Día 48

05 El Desierto

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Números 25

Adoración a Baal-peor

Núm 25:1

Infidelidad de Israel

Mientras los israelitas acampaban en Sitín, comenzaron a prostituirse con las mujeres moabitas,

Núm 25:2 las cuales los invitaban a participar en los sacrificios a sus dioses. Los israelitas comían delante de esos dioses y se inclinaban a adorarlos.

Núm 25:3 Esto los llevó a unirse al culto de Baal Peor. Por tanto, la ira del SEÑOR se encendió contra ellos.

Núm 25:4 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Toma a todos los jefes del pueblo y ahórcalos en mi presencia a plena luz del día, para que el furor de mi ira se aparte de Israel.»

Núm 25:5 Moisés les ordenó a los jueces de Israel: «Maten a los hombres bajo su mando que se hayan unido al culto de Baal Peor.»

Núm 25:6 Mientras el pueblo lloraba a la entrada de la Tienda de reunión, un israelita trajo a una madianita y, en presencia de Moisés y de toda la comunidad israelita, tuvo el descaro de presentársela a su familia.

Núm 25:7 De esto se dio cuenta el sacerdote Finés, que era hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón. Finés abandonó la asamblea y, lanza en mano,

Núm 25:8 siguió al hombre, entró en su tienda y atravesó al israelita y a la mujer.[a] De este modo cesó la mortandad que se había desatado contra los israelitas.

Núm 25:9 Con todo, los que murieron a causa de la plaga fueron veinticuatro mil.

El celo de Finees

Núm 25:10 El SEÑOR le dijo a Moisés:

Núm 25:11 «Finés, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, ha hecho que mi ira se aparte de los israelitas, pues ha actuado con el mismo celo que yo habría tenido por mi honor. Por eso no destruí a los israelitas con el furor de mi celo.

Núm 25:12 Dile, pues, a Finés que yo le concedo mi pacto de comunión,

Núm 25:13 por medio del cual él y sus descendientes gozarán de un sacerdocio eterno, ya que defendió celosamente mi honor e hizo expiación por los israelitas.»

Núm 25:14 El hombre que fue atravesado junto con la madianita se llamaba Zimri hijo de Salu, y era jefe de una familia de la tribu de Simeón.

Núm 25:15 La madianita se llamaba Cozbí, y era hija de Zur, jefe de una familia de Madián.

Núm 25:16 El SEÑOR le dijo a Moisés:

Núm 25:17 «Ataca a los madianitas y mátalos,

Núm 25:18 porque ellos también los atacaron a ustedes con sus artimañas, pues en Baal Peor los sedujeron, como en el caso de Cozbí, la hija del jefe madianita que fue muerta el día de la mortandad en Baal Peor.»

Números 26

Censo de la nueva generación

Núm 26:1

Segundo censo de las tribus de Israel

Después de la mortandad, el SEÑOR les dijo a Moisés y al sacerdote Eleazar hijo de Aarón:

Núm 26:2 «Hagan un censo de toda la comunidad israelita por sus familias patriarcales. Enlisten a los varones mayores de veinte años, que sean aptos para el servicio militar en Israel.»

Núm 26:3 Moisés y el sacerdote Eleazar hablaron con el pueblo en las llanuras de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó, y le ordenaron

Núm 26:4 levantar un censo de todos los varones mayores de veinte años, tal como el SEÑOR se lo había mandado a Moisés. Los israelitas que salieron de Egipto fueron los siguientes:

Núm 26:5 De Enoc, Falú, Jezrón y Carmí, hijos de Rubén, el primogénito de Israel,

Núm 26:6 proceden los siguientes clanes: los enoquitas, los faluitas, los jezronitas y los carmitas.

Núm 26:7 Éstos son los clanes de la tribu de Rubén. Su número llegó a cuarenta y tres mil setecientos treinta hombres.

Núm 26:8 Eliab fue el único hijo de Falú.

Núm 26:9 Los hijos de Eliab fueron Nemuel, Datán y Abirán. Éstos son los mismos Datán y Abirán que, no obstante haber sido escogidos por la comunidad como oficiales, se rebelaron contra Moisés y Aarón junto con la facción de Coré cuando este último se rebeló contra el SEÑOR.

