR y honra al rey, y no te juntes con los rebeldes,

Pro 24:22 porque de los dos recibirás un castigo repentino ¡y quién sabe qué calamidades puedan venir!

Más dichos de los sabios

Pro 24:23

Otros dichos de los sabios

También éstos son dichos de los sabios: No es correcto ser parcial en el juicio.

Pro 24:24 Maldecirán los pueblos, y despreciarán las naciones, a quien declare inocente al culpable.

Pro 24:25 Pero bien vistos serán, y bendecidos, los que condenen al culpable.

Pro 24:26 Una respuesta sincera es como un beso en los labios.

Pro 24:27 Prepara primero tus faenas de cultivo y ten listos tus campos para la siembra; después de eso, construye tu casa.

Pro 24:28 No testifiques sin razón contra tu prójimo, ni mientas con tus labios.

Pro 24:29 No digas: «Le haré lo mismo que me hizo; le pagaré con la misma moneda.»

Pro 24:30 Pasé por el campo del perezoso, por la viña del falto de juicio.

Pro 24:31 Había espinas por todas partes; la hierba cubría el terreno, y el lindero de piedras estaba en ruinas.

Pro 24:32 Guardé en mi corazón lo observado, y de lo visto saqué una lección:

Pro 24:33 Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos...

Pro 24:34 ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez, como un hombre armado!

Salmo 5

Guíame en tu justicia

Sal 5:1

Al director musical. Acompáñese con flautas. Salmo de David.

Atiende, SEÑOR, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos.

Sal 5:2 Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria.

Sal 5:3 Por la mañana, SEÑOR, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.

Sal 5:4 Tú no eres un Dios que se complazca en lo malo; a tu lado no tienen cabida los malvados.

Sal 5:5 No hay lugar en tu presencia para los altivos, pues aborreces a los malhechores.

Sal 5:6 Tú destruyes a los mentirosos y aborreces a los tramposos y asesinos.

Sal 5:7 Pero yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa; puedo postrarme reverente hacia tu santo templo.

Sal 5:8 SEÑOR, por causa de mis enemigos, dirígeme en tu justicia; empareja delante de mí tu senda.

Sal 5:9 En sus palabras no hay sinceridad; en su interior sólo hay corrupción. Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños.

Sal 5:10 ¡Condénalos, oh Dios! ¡Que caigan por sus propias intrigas! ¡Recházalos por la multitud de sus crímenes, porque se han rebelado contra ti!

Sal 5:11 Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre.

Sal 5:12 Porque tú, SEÑOR, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.