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11 Regreso del Exilio

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Exilio

El exilio es uno de los temas centrales a toda la historia bíblica, pero es a menudo pasado por alto. En este video, veremos cómo el exilio de Israel a Babilonia es una imagen del exilio del Edén de toda la humanidad. Como te imaginarás, Jesús es quien abre el camino de regreso a casa.

Esdras 4

Los adversarios se oponen a la reconstrucción

Esd 4:1

Oposición samaritana

Cuando los enemigos del pueblo de Judá y de Benjamín se enteraron de que los repatriados estaban reconstruyendo el templo del SEÑOR, Dios de Israel,

Esd 4:2 se presentaron ante Zorobabel y ante los jefes de familia y les dijeron: —Permítannos participar en la reconstrucción, pues nosotros, al igual que ustedes, hemos buscado a su Dios y le hemos ofrecido holocaustos desde el día en que Esarjadón, rey de Asiria, nos trajo acá.

Esd 4:3 Pero Zorobabel, Jesúa y los jefes de las familias de Israel les respondieron: —No podemos permitir que ustedes se unan a nosotros en la reconstrucción del templo de nuestro Dios. Nosotros solos nos encargaremos de reedificar el templo para el SEÑOR, Dios de Israel, tal como lo decretó Ciro, rey de Persia.

Esd 4:4 Entonces los habitantes de la región comenzaron a desanimar e intimidar a los de Judá para que abandonaran la reconstrucción.

Esd 4:5 Y hasta llegaron a sobornar a algunos de los consejeros para impedirles llevar a cabo sus planes. Esto sucedió durante todo el reinado de Ciro, rey de Persia, y hasta el reinado de Darío, que también fue rey de Persia.

Esd 4:6 También al comienzo del reinado de Jerjes,[a] aquellos enemigos enviaron una carta en la cual acusaban a los habitantes de Judá y de Jerusalén.

La carta al rey Artajerjes

Esd 4:7 Luego, cuando Artajerjes llegó a ser rey de Persia, también a él Bislán, Mitrídates, Tabel y sus demás compañeros le enviaron una carta, que fue traducida al arameo.

Esd 4:8 Además, el comandante Rejún y el cronista Simsay enviaron a Artajerjes una carta en contra de los habitantes de Jerusalén. La carta decía:

Esd 4:9 El comandante Rejún y el cronista Simsay escriben esta carta, junto con sus compañeros los jueces, gobernadores y funcionarios de Persia, Érec, Babilonia y Susa (es decir, Elam).

Esd 4:10 Esta carta la suscriben también las demás naciones que el grande y noble Asnapar llevó cautivas y estableció en la ciudad de Samaria y en las otras provincias al oeste del río Éufrates.

Esd 4:11 Al rey Artajerjes, de parte de sus siervos que habitan al oeste del río Éufrates:

Esd 4:12 Sepa Su Majestad que los judíos enviados por usted han llegado a Jerusalén y están reconstruyendo esa ciudad rebelde y mala. Ya están echados los cimientos.

Esd 4:13 Sepa también Su Majestad que si esta gente reconstruye la ciudad y termina la muralla, sus habitantes se rebelarán y no pagarán tributos, ni impuestos ni contribución alguna, lo cual sería perjudicial para el tesoro real.

Esd 4:14 Como nosotros somos vasallos de Su Majestad,[b] no podemos permitir que se le deshonre. Por eso le enviamos esta denuncia.

Esd 4:15 Pida Su Majestad que se investigue en los archivos donde están las crónicas de los reyes que lo han precedido. Así comprobará que esta ciudad ha sido rebelde y nociva para los reyes y las provincias, y que fue destruida porque hace ya mucho tiempo allí se fraguaron sediciones.

Esd 4:16 Por eso le advertimos que, si esa ciudad es reconstruida y la muralla levantada, Su Majestad perderá el dominio de la región al oeste del Éufrates.

El rey ordena detener la obra

Esd 4:17 En respuesta, el rey les escribió: Al comandante Rejún y al cronista Simsay, y al resto de sus compañeros que viven en Samaria y en las otras regiones al oeste del río Éufrates: Saludos.

Esd 4:18 La carta que ustedes enviaron ha sido traducida y leída en mi presencia.

Esd 4:19 Di orden de investigar en los archivos y, en efecto, se encontró que anteriormente en dicha ciudad se fraguaron sediciones y se tramaron rebeliones contra los reyes;

Esd 4:20 que en Jerusalén hubo reyes poderosos, gobernantes de toda la región al oeste del río Éufrates, a quienes se les pagaban impuestos, tributos y rentas.

Esd 4:21 Por eso, ordénenles a esos hombres que cesen sus labores, que suspendan la reconstrucción de la ciudad, hasta que yo promulgue un nuevo edicto.

Esd 4:22 Sean diligentes en hacer cumplir esta orden, para que no crezca la amenaza de perjuicio a los intereses reales.

Esd 4:23 En cuanto la carta del rey Artajerjes se leyó en presencia de Rejún, del cronista Simsay y de sus compañeros, todos ellos fueron a Jerusalén y, por la fuerza de las armas, obligaron a los judíos a detener la obra.

