Día 55

05 El Desierto

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YHWH - "SEÑOR"

YHWH, Adonai, SEÑOR, Jehová… Dios parece tener muchos nombres, ¿cómo se supone que debo llamarle? Te invitamos al fascinante viaje para conocer los diferentes nombres con que los judíos y los cristianos se han referido a su creador a través de los siglos, y más importante, ¡el por qué! Mira nuestra segunda entrega de la exploración en seis partes de la antigua oración bíblica llamada “El Shemá”.

Deuteronomio 7

Un pueblo elegido

Deu 7:1

Expulsión de las naciones

»El SEÑOR tu Dios te hará entrar en la tierra que vas a poseer, y expulsará de tu presencia a siete naciones más grandes y fuertes que tú, que son los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.

Deu 7:2 Cuando el SEÑOR tu Dios te las haya entregado y tú las hayas derrotado, deberás destruirlas por completo. No harás ningún pacto con ellas, ni les tendrás compasión.

Deu 7:3 Tampoco te unirás en matrimonio con ninguna de esas naciones; no darás tus hijas a sus hijos ni tomarás sus hijas para tus hijos,

Deu 7:4 porque ellas los apartarán del Señor y los harán servir a otros dioses. Entonces la ira del SEÑOR se encenderá contra ti y te destruirá de inmediato.

Deu 7:5 »Esto es lo que harás con esas naciones: Destruirás sus altares, romperás sus piedras sagradas, derribarás sus imágenes de la diosa Aserá y les prenderás fuego a sus ídolos.

Deu 7:6 Porque para el SEÑOR tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su posesión exclusiva entre todos los pueblos de la tierra.

Deu 7:7 »El SEÑOR se encariñó contigo y te eligió, aunque no eras el pueblo más numeroso sino el más insignificante de todos.

Deu 7:8 Lo hizo porque te ama y quería cumplir su juramento a tus antepasados; por eso te rescató del poder del faraón, el rey de Egipto, y te sacó de la esclavitud con gran despliegue de fuerza.

Deu 7:9 »Reconoce, por tanto, que el SEÑOR tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos,

Deu 7:10 pero que destruye a quienes lo odian y no se tarda en darles su merecido.

Deu 7:11 Por eso debes obedecer los mandamientos, los preceptos y las normas que hoy te mando que cumplas.

Deu 7:12 »Si prestas atención a estas normas, y las cumples y las obedeces, entonces el SEÑOR tu Dios cumplirá el pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados, y te mostrará su amor fiel.

Deu 7:13 Te amará, te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre, y también el fruto de la tierra que juró a tus antepasados que les daría. Es decir, bendecirá el trigo, el vino y el aceite, y las crías de tus ganados y los corderos de tus rebaños.

Deu 7:14 Bendito serás, más que cualquier otro pueblo; no habrá entre los tuyos hombre ni mujer estéril, ni habrá un solo animal de tus ganados que se quede sin cría.

Deu 7:15 El SEÑOR te mantendrá libre de toda enfermedad y alejará de ti las horribles enfermedades que conociste en Egipto; en cambio, las reservará para tus enemigos.

Deu 7:16 Destruye a todos los pueblos que el SEÑOR tu Dios entregue en tus manos. No te apiades de ellos ni sirvas a sus dioses, para que no te sean una trampa mortal.

Deu 7:17 »Tal vez te preguntes: “¿Cómo podré expulsar a estas naciones, si son más numerosas que yo?”

Deu 7:18 Pero no les temas; recuerda bien lo que el SEÑOR tu Dios hizo contra el faraón y contra todo Egipto.

Deu 7:19 Con tus propios ojos viste las grandes pruebas, señales y prodigios milagrosos que con gran despliegue de fuerza y de poder realizó el SEÑOR tu Dios para sacarte de Egipto, y lo mismo hará contra todos los pueblos a quienes ahora temes.

Deu 7:20 Además, el SEÑOR tu Dios enviará contra ellos avispas, hasta que hayan perecido todos los sobrevivientes y aun los que intenten esconderse de ti.

Deu 7:21 No te asustes ante ellos, pues el SEÑOR tu Dios, el Dios grande y temible, está contigo.

