Día 46
Números 19
Leyes de purificación
Núm 19:1
Purificación de los impuros
El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
Núm 19:2 «El siguiente estatuto forma parte de la ley que yo, el SEÑOR, he promulgado: Los israelitas traerán una vaca de piel rojiza, sin defecto, y que nunca haya llevado yugo.
Núm 19:3 La entregarán al sacerdote Eleazar, quien ordenará que la saquen fuera del campamento y que en su presencia la degüellen.
Núm 19:4 Después el sacerdote Eleazar mojará el dedo en la sangre y rociará siete veces en dirección a la Tienda de reunión.
Núm 19:5 Hará también que la vaca sea incinerada en su presencia. Se quemará la piel, la carne y la sangre, junto con el excremento.
Núm 19:6 Luego el sacerdote tomará ramas de cedro y de hisopo, y un paño escarlata, y lo echará al fuego donde se incinere la vaca.
Núm 19:7 Finalmente, el sacerdote lavará sus vestidos y se bañará. Después de eso podrá volver al campamento, pero quedará impuro hasta el anochecer.
Núm 19:8 El que incinere la vaca lavará también sus vestidos y se bañará, y quedará impuro hasta el anochecer.
Núm 19:9 »Un hombre ritualmente puro recogerá las cenizas de la vaca, y las llevará a un lugar puro fuera del campamento. Allí se depositarán las cenizas para que la comunidad israelita las use como sacrificio expiatorio, junto con el agua de purificación.
Núm 19:10 El que recoja las cenizas de la vaca lavará también sus vestidos, y quedará impuro hasta el anochecer. Éste será un estatuto perpetuo para los israelitas y para los extranjeros que vivan entre ellos.
Núm 19:11
El uso del agua de la purificación
»Quien toque el cadáver de alguna persona, quedará impuro siete días.
Núm 19:12 Para purificarse, los días tercero y séptimo usará el agua de la purificación, y así quedará puro. Pero si no se purifica durante esos días, quedará impuro.
Núm 19:13 »Quien toque el cadáver de alguna persona, y no se purifique, contamina el santuario del SEÑOR. Tal persona será eliminada de Israel, pues habrá quedado impura por no haber recibido las aguas de purificación.
Núm 19:14 »Ésta es la ley que se aplicará cuando alguien muera en alguna de las tiendas: Todo el que entre en la tienda, y todo el que[a] se encuentre en ella, quedará impuro siete días.
Núm 19:15 Toda vasija que no haya estado bien tapada también quedará impura.
Núm 19:16 »Quien al pasar por un campo toque el cadáver de alguien que haya sido asesinado o que haya muerto de muerte natural, o toque huesos humanos o un sepulcro, quedará impuro siete días.
Núm 19:17 »Para purificar a la persona que quedó impura, en una vasija se pondrá un poco de la ceniza del sacrificio expiatorio, y se le echará agua fresca.
Núm 19:18 Después de eso, alguien ritualmente puro tomará hisopo, lo mojará en el agua, y rociará la tienda y todos sus utensilios, y a todos los que estén allí. También se rociará al que haya tocado los huesos humanos, el sepulcro o el cadáver de alguien que haya sido asesinado o que haya muerto de muerte natural.
Núm 19:19 El hombre ritualmente puro rociará a la persona impura los días tercero y séptimo. Al séptimo día, purificará a la persona impura, la cual lavará sus vestidos y se bañará. Así quedará purificada al anochecer.
Núm 19:20 Pero si la persona impura no se purifica, será eliminada de la comunidad por haber contaminado el santuario del SEÑOR. Tal persona habrá quedado impura por no haber recibido las aguas de purificación.
Núm 19:21 Éste es un estatuto perpetuo para Israel. »El que rocía con las aguas de purificación también lavará sus vestidos, y quien toque el agua de purificación quedará impuro hasta el anochecer.
Núm 19:22 Todo lo que el impuro toque quedará impuro, y quien lo toque a él, también quedará impuro.»
