Día 119

08 Los Profetas Antes del Exilio

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Isaías 42

El siervo escogido del Señor

Isa 42:1

El siervo del SEÑOR

»Éste es mi siervo, a quien sostengo, mi escogido, en quien me deleito; sobre él he puesto mi Espíritu, y llevará justicia a las naciones.

Isa 42:2 No clamará, ni gritará, ni alzará su voz por las calles.

Isa 42:3 No acabará de romper la caña quebrada, ni apagará la mecha que apenas arde. Con fidelidad hará justicia;

Isa 42:4 no vacilará ni se desanimará hasta implantar la justicia en la tierra. Las costas lejanas esperan su enseñanza.»

Isa 42:5 Así dice Dios, el SEÑOR, el que creó y desplegó los cielos; el que expandió la tierra y todo lo que ella produce; el que da aliento al pueblo que la habita, y vida a los que en ella se mueven:

Isa 42:6 «Yo, el SEÑOR, te he llamado en justicia; te he tomado de la mano. Yo te formé, yo te constituí como pacto para el pueblo, como luz para las naciones,

Isa 42:7 para abrir los ojos de los ciegos, para librar de la cárcel a los presos, y del calabozo a los que habitan en tinieblas.

Isa 42:8 »Yo soy el SEÑOR; ¡ése es mi nombre! No entrego a otros mi gloria, ni mi alabanza a los ídolos.

Isa 42:9 Las cosas pasadas se han cumplido, y ahora anuncio cosas nuevas; ¡las anuncio antes que sucedan!»

Cantad al Señor un cántico nuevo

Isa 42:10

Canción de alabanza al SEÑOR

Canten al SEÑOR un cántico nuevo, ustedes, que descienden al mar, y todo lo que hay en él; canten su alabanza desde los confines de la tierra, ustedes, costas lejanas y sus habitantes.

Isa 42:11 Que alcen la voz el desierto y sus ciudades, y los poblados donde Cedar habita. Que canten de alegría los habitantes de Selá, y griten desde las cimas de las montañas.

Isa 42:12 Den gloria al SEÑOR y proclamen su alabanza en las costas lejanas.

Isa 42:13 El SEÑOR marchará como guerrero; como hombre de guerra despertará su celo. Con gritos y alaridos se lanzará al combate, y triunfará sobre sus enemigos.

Isa 42:14 «Por mucho tiempo he guardado silencio, he estado callado y me he contenido. Pero ahora voy a gritar como parturienta, voy a resollar y jadear al mismo tiempo.

Isa 42:15 Devastaré montañas y cerros, y secaré toda su vegetación; convertiré los ríos en tierra seca, y secaré los estanques;

Isa 42:16 conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré, y no los abandonaré.

Isa 42:17 Pero retrocederán llenos de vergüenza los que confían en los ídolos, los que dicen a las imágenes: “Ustedes son nuestros dioses.”

El fracaso de Israel para escuchar y ver

Isa 42:18

Israel ciego y sordo

»Sordos, ¡escuchen! Ciegos, ¡fíjense bien!

Isa 42:19 ¿Quién es más ciego que mi siervo, y más sordo que mi mensajero? ¿Quién es más ciego que mi enviado, y más ciego que el siervo del SEÑOR?

Isa 42:20 Tú has visto muchas cosas, pero no las has captado; tienes abiertos los oídos, pero no oyes nada.»

Isa 42:21 Le agradó al SEÑOR, por amor a su justicia, hacer su ley grande y gloriosa.

Isa 42:22 Pero éste es un pueblo saqueado y despojado, todos atrapados en cuevas o encerrados en cárceles. Son saqueados, y nadie los libra; son despojados, y nadie reclama.

Isa 42:23 ¿Quién de ustedes escuchará esto y prestará atención en el futuro?

Isa 42:24 ¿Quién entregó a Jacob para el despojo, a Israel para el saqueo? ¿No es acaso el SEÑOR a quien su pueblo ha ofendido? No siguió sus caminos ni obedeció su ley.

