Día 116
El Ángel del Señor
El Ángel del Señor es uno de los seres espirituales más fascinantes de las Escrituras hebreas. Cada vez que aparece esta figura, se le representa como si fuera Dios, pero también un ángel enviado por Dios. En este video, exploramos este personaje paradójico y descubrimos cómo nos prepara para las grandes afirmaciones que se harán sobre Jesús en el Nuevo Testamento.
Isaías 31
¡Ay de los que descienden a Egipto!
Isa 31:1
Ay de los que confían en Egipto
¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda, de los que se apoyan en la caballería, de los que confían en la multitud de sus carros de guerra y en la gran fuerza de sus jinetes, pero no toman en cuenta al Santo de Israel, ni buscan al SEÑOR!
Isa 31:2 Sin embargo, el SEÑOR es también sabio, y traerá calamidad, y no se retractará de sus palabras. Se levantará contra la dinastía de los malvados, contra los que ayudan a los malhechores.
Isa 31:3 Los egipcios, en cambio, son hombres y no dioses; sus caballos son carne y no espíritu. Cuando el SEÑOR extienda su mano, tropezará el que presta ayuda y caerá el que la recibe. ¡Todos juntos perecerán!
Isa 31:4 Porque así me dice el SEÑOR: «Como león que gruñe sobre la presa cuando contra él se reúne toda una cuadrilla de pastores; como cachorro de león que no se asusta por sus gritos ni se inquieta por su tumulto, así también el SEÑOR Todopoderoso descenderá para combatir sobre el monte Sión, sobre su cumbre.
Isa 31:5 Como aves que revolotean sobre el nido, así también el SEÑOR Todopoderoso protegerá a Jerusalén; la protegerá y la librará, la defenderá y la rescatará.»
Isa 31:6 Israelitas, ¡vuélvanse a aquel contra quien ustedes se han rebelado tan abiertamente!
Isa 31:7 Porque en aquel día cada uno de ustedes rechazará a los ídolos de plata y oro que sus propias manos pecadoras fabricaron.
Isa 31:8 «Asiria caerá a espada, pero no de hombre; una espada, pero no de hombre, la consumirá. Huirá para escapar de la espada, y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados.
Isa 31:9 A causa del terror caerá su fortaleza; ¡sus jefes dejarán abandonada su bandera!» Lo afirma el SEÑOR, cuyo fuego está en Sión, y cuyo horno está en Jerusalén.
Isaías 32
Un rey reinará con justicia
Isa 32:1
El reino de justicia
Miren, un rey reinará con rectitud y los gobernantes gobernarán con justicia.
Isa 32:2 Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.
Isa 32:3 No se nublarán los ojos de los que ven; prestarán atención los oídos de los que oyen.
Isa 32:4 La mente impulsiva comprenderá y entenderá, la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad.
Isa 32:5 Ya no se llamará noble al necio ni será respetado el canalla.
Isa 32:6 Porque el necio profiere necedades, y su mente maquina iniquidad; practica la impiedad, y habla falsedades contra el SEÑOR; deja con hambre al hambriento, y le niega el agua al sediento.
Isa 32:7 El canalla recurre a artimañas malignas, y trama designios infames; destruye a los pobres con mentiras, aunque el necesitado reclama justicia.
Isa 32:8 El noble, por el contrario, concibe nobles planes, y en sus nobles acciones se afirma.
Mujeres indolentes advertidas del desastre
Isa 32:9
Las mujeres de Jerusalén
Mujeres despreocupadas, ¡levántense y escúchenme! Hijas que se sienten tan confiadas, ¡presten atención a lo que voy a decirles!
Isa 32:10 Ustedes, que se sienten tan confiadas, en poco más de un año temblarán; porque fallará la vendimia, y no llegará la cosecha.
Isa 32:11 Mujeres despreocupadas, ¡estremézcanse! Ustedes, que se sienten tan confiadas, ¡pónganse a temblar! Desvístanse, desnúdense; pónganse ropa de luto.
Isa 32:12 Golpéense el pecho, por los campos agradables, por los viñedos fértiles,
Isa 32:13 por el suelo de mi pueblo cubierto de espinos y de zarzas, por todas las casas donde hay alegría y por esta ciudad donde hay diversión.
Isa 32:14 La fortaleza será abandonada, y desamparada la ciudad populosa; para siempre convertidas en cuevas quedarán la ciudadela y la atalaya; convertidas en deleite de asnos, en pastizal de rebaños,
Isa 32:15 hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque.
Isa 32:16 La justicia morará en el desierto, y en el campo fértil habitará la rectitud.
Isa 32:17 El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto.
Isa 32:18 Mi pueblo habitará en un lugar de paz, en moradas seguras, en serenos lugares de reposo.
Isa 32:19 Aunque el granizo arrase con el bosque y la ciudad sea completamente allanada,
Isa 32:20 ¡dichosos ustedes, los que siembran junto al agua, y dejan sueltos al buey y al asno!