Números 20
La muerte de María
Núm 20:1
El agua de la roca
Toda la comunidad israelita llegó al desierto de Zin el mes primero, y acampó en Cades. Fue allí donde Miriam murió y fue sepultada.
Las aguas de Meriba
Núm 20:2 Como hubo una gran escasez de agua, los israelitas se amotinaron contra Moisés y Aarón,
Núm 20:3 y le reclamaron a Moisés: «¡Ojalá el SEÑOR nos hubiera dejado morir junto con nuestros hermanos!
Núm 20:4 ¿No somos acaso la asamblea del SEÑOR? ¿Para qué nos trajiste a este desierto, a morir con nuestro ganado?
Núm 20:5 ¿Para qué nos sacaste de Egipto y nos metiste en este horrible lugar? Aquí no hay semillas, ni higueras, ni viñas, ni granados, ¡y ni siquiera hay agua!»
Núm 20:6 Moisés y Aarón se apartaron de la asamblea y fueron a la entrada de la Tienda de reunión, donde se postraron rostro en tierra. Entonces la gloria del SEÑOR se manifestó ante ellos,
Núm 20:7 y el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 20:8 «Toma la vara y reúne a la asamblea. En presencia de ésta, tú y tu hermano le ordenarán a la roca que dé agua. Así harán que de ella brote agua, y darán de beber a la asamblea y a su ganado.»
Núm 20:9 Tal como el SEÑOR se lo había ordenado, Moisés tomó la vara que estaba ante el SEÑOR.
Moisés golpea la roca
Núm 20:10 Luego Moisés y Aarón reunieron a la asamblea frente a la roca, y Moisés dijo: «¡Escuchen, rebeldes! ¿Acaso tenemos que sacarles agua de esta roca?»
Núm 20:11 Dicho esto, levantó la mano y dos veces golpeó la roca con la vara, ¡y brotó agua en abundancia, de la cual bebieron la asamblea y su ganado!
Núm 20:12 El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: «Por no haber confiado en mí, ni haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas, no serán ustedes los que lleven a esta comunidad a la tierra que les he dado.»
Núm 20:13 A estas aguas se les conoce como la fuente de Meribá,[a] porque fue allí donde los israelitas le hicieron reclamaciones al SEÑOR, y donde él manifestó su santidad.
Edom les niega el paso
Núm 20:14
Edom le niega el paso a Israel
Desde Cades, Moisés envío emisarios al rey de Edom, con este mensaje: «Así dice tu hermano Israel: “Tú conoces bien todos los sufrimientos que hemos padecido.
Núm 20:15 Sabes que nuestros antepasados fueron a Egipto, donde durante muchos años vivimos, y que los egipcios nos maltrataron a nosotros y a nuestros padres.
Núm 20:16 También sabes que clamamos al SEÑOR, y que él escuchó nuestra súplica y nos envió a un ángel que nos sacó de Egipto. » ” Ya estamos en Cades, población que está en las inmediaciones de tu territorio.
Núm 20:17 Sólo te pedimos que nos dejes cruzar por tus dominios. Te prometo que no entraremos en ningún campo ni viña, ni beberemos agua de ningún pozo. Nos limitaremos a pasar por el camino real, sin apartarnos de él para nada, hasta que salgamos de tu territorio.” »
Núm 20:18 Pero el rey de Edom le mandó a decir: «Ni siquiera intenten cruzar por mis dominios; de lo contrario, saldré con mi ejército y los atacaré.»
Núm 20:19 Los israelitas insistieron: «Sólo pasaremos por el camino principal, y si nosotros o nuestro ganado llegamos a beber agua de tus pozos, te lo pagaremos. Lo único que pedimos es que nos permitas pasar por él.»
Núm 20:20 El rey fue tajante en su respuesta: «¡Por aquí no pasarán!» Y salió contra ellos con un poderoso ejército,
Núm 20:21 resuelto a no dejarlos cruzar por su territorio. Así que los israelitas se vieron obligados a ir por otro camino.
