Día 126
Isaías 65
Juicio y salvación
Isa 65:1
Juicio y salvación
«Me di a conocer a los que no preguntaban por mí; dejé que me hallaran los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre, le dije: “¡Aquí estoy!”
Isa 65:2 Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo rebelde, que va por mal camino, siguiendo sus propias ideas.
Isa 65:3 Es un pueblo que en mi propia cara constantemente me provoca; que ofrece sacrificios en los jardines y quema incienso en los altares;
Isa 65:4 que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en vigilias secretas; que come carne de cerdo, y en sus ollas cocina caldo impuro;
Isa 65:5 que dice: “¡Manténganse alejados! ¡No se me acerquen! ¡Soy demasiado sagrado para ustedes!” Todo esto me fastidia como humo en la nariz; ¡es un fuego que arde todo el día!
Isa 65:6 »Ante mí ha quedado escrito; no guardaré silencio. Les daré su merecido; lo sufrirán en carne propia,
Isa 65:7 tanto por las iniquidades de ustedes como por las de sus padres —dice el SEÑOR—. Por cuanto ellos quemaron incienso en las montañas y me desafiaron en las colinas, les haré sufrir en carne propia las consecuencias de sus acciones pasadas.»
Isa 65:8 Así dice el SEÑOR: «Cuando alguien encuentra un buen racimo de uvas, dice: “No voy a dañarlo, porque todavía tiene jugo” . Del mismo modo actuaré yo por amor a mis siervos: No los destruiré a todos.
Isa 65:9 De Jacob sacaré descendientes, y de Judá, a los que poseerán mis montañas. Las heredarán mis elegidos, y allí morarán mis siervos.
Isa 65:10 Para mi pueblo que me busca, Sarón será redil de ovejas; el valle de Acor, corral de vacas.
Isa 65:11 »Pero a ustedes que abandonan al SEÑOR y se olvidan de mi monte santo, que para los dioses de la Fortuna y del Destino preparan mesas y sirven vino mezclado,
Isa 65:12 los destinaré a la espada; ¡todos ustedes se inclinarán para el degüello! Porque llamé y no me respondieron, hablé y no me escucharon. Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos y optaron por lo que no me agrada.»
Isa 65:13 Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: «Mis siervos comerán, pero ustedes pasarán hambre; mis siervos beberán, pero ustedes sufrirán de sed; mis siervos se alegrarán, pero ustedes serán avergonzados.
Isa 65:14 Mis siervos cantarán con alegría de corazón, pero ustedes clamarán con corazón angustiado; ¡gemirán con espíritu quebrantado!
Isa 65:15 Mis escogidos heredarán el nombre de ustedes como una maldición. El SEÑOR omnipotente les dará muerte, pero a sus siervos les dará un nombre diferente.
Isa 65:16 Cualquiera que en el país invoque una bendición, lo hará por el Dios de la verdad; y cualquiera que jure en esta tierra, lo hará por el Dios de la verdad. Las angustias del pasado han quedado en el olvido, las he borrado de mi vista.
Nuevos cielos y una nueva tierra
Isa 65:17
Nuevos cielos y nueva tierra
»Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra nueva. No volverán a mencionarse las cosas pasadas, ni se traerán a la memoria.
Isa 65:18 Alégrense más bien, y regocíjense por siempre, por lo que estoy a punto de crear: Estoy por crear una Jerusalén feliz, un pueblo lleno de alegría.
Isa 65:19 Me regocijaré por Jerusalén y me alegraré en mi pueblo; no volverán a oírse en ella voces de llanto ni gritos de clamor.
Isa 65:20 »Nunca más habrá en ella niños que vivan pocos días, ni ancianos que no completen sus años. El que muera a los cien años será considerado joven; pero el que no llegue[a] a esa edad será considerado maldito.
Isa 65:21 Construirán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto.
Isa 65:22 Ya no construirán casas para que otros las habiten, ni plantarán viñas para que otros coman. Porque los días de mi pueblo serán como los de un árbol; mis escogidos disfrutarán de las obras de sus manos.
Isa 65:23 No trabajarán en vano, ni tendrán hijos para la desgracia; tanto ellos como su descendencia serán simiente bendecida del SEÑOR.
Isa 65:24 Antes que me llamen, yo les responderé; todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado.
Isa 65:25 El lobo y el cordero pacerán juntos; el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará de polvo. En todo mi monte santo no habrá quien haga daño ni destruya», dice el SEÑOR.
Isaías 66
Él pobre y humilde de espíritu
Isa 66:1
Juicio y esperanza
Así dice el SEÑOR: «El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa me pueden construir? ¿Qué morada me pueden ofrecer?
Isa 66:2 Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir —afirma el SEÑOR—. »Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra.
Isa 66:3 Pero los que sacrifican toros son como los que matan hombres; los que ofrecen corderos son como los que desnucan perros; los que presentan ofrendas de grano son como los que ofrecen sangre de cerdo, y los que queman ofrendas de incienso son como los que adoran ídolos. Ellos han escogido sus propios caminos, y se deleitan en sus abominaciones.
