Día 43
Números 11
Quejas del pueblo
Núm 11:1
El fuego del SEÑOR en Taberá
Un día, el pueblo se quejó de sus penalidades que estaba sufriendo. Al oírlos el SEÑOR, ardió en ira y su fuego consumió los alrededores del campamento.
Núm 11:2 Entonces el pueblo clamó a Moisés, y éste oró al SEÑOR por ellos y el fuego se apagó.
Núm 11:3 Por eso aquel lugar llegó a ser conocido como Taberá,[a] pues el fuego del SEÑOR ardió entre ellos.
Núm 11:4
Queja del pueblo en Quibrot Hatavá
Al populacho que iba con ellos le vino un apetito voraz. Y también los israelitas volvieron a llorar, y dijeron: «¡Quién nos diera carne!
Núm 11:5 ¡Cómo echamos de menos el pescado que comíamos gratis en Egipto! ¡También comíamos pepinos y melones, y puerros, cebollas y ajos!
Núm 11:6 Pero ahora, tenemos reseca la garganta; ¡y no vemos nada que no sea este maná!»
Núm 11:7 A propósito, el maná se parecía a la semilla del cilantro y brillaba como la resina.
Núm 11:8 El pueblo salía a recogerlo, y lo molía entre dos piedras, o bien lo machacaba en morteros, y lo cocía en una olla o hacía pan con él. Sabía a pan amasado con aceite.
Núm 11:9 Por la noche, cuando el rocío caía sobre el campamento, también caía el maná.
Núm 11:10
Queja de Moisés en Quibrot Hatavá
Moisés escuchó que las familias del pueblo lloraban, cada una a la entrada de su tienda, con lo cual hacían que la ira del SEÑOR se encendiera en extremo. Entonces, muy disgustado,
Núm 11:11 Moisés oró al SEÑOR: —Si yo soy tu siervo, ¿por qué me perjudicas? ¿Por qué me niegas tu favor y me obligas a cargar con todo este pueblo?
Núm 11:12 ¿Acaso yo lo concebí, o lo di a luz, para que me exijas que lo lleve en mi regazo, como si fuera su nodriza, y lo lleve hasta la tierra que les prometiste a sus antepasados?
Núm 11:13 Todo este pueblo viene llorando a pedirme carne. ¿De dónde voy a sacarla?
Núm 11:14 Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí!
Núm 11:15 Si éste es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia!
Ancianos nombrados para ayudar a Moisés
Núm 11:16
El SEÑOR le responde a Moisés
El SEÑOR le respondió a Moisés: —Tráeme a setenta ancianos de Israel, y asegúrate de que sean ancianos y gobernantes del pueblo. Llévalos a la Tienda de reunión, y haz que esperen allí contigo.
Núm 11:17 Yo descenderé para hablar contigo, y compartiré con ellos el Espíritu que está sobre ti, para que te ayuden a llevar la carga que te significa este pueblo. Así no tendrás que llevarla tú solo.
Núm 11:18 »Al pueblo sólo le dirás lo siguiente: “Santifíquense para mañana, pues van a comer carne. Ustedes lloraron ante el SEÑOR, y le dijeron: ‘¡Quién nos diera carne! ¡En Egipto la pasábamos mejor!’ Pues bien, el SEÑOR les dará carne, y tendrán que comérsela.
Núm 11:19 No la comerán un solo día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte,
Núm 11:20 sino todo un mes, hasta que les salga por las narices y les provoque náuseas. Y esto, por haber despreciado al SEÑOR, que está en medio de ustedes, y por haberle llorado, diciendo: ‘¿Por qué tuvimos que salir de Egipto?’”
Núm 11:21
La palabra de Dios se cumple
Moisés replicó: —Me encuentro en medio de un ejército de seiscientos mil hombres, ¿y tú hablas de darles carne todo un mes?
Núm 11:22 Aunque se les degollaran rebaños y manadas completas, ¿les alcanzaría? Y aunque se les pescaran todos los peces del mar, ¿eso les bastaría?
Núm 11:23 El SEÑOR le respondió a Moisés: —¿Acaso el poder del SEÑOR es limitado? ¡Pues ahora verás si te cumplo o no mi palabra!
Núm 11:24 Moisés fue y le comunicó al pueblo lo que el SEÑOR le había dicho. Después juntó a setenta ancianos del pueblo, y se quedó esperando con ellos alrededor de la Tienda de reunión.
Núm 11:25 El SEÑOR descendió en la nube y habló con Moisés, y compartió con los setenta ancianos el Espíritu que estaba sobre él. Cuando el Espíritu descansó sobre ellos, se pusieron a profetizar. Pero esto no volvió a repetirse.