La muerte de Aarón
Núm 20:22
Muerte de Aarón
Toda la comunidad israelita partió de Cades y llegó al monte Hor,
Núm 20:23 cerca de la frontera de Edom. Allí el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
Núm 20:24 «Pronto Aarón partirá de este mundo, de modo que no entrará en la tierra que les he dado a los israelitas porque ustedes dos no obedecieron la orden que les di en la fuente de Meribá.
Núm 20:25 Así que lleva a Aarón y a su hijo al monte Hor.
Núm 20:26 Allí le quitarás a Aarón sus vestiduras sacerdotales, y se las pondrás a su hijo Eleazar, pues allí Aarón se reunirá con sus antepasados.»
Núm 20:27 Moisés llevó a cabo lo que el SEÑOR le ordenó. A la vista de todo el pueblo, los tres subieron al monte Hor.
Núm 20:28 Moisés le quitó a Aarón las vestiduras sacerdotales, y se las puso a Eleazar. Allí, en la cumbre del monte, murió Aarón. Luego Moisés y Eleazar descendieron del monte.
Núm 20:29 Y cuando el pueblo se enteró de que Aarón había muerto, lo lloró treinta días.
Números 21
Arad destruida
Núm 21:1
Derrota de Arad
Cuando el cananeo que reinaba en la ciudad de Arad y vivía en el Néguev se enteró de que los israelitas venían por el camino de Atarín, los atacó y capturó a algunos de ellos.
Núm 21:2 Entonces el pueblo de Israel hizo este voto al SEÑOR: «Si tú nos aseguras la victoria sobre este enemigo, destruiremos por completo sus ciudades.»
Núm 21:3 El SEÑOR atendió a la súplica de los israelitas y les concedió la victoria sobre los cananeos, a los que destruyeron por completo, junto con sus ciudades. Por eso a aquel lugar se le llamó Jormá.[a]
La serpiente de bronce
Núm 21:4
La serpiente de bronce
Los israelitas salieron del monte Hor por la ruta del Mar Rojo, bordeando el territorio de Edom. En el camino se impacientaron
Núm 21:5 y comenzaron a hablar contra Dios y contra Moisés: —¿Para qué nos trajeron ustedes de Egipto a morir en este desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua! ¡Ya estamos hartos de esta pésima comida!
Núm 21:6 Por eso el SEÑOR mandó contra ellos serpientes venenosas, para que los mordieran, y muchos israelitas murieron.
Núm 21:7 El pueblo se acercó entonces a Moisés, y le dijo: —Hemos pecado al hablar contra el SEÑOR y contra ti. Ruégale al SEÑOR que nos quite esas serpientes. Moisés intercedió por el pueblo,
Núm 21:8 y el SEÑOR le dijo: —Hazte una serpiente, y ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren, vivirán.
Núm 21:9 Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Los que eran mordidos, miraban a la serpiente de bronce y vivían.
La canción del pozo
Núm 21:10
En camino a Moab
Los israelitas se pusieron en marcha y acamparon en Obot.
Núm 21:11 De allí partieron y acamparon en Iyé Abarín, que está en el desierto, al oriente de Moab.
Núm 21:12 De allí partieron y acamparon en el valle de Zéred.
Núm 21:13 De allí partieron y acamparon al otro lado del río Arnón, que está en el desierto que se extiende desde el territorio de los amorreos. El río Arnón sirve de frontera entre el territorio de los moabitas y el de los amorreos.
Núm 21:14 Por eso puede leerse en el libro de las guerras del SEÑOR: «... hacia el Mar Rojo,[b] los valles y el Arnón.
Núm 21:15 La ladera de los valles que se extienden hasta la región de Ar y la frontera de Moab.»
Núm 21:16 De allí continuaron hasta Ber, el pozo donde el SEÑOR le dijo a Moisés: «Reúne al pueblo, y les daré agua.»
Núm 21:17 En esa ocasión Israel entonó este cántico: «¡Que brote el agua! ¡Que cante el pozo!
