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15 El Pueblo del Reino

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Lee la Biblia: Judas

Mira nuestro video Lee la Biblia sobre el libro de Judas, que desglosa el diseño literario del libro y su línea de pensamiento. En este libro, Judas confronta a los maestros corruptos que distorsionan el mensaje sobre su hermano Jesús y guían a otros a apartarse del camino.

Judas 1

Saludo

Jud 1:1 Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los que son amados por Dios el Padre, guardados por[a] Jesucristo y llamados a la salvación:

Jud 1:2 Que reciban misericordia, paz y amor en abundancia.

Juicio sobre los falsos maestros

Jud 1:3

Pecado y condenación de los impíos

Queridos hermanos, he deseado intensamente escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogarles que sigan luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos.

Jud 1:4 El problema es que se han infiltrado entre ustedes ciertos individuos que desde hace mucho tiempo han estado señalados[b] para condenación. Son impíos que cambian en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor.

Jud 1:5 Aunque ustedes ya saben muy bien todo esto, quiero recordarles que el Señor,[c] después de liberar de la tierra de Egipto a su pueblo, destruyó a los que no creían.

Jud 1:6 Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día.

Jud 1:7 Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza.

Jud 1:8 De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales.

Jud 1:9 Ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: «¡Que el Señor te reprenda!»

Jud 1:10 Éstos, en cambio, maldicen todo lo que no entienden; y como animales irracionales, lo que entienden por instinto es precisamente lo que los corrompe.

Jud 1:11 ¡Ay de los que siguieron el camino de Caín! Por ganar dinero se entregaron al error de Balaam y perecieron en la rebelión de Coré.

Jud 1:12 Estos individuos son un peligro oculto:[d] sin ningún respeto convierten en parrandas las fiestas de amor fraternal que ustedes celebran. Buscan sólo su propio provecho.[e] Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto cuando debieran darlo; están doblemente muertos, arrancados de raíz.

Jud 1:13 Son violentas olas del mar, que arrojan la espuma de sus actos vergonzosos. Son estrellas fugaces, para quienes está reservada eternamente la más densa oscuridad.

Jud 1:14 También Enoc, el séptimo patriarca a partir de Adán, profetizó acerca de ellos: «Miren, el Señor viene con millares y millares de sus ángeles[f]

Jud 1:15 para someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido contra él.»

Jud 1:16 Estos individuos son refunfuñadores y criticones; se dejan llevar por sus propias pasiones; hablan con arrogancia y adulan a los demás para sacar ventaja.

Exhortación a perseverar

Jud 1:17

Exhortación a la perseverancia

Ustedes, queridos hermanos, recuerden el mensaje anunciado anteriormente por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.

Jud 1:18 Ellos les decían: «En los últimos tiempos habrá burladores que vivirán según sus propias pasiones impías.»

Jud 1:19 Éstos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues no tienen el Espíritu.

Jud 1:20 Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo,

Jud 1:21 mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna.

Jud 1:22 Tengan compasión de los que dudan;

Jud 1:23 a otros, sálvenlos arrebatándolos del fuego. Compadézcanse de los demás, pero tengan cuidado; aborrezcan hasta la ropa que haya sido contaminada por su cuerpo.

Doxología

Jud 1:24

Doxología

¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no caigan, y establecerlos sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia,

Jud 1:25 sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Señor, antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amén.

Salmo 39

¿Cuánta es la medida de mis días?

Sal 39:1

Al director musical. Para Jedutún. Salmo de David.

Me dije a mí mismo: «Mientras esté ante gente malvada vigilaré mi conducta, me abstendré de pecar con la lengua, me pondré una mordaza en la boca.»

Sal 39:2 Así que guardé silencio, me mantuve callado. ¡Ni aun lo bueno salía de mi boca! Pero mi angustia iba en aumento;

Sal 39:3 ¡el corazón me ardía en el pecho! Al meditar en esto, el fuego se inflamó y tuve que decir:

Sal 39:4 «Hazme saber, SEÑOR, el límite de mis días, y el tiempo que me queda por vivir; hazme saber lo efímero que soy

Sal 39:5 Muy breve es la vida que me has dado; ante ti, mis años no son nada. Un soplo nada más es el mortal, Selah

Sal 39:6 un suspiro que se pierde entre las sombras. Ilusorias son las riquezas que amontona,[a] pues no sabe quién se quedará con ellas.

Sal 39:7 »Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? ¡Mi esperanza he puesto en ti!

Sal 39:8 Líbrame de todas mis transgresiones. Que los necios no se burlen de mí.

Sal 39:9 »He guardado silencio; no he abierto la boca, pues tú eres quien actúa

Sal 39:10 Ya no me castigues, que los golpes de tu mano me aniquilan

Sal 39:11 Tú reprendes a los mortales, los castigas por su iniquidad; como polilla, acabas con sus placeres. ¡Un soplo nada más es el mortal! Selah

Sal 39:12 »SEÑOR, escucha mi oración, atiende a mi clamor; no cierres tus oídos a mi llanto. Ante ti soy un extraño, un peregrino, como todos mis antepasados

Sal 39:13 No me mires con enojo, y volveré a alegrarme antes que me muera y deje de existir.»