Deu 7:22 El SEÑOR tu Dios expulsará a las naciones que te salgan al paso, pero lo hará poco a poco. No las eliminarás a todas de una sola vez, para que los animales salvajes no se multipliquen ni invadan tu territorio.

Deu 7:23 El SEÑOR tu Dios entregará a esas naciones en tus manos, y las llenará de gran confusión hasta destruirlas.

Deu 7:24 Pondrá a sus reyes bajo tu poder, y de sus nombres tú borrarás hasta el recuerdo. Ninguna de esas naciones podrá resistir tu presencia, porque tú las destruirás.

Deu 7:25 Pero tú deberás quemar en el fuego las esculturas de sus dioses. No codicies la plata y el oro que las recubren, ni caigas en la trampa de quedarte con ellas, pues eso es algo que aborrece el SEÑOR tu Dios.

Deu 7:26 No metas en tu casa nada que sea abominable. Todo eso debe ser destruido. Recházalo y detéstalo por completo, para que no seas destruido tú también.

Deuteronomio 8

Acuérdate de Jehová tu Dios

Deu 8:1

Recuerda al SEÑOR tu Dios

»Cumple fielmente todos los mandamientos que hoy te mando, para que vivas, te multipliques y tomes posesión de la tierra que el SEÑOR juró a tus antepasados.

Deu 8:2 Recuerda que durante cuarenta años el SEÑOR tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos.

Deu 8:3 Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del SEÑOR.

Deu 8:4 Durante esos cuarenta años no se te gastó la ropa que llevabas puesta, ni se te hincharon los pies.

Deu 8:5 Reconoce en tu corazón que, así como un padre disciplina a su hijo, también el SEÑOR tu Dios te disciplina a ti.

Deu 8:6 Cumple los mandamientos del SEÑOR tu Dios; témelo y sigue sus caminos.

Deu 8:7 Porque el SEÑOR tu Dios te conduce a una tierra buena: tierra de arroyos y de fuentes de agua, con manantiales que fluyen en los valles y en las colinas;

Deu 8:8 tierra de trigo y de cebada; de viñas, higueras y granados; de miel y de olivares;

Deu 8:9 tierra donde no escaseará el pan y donde nada te faltará; tierra donde las rocas son de hierro y de cuyas colinas sacarás cobre.

Deu 8:10 »Cuando hayas comido y estés satisfecho, alabarás al SEÑOR tu Dios por la tierra buena que te habrá dado.

Deu 8:11 Pero ten cuidado de no olvidar al SEÑOR tu Dios. No dejes de cumplir sus mandamientos, normas y preceptos que yo te mando hoy.

Deu 8:12 Y cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando hayas edificado casas cómodas y las habites,

Deu 8:13 cuando se hayan multiplicado tus ganados y tus rebaños, y hayan aumentado tu plata y tu oro y sean abundantes tus riquezas,

Deu 8:14 no te vuelvas orgulloso ni olvides al SEÑOR tu Dios, quien te sacó de Egipto, la tierra donde viviste como esclavo.

Deu 8:15 El SEÑOR te guió a través del vasto y horrible desierto, esa tierra reseca y sedienta, llena de serpientes venenosas y escorpiones; te dio el agua que hizo brotar de la más dura roca;

Deu 8:16 en el desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así te humilló y te puso a prueba, para que al fin de cuentas te fuera bien.

Deu 8:17 No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos.”

Deu 8:18 Recuerda al SEÑOR tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados.

Deu 8:19 »Si llegas a olvidar al SEÑOR tu Dios, y sigues a otros dioses para adorarlos e inclinarte ante ellos, testifico hoy en contra tuya que ciertamente serás destruido.

Deu 8:20 Si no obedeces al SEÑOR tu Dios, te sucederá lo mismo que a las naciones que el SEÑOR irá destruyendo a tu paso.

Deuteronomio 9

No por tu justicia

Deu 9:1

El mérito no es de Israel

»Escucha, Israel: hoy vas a cruzar el Jordán para entrar y desposeer a naciones más grandes y fuertes que tú, que habitan en grandes ciudades con muros que llegan hasta el cielo.