Esd 4:24 De este modo el trabajo de reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén quedó suspendido hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia.

Esdras 5

La reconstrucción comienza de nuevo

Esd 5:1

Se reinicia la reconstrucción del templo

Los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó profetizaron a los judíos que estaban en Judá y Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel, que velaba por ellos.

Esd 5:2 Entonces Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac se dispusieron a continuar la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Y los profetas estaban con ellos ayudándolos.

Esd 5:3 En ese mismo tiempo, Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, se presentaron ante los judíos y les preguntaron: «¿Quién los autorizó a reconstruir ese templo y restaurar su estructura?»

Esd 5:4 Y añadieron:[a] «¿Cómo se llaman los que están reconstruyendo ese edificio?»

Esd 5:5 Pero como Dios velaba por los dirigentes judíos, no los obligaron a interrumpir el trabajo hasta que se consultara a Darío y éste respondiera por escrito.

Carta de Tatnai al rey Darío

Esd 5:6 Entonces Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, que eran los funcionarios del gobierno de esa provincia, enviaron una carta al rey Darío,

Esd 5:7 la cual decía: Al rey Darío: Un cordial saludo.

Esd 5:8 Ponemos en conocimiento de Su Majestad que fuimos a la provincia de Judá, al templo del gran Dios, y vimos que se está reconstruyendo con grandes piedras, y que sus paredes se están recubriendo con madera. El trabajo se hace con esmero y avanza rápidamente.

Esd 5:9 A los dirigentes les preguntamos quién los había autorizado a reconstruir ese templo y restaurar su estructura,

Esd 5:10 y cómo se llaman los que dirigen la obra, para comunicárselo por escrito a Su Majestad.

Esd 5:11 Ellos nos respondieron: «Somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reconstruyendo el templo que fue edificado y terminado hace ya mucho tiempo por un gran rey de Israel.

Esd 5:12 Pero como nuestros antepasados provocaron a ira al Dios del cielo, él los entregó en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el caldeo que destruyó este templo y que llevó al pueblo cautivo a Babilonia.

Esd 5:13 »Pero más tarde, en el primer año de su reinado, Ciro, rey de Babilonia, ordenó que este templo de Dios fuera reconstruido.

Esd 5:14 También hizo sacar del templo de Babilonia los utensilios de oro y de plata que Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén y había puesto en el templo de Babilonia, y se los entregó a Sesbasar, a quien había nombrado gobernador.

Esd 5:15 Ciro, pues, ordenó a Sesbasar que tomara esos utensilios y los devolviera al templo de Jerusalén, y que reedificara en el mismo sitio el templo de Dios.

Esd 5:16 Entonces Sesbasar llegó a Jerusalén y echó los cimientos del templo de Dios. Desde entonces se ha estado trabajando en su reconstrucción, pero aún no se ha terminado.»

Esd 5:17 Ahora bien, si Su Majestad lo considera conveniente, pedimos que se investiguen los archivos donde están las crónicas de los reyes de Babilonia, para saber si es verdad que el rey Ciro ordenó la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Además solicitamos que se nos dé a conocer la decisión de Su Majestad con respecto a este asunto.

Esdras 6

El decreto de Darío

Esd 6:1

Decreto de Darío

Entonces el rey Darío ordenó que se investigara en los archivos donde se guardaban los tesoros de Babilonia.

Esd 6:2 Y en el palacio de Ecbatana, en la provincia de Media, se encontró un rollo que contenía la siguiente memoria:

Esd 6:3 En el primer año de su reinado, el rey Ciro promulgó el siguiente edicto respecto al templo de Dios en Jerusalén: Que se echen los cimientos y se reconstruya el templo, para que en él se ofrezcan holocaustos. Tendrá veintisiete metros[a] tanto de alto como de ancho,

Esd 6:4 tres hileras de piedras grandes, y una de madera. Todos los gastos serán sufragados por el tesoro real.

Esd 6:5 Con respecto a los utensilios de oro y de plata que Nabucodonosor sacó del templo de Jerusalén y llevó a Babilonia, que los devuelvan a Jerusalén, y que se pongan en el templo de Dios, donde deben estar.

Esd 6:6 Entonces el rey Darío dio la siguiente orden[b] a Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y a Setar Bosnay y a sus compañeros, los funcionarios de dicha provincia: Aléjense de Jerusalén

Esd 6:7 y no estorben la obra de reconstrucción del templo de Dios. Dejen que el gobernador de la provincia de Judá y los dirigentes judíos reconstruyan el templo en su antiguo sitio.

Esd 6:8 También he decidido que ustedes deben prestarles ayuda, sufragando los gastos de la reconstrucción del templo con los impuestos que la provincia al oeste del río Éufrates paga al tesoro real. No se tarden en pagar todos los gastos, para que no se interrumpan las obras.

Esd 6:9 Además, todos los días, sin falta, deberán suministrarles becerros, carneros y corderos para ofrecerlos en holocausto al Dios del cielo, junto con trigo, sal, vino y aceite, y todo lo que necesiten, según las instrucciones de los sacerdotes que están en Jerusalén.