Núm 26:10 En esa ocasión, la tierra abrió sus fauces y se los tragó junto con Coré, muriendo también sus seguidores. El fuego devoró a doscientos cincuenta hombres, y este hecho los convirtió en una señal de advertencia.

Núm 26:11 Sin embargo, los hijos de Coré no perecieron.

Núm 26:12 De Nemuel, Jamín, Zera y Saúl, hijos de Simeón,

Núm 26:13 proceden los siguientes clanes: los nemuelitas, los jaminitas, los zeraítas y los saulitas.

Núm 26:14 Éstos son los clanes de la tribu de Simeón. Su número llegó a veintidós mil doscientos hombres.

Núm 26:15 De Zefón, Jaguí, Suni, Ozni,

Núm 26:16 Erí, Arodí y Arelí, hijos de Gad,

Núm 26:17 proceden los siguientes clanes: los zefonitas, los jaguitas, los sunitas, los oznitas, los eritas, los aroditas y los arelitas.

Núm 26:18 Éstos son los clanes de la tribu de Gad. Su número llegó a cuarenta mil quinientos hombres.

Núm 26:19 Er y Onán eran hijos de Judá, pero ambos murieron en Canaán.

Núm 26:20 De sus hijos Selá, Fares y Zera proceden los siguientes clanes: los selaítas, los faresitas y los zeraítas.

Núm 26:21 De Jezrón y de Jamul, hijos de Fares, proceden los clanes jezronitas y jamulitas.

Núm 26:22 Éstos son los clanes de la tribu de Judá. Su número llegó a setenta y seis mil quinientos hombres.

Núm 26:23 De Tola, Fuvá, Yasub y Simrón, hijos de Isacar,

Núm 26:24 proceden los siguientes clanes: los tolaítas, los fuvitas, los yasubitas y los simronitas.

Núm 26:25 Éstos son los clanes de la tribu de Isacar. Su número llegó a sesenta y cuatro mil trescientos hombres.

Núm 26:26 De Séred, Elón y Yalel, hijos de Zabulón, proceden los siguientes clanes: los sereditas, los elonitas y los yalelitas.

Núm 26:27 Éstos son los clanes de la tribu de Zabulón. Su número llegó a sesenta mil quinientos hombres.

Núm 26:28 De Manasés y Efraín, hijos de José, proceden los siguientes clanes:

Núm 26:29 De Maquir hijo de Manasés y de Galaad hijo de Maquir proceden el clan maquirita y el clan galaadita.

Núm 26:30 De Jezer, Jélec, Asriel, Siquén, Semidá y Héfer, hijos de Galaad,

Núm 26:31 proceden los siguientes clanes: los jezeritas, los jelequitas, los asrielitas,

Núm 26:32 los siquenitas, los semidaítas y los heferitas.

Núm 26:33 Zelofejad hijo de Héfer no tuvo hijos sino sólo hijas, cuyos nombres eran Majlá, Noa, Joglá, Milca y Tirsá.

Núm 26:34 Éstos son los clanes de la tribu de Manasés. Su número llegó a cincuenta y dos mil setecientos hombres.

Núm 26:35 De Sutela, Béquer y Taján, hijos de Efraín, proceden los siguientes clanes: los sutelaítas, los bequeritas y los tajanitas.

Núm 26:36 De Erán hijo de Sutela procede el clan de los eranitas.

Núm 26:37 Éstos son los clanes de la tribu de Efraín. Su número llegó a treinta y dos mil quinientos hombres. Todos estos clanes descendieron de José.

Núm 26:38 De Bela, Asbel, Ajirán, Sufán y Jufán, hijos de Benjamín,

Núm 26:39 proceden los siguientes clanes: los belaítas, los asbelitas, los ajiranitas, los sufanitas y los jufanitas.

Núm 26:40 De Ard y Naamán, hijos de Bela, proceden los clanes de los arditas y de los naamanitas.

Núm 26:41 Éstos son los clanes de la tribu de Benjamín. Su número llegó a cuarenta y cinco mil seiscientos hombres.

Núm 26:42 De Suján hijo de Dan procede el clan de los sujanitas, que fueron los únicos clanes danitas.

Núm 26:43 Su número llegó a sesenta y cuatro mil cuatrocientos hombres.