Núm 21:18 ¡Pozo que el gobernante cavó con su cetro y que el noble abrió con su vara!» Desde el desierto se dirigieron a Matana;
Núm 21:19 de Matana a Najaliel, de Najaliel a Bamot,
Núm 21:20 y de Bamot al valle que está en la región de Moab, hasta la cumbre del monte Pisgá, desde donde puede verse el desierto de Jesimón.
El rey Sehón derrotado
Núm 21:21
Victoria sobre Sijón
Israel envió emisarios a Sijón, rey de los amorreos, con este mensaje:
Núm 21:22 «Te pido que nos dejes pasar por tus dominios. Te prometo que no entraremos en ningún campo ni viña, ni beberemos agua de ningún pozo. Nos limitaremos a pasar por el camino real, hasta que salgamos de tu territorio.»
Núm 21:23 Pero Sijón no dejó que los israelitas pasaran por sus dominios. Más bien, reunió a sus tropas y salió a hacerles frente en el desierto. Cuando llegó a Yahaza, los atacó.
Núm 21:24 Pero los israelitas lo derrotaron y se apoderaron de su territorio, desde el río Arnón hasta el río Jaboc, es decir, hasta la frontera de los amonitas, la cual estaba fortificada.
Núm 21:25 Israel se apoderó de todas las ciudades amorreas y se estableció en ellas, incluso en Hesbón y en todas sus aldeas.
Núm 21:26 Hesbón era la ciudad capital de Sijón, rey de los amorreos, quien había luchado en contra del anterior rey de Moab, conquistando todo su territorio, hasta el río Arnón.
Núm 21:27 Por eso dicen los poetas: «Vengan a Hesbón, la ciudad de Sijón. ¡Reconstrúyanla! ¡Restáurenla!
Núm 21:28 Porque de Hesbón ha salido fuego; de la ciudad de Sijón salieron llamas. ¡Y consumieron las ciudades de Moab y las alturas que dominan el Arnón!
Núm 21:29 ¡Ay de ti, Moab! ¡Estás destruido, pueblo de Quemós! Tu dios convirtió a tus hijos en fugitivos y a tus hijas en prisioneras de Sijón, rey de los amorreos.
Núm 21:30 »Los hemos destruido por completo, desde Hesbón hasta Dibón. Los devastamos hasta Nofa, ¡los destruimos hasta Medeba!»
El rey Og derrotado
Núm 21:31 Así fue como Israel se estableció en la tierra de los amorreos.
Núm 21:32
Victoria sobre el rey Og de Basán
Moisés también envió a explorar Jazer, y los israelitas se apoderaron de sus aldeas, expulsando a los amorreos que vivían allí.
Núm 21:33 Al volver, tomaron el camino de Basán. Fue allí donde Og, el rey de Basán, salió con su ejército para hacerles frente en Edrey.
Núm 21:34 Pero el SEÑOR le dijo a Moisés: «No le tengas miedo, porque voy a entregar en tus manos a Og, a su ejército, y a su territorio. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los amorreos que vivía en Hesbón.»
Núm 21:35 Así fue como los israelitas mataron a Og, a sus hijos y a todo su ejército, hasta no dejar sobreviviente, y se apoderaron de su territorio.
Salmo 46
Dios es nuestro amparo y fortaleza
Sal 46:1
Al director musical. De los hijos de Coré. Canción según alamot.
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia
Sal 46:2 Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar;
Sal 46:3 aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah
Sal 46:4 Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del Altísimo
Sal 46:5 Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba Dios le brindará su ayuda
Sal 46:6 Se agitan las naciones, se tambalean los reinos; Dios deja oír su voz, y la tierra se derrumba.
Sal 46:7 El SEÑOR Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
Sal 46:8 Vengan y vean los portentos del SEÑOR; él ha traído desolación sobre la tierra
Sal 46:9 Ha puesto fin a las guerras en todos los confines de la tierra; ha quebrado los arcos, ha destrozado las lanzas, ha arrojado los carros al fuego
Sal 46:10 «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!»
Sal 46:11 El SEÑOR Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah