Día 226
Lee la Biblia: 1 Y 2 Cronicas
Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre los libros de 1-2 Crónicas, que analiza el diseño literario del libro y su flujo de pensamiento. Crónicas narra de nuevo toda la historia del Antiguo Testamento, destacando la esperanza futura del rey mesiánico y de un templo restaurado.
2 de Cronicas 1
Salomón adora en Gabaón
2Cr 1:1
Salomón pide sabiduría
1:2-13—1R 3:4-15
1:14-17—1R 10:26-29; 2Cr 9:25-28
Salomón hijo de David consolidó su reino, pues el SEÑOR su Dios estaba con él y lo hizo muy poderoso.
2Cr 1:2 Salomón habló con todos los israelitas, es decir, con los jefes de mil y de cien soldados, con los gobernantes y con todos los jefes de las familias patriarcales de Israel.
2Cr 1:3 Luego, él y toda la asamblea que lo acompañaba se dirigieron al santuario de Gabaón, porque allí se encontraba la Tienda de la reunión con Dios que Moisés, siervo del SEÑOR, había hecho en el desierto.
2Cr 1:4 El arca de Dios se encontraba en Jerusalén, en la tienda que David le había preparado cuando la trasladó desde Quiriat Yearín,
2Cr 1:5 pero el altar de bronce que había hecho Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, estaba en Gabaón, frente al santuario del SEÑOR. Por eso Salomón y los israelitas fueron a ese lugar para consultar al SEÑOR.
2Cr 1:6 Allí, en presencia del SEÑOR, Salomón subió al altar que estaba en la Tienda de reunión, y en él ofreció mil holocaustos.
Salomón ruega a Dios que le dé sabiduría
2Cr 1:7 Aquella noche Dios se le apareció a Salomón y le dijo: —Pídeme lo que quieras.
2Cr 1:8 Salomón respondió: —Tú trataste con mucho amor a David mi padre, y a mí me has permitido reinar en su lugar.
2Cr 1:9 SEÑOR y Dios, cumple ahora la promesa que le hiciste a mi padre David, pues tú me has hecho rey de un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.
2Cr 1:10 Yo te pido sabiduría y conocimiento para gobernar a este gran pueblo tuyo; de lo contrario, ¿quién podrá gobernarlo?
2Cr 1:11 Entonces Dios le dijo a Salomón: —Ya que has pedido sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he hecho rey, y no has pedido riquezas ni bienes ni esplendor, y ni siquiera la muerte de tus enemigos o una vida muy larga,
2Cr 1:12 te los otorgo. Pero además voy a darte riquezas, bienes y esplendor, como nunca los tuvieron los reyes que te precedieron ni los tendrán los que habrán de sucederte.
2Cr 1:13 Después de esto, Salomón bajó de la Tienda de reunión, que estaba en el santuario de Gabaón, y regresó a Jerusalén, desde donde reinó sobre Israel.
Salomón recibe riquezas
2Cr 1:14 Salomón multiplicó el número de sus caballos y de sus carros de combate; llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, los cuales mantenía en las caballerizas y en su palacio de Jerusalén.
2Cr 1:15 El rey hizo que la plata y el oro fueran en Jerusalén tan comunes como las piedras, y que el cedro abundara como las higueras en la llanura.
2Cr 1:16 Los caballos de Salomón eran importados de Egipto y de Cilicia, donde los compraban los mercaderes de la corte.
2Cr 1:17 Un carro importado de Egipto costaba seiscientas monedas de plata[a] ; un caballo, ciento cincuenta. Además, estos carros y caballos se los vendían a todos los reyes hititas y sirios.
2 de Cronicas 2
Preparativos para la construcción del templo
2Cr 2:1
Preparativos para la construcción del templo
2:1-18—1R 5:1-16
Salomón decidió construir su palacio real y un templo en honor del SEÑOR.
2Cr 2:2 Con este fin reclutó a setenta mil cargadores y ochenta mil canteros, para que trabajaran en la montaña. Al frente de ellos puso a tres mil seiscientos capataces.
2Cr 2:3 Luego le envió este mensaje a Hiram, rey de Tiro: «Envíame madera de cedro, tal como lo hiciste con mi padre David cuando se la enviaste para que se construyera un palacio.