Deu 9:2 Esa gente es poderosa y de gran estatura; ¡son los anaquitas! Tú ya los conoces y sabes que de ellos se dice: “¿Quién puede oponerse a los descendientes de Anac?”

Deu 9:3 Pero tú, entiende bien hoy que el SEÑOR tu Dios avanzará al frente de ti, y que los destruirá como un fuego consumidor y los someterá a tu poder. Tú los expulsarás y los aniquilarás en seguida, tal como el SEÑOR te lo ha prometido.

Deu 9:4 »Cuando el SEÑOR tu Dios los haya arrojado lejos de ti, no vayas a pensar: “El SEÑOR me ha traído hasta aquí, por mi propia justicia, para tomar posesión de esta tierra.” ¡No! El SEÑOR expulsará a esas naciones por la maldad que las caracteriza.

Deu 9:5 De modo que no es por tu justicia ni por tu rectitud por lo que vas a tomar posesión de su tierra. ¡No! La propia maldad de esas naciones hará que el SEÑOR tu Dios las arroje lejos de ti. Así cumplirá lo que juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.

Deu 9:6 Entiende bien que eres un pueblo terco, y que tu justicia y tu rectitud no tienen nada que ver con que el SEÑOR tu Dios te dé en posesión esta buena tierra.

Deu 9:7

El becerro de oro

»Recuerda esto, y nunca olvides cómo provocaste la ira del SEÑOR tu Dios en el desierto. Desde el día en que saliste de Egipto hasta tu llegada aquí, has sido rebelde contra el SEÑOR.

Deu 9:8 A tal grado provocaste su enojo en Horeb, que estuvo a punto de destruirte.

Deu 9:9 Cuando subí a la montaña para recibir las tablas de piedra, es decir, las tablas del pacto que el SEÑOR había hecho contigo, me quedé en la montaña cuarenta días y cuarenta noches, y no comí pan ni bebí agua.

Deu 9:10 Allí el SEÑOR me dio dos tablas de piedra, en las que él mismo escribió todas las palabras que proclamó desde la montaña, de en medio del fuego, el día de la asamblea.

Deu 9:11 »Pasados los cuarenta días y las cuarenta noches, el SEÑOR me dio las dos tablas de piedra, es decir, las tablas del pacto,

Deu 9:12 y me dijo: “Levántate y baja de aquí en seguida, porque ese pueblo tuyo, que sacaste de Egipto, se ha descarriado. Bien pronto se han apartado del camino que les mandé seguir, y se han fabricado un ídolo de metal fundido.”

El becerro de oro

Deu 9:13 »También me dijo: “He visto a este pueblo, y ¡realmente es un pueblo terco!

Deu 9:14 Déjame que lo destruya y borre hasta el recuerdo de su nombre. De ti, en cambio, haré una nación más fuerte y numerosa que la de ellos.”

Deu 9:15 »Luego me di vuelta y bajé de la montaña que ardía en llamas. En las manos traía yo las dos tablas del pacto.

Deu 9:16 Entonces vi que ustedes habían pecado contra el SEÑOR su Dios, pues se habían fabricado un ídolo fundido con forma de becerro. ¡Bien pronto se habían apartado del camino que el SEÑOR les había trazado!

Deu 9:17 Así que tomé las dos tablas que traía en las manos y las arrojé al suelo, haciéndolas pedazos delante de ustedes.

Deu 9:18 »Nuevamente me postré delante del SEÑOR cuarenta días y cuarenta noches, y no comí pan ni bebí agua. Lo hice por el gran pecado que ustedes habían cometido al hacer lo malo a los ojos del SEÑOR, provocando así su ira.

Deu 9:19 Tuve verdadero miedo del enojo y de la ira del SEÑOR, pues a tal grado se indignó contra ustedes, que quiso destruirlos. Sin embargo, el SEÑOR me escuchó una vez más.

Deu 9:20 Así mismo, tan enojado estaba el SEÑOR contra Aarón que quería destruirlo, y también en esa ocasión intercedí por él.

Deu 9:21 Luego agarré el becerro que ustedes se fabricaron, ese ídolo que los hizo pecar, y lo quemé en el fuego; lo desmenucé y lo reduje a polvo fino, y arrojé el polvo al arroyo que baja de la montaña.

Deu 9:22 »En Taberá, en Masá y en Quibrot Hatavá ustedes provocaron también la indignación del SEÑOR,

Deu 9:23 lo mismo que cuando el SEÑOR los envió desde Cades Barnea y les dijo: “Vayan y tomen posesión de la tierra que les he dado.” Ustedes se rebelaron contra la orden del SEÑOR su Dios; no confiaron en él ni le obedecieron.

Deu 9:24 ¡Desde que los conozco han sido rebeldes al SEÑOR!

Deu 9:25 »Como el SEÑOR había dicho que los destruiría, yo me quedé postrado ante él esos cuarenta días y cuarenta noches.

Deu 9:26 Oré al SEÑOR y le dije: “SEÑOR y Dios, ¡no destruyas tu propia heredad, el pueblo que por tu grandeza redimiste y sacaste de Egipto con gran despliegue de fuerza!

Deu 9:27 ¡Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob! Pasa por alto la terquedad de este pueblo, y su maldad y su pecado,

Deu 9:28 no sea que allá, en el país de donde nos sacaste, digan: ‘El SEÑOR no pudo llevarlos a la tierra que les había prometido. Y como los aborrecía, los sacó para que murieran en el desierto.’

Deu 9:29 Después de todo, ellos son tu propia heredad; son el pueblo que sacaste con gran despliegue de fuerza y de poder.”

Salmo 55

Echa sobre Jehová tu carga

Sal 55:1

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Masquil de David.

Escucha, oh Dios, mi oración; no pases por alto mi súplica.

Sal 55:2 ¡óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran

Sal 55:3 las amenazas del enemigo y la opresión de los impíos, pues me causan sufrimiento y en su enojo me insultan.

Sal 55:4 Se me estremece el corazón dentro del pecho, y me invade un pánico mortal.

Sal 55:5 Temblando estoy de miedo, sobrecogido estoy de terror.

Sal 55:6 ¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y volar hasta encontrar reposo!

Sal 55:7 Me iría muy lejos de aquí; me quedaría a vivir en el desierto. Selah

Sal 55:8 Presuroso volaría a mi refugio, para librarme del viento borrascoso y de la tempestad.

Sal 55:9 ¡Destrúyelos, Señor! ¡Confunde su lenguaje! En la ciudad sólo veo contiendas y violencia;

Sal 55:10 día y noche rondan por sus muros, y dentro de ella hay intrigas y maldad.

Sal 55:11 En su seno hay fuerzas destructivas; de sus calles no se apartan la opresión y el engaño.

Sal 55:12 Si un enemigo me insultara, yo lo podría soportar; si un adversario me humillara, de él me podría yo esconder.

Sal 55:13 Pero lo has hecho tú, un hombre como yo, mi compañero, mi mejor amigo,

Sal 55:14 a quien me unía una bella amistad, con quien convivía en la casa de Dios.

Sal 55:15 ¡Que sorprenda la muerte a mis enemigos! ¡Que caigan vivos al sepulcro, pues en ellos habita la maldad!

Sal 55:16 Pero yo clamaré a Dios, y el SEÑOR me salvará.

Sal 55:17 Mañana, tarde y noche clamo angustiado, y él me escucha.

Sal 55:18 Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí.

Sal 55:19 ¡Dios, que reina para siempre, habrá de oírme y los afligirá! Selah

Esa gente no cambia de conducta, no tiene temor de Dios.

Sal 55:20 Levantan la mano contra sus amigos y no cumplen sus compromisos.

Sal 55:21 Su boca es blanda como la manteca, pero sus pensamientos son belicosos. Sus palabras son más suaves que el aceite, pero no son sino espadas desenvainadas.

Sal 55:22 Encomienda al SEÑOR tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.

Sal 55:23 Tú, oh Dios, abatirás a los impíos y los arrojarás en la fosa de la muerte; la gente sanguinaria y mentirosa no llegará ni a la mitad de su vida. Yo, por mi parte, en ti confío.