Isa 66:4 Pues yo también escogeré aflicciones para ellos y enviaré sobre ellos lo que tanto temen. Porque nadie respondió cuando llamé; cuando hablé, nadie escuchó. Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos y optaron por lo que no me agrada.»
Isa 66:5 ¡Escuchen la palabra del SEÑOR, ustedes que tiemblan ante su palabra!: «Así dicen sus hermanos que los odian y los excluyen por causa de mi nombre: “¡Que el SEÑOR sea glorificado, para que veamos la alegría de ustedes!” Pero ellos serán los avergonzados.
Isa 66:6 Una voz resuena desde la ciudad, una voz surge del templo: Es la voz del SEÑOR que da a sus enemigos su merecido.
Alegraos con Jerusalén
Isa 66:7 »Antes de estar con dolores de parto, Jerusalén tuvo un hijo; antes que le llegaran los dolores, dio a luz un varón.
Isa 66:8 ¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién ha visto jamás cosa igual? ¿Puede una nación nacer en un solo día? ¿Se da a luz un pueblo en un momento? Sin embargo, Sión dio a luz sus hijos cuando apenas comenzaban sus dolores.
Isa 66:9 ¿Podría yo abrir la matriz, y no provocar el parto? —dice el SEÑOR—. ¿O cerraría yo el seno materno, siendo que yo hago dar a luz? —dice tu Dios—.
Isa 66:10 Mas alégrense con Jerusalén, y regocíjense por ella, todos los que la aman; salten con ella de alegría, todos los que por ella se conduelen.
Isa 66:11 Porque ustedes serán amamantados y saciados, y hallarán consuelo en sus pechos; beberán hasta saciarse, y se deleitarán en sus henchidos senos.»
Isa 66:12 Porque así dice el SEÑOR: «Hacia ella extenderé la paz como un torrente, y la riqueza de las naciones como río desbordado. Ustedes serán amamantados, llevados en sus brazos, mecidos en sus rodillas.
Isa 66:13 Como madre que consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes; en Jerusalén serán consolados.»
Isa 66:14 Cuando ustedes vean esto, se regocijará su corazón, y su cuerpo florecerá como la hierba; el SEÑOR dará a conocer su poder entre sus siervos, y su furor entre sus enemigos.
Juicio final y la gloria del Señor
Isa 66:15 ¡Ya viene el SEÑOR con fuego! ¡Sus carros de combate son como un torbellino! Descargará su enojo con furor, y su reprensión con llamas de fuego.
Isa 66:16 Con fuego y con espada juzgará el SEÑOR a todo mortal. ¡Muchos morirán a manos del SEÑOR!
Isa 66:17 «Juntos perecerán los que se santifican y se purifican para entrar en los jardines, siguiendo a uno que va al frente,[a] y los que comen carne de cerdo, ratas y otras cosas abominables —afirma el SEÑOR—.
Isa 66:18 »Yo, por causa de sus acciones y sus ideas, estoy a punto de reunir a gente de toda nación y lengua; vendrán y verán mi gloria.
Isa 66:19 »Les daré una señal, y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones: a Tarsis, Pul, Lidia (famosa por sus arqueros), Tubal y Grecia, y a las costas lejanas que no han oído hablar de mi fama ni han visto mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria entre las naciones.
Isa 66:20 Y a todos los hermanos que ustedes tienen entre las naciones los traerán a mi monte santo en Jerusalén, como una ofrenda al SEÑOR; los traerán en caballos, en carros de combate y en literas, y en mulas y camellos —dice el SEÑOR—. Los traerán como traen los israelitas, en recipientes limpios, sus ofrendas de grano al templo del SEÑOR.
Isa 66:21 Y de ellos escogeré también a algunos, para que sean sacerdotes y levitas —dice el SEÑOR—.
Isa 66:22 »Porque así como perdurarán en mi presencia el cielo nuevo y la tierra nueva que yo haré, así también perdurarán el nombre y los descendientes de ustedes —afirma el SEÑOR—.
Isa 66:23 Sucederá que de una luna nueva a otra, y de un sábado a otro, toda la humanidad vendrá a postrarse ante mí —dice el SEÑOR—.
Isa 66:24 Entonces saldrán y contemplarán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí. »Porque no morirá el gusano que los devora, ni se apagará el fuego que los consume: ¡repulsivos serán a toda la humanidad!»
Salmo 121
Mi socorro viene del Señor
Sal 121:1
Cántico de los peregrinos.
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Sal 121:2 Mi ayuda proviene del SEÑOR, creador del cielo y de la tierra.
Sal 121:3 No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida.
Sal 121:4 Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel.
Sal 121:5 El SEÑOR es quien te cuida, el SEÑOR es tu sombra protectora.[a]
Sal 121:6 De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
Sal 121:7 El SEÑOR te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
Sal 121:8 El SEÑOR te cuidará en el hogar y en el camino,[b] desde ahora y para siempre.