Núm 11:26 Dos de los ancianos se habían quedado en el campamento. Uno se llamaba Eldad y el otro Medad. Aunque habían sido elegidos, no acudieron a la Tienda de reunión. Sin embargo, el Espíritu descansó sobre ellos y se pusieron a profetizar dentro del campamento.
Núm 11:27 Entonces un muchacho corrió a contárselo a Moisés: —¡Eldad y Medad están profetizando dentro del campamento!
Núm 11:28 Josué hijo de Nun, uno de los siervos escogidos de Moisés, exclamó: —¡Moisés, señor mío, deténlos!
Núm 11:29 Pero Moisés le respondió: —¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo del SEÑOR profetizara, y que el SEÑOR pusiera su Espíritu en todos ellos!
Núm 11:30 Entonces Moisés y los ancianos regresaron al campamento.
Codornices y plaga
Núm 11:31
Las codornices
El SEÑOR desató un viento que trajo codornices del mar y las dejó caer sobre el campamento. Las codornices cubrieron los alrededores del campamento, en una superficie de casi un día de camino y a una altura de casi un metro[b] sobre la superficie del suelo.
Núm 11:32 El pueblo estuvo recogiendo codornices todo ese día y toda esa noche, y todo el día siguiente. ¡Ninguno recogió menos de dos toneladas![c] Después las distribuyeron por todo el campamento.
Núm 11:33 Ni siquiera habían empezado a masticar la carne que tenían en la boca cuando la ira del SEÑOR se encendió contra el pueblo y los hirió con gran mortandad.
Núm 11:34 Por eso llamaron a ese lugar Quibrot Hatavá,[d] porque allí fue sepultado el pueblo glotón.
Núm 11:35 Desde Quibrot Hatavá el pueblo partió rumbo a Jazerot, y allí se quedó.
Números 12
María y Aarón se oponen a Moisés
Núm 12:1
Quejas de Miriam y de Aarón
Moisés había tomado por esposa a una egipcia,[a] así que Miriam y Aarón empezaron a murmurar contra él por causa de ella.
Núm 12:2 Decían: «¿Acaso no ha hablado el SEÑOR con otro que no sea Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?» Y el SEÑOR oyó sus murmuraciones.
Núm 12:3 A propósito, Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la tierra.
Núm 12:4 De pronto el SEÑOR les dijo a Moisés, Aarón y Miriam: «Salgan los tres de la Tienda de reunión.» Y los tres salieron.
Núm 12:5 Entonces el SEÑOR descendió en una columna de nube y se detuvo a la entrada de la Tienda. Llamó a Aarón y a Miriam, y cuando ambos se acercaron,
Núm 12:6 el SEÑOR les dijo: «Escuchen lo que voy a decirles: »Cuando un profeta del SEÑOR se levanta entre ustedes, yo le hablo en visiones y me revelo a él en sueños.
Núm 12:7 Pero esto no ocurre así con mi siervo Moisés, porque en toda mi casa él es mi hombre de confianza.
Núm 12:8 Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas. Él contempla la imagen del SEÑOR. ¿Cómo se atreven a murmurar contra mi siervo Moisés?»
Núm 12:9 Entonces la ira del SEÑOR se encendió contra ellos, y el SEÑOR se marchó.
Núm 12:10 Tan pronto como la nube se apartó de la Tienda, a Miriam se le puso la piel blanca[b] como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia ella, vio que tenía una enfermedad infecciosa.
Núm 12:11 Entonces le dijo a Moisés: «Te suplico, mi señor, que no nos tomes en cuenta este pecado que neciamente hemos cometido.
Núm 12:12 No la dejes como un abortivo, que sale del vientre de su madre con el cuerpo medio deshecho.»
Núm 12:13
Moisés intercede por Miriam
Moisés le rogó al SEÑOR: «¡Oh Dios, te ruego que la sanes!»
Núm 12:14 El SEÑOR le respondió a Moisés: «Si su padre le hubiera escupido el rostro, ¿no habría durado su humillación siete días? Que se le confine siete días fuera del campamento, y después de eso será readmitida.»
Núm 12:15 Así que Miriam quedó confinada siete días fuera del campamento. El pueblo no se puso en marcha hasta que ella se reintegró.
Núm 12:16 Después el pueblo partió de Jazerot y acampó en el desierto de Parán.
Números 13
Espías enviados a Canaán
Núm 13:1
Los israelitas exploran Canaán
El SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 13:2 «Quiero que envíes a algunos de tus hombres a explorar la tierra que estoy por entregar a los israelitas. De cada tribu enviarás a un líder que la represente.»
