Día 45
Números 17
La vara de Aarón florece
Núm 17:1
La vara de Aarón
El SEÑOR le ordenó a Moisés:
Núm 17:2 «Diles a los israelitas que traigan doce varas, una por cada familia patriarcal, es decir, una por cada uno de los jefes de las familias patriarcales. Escribe el nombre de cada uno de ellos sobre su propia vara.
Núm 17:3 Sobre la vara de Leví escribe el nombre de Aarón, pues cada jefe de familia patriarcal debe tener su vara.
Núm 17:4 Colócalas frente al arca del pacto, en la Tienda donde me reúno con ustedes.
Núm 17:5 La vara que retoñe será la de mi elegido. De ese modo me quitaré de encima las constantes quejas que los israelitas levantan contra ustedes.»
Núm 17:6 Moisés se lo comunicó a los israelitas, y los jefes le entregaron doce varas, una por cada jefe de su familia patriarcal. Entre ellas estaba la vara de Aarón.
Núm 17:7 Moisés colocó las varas delante del SEÑOR, en la Tienda del pacto.
Núm 17:8 Al día siguiente, Moisés entró en la Tienda del pacto y, al fijarse en la vara que representaba a la familia de Leví, vio que la vara de Aarón no sólo había retoñado, sino que también tenía botones, flores y almendras.
Núm 17:9 Sacó entonces de la presencia del SEÑOR todas las varas, y las puso delante de los israelitas, para que por sí mismos vieran lo que había ocurrido, y cada jefe tomó su propia vara.
Núm 17:10 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Vuelve a colocar la vara de Aarón frente al arca del pacto, para que sirva de advertencia a los rebeldes. Así terminarás con las quejas en contra mía, y evitarás que mueran los israelitas.»
Núm 17:11 Moisés hizo todo tal como el SEÑOR se lo ordenó.
Núm 17:12 Entonces los israelitas le dijeron a Moisés: «¡Estamos perdidos, totalmente perdidos! ¡Vamos a morir!
Núm 17:13 Todo el que se acerca al santuario del SEÑOR muere, ¡así que todos moriremos!»
Números 18
Deberes de los sacerdotes y levitas
Núm 18:1
Deberes de sacerdotes y levitas
El SEÑOR le dijo a Aarón: «Todos los de la tribu de Leví se expondrán a sufrir las consecuencias de acercarse a las cosas sagradas, pero de entre ellos sólo tú y tus hijos se expondrán a las consecuencias de ejercer el sacerdocio.
Núm 18:2 Cuando tú y tus hijos estén ministrando delante de la Tienda del pacto, tendrán como ayudantes a sus hermanos de la tribu de Leví.
Núm 18:3 Ellos te ayudarán en tus deberes y estarán a cargo de la Tienda de reunión, pero no se acercarán a los objetos sagrados ni al altar, para que no mueran.
Núm 18:4 Ellos serán tus ayudantes, y estarán a cargo de la Tienda de reunión y de todo su servicio. Así que, cuando ustedes ministren, nadie que no esté autorizado se les acercará.
Núm 18:5 »Sólo ustedes estarán a cargo de las cosas sagradas y del altar, para que no se vuelva a derramar mi ira sobre los israelitas.
Núm 18:6 Considera que yo mismo he escogido, de entre la comunidad, a tus hermanos los levitas, para dártelos como un regalo. Ellos han sido dedicados al SEÑOR para que sirvan en la Tienda de reunión.
Núm 18:7 Pero sólo tú y tus hijos se harán cargo del sacerdocio, es decir, de todo lo referente al altar y a lo que está detrás de la cortina. A ustedes les doy de regalo el sacerdocio, pero cualquier otro que se acerque a las cosas sagradas será condenado a muerte.»
Núm 18:8
Privilegios de los sacerdotes
El SEÑOR le dijo a Aarón: «Yo mismo te he puesto a cargo de todas las cosas sagradas que los israelitas me traen como contribución. A ti y a tus hijos se las he entregado como su porción consagrada, como estatuto perpetuo.
Núm 18:9 Te corresponderán las cosas más sagradas, que no se queman en el altar. Tuya será toda ofrenda que presenten los israelitas, junto con las ofrendas de cereal, los sacrificios expiatorios y los sacrificios por la culpa. Todo esto que ellos me traen será algo muy santo para ti y para tus hijos.
Núm 18:10 Comerás de las cosas más sagradas, y las considerarás santas. Todo varón comerá de ellas.
Núm 18:11 »También te corresponderán las contribuciones de todas las ofrendas mecidas que me presenten los israelitas. A ti y a tus hijos y a tus hijas se las he dado, como estatuto perpetuo.
Núm 18:12 »De las primicias que ellos traen al SEÑOR te doy también lo mejor del aceite, del vino nuevo y de los cereales.
Núm 18:13 Ellos traerán al SEÑOR las primicias de todo lo que la tierra produce, y yo te las entregaré a ti. Toda persona que esté ritualmente pura podrá comer de ellas.
Núm 18:14 »Todo lo que en Israel haya sido dedicado por completo al SEÑOR, será tuyo.
Núm 18:15 Todo primogénito presentado al SEÑOR será tuyo, ya sea de hombre o de animal. Pero rescatarás al primogénito nacido de hombre y al de animales impuros.