Núm 26:44 De Imná, Isví y Beriá, hijos de Aser, proceden los siguientes clanes: los imnaítas, los isvitas y los beriaítas.

Núm 26:45 De Héber y Malquiel, hijos de Beriá, proceden los clanes de los heberitas y de los malquielitas.

Núm 26:46 Aser tuvo una hija llamada Sera.

Núm 26:47 Éstos son los clanes de la tribu de Aser. Su número llegó a cincuenta y tres mil cuatrocientos hombres.

Núm 26:48 De Yazel, Guní, Jéser y Silén, hijos de Neftalí,

Núm 26:49 proceden los siguientes clanes: los yazelitas, los gunitas, los jeseritas y los silenitas.

Núm 26:50 Éstos son los clanes de la tribu de Neftalí. Su número llegó a cuarenta y cinco mil cuatrocientos hombres.

Núm 26:51 Los hombres de Israel eran en total seiscientos un mil setecientos treinta.

Núm 26:52

Instrucciones para el reparto de la tierra

El SEÑOR le dijo a Moisés:

Núm 26:53 «Reparte la tierra entre estas tribus para que sea su heredad. Hazlo según el número de nombres registrados.

Núm 26:54 A la tribu más numerosa le darás la heredad más grande, y a la tribu menos numerosa le darás la heredad más pequeña. Cada tribu recibirá su heredad en proporción al número de censados.

Núm 26:55 La tierra deberá repartirse por sorteo, según el nombre de las tribus patriarcales.

Núm 26:56 El sorteo se hará entre todas las tribus, grandes y pequeñas.»

Núm 26:57

Censo de los levitas

De los levitas Guersón, Coat y Merari proceden los clanes guersonitas, coatitas y meraritas.

Núm 26:58 De los levitas proceden también los siguientes clanes: los libnitas, los hebronitas, los majlitas, los musitas y los coreítas. Coat fue el padre de Amirán.

Núm 26:59 La esposa de Amirán se llamaba Jocabed hija de Leví, y había nacido en Egipto. Los hijos que ella tuvo de Amirán fueron Aarón y Moisés, y su hermana Miriam.

Núm 26:60 Aarón fue el padre de Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar,

Núm 26:61 pero Nadab y Abiú murieron bajo el juicio del SEÑOR por haberle ofrecido fuego profano.

Núm 26:62 Los levitas mayores de un mes de edad fueron en total veintitrés mil. Pero no fueron censados junto con los demás israelitas porque no habrían de recibir heredad entre ellos.

Núm 26:63 Éstos fueron los israelitas censados por Moisés y el sacerdote Eleazar, cuando los contaron en las llanuras de Moab, cerca del río Jordán, a la altura de Jericó.

Núm 26:64 Entre los censados no figuraba ninguno de los registrados en el censo que Moisés y Aarón habían hecho antes en el desierto del Sinaí,

Núm 26:65 porque el SEÑOR había dicho que todos morirían en el desierto. Con la excepción de Caleb hijo de Jefone y de Josué hijo de Nun, ninguno de ellos quedó con vida.

Números 27

Las hijas de Zelofehad

Núm 27:1

Las hijas de Zelofejad

27:1-11—Nm 36:1-12

Majlá, Noa, Joglá, Milca y Tirsá pertenecían a los clanes de Manasés hijo de José, pues eran hijas de Zelofejad hijo de Héfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés. Las cinco se acercaron

Núm 27:2 a la entrada de la Tienda de reunión, para hablar con Moisés y el sacerdote Eleazar, y con los jefes de toda la comunidad. Les dijeron:

Núm 27:3 «Nuestro padre murió sin dejar hijos, pero no por haber participado en la rebelión de Coré contra el SEÑOR. Murió en el desierto por su propio pecado.

Núm 27:4 ¿Será borrado de su clan el nombre de nuestro padre por el solo hecho de no haber dejado hijos varones? Nosotras somos sus hijas. ¡Danos una heredad entre los parientes de nuestro padre!»

Núm 27:5 Moisés le presentó al SEÑOR el caso de ellas,

Núm 27:6 y el SEÑOR le respondió:

Núm 27:7 «Lo que piden las hijas de Zelofejad es algo justo, así que debes darles una propiedad entre los parientes de su padre. Traspásales a ellas la heredad de su padre.

Núm 27:8 »Además, diles a los israelitas: “Cuando un hombre muera sin dejar hijos, su heredad será traspasada a su hija.

Núm 27:9 Si no tiene hija, sus hermanos recibirán la herencia.

Núm 27:10 Si no tiene hermanos, se entregará la herencia a los hermanos de su padre.

Núm 27:11 Si su padre no tiene hermanos, se entregará la herencia al pariente más cercano de su clan, para que tome posesión de ella. Éste será el procedimiento legal que seguirán los israelitas, tal como yo se lo ordené a Moisés.” »

Josué sucesor de Moisés

Núm 27:12

Anuncio de la muerte de Moisés

El SEÑOR le dijo a Moisés: —Sube al monte Abarín y contempla desde allí la tierra que les he dado a los israelitas.

Núm 27:13 Después de que la hayas contemplado, partirás de este mundo para reunirte con tus antepasados, como tu hermano Aarón.

Núm 27:14 En el desierto de Zin, cuando la comunidad se puso a reclamar, ustedes dos me desobedecieron, pues al sacar agua de la roca no reconocieron ante el pueblo mi santidad. Esas aguas de Meribá están en Cades, en el desierto de Zin.

Núm 27:15

Moisés pide un líder para Israel

Moisés le respondió al SEÑOR:

Núm 27:16 —Dígnate, SEÑOR, Dios de toda la humanidad,[a] nombrar un jefe sobre esta comunidad,

Núm 27:17 uno que los dirija en sus campañas, que los lleve a la guerra y los traiga de vuelta a casa. Así el pueblo del SEÑOR no se quedará como rebaño sin pastor.

Núm 27:18 El SEÑOR le dijo a Moisés: —Toma a Josué hijo de Nun, que es un hombre de gran espíritu.[b] Pon tus manos sobre él,

Núm 27:19 y haz que se presente ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad. En presencia de ellos le entregarás el mando.

Núm 27:20 Lo investirás con algunas de tus atribuciones, para que toda la comunidad israelita le obedezca.

Núm 27:21 Se presentará ante el sacerdote Eleazar, quien mediante el urim consultará al SEÑOR. Cuando Josué ordene ir a la guerra, la comunidad entera saldrá con él, y cuando le ordene volver, volverá.

Núm 27:22 Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó. Tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar y de toda la comunidad.

Núm 27:23 Luego le impuso las manos y le entregó el cargo, tal como el SEÑOR lo había mandado.

Salmo 48

"Sión, la ciudad de nuestro Dios"

Sal 48:1

Canción. Salmo de los hijos de Coré.

Grande es el SEÑOR, y digno de suprema alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo,

Sal 48:2 bella colina, es la alegría de toda la tierra. El monte Sión, en la parte norte, es la ciudad del gran Rey.

Sal 48:3 En las fortificaciones de Sión Dios se ha dado a conocer como refugio seguro.

Sal 48:4 Hubo reyes que unieron sus fuerzas y que juntos avanzaron contra la ciudad;

Sal 48:5 pero al verla quedaron pasmados, y asustados emprendieron la retirada.

Sal 48:6 Allí el miedo se apoderó de ellos, y un dolor de parturienta les sobrevino.

Sal 48:7 ¡Con un viento huracanado destruiste las naves de Tarsis!

Sal 48:8 Tal como lo habíamos oído, ahora lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR Todopoderoso, en la ciudad de nuestro Dios: ¡Él la hará permanecer para siempre! Selah

Sal 48:9 Dentro de tu templo, oh Dios, meditamos en tu gran amor.

Sal 48:10 Tu alabanza, oh Dios, como tu nombre, llega a los confines de la tierra; tu derecha está llena de justicia.

Sal 48:11 Por causa de tus justas decisiones el monte Sión se alegra y las aldeas de Judá se regocijan.

Sal 48:12 Caminen alrededor de Sión, caminen en torno suyo y cuenten sus torres.

Sal 48:13 Observen bien sus murallas y examinen sus fortificaciones, para que se lo cuenten a las generaciones futuras.

Sal 48:14 ¡Este Dios es nuestro Dios eterno! ¡Él nos guiará para siempre!