Núm 13:3 De acuerdo con la orden del SEÑOR, Moisés los envió desde el desierto de Parán. Todos ellos eran jefes en Israel,
Núm 13:4 y éstos son sus nombres: Samúa hijo de Zacur, de la tribu de Rubén;
Núm 13:5 Safat hijo de Horí, de la tribu de Simeón;
Núm 13:6 Caleb hijo de Jefone, de la tribu de Judá;
Núm 13:7 Igal hijo de José, de la tribu de Isacar;
Núm 13:8 Oseas hijo de Nun, de la tribu de Efraín;
Núm 13:9 Palti hijo de Rafú, de la tribu de Benjamín;
Núm 13:10 Gadiel hijo de Sodi, de la tribu de Zabulón;
Núm 13:11 Gadí hijo de Susi, de la tribu de Manasés (una de las tribus de José);
Núm 13:12 Amiel hijo de Guemalí, de la tribu de Dan;
Núm 13:13 Setur hijo de Micael, de la tribu de Aser;
Núm 13:14 Najbí hijo de Vapsi, de la tribu de Neftalí;
Núm 13:15 Geuel hijo de Maquí, de la tribu de Gad.
Núm 13:16 Éstos son los nombres de los líderes que Moisés envió a explorar la tierra. (A Oseas hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso Josué.)
Núm 13:17 Cuando Moisés los envió a explorar la tierra de Canaán, les dijo: «Suban por el Néguev, hasta llegar a la montaña.
Núm 13:18 Exploren el país, y fíjense cómo son sus habitantes, si son fuertes o débiles, muchos o pocos.
Núm 13:19 Averigüen si la tierra en que viven es buena o mala, y si sus ciudades son abiertas o amuralladas.
Núm 13:20 Examinen el terreno, y vean si es fértil o estéril, y si tiene árboles o no. ¡Adelante! Traigan algunos frutos del país.» Ésa era la temporada en que maduran las primeras uvas.
Núm 13:21 Los doce hombres se fueron y exploraron la tierra, desde el desierto de Zin hasta Rejob, cerca de Lebó Jamat.[a]
Núm 13:22 Subieron por el Néguev y llegaron a Hebrón, donde vivían Ajimán, Sesay y Talmay, descendientes de Anac. (Hebrón había sido fundada siete años antes que la ciudad egipcia de Zoán.)
Núm 13:23 Cuando llegaron al valle del arroyo Escol,[b] cortaron un sarmiento que tenía un solo racimo de uvas, y entre dos lo llevaron colgado de una vara. También cortaron granadas e higos.
Núm 13:24 Por el racimo que estos israelitas cortaron, a ese lugar se le llamó Valle de Escol.
Informe de los espías
Núm 13:25
Informe de los exploradores
Al cabo de cuarenta días los doce hombres regresaron de explorar aquella tierra.
Núm 13:26 Volvieron a Cades, en el desierto de Parán, que era donde estaban Moisés, Aarón y toda la comunidad israelita, y les presentaron a todos ellos un informe, y les mostraron los frutos de esa tierra.
Núm 13:27 Éste fue el informe: —Fuimos al país al que nos enviaste, ¡y por cierto que allí abundan la leche y la miel! Aquí pueden ver sus frutos.
Núm 13:28 Pero el pueblo que allí habita es poderoso, y sus ciudades son enormes y están fortificadas. Hasta vimos anaquitas allí.
Núm 13:29 Los amalecitas habitan el Néguev; los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, y los cananeos ocupan la zona costera y la ribera del río Jordán.
Núm 13:30 Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés, y dijo: —Subamos a conquistar esa tierra. Estoy seguro de que podremos hacerlo.
Núm 13:31 Pero los que habían ido con él respondieron: —No podremos combatir contra esa gente. ¡Son más fuertes que nosotros!
Núm 13:32 Y comenzaron a esparcir entre los israelitas falsos rumores acerca de la tierra que habían explorado. Decían: —La tierra que hemos explorado se traga a sus habitantes, y los hombres que allí vimos son enormes.
Núm 13:33 ¡Hasta vimos anaquitas! Comparados con ellos, parecíamos langostas, y así nos veían ellos a nosotros.
Salmo 43
Envía tu luz y tu verdad
Sal 43:1
¡Hazme justicia, oh Dios!
Defiende mi causa frente a esta nación impía; líbrame de gente mentirosa y perversa
Sal 43:2 Tú eres mi Dios y mi fortaleza: ¿Por qué me has rechazado? ¿Por qué debo andar de luto y oprimido por el enemigo?
Sal 43:3 Envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen a tu monte santo, que me lleven al lugar donde tú habitas
Sal 43:4 Llegaré entonces al altar de Dios, del Dios de mi alegría y mi deleite, y allí, oh Dios, mi Dios, te alabaré al son del arpa.
Sal 43:5 ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!