Núm 18:16 El rescate tendrá lugar cuando el primogénito tenga un mes de edad. El precio del rescate será de cinco monedas de plata, según la moneda oficial del santuario, que pesa once gramos.[a]
Núm 18:17 »Pero no podrás rescatar al primogénito de un toro, de una oveja o de un macho cabrío, pues son santos. Rociarás su sangre en el altar, y quemarás su grasa como ofrenda presentada por fuego, de aroma grato al SEÑOR.
Núm 18:18 Pero la carne será tuya, lo mismo que el pecho de la ofrenda mecida y el muslo derecho.
Núm 18:19 Yo, el SEÑOR, te entrego todas las contribuciones sagradas que los israelitas me presentan. Son tuyas, y de tus hijos y de tus hijas, como estatuto perpetuo. Éste es un pacto perpetuo, sellado en mi presencia, con sal. Es un pacto que hago contigo y con tus descendientes.»
Núm 18:20
Privilegios de los levitas
El SEÑOR le dijo a Aarón: «Tú no tendrás herencia en el país, ni recibirás ninguna porción de tierra, porque yo soy tu porción; yo soy tu herencia entre los israelitas.
Núm 18:21 »A los levitas les doy como herencia, y en pago por su servicio en la Tienda de reunión, todos los diezmos de Israel.
Núm 18:22 Si los israelitas volvieran a cometer el pecado de acercarse a la Tienda de reunión, morirían.
Núm 18:23 Por eso únicamente los levitas servirán en la Tienda de reunión y cargarán con la culpa de los israelitas. El siguiente es un estatuto perpetuo para todas las generaciones venideras: Los levitas no recibirán herencia entre los israelitas,
Núm 18:24 porque yo les he dado como herencia los diezmos que los israelitas ofrecen al SEÑOR como contribución. Por eso he decidido que no tengan herencia entre los israelitas.»
Núm 18:25
El diezmo de los diezmos
El SEÑOR le ordenó a Moisés
Núm 18:26 que les dijera a los levitas: «Cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he dado a ustedes como herencia, ofrézcanme, como contribución, el diezmo de esos diezmos.
Núm 18:27 La contribución que ustedes me presenten les será contada como si fuera trigo de la era o mosto del lagar.
Núm 18:28 Así que reservarán para mí, como su contribución, el diezmo de todos los diezmos que reciban de los israelitas, y se lo entregarán al sacerdote Aarón.
Núm 18:29 De todos los dones que reciban, reservarán para mí una contribución. Y me consagrarán lo mejor.
Núm 18:30 »Cuando me hayan presentado la mejor parte, se les tomará en cuenta como si fuera vino o grano.
Núm 18:31 Lo que sobre, ustedes y sus familias podrán comerlo donde quieran. Ése será el pago por su ministerio en la Tienda de reunión.
Núm 18:32 Después de presentarme el diezmo de los diezmos, ya no será pecado que coman lo que sobre. »No profanen las ofrendas sagradas de los israelitas, porque de lo contrario morirán.»
Salmo 45
"Tu trono, oh Dios, es eterno"
Sal 45:1
Al director musical. Sígase la tonada de «Los lirios». Masquil de los hijos de Coré. Canto nupcial.
En mi corazón se agita un bello tema mientras recito mis versos ante el rey; mi lengua es como pluma de hábil escritor.
Sal 45:2 Tú eres el más apuesto de los hombres; tus labios son fuente de elocuencia, ya que Dios te ha bendecido para siempre
Sal 45:3 ¡Con esplendor y majestad, cíñete la espada, oh valiente!
Sal 45:4 Con majestad, cabalga victorioso en nombre de la verdad, la humildad y la justicia; que tu diestra realice gloriosas hazañas
Sal 45:5 Que tus agudas flechas atraviesen el corazón de los enemigos del rey, y que caigan las naciones a tus pies.
Sal 45:6 Tu trono, oh Dios, permanece para siempre; el cetro de tu reino es un cetro de justicia
Sal 45:7 Tú amas la justicia y odias la maldad; por eso Dios te escogió a ti y no a tus compañeros, ¡tu Dios te ungió con perfume de alegría!
Sal 45:8 Aroma de mirra, áloe y canela exhalan todas tus vestiduras; desde los palacios adornados con marfil te alegra la música de cuerdas
Sal 45:9 Entre tus damas de honor se cuentan princesas; a tu derecha se halla la novia real luciendo el oro más fino.[a]
Sal 45:10 Escucha, hija, fíjate bien y presta atención: Olvídate de tu pueblo y de tu familia
Sal 45:11 El rey está cautivado por tu hermosura; él es tu señor: inclínate ante él
Sal 45:12 La gente de Tiro vendrá con presentes; los ricos del pueblo buscarán tu favor.
Sal 45:13 La princesa es todo esplendor, luciendo en su alcoba brocados de oro
Sal 45:14 Vestida de finos bordados es conducida ante el rey, seguida por sus damas de compañía
Sal 45:15 Con alegría y regocijo son conducidas al interior del palacio real.
Sal 45:16 Tus hijos ocuparán el trono de tus ancestros; los pondrás por príncipes en toda la tierra
Sal 45:17 Haré que tu nombre se recuerde por todas las generaciones; por eso las naciones te alabarán eternamente y para siempre.