Isa 42:25 Por eso el SEÑOR derramó sobre él su ardiente ira y el furor de la guerra. Lo envolvió en llamas, pero no comprendió; lo consumió, pero no lo tomó en serio.

Isaías 43

El único Salvador de Israel

Isa 43:1

El único Salvador de Israel

Pero ahora, así dice el SEÑOR, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.

Isa 43:2 Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.

Isa 43:3 Yo soy el SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador; yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate, a Cus y a Seba en tu lugar.

Isa 43:4 A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra.

Isa 43:5 No temas, porque yo estoy contigo; desde el oriente traeré a tu descendencia, desde el occidente te reuniré.

Isa 43:6 Al norte le diré: “¡Entrégalos!” y al sur: “¡No los retengas! Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra.

Isa 43:7 Trae a todo el que sea llamado por mi nombre, al que yo he creado para mi gloria, al que yo hice y formé.” »

Isa 43:8 Saquen al pueblo ciego, aunque tiene ojos, al pueblo sordo, aunque tiene oídos.

Isa 43:9 Que se reúnan todas las naciones y se congreguen los pueblos. ¿Quién de entre ellos profetizó estas cosas y nos anunció lo ocurrido en el pasado? Que presenten a sus testigos y demuestren tener razón, para que otros oigan y digan: «Es verdad.»

Isa 43:10 «Ustedes son mis testigos —afirma el SEÑOR—, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí.

Isa 43:11 Yo, yo soy el SEÑOR, fuera de mí no hay ningún otro salvador.

Isa 43:12 Yo he anunciado, salvado y proclamado; yo entre ustedes, y no un dios extraño. Ustedes son mis testigos —afirma el SEÑOR—, y yo soy Dios.

Isa 43:13 Desde los tiempos antiguos, yo soy. No hay quien pueda librar de mi mano. Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo.»

Isa 43:14

La misericordia de Dios y la infidelidad de Israel

Así dice el SEÑOR, su Redentor, el Santo de Israel: «Por ustedes enviaré gente a Babilonia; abatiré a todos como fugitivos. En los barcos que eran su orgullo, abatiré también a los caldeos.

Isa 43:15 Yo soy el SEÑOR, su santo; soy su rey, el creador de Israel.»

Isa 43:16 Así dice el SEÑOR, el que abrió un camino en el mar, una senda a través de las aguas impetuosas;

Isa 43:17 el que hizo salir carros de combate y caballos, ejército y guerrero al mismo tiempo, los cuales quedaron tendidos para nunca más levantarse, extinguidos como mecha que se apaga:

Isa 43:18 «Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado.

Isa 43:19 ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados.

Isa 43:20 Me honran los animales salvajes, los chacales y los avestruces; yo hago brotar agua en el desierto, ríos en lugares desolados, para dar de beber a mi pueblo escogido,

Isa 43:21 al pueblo que formé para mí mismo, para que proclame mi alabanza.

Isa 43:22 »Pero tú, Jacob, no me has invocado; tú, Israel, te has cansado de mí.

Isa 43:23 No me has traído el cordero de tus holocaustos, ni me has honrado con tus sacrificios. No te he abrumado exigiendo ofrendas de grano, ni te he agobiado reclamando incienso.

Isa 43:24 No me has comprado caña aromática, ni me has saciado con el sebo de tus sacrificios. ¡En cambio, tú me has abrumado con tus pecados y me has agobiado con tus iniquidades!

Isa 43:25 »Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados.

Isa 43:26 ¡Hazme recordar! Presentémonos a juicio; plantea el argumento de tu inocencia.

Isa 43:27 Tu primer antepasado pecó; tus voceros se rebelaron contra mí.

Isa 43:28 Por eso humillé a las autoridades del templo; entregué a Jacob a la destrucción total, entregué a Israel al menosprecio.

Isaías 44

Israel escogido por el Señor

Isa 44:1

Israel, el escogido

»Pero ahora, Jacob, mi siervo, Israel, a quien he escogido, ¡escucha!

