Día 293

15 El Pueblo del Reino

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Lee la Biblia: Romanos 1-4

Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de Romanos, que desglosa el diseño literario del libro y su línea de pensamiento. Pablo muestra como Jesús creó la nueva familia del pacto de Abraham a través de su muerte, resurrección y del envío del Espíritu.

Romanos 1

Saludo

Rom 1:1 Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para anunciar el evangelio de Dios,

Rom 1:2 que por medio de sus profetas ya había prometido en las sagradas Escrituras.

Rom 1:3 Este evangelio habla de su Hijo, que según la naturaleza humana era descendiente de David,

Rom 1:4 pero que según el Espíritu de santidad fue designado[a] con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor.

Rom 1:5 Por medio de él, y en honor a su nombre, recibimos el don apostólico para persuadir a todas las naciones que obedezcan a la fe.[b]

Rom 1:6 Entre ellas están incluidos también ustedes, a quienes Jesucristo ha llamado.

Rom 1:7 Les escribo a todos ustedes, los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a ser santos. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

Pablo anhela ir a Roma

Rom 1:8

Pablo anhela visitar Roma

En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por todos ustedes, pues en el mundo entero se habla bien de su fe.

Rom 1:9 Dios, a quien sirvo de corazón predicando el evangelio de su Hijo, me es testigo de que los recuerdo a ustedes sin cesar.

Rom 1:10 Siempre pido en mis oraciones que, si es la voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitarlos.

Rom 1:11 Tengo muchos deseos de verlos para impartirles algún don espiritual que los fortalezca;

Rom 1:12 mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos.

Rom 1:13 Quiero que sepan, hermanos, que aunque hasta ahora no he podido visitarlos, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre ustedes, tal como lo he recogido entre las otras naciones.

Rom 1:14 Estoy en deuda con todos, sean cultos o incultos,[c] instruidos o ignorantes.

Rom 1:15 De allí mi gran anhelo de predicarles el evangelio también a ustedes que están en Roma.

El justo vivirá por la fe

Rom 1:16 A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles.

Rom 1:17 De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin,[d] tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe.»[e]

La ira de Dios contra la injusticia

Rom 1:18

La ira de Dios contra la humanidad

Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad.

Rom 1:19 Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado.

Rom 1:20 Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.

Rom 1:21 A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón.

Rom 1:22 Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios

Rom 1:23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles.

Rom 1:24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros.

Rom 1:25 Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén.

Rom 1:26 Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza.

Rom 1:27 Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión.

Rom 1:28 Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.

Rom 1:29 Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos,

Rom 1:30 calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres;

Rom 1:31 son insensatos, desleales, insensibles, despiadados.

Rom 1:32 Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican.

Romanos 2

El justo juicio de Dios

Rom 2:1

El justo juicio de Dios

Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.

Rom 2:2 Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad.

Rom 2:3 ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos?

Rom 2:4 ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?

Rom 2:5 Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio.

Rom 2:6 Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».[a]

Rom 2:7 Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad.

Rom 2:8 Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios.

Rom 2:9 Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles;

Rom 2:10 pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles.

Rom 2:11 Porque con Dios no hay favoritismos.

El juicio de Dios y la Ley

Rom 2:12 Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados.

Rom 2:13 Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la cumplen.

Rom 2:14 De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige,[b] ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley.

Rom 2:15 Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.

Rom 2:16 Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio.

Rom 2:17

Los judíos y la ley

Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios;

Rom 2:18 que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley;

Rom 2:19 que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad,

Rom 2:20 instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad;

Rom 2:21 en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas?

Rom 2:22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos?

Rom 2:23 Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley?

Rom 2:24 Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.»[c]

Rom 2:25 La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso.

Rom 2:26 Por lo tanto, si los gentiles cumplen[d] los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados?

Rom 2:27 El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito[e] y la circuncisión, quebrantas la ley.

Rom 2:28 Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo.

Rom 2:29 El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.

Salmo 133

Los hermanos juntos en armonía

Sal 133:1

Cántico de los peregrinos. De David.

¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!

Sal 133:2 Es como el buen aceite que, desde la cabeza, va descendiendo por la barba, por la barba de Aarón, hasta el borde de sus vestiduras.

Sal 133:3 Es como el rocío de Hermón que va descendiendo sobre los montes de Sión. Donde se da esta armonía,[a] el SEÑOR concede bendición y vida eterna.