Día 317
15 El Pueblo del Reino
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Gálatas 5
Cristo nos hizo libres
Gál 5:1
Libertad en Cristo
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes[a] y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.
Gál 5:2 Escuchen bien: yo, Pablo, les digo que si se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada.
Gál 5:3 De nuevo declaro que todo el que se hace circuncidar está obligado a practicar toda la ley.
Gál 5:4 Aquellos de entre ustedes que tratan de ser justificados por la ley, han roto con Cristo; han caído de la gracia.
Gál 5:5 Nosotros, en cambio, por obra del Espíritu y mediante la fe, aguardamos con ansias la justicia que es nuestra esperanza.
Gál 5:6 En Cristo Jesús de nada vale estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.
Gál 5:7 Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién los estorbó para que dejaran de obedecer a la verdad?
Gál 5:8 Tal instigación no puede venir de Dios, que es quien los ha llamado.
Gál 5:9 «Un poco de levadura fermenta toda la masa.»
Gál 5:10 Yo por mi parte confío en el Señor que ustedes no pensarán de otra manera. El que los está perturbando será castigado, sea quien sea.
Gál 5:11 Hermanos, si es verdad que yo todavía predico la circuncisión, ¿por qué se me sigue persiguiendo? Si tal fuera mi predicación, la cruz no ofendería tanto.
Gál 5:12 ¡Ojalá que esos instigadores acabaran por mutilarse del todo!
Gál 5:13 Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor.
Gál 5:14 En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.»[b]
Gál 5:15 Pero si siguen mordiéndose y devorándose, tengan cuidado, no sea que acaben por destruirse unos a otros.
Andad en el Espíritu
Gál 5:16
La vida por el Espíritu
Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa.
Gál 5:17 Porque ésta desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren.
Gál 5:18 Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la ley.
Gál 5:19 Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje;
Gál 5:20 idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos
Gál 5:21 y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Gál 5:22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
Gál 5:23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.
Gál 5:24 Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos.
Gál 5:25 Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.
Gál 5:26 No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a otros.
Gálatas 6
Sobrellevad las cargas de los otros
Gál 6:1
La ayuda mutua
Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.
Gál 6:2 Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.
Gál 6:3 Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.
Gál 6:4 Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie.
Gál 6:5 Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.
Gál 6:6 El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña.
Gál 6:7 No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.
Gál 6:8 El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
Gál 6:9 No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
Gál 6:10 Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.
Advertencia final y bendición
Gál 6:11
No la circuncisión, sino una nueva creación
Miren que les escribo de mi puño y letra, ¡y con letras bien grandes!
Gál 6:12 Los que tratan de obligarlos a ustedes a circuncidarse lo hacen únicamente para dar una buena impresión y evitar ser perseguidos por causa de la cruz de Cristo.
Gál 6:13 Ni siquiera esos que están circuncidados obedecen la ley; lo que pasa es que quieren obligarlos a circuncidarse para luego jactarse de la señal que ustedes llevarían en el cuerpo.[a]
Gál 6:14 En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien[b] el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.
Gál 6:15 Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación.
Gál 6:16 Paz y misericordia desciendan sobre todos los que siguen esta norma, y sobre el Israel de Dios.
Gál 6:17 Por lo demás, que nadie me cause más problemas, porque yo llevo en el cuerpo las cicatrices de Jesús.
Gál 6:18 Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de cada uno de ustedes. Amén.
Salmo 7
"Dios mío, en ti he confiado"
Sal 7:1
Sigaión de David, que elevó al SEÑOR acerca de Cus el benjaminita.
¡Sálvame, SEÑOR mi Dios, porque en ti busco refugio! ¡Líbrame de todos mis perseguidores!
Sal 7:2 De lo contrario, me devorarán como leones; me despedazarán, y no habrá quien me libre.
Sal 7:3 SEÑOR mi Dios, ¿qué es lo que he hecho? ¿qué mal he cometido?
Sal 7:4 Si le he hecho daño a mi amigo, si he despojado sin razón al que me oprime,
Sal 7:5 entonces que mi enemigo me persiga y me alcance; que me haga morder el polvo y arrastre mi honra por los suelos. Selah
Sal 7:6 ¡Levántate, SEÑOR, en tu ira; enfréntate al furor de mis enemigos! ¡Despierta, oh Dios, e imparte justicia!
Sal 7:7 Que en torno tuyo se reúnan los pueblos; reina[a] sobre ellos desde lo alto.
Sal 7:8 ¡El SEÑOR juzgará a los pueblos! Júzgame, SEÑOR, conforme a mi justicia; págame conforme a mi inocencia.
Sal 7:9 Dios justo, que examinas mente y corazón, acaba con la maldad de los malvados y mantén firme al que es justo.
Sal 7:10 Mi escudo está en Dios, que salva a los de corazón recto.
Sal 7:11 Dios es un juez justo, un Dios que en todo tiempo manifiesta su enojo.
Sal 7:12 Si el malvado no se arrepiente, Dios afilará la espada y tensará el arco;
Sal 7:13 ya ha preparado sus mortíferas armas; ya tiene listas sus llameantes saetas.
Sal 7:14 Miren al preñado de maldad: Concibió iniquidad y parirá mentira.
Sal 7:15 Cavó una fosa y la ahondó, y en esa misma fosa caerá.
Sal 7:16 Su iniquidad se volverá contra él; su violencia recaerá sobre su cabeza.
Sal 7:17 ¡Alabaré al SEÑOR por su justicia! ¡Al nombre del SEÑOR altísimo cantaré salmos!