Isaías 33
"Oh Señor, ten piedad de nosotros"
Isa 33:1
Angustia y auxilio
¡Ay de ti, destructor, que no has sido destruido! ¡Ay de ti, traidor, que no has sido traicionado! Cuando dejes de destruir, te destruirán; cuando dejes de traicionar, te traicionarán.
Isa 33:2 SEÑOR, ten compasión de nosotros; pues en ti esperamos. Sé nuestra fortaleza[a] cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.
Isa 33:3 Al estruendo de tu voz, huyen los pueblos; cuando te levantas, se dispersan las naciones.
Isa 33:4 Los despojos de ustedes se recogen como si fueran devorados por orugas; sobre ellos se lanza el enemigo como una bandada de langostas.
Isa 33:5 Exaltado es el SEÑOR porque mora en las alturas, y llena a Sión de justicia y rectitud.
Isa 33:6 Él será la seguridad de tus tiempos, te dará en abundancia salvación, sabiduría y conocimiento; el temor del SEÑOR será tu tesoro.
Isa 33:7 ¡Miren cómo gritan sus valientes en las calles! ¡amargamente lloran los mensajeros de paz!
Isa 33:8 Los caminos están desolados, nadie transita por los senderos. El pacto se ha quebrantado, se desprecia a los testigos,[b] ¡a nadie se le respeta!
Isa 33:9 La tierra está de luto y languidece; el Líbano se avergüenza y se marchita; Sarón es como un desierto; Basán y el Carmelo pierden su follaje.
Isa 33:10 «Ahora me levantaré —dice el SEÑOR—. Ahora seré exaltado, ahora seré ensalzado.
Isa 33:11 Ustedes conciben cizaña y dan a luz paja; ¡pero el fuego de mi aliento los consumirá!
Isa 33:12 Los pueblos serán calcinados, como espinos cortados arderán en el fuego.»
Isa 33:13 Ustedes, que están lejos, oigan lo que he hecho; y ustedes, que están cerca, reconozcan mi poder.
Isa 33:14 Los pecadores están aterrados en Sión; el temblor atrapa a los impíos: «¿Quién de nosotros puede habitar en el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros puede habitar en la hoguera eterna?»
Isa 33:15 Sólo el que procede con justicia y habla con rectitud, el que rechaza la ganancia de la extorsión y se sacude las manos para no aceptar soborno, el que no presta oído a las conjuras de asesinato y cierra los ojos para no contemplar el mal.
Isa 33:16 Ese tal morará en las alturas; tendrá como refugio una fortaleza de rocas, se le proveerá de pan, y no le faltará el agua.
Isa 33:17 Tus ojos verán al rey en su esplendor y contemplarán una tierra que se extiende hasta muy lejos.
Isa 33:18 Dentro de ti meditarás acerca del terror, y dirás: «¿Dónde está el contador? ¿Dónde el recaudador de impuestos? ¿Dónde el que lleva el registro de las torres?»
Isa 33:19 No verás más a ese pueblo insolente, a ese pueblo de idioma confuso, de lengua extraña e incomprensible.
Isa 33:20 Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas; tus ojos verán a Jerusalén, morada apacible, campamento bien plantado; sus estacas jamás se arrancarán, ni se romperá ninguna de sus sogas.
Isa 33:21 Allí el SEÑOR nos mostrará su poder. Será como un lugar de anchos ríos y canales. Ningún barco de remos surcará sus aguas, ni barcos poderosos navegarán por ellas.
Isa 33:22 Porque el SEÑOR es nuestro guía; el SEÑOR es nuestro gobernante. El SEÑOR es nuestro rey: ¡Él nos salvará!
Isa 33:23 Tus cuerdas se han aflojado: No sostienen el mástil con firmeza ni se despliegan las velas. Abundante botín habrá de repartirse, y aun los cojos se dedicarán al saqueo.
Isa 33:24 Ningún habitante dirá: «Estoy enfermo»; y se perdonará la iniquidad del pueblo que allí habita.
Isaías 34
El juicio de las naciones
Isa 34:1
Juicio contra las naciones
Naciones, ¡acérquense a escuchar! Pueblos, ¡presten atención! ¡Que lo oiga la tierra, y todo lo que hay en ella; el mundo, y todo lo que él produce!
Isa 34:2 El SEÑOR está enojado con todas las naciones, airado con todos sus ejércitos. Él los ha destruido por completo, los ha entregado a la matanza.
Isa 34:3 Serán arrojados sus muertos, hedor despedirán sus cadáveres, su sangre derretirá las montañas.
Isa 34:4 Se desintegrarán todos los astros del cielo y se enrollará el cielo como un pergamino; toda la multitud de astros perderá su brillo, como lo pierde la hoja marchita de la vid, o los higos secos de la higuera.
Isa 34:5 Mi espada se ha embriagado en el cielo; miren cómo desciende en juicio sobre Edom, pueblo que he condenado a la destrucción total.