Isa 44:2 Así dice el SEÑOR, el que te hizo, el que te formó en el seno materno y te brinda su ayuda: “No temas, Jacob, mi siervo, Jesurún, a quien he escogido,

Isa 44:3 que regaré con agua la tierra sedienta, y con arroyos el suelo seco; derramaré mi Espíritu sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus vástagos,

Isa 44:4 y brotarán como hierba en un prado, como sauces junto a arroyos.

Isa 44:5 Uno dirá: ‘Pertenezco al SEÑOR’ ; otro llevará el nombre de Jacob, y otro escribirá en su mano: ‘Yo soy del SEÑOR’, y tomará para sí el nombre de Israel.”

Fuera de mí no hay dios

Isa 44:6

El SEÑOR y los ídolos

»Así dice el SEÑOR, el SEÑOR Todopoderoso, rey y redentor de Israel: “Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro dios.

Isa 44:7 ¿Quién es como yo? Que lo diga. Que declare lo que ha ocurrido desde que establecí a mi antiguo pueblo; que exponga ante mí lo que está por venir, ¡que anuncie lo que va a suceder!

Isa 44:8 No tiemblen ni se asusten. ¿Acaso no lo anuncié y profeticé hace tiempo? Ustedes son mis testigos. ¿Hay algún Dios fuera de mí? No, no hay otra Roca; no conozco ninguna.” »

La locura de la idolatría

Isa 44:9 Los que fabrican ídolos no valen nada; inútiles son sus obras más preciadas. Para su propia vergüenza, sus propios testigos no ven ni conocen.

Isa 44:10 ¿Quién modela un dios o funde un ídolo, que no le sirve para nada?

Isa 44:11 Todos sus devotos quedarán avergonzados; ¡simples mortales son los artesanos! Que todos se reúnan y comparezcan; ¡aterrados y avergonzados quedarán todos ellos!

Isa 44:12 El herrero toma una herramienta, y con ella trabaja sobre las brasas; con martillo modela un ídolo, con la fuerza de su brazo lo forja. Siente hambre, y pierde las fuerzas; no bebe agua, y desfallece.

Isa 44:13 El carpintero mide con un cordel, hace un boceto con un estilete, lo trabaja con el escoplo y lo traza con el compás. Le da forma humana; le imprime la belleza de un ser humano, para que habite en un santuario.

Isa 44:14 Derriba los cedros, y escoge un ciprés o un roble, y lo deja crecer entre los árboles del bosque; o planta un pino, que la lluvia hace crecer.

Isa 44:15 Al hombre le sirve de combustible, y toma una parte para calentarse; enciende un fuego y hornea pan. Pero también labra un dios y lo adora; hace un ídolo y se postra ante él.

Isa 44:16 La mitad de la madera la quema en el fuego, sobre esa mitad prepara su comida; asa la carne y se sacia. También se calienta y dice: «¡Ah! Ya voy entrando en calor, mientras contemplo las llamas.»

Isa 44:17 Con el resto hace un dios, su ídolo; se postra ante él y lo adora. Y suplicante le dice: «Sálvame, pues tú eres mi dios.»

Isa 44:18 No saben nada, no entienden nada; sus ojos están velados, y no ven; su mente está cerrada, y no entienden.

Isa 44:19 Les falta conocimiento y entendimiento; no se ponen a pensar ni a decir: «Usé la mitad para combustible; incluso horneé pan sobre las brasas, asé carne y la comí. ¿Y haré algo abominable con lo que queda? ¿Me postraré ante un pedazo de madera?»

Isa 44:20 Se alimentan de cenizas, se dejan engañar por su iluso corazón, no pueden salvarse a sí mismos, ni decir: «¡Lo que tengo en mi diestra es una mentira!»

El Señor libra a Israel

Isa 44:21 «Recuerda estas cosas, Jacob, porque tú eres mi siervo, Israel. Yo te formé, tú eres mi siervo; Israel, yo no te olvidaré.

Isa 44:22 He disipado tus transgresiones como el rocío, y tus pecados como la bruma de la mañana. Vuelve a mí, que te he redimido.»

Isa 44:23 ¡Canten de alegría, cielos, que esto lo ha hecho el SEÑOR! ¡Griten con fuerte voz, profundidades de la tierra! ¡Prorrumpan en canciones, montañas; y bosques, con todos sus árboles! Porque el SEÑOR ha redimido a Jacob, Dios ha manifestado su gloria en Israel.