2Cr 2:4 Voy a construir un templo en honor del SEÑOR mi Dios. Lo consagraré a él, para quemar incienso aromático en su presencia, colocar siempre el pan consagrado, y ofrecer allí los holocaustos de la mañana y de la tarde, los sacrificios de los sábados y de luna nueva, así como los de las otras fiestas del SEÑOR nuestro Dios. Esto se hará en Israel siempre.
2Cr 2:5 »Voy a edificar un templo majestuoso, pues nuestro Dios es el más grande de todos los dioses.
2Cr 2:6 Pero, ¿cómo edificarle un templo, si ni los cielos más altos pueden contenerlo? ¿Y quién soy yo para construirle un templo, aunque sólo sea para quemar incienso para él?
2Cr 2:7 »Envíame un experto para trabajar el oro y la plata, el bronce y el hierro, el carmesí, la escarlata y la púrpura, y que sepa hacer grabados, para que trabaje junto con los expertos que yo tengo en Judá y en Jerusalén, los cuales contrató mi padre David.
2Cr 2:8 »Envíame también del Líbano madera de cedro, de ciprés y de sándalo, pues yo sé que tus obreros son expertos en cortar estos árboles. Mis obreros trabajarán con los tuyos
2Cr 2:9 para prepararme mucha madera, porque el templo que voy a edificar será grande y maravilloso.
2Cr 2:10 A tus siervos que corten la madera les daré veinte mil cargas de trigo, veinte mil cargas de cebada, veinte mil medidas de vino, y veinte mil medidas[a] de aceite.»
2Cr 2:11 En respuesta, Hiram, rey de Tiro, le envió a Salomón la siguiente carta: «El SEÑOR te ha hecho rey de su pueblo, porque te ama.
2Cr 2:12 ¡Alabado sea el SEÑOR, Dios de Israel, que hizo el cielo y la tierra, porque le ha dado al rey David un hijo sabio, dotado de sabiduría e inteligencia, el cual construirá un palacio real y un templo para el SEÑOR!
2Cr 2:13 »Te envío, pues, a Hiram Abí, hombre sabio e inteligente,
2Cr 2:14 hijo de una mujer oriunda de Dan y de un nativo de Tiro. Sabe trabajar el oro y la plata, el bronce y el hierro, la piedra y la madera, el carmesí y la púrpura, el lino y la escarlata; también es experto en hacer toda clase de figuras y en realizar cualquier diseño que se le encargue. Hiram trabajará junto con tus expertos y con los de David, tu padre y mi señor.
2Cr 2:15 »Envíanos ahora el trigo, la cebada, el aceite y el vino que tan bondadosamente me has prometido.
2Cr 2:16 Nosotros cortaremos del Líbano la madera que necesites, y te la llevaremos por mar hasta Jope, en forma de balsas. De allí tú la llevarás a Jerusalén.»
2Cr 2:17 Salomón hizo un censo de todos los extranjeros que vivían en Israel. Este censo, que fue posterior al que había hecho su padre David, arrojó la cifra de ciento cincuenta y tres mil seiscientos.
2Cr 2:18 A setenta mil de ellos los puso como cargadores; a ochenta mil, como canteros en las montañas; y a tres mil seiscientos, como capataces para dirigir a los trabajadores.
2 de Cronicas 3
Salomón construye el templo
2Cr 3:1
Construcción del templo
3:1-14—1R 6:1-29
Salomón comenzó a construir el templo del SEÑOR en el monte Moria, en Jerusalén, donde el SEÑOR se le había aparecido a su padre David. Lo construyó en el lugar que David había destinado, esto es, en la parcela de Arauna,[a] el jebuseo.
2Cr 3:2 La construcción la comenzó el día dos del mes segundo del cuarto año de su reinado.
2Cr 3:3 Salomón determinó que los cimientos del templo de Dios fueran de veintisiete metros de largo por nueve metros de ancho.[b]
2Cr 3:4 El vestíbulo de la nave medía lo mismo que el ancho del templo, es decir, también medía nueve metros de largo, y nueve metros de alto. Por dentro, Salomón lo recubrió de oro puro.
2Cr 3:5 Recubrió la nave central con paneles de madera de ciprés, sobre los cuales colocó figuras de palmeras y cadenas de oro fino.
2Cr 3:6 El templo lo adornó con piedras preciosas y con oro de Parvayin.
2Cr 3:7 En el interior del templo recubrió de oro las vigas, los umbrales, las paredes y las puertas, y en las paredes esculpió querubines.
2Cr 3:8 Salomón hizo también el Lugar Santísimo, el cual medía lo mismo que el ancho del templo, es decir, nueve metros de largo y nueve metros de ancho. Lo recubrió por dentro con veintitrés toneladas[c] de oro fino.
2Cr 3:9 Cada clavo de oro pesaba medio kilo.[d] También recubrió de oro las habitaciones superiores.
2Cr 3:10 En el Lugar Santísimo mandó tallar dos querubines, y los recubrió de oro.
2Cr 3:11 Las alas de los querubines medían nueve metros de largo. Cada una de las alas del primer querubín medía dos metros con veinticinco centímetros; una de ellas tocaba la pared interior de la habitación, y la otra rozaba el ala del segundo querubín.
2Cr 3:12 Cada una de las alas del segundo querubín también medía dos metros con veinticinco centímetros; una de ellas tocaba la pared interior de la habitación, y la otra rozaba el ala del primer querubín.
2Cr 3:13 Los querubines estaban de pie, con el rostro hacia la nave, y sus alas extendidas medían en total nueve metros.
2Cr 3:14 La cortina la hizo de púrpura, carmesí, escarlata y lino, y sobre ella mandó bordar querubines.
2Cr 3:15 En la fachada del templo levantó dos columnas de dieciséis metros de altura, y el capitel que coronaba cada columna medía más de dos metros;
2Cr 3:16 además, mandó hacer unas cadenas trenzadas[e] y las colocó en lo alto de las columnas; hizo también cien granadas, y las intercaló entre las cadenas.
2Cr 3:17 Levantó las columnas en la fachada del templo, una en el lado sur y otra en el lado norte. A la primera la nombró Jaquín, y a la segunda, Boaz.
2 de Cronicas 4
Mobiliario del templo
2Cr 4:1
Mobiliario del templo
4:2-6, 4—1R 7:23-26, 38-51
Salomón hizo un altar de bronce que medía nueve metros de largo por nueve de ancho y cuatro metros y medio de alto.
2Cr 4:2 Hizo también una fuente[a] circular de metal fundido, que medía cuatro metros y medio de diámetro y dos metros con veinticinco centímetros de alto. Su circunferencia, medida a cordel, era de trece metros y medio.
2Cr 4:3 Bajo el borde hizo dos hileras de figuras de bueyes, diez por cada medio metro, las cuales estaban fundidas en una sola pieza con la fuente.
2Cr 4:4 La fuente descansaba sobre doce bueyes, que tenían sus cuartos traseros hacia adentro. Tres bueyes miraban al norte, tres al oeste, tres al sur y tres al este.
2Cr 4:5 El grosor de la fuente era de ocho centímetros, y su borde, en forma de copa, se asemejaba a un capullo de azucena. Tenía una capacidad de sesenta y seis mil litros.[b]
2Cr 4:6 Salomón hizo también diez lavamanos, y puso cinco en el lado sur y cinco en el lado norte. En ellos se lavaba todo el material de los holocaustos, mientras que en la fuente se lavaban los sacerdotes.
2Cr 4:7 Hizo además diez candelabros de oro, según el modelo prescrito, y los colocó en el templo, cinco en el lado sur y cinco en el lado norte.
2Cr 4:8 Salomón hizo diez mesas y las colocó en el templo, cinco en el lado sur y cinco en el lado norte. También hizo cien aspersorios de oro.
2Cr 4:9 Edificó el atrio de los sacerdotes y el atrio mayor con sus puertas, las cuales recubrió de bronce.
2Cr 4:10 La fuente de metal la colocó en la esquina del lado derecho, que da al sureste.