Isa 34:6 La espada del SEÑOR está bañada en sangre, en la sangre de cabras y corderos; cubierta está de grasa, de la grasa de los riñones de carneros. Porque el SEÑOR celebra un sacrificio en Bosra y una gran matanza en tierra de Edom.
Isa 34:7 Y con ellos caerán los búfalos, los terneros y los toros. Su tierra quedará empapada en sangre, y su polvo se llenará de grasa.
Isa 34:8 Porque el SEÑOR celebra un día de venganza, un año de desagravio para defender la causa de Sión.
Isa 34:9 Los arroyos de Edom se volverán ríos de brea, su polvo se convertirá en azufre y ardiente brea se volverá su tierra.
Isa 34:10 Ni de día ni de noche se extinguirá, y su humo subirá por siempre. Quedará desolada por todas las generaciones; nunca más transitará nadie por ella.
Isa 34:11 Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo; anidarán allí el búho y el cuervo. Dios extenderá sobre Edom el cordel del caos y la plomada de la desolación.
Isa 34:12 Sus nobles no tendrán allí nada que pueda llamarse reino; todos sus príncipes desaparecerán.
Isa 34:13 Los espinos invadirán sus palacios; las ortigas y las zarzas, sus fortalezas. Se volverá guarida de chacales y nido de avestruces.
Isa 34:14 Las fieras del desierto se juntarán con las hienas, y las cabras monteses se llamarán unas a otras; allí también reposarán las aves nocturnas y encontrarán un lugar de descanso.
Isa 34:15 Allí el búho anidará y pondrá sus huevos; bajo sus alas incubará y cuidará a sus crías. También allí se reunirán los buitres, cada cual con su pareja.
Isa 34:16 Consulten el libro del SEÑOR y lean: Ninguno de estos animales faltará; cada cual tendrá su pareja. El SEÑOR mismo ha dado la orden, y su Espíritu los ha de reunir.
Isa 34:17 Él les ha asignado sus lugares; su mano les señaló su territorio. Ellos los poseerán para siempre, y morarán allí por todas las generaciones.
Isaías 35
Los rescatados regresarán
Isa 35:1
La alegría de los redimidos
Se alegrarán el desierto y el sequedal; se regocijará el desierto y florecerá como el azafrán.
Isa 35:2 Florecerá y se regocijará: ¡gritará de alegría! Se le dará la gloria del Líbano, y el esplendor del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, el esplendor de nuestro Dios.
Isa 35:3 Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas;
Isa 35:4 digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos.»
Isa 35:5 Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos;
Isa 35:6 saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal.
Isa 35:7 La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantiales burbujeantes. Las guaridas donde se tendían los chacales, serán morada de juncos y papiros.
Isa 35:8 Habrá allí una calzada que será llamada Camino de santidad. No viajarán por ella los impuros, ni transitarán por ella los necios; será sólo para los que siguen el camino.
Isa 35:9 No habrá allí ningún león, ni bestia feroz que por él pase; ¡Allí no se les encontrará! ¡Por allí pasarán solamente los redimidos!
Isa 35:10 Y volverán los rescatados por el SEÑOR, y entrarán en Sión con cantos de alegría, coronados de una alegría eterna. Los alcanzarán la alegría y el regocijo, y se alejarán la tristeza y el gemido.
Salmo 116
Amo al Señor
Sal 116:1
Yo amo al SEÑOR porque él escucha[a] mi voz suplicante.
Sal 116:2 Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.
Sal 116:3 Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro, y caí en la ansiedad y la aflicción.
Sal 116:4 Entonces clamé al SEÑOR: «¡Te ruego, SEÑOR, que me salves la vida!»
Sal 116:5 El SEÑOR es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura.
Sal 116:6 El SEÑOR protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.
Sal 116:7 ¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el SEÑOR ha sido bueno contigo!
Sal 116:8 Tú me has librado de la muerte, has enjugado mis lágrimas, no me has dejado tropezar.
Sal 116:9 Por eso andaré siempre delante del SEÑOR en esta tierra de los vivientes.
Sal 116:10 Aunque digo: «Me encuentro muy afligido», sigo creyendo en Dios.
Sal 116:11 En mi desesperación he exclamado: «Todos son unos mentirosos.»
Sal 116:12 ¿Cómo puedo pagarle al SEÑOR por tanta bondad que me ha mostrado?
Sal 116:13 ¡Tan sólo brindando con la copa de salvación e invocando el nombre del SEÑOR!
Sal 116:14 ¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al SEÑOR en presencia de todo su pueblo!
Sal 116:15 Mucho valor tiene a los ojos del SEÑOR la muerte de sus fieles.
Sal 116:16 Yo, SEÑOR, soy tu siervo; soy siervo tuyo, tu hijo fiel;[b] ¡tú has roto mis cadenas!
Sal 116:17 Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, SEÑOR, tu nombre.
Sal 116:18 Cumpliré mis votos al SEÑOR en presencia de todo su pueblo,
Sal 116:19 en los atrios de la casa del SEÑOR, en medio de ti, oh Jerusalén. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!