Isa 44:24

Jerusalén vuelve a ser habitada

«Así dice el SEÑOR, tu Redentor, quien te formó en el seno materno: “Yo soy el SEÑOR, que ha hecho todas las cosas, yo solo desplegué los cielos y expandí la tierra. ¿Quién estaba conmigo?

Isa 44:25 » ” Yo frustro las señales de los falsos profetas y ridiculizo a los adivinos; yo hago retroceder a los sabios y convierto su sabiduría en necedad.

Isa 44:26 Yo confirmo la palabra de mis siervos y cumplo el consejo de mis mensajeros. Yo digo que Jerusalén será habitada, que los pueblos de Judá serán reconstruidos; y sus ruinas las restauraré.

Isa 44:27 Yo mando que se seque lo profundo del mar, y ordeno que se sequen sus corrientes.

Isa 44:28 Yo afirmo que Ciro es mi pastor, y dará cumplimiento a mis deseos; dispondrá que Jerusalén sea reconstruida, y que se repongan los cimientos del templo.” »

Salmo 119: 1-32

Lámpara es a mis pies tu palabra

Sal 119:1

Álef

Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del SEÑOR.

Sal 119:2 Dichosos los que guardan sus estatutos y de todo corazón lo buscan.

Sal 119:3 Jamás hacen nada malo, sino que siguen los caminos de Dios.

Sal 119:4 Tú has establecido tus preceptos, para que se cumplan fielmente.

Sal 119:5 ¡Cuánto deseo afirmar mis caminos para cumplir tus decretos!

Sal 119:6 No tendré que pasar vergüenzas cuando considere todos tus mandamientos.

Sal 119:7 Te alabaré con integridad de corazón, cuando aprenda tus justos juicios.

Sal 119:8 Tus decretos cumpliré; no me abandones del todo.

Sal 119:9

Bet

¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra.

Sal 119:10 Yo te busco con todo el corazón; no dejes que me desvíe de tus mandamientos.

Sal 119:11 En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.

Sal 119:12 ¡Bendito seas, SEÑOR! ¡Enséñame tus decretos!

Sal 119:13 Con mis labios he proclamado todos los juicios que has emitido.

Sal 119:14 Me regocijo en el camino de tus estatutos más que en[b] todas las riquezas.

Sal 119:15 En tus preceptos medito, y pongo mis ojos en tus sendas.

Sal 119:16 En tus decretos hallo mi deleite, y jamás olvidaré tu palabra.

Sal 119:17

Guímel

Trata con bondad a este siervo tuyo; así viviré y obedeceré tu palabra.

Sal 119:18 Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu ley.

Sal 119:19 En esta tierra soy un extranjero; no escondas de mí tus mandamientos.

Sal 119:20 A toda hora siento un nudo en la garganta por el deseo de conocer tus juicios.

Sal 119:21 Tú reprendes a los insolentes; ¡malditos los que se apartan de tus mandamientos!

Sal 119:22 Aleja de mí el menosprecio y el desdén, pues yo cumplo tus estatutos.

Sal 119:23 Aun los poderosos se confabulan contra mí, pero este siervo tuyo medita en tus decretos.

Sal 119:24 Tus estatutos son mi deleite; son también mis consejeros.

Sal 119:25

Dálet

Postrado estoy en el polvo; dame vida conforme a tu palabra.

Sal 119:26 Tú me respondiste cuando te hablé de mis caminos. ¡Enséñame tus decretos!

Sal 119:27 Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas.

Sal 119:28 De angustia se me derrite el alma: susténtame conforme a tu palabra.

Sal 119:29 Manténme alejado de caminos torcidos; concédeme las bondades de tu ley.

Sal 119:30 He optado por el camino de la fidelidad, he escogido tus juicios.

Sal 119:31 Yo, SEÑOR, me apego a tus estatutos; no me hagas pasar vergüenza.

Sal 119:32 Corro por el camino de tus mandamientos, porque has ampliado mi modo de pensar.