2Cr 4:11 También hizo las ollas, las palas y los aspersorios. Así fue como Hiram terminó todo el trabajo que había emprendido para el rey Salomón en el templo de Dios, es decir:
2Cr 4:12 las dos columnas; los dos capiteles en forma de tazón que coronaban las columnas; las dos redes que decoraban los capiteles;
2Cr 4:13 las cuatrocientas granadas, dispuestas en dos hileras para cada red;
2Cr 4:14 las bases con sus lavamanos;
2Cr 4:15 la fuente de metal y los doce bueyes que la sostenían;
2Cr 4:16 las ollas, las tenazas y los tenedores. Todos los utensilios que Hiram Abí le hizo al rey Salomón para el templo del SEÑOR eran de bronce pulido.
2Cr 4:17 El rey los hizo fundir en moldes de arcilla en la llanura del Jordán, entre Sucot y Saretán.[c]
2Cr 4:18 Eran tantos los utensilios que hizo Salomón, que no fue posible determinar el peso del bronce utilizado.
2Cr 4:19 Salomón también mandó hacer los otros utensilios que estaban en el templo de Dios, es decir: el altar de oro; las mesas sobre las cuales se ponía el pan de la Presencia;
2Cr 4:20 los candelabros de oro puro con sus respectivas lámparas, para encenderlas en frente del Lugar Santísimo, tal como está prescrito;
2Cr 4:21 la obra floral, las lámparas y las tenazas, que también eran de oro puro;
2Cr 4:22 las despabiladeras, los aspersorios, la vajilla y los incensarios; y la entrada del templo, es decir, las puertas interiores del Lugar Santísimo y las puertas de la nave central del templo, las cuales eran de oro.
Salmo 71
No me desampare cuando mi fuerza se acabe
Sal 71:1
En ti, SEÑOR, me he refugiado; jamás me dejes quedar en vergüenza.
Sal 71:2 Por tu justicia, rescátame y líbrame; dígnate escucharme, y sálvame.
Sal 71:3 Sé tú mi roca de refugio adonde pueda yo siempre acudir; da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca, mi fortaleza.
Sal 71:4 Líbrame, Dios mío, de manos de los impíos, del poder de los malvados y violentos.
Sal 71:5 Tú, Soberano SEÑOR, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud.
Sal 71:6 De ti he dependido desde que nací; del vientre materno me hiciste nacer. ¡Por siempre te alabaré!
Sal 71:7 Para muchos, soy motivo de asombro, pero tú eres mi refugio inconmovible.
Sal 71:8 Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza.
Sal 71:9 No me rechaces cuando llegue a viejo; no me abandones cuando me falten las fuerzas.
Sal 71:10 Porque mis enemigos murmuran contra mí; los que me acechan se confabulan.
Sal 71:11 Y dicen: «¡Dios lo ha abandonado! ¡Persíganlo y agárrenlo, que nadie lo rescatará!»
Sal 71:12 Dios mío, no te alejes de mí; Dios mío, ven pronto a ayudarme.
Sal 71:13 Que perezcan humillados mis acusadores; que se cubran de oprobio y de ignominia los que buscan mi ruina.
Sal 71:14 Pero yo siempre tendré esperanza, y más y más te alabaré.
Sal 71:15 Todo el día proclamará mi boca tu justicia y tu salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar.
Sal 71:16 Soberano SEÑOR, relataré tus obras poderosas, y haré memoria de tu justicia, de tu justicia solamente.
Sal 71:17 Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y aún hoy anuncio todos tus prodigios.
Sal 71:18 Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido.
Sal 71:19 Oh Dios, tú has hecho grandes cosas; tu justicia llega a las alturas. ¿Quién como tú, oh Dios?
Sal 71:20 Me has hecho pasar por muchos infortunios, pero volverás a darme vida; de las profundidades de la tierra volverás a levantarme.
Sal 71:21 Acrecentarás mi honor y volverás a consolarme.
Sal 71:22 Por tu fidelidad, Dios mío, te alabaré con instrumentos de cuerda; te cantaré, oh Santo de Israel, salmos con la lira.
Sal 71:23 Gritarán de júbilo mis labios cuando yo te cante salmos, pues me has salvado la vida.
Sal 71:24 Todo el día repetirá mi lengua la historia de tus justas acciones, pues quienes buscaban mi mal han quedado confundidos y avergonzados.