Esd 6:10 Así podrán ellos ofrecer sacrificios gratos al Dios del cielo y rogar por la vida del rey y de sus hijos.

Esd 6:11 He determinado así mismo que, a quien desobedezca esta orden, lo empalen en una viga sacada de su propia casa, y que le derrumben la casa.

Esd 6:12 ¡Que el Dios que decidió habitar en Jerusalén derribe a cualquier rey o nación que intente modificar este decreto o destruir ese templo de Dios! Yo, Darío, promulgo este decreto. Publíquese y cúmplase al pie de la letra.

El templo terminado y dedicado

Esd 6:13

Terminación y dedicación del templo

Entonces Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros cumplieron al pie de la letra lo que el rey Darío les había ordenado.

Esd 6:14 Así los dirigentes judíos pudieron continuar y terminar la obra de reconstrucción, conforme a la palabra de los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó. Terminaron, pues, la obra de reconstrucción, según el mandato del Dios de Israel y por decreto de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia.

Esd 6:15 La reconstrucción del templo se terminó el día tres del mes de adar, en el año sexto del reinado de Darío.

Esd 6:16 Entonces los israelitas —es decir, los sacerdotes, los levitas y los demás que regresaron del cautiverio—, llenos de júbilo dedicaron el templo de Dios.

Esd 6:17 Como ofrenda de dedicación, ofrecieron a Dios cien becerros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y doce chivos, conforme al número de las tribus de Israel, para expiación por el pecado del pueblo.

Esd 6:18 Luego, según lo que está escrito en el libro de Moisés, instalaron a los sacerdotes en sus turnos y a los levitas en sus funciones, para el culto que se ofrece a Dios en Jerusalén.

Celebración de la pascua

Esd 6:19

Celebración de la Pascua

Los que regresaron del cautiverio celebraron la Pascua el día catorce del mes primero.

Esd 6:20 Los sacerdotes y levitas se habían unido para purificarse y, ya estando ritualmente limpios, mataron el cordero pascual por todos los que habían regresado del cautiverio, por sus compañeros los sacerdotes y por ellos mismos.

Esd 6:21 Los israelitas que regresaron del cautiverio comieron la Pascua junto con los que se habían apartado de la impureza de sus vecinos para seguir al SEÑOR, Dios de Israel.

Esd 6:22 Durante siete días celebraron con mucho gozo la fiesta de los Panes sin levadura, porque el SEÑOR les había devuelto la alegría y había hecho que el rey de Persia[c] los ayudara y permitiera reconstruir el templo del Dios de Israel.

Esdras 7

Esdras enviado para enseñar al pueblo

Esd 7:1

Esdras llega a Jerusalén

Durante el reinado de Artajerjes, rey de Persia, vivió un hombre llamado Esdras hijo de Seraías, que era descendiente en línea directa de Azarías, Jilquías,

Esd 7:2 Salún, Sadoc, Ajitob,

Esd 7:3 Amarías, Azarías, Merayot,

Esd 7:4 Zeraías, Uzi, Buquí,

Esd 7:5 Abisúa, Finés, Eleazar y Aarón, que fue el primer sacerdote.

Esd 7:6 Este Esdras llegó de Babilonia. Era un maestro muy versado en la ley que el SEÑOR, Dios de Israel, le había dado a Moisés. Gozaba de la simpatía del rey, y el SEÑOR su Dios estaba con él.

Esd 7:7 Con Esdras regresaron a Jerusalén algunos israelitas, entre los cuales había sacerdotes, levitas, cantores, porteros y servidores del templo. Esto sucedió en el séptimo año del reinado de Artajerjes.

Esd 7:8 Así que Esdras llegó a Jerusalén en el mes quinto del séptimo año del reinado de Artajerjes.

Esd 7:9 Había salido de Babilonia el día primero del mes primero, y llegó a Jerusalén el día primero del mes quinto, porque la mano bondadosa de Dios estaba con él.

Esd 7:10 Esdras se había dedicado por completo a estudiar la ley del SEÑOR, a ponerla en práctica y a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas.

Esd 7:11

Carta de Artajerjes a Esdras

El rey Artajerjes le entregó la siguiente carta a Esdras, quien era sacerdote y maestro de los mandamientos y preceptos que el SEÑOR le dio a Israel:

Esd 7:12 Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y maestro versado en la ley del Dios del cielo: Saludos.[a]

Esd 7:13 He dispuesto que todos los israelitas que quieran ir contigo a Jerusalén puedan hacerlo, incluyendo a los sacerdotes y levitas.

Esd 7:14 El rey y sus siete consejeros te mandan a investigar la situación de Jerusalén y de Judá, conforme a la ley de tu Dios que se te ha confiado.

Esd 7:15 Lleva el oro y la plata que el rey y sus consejeros han ofrecido voluntariamente al Dios de Israel, que habita en Jerusalén.

Esd 7:16 También lleva contigo toda la plata y el oro que obtengas de la provincia de Babilonia, junto con los donativos del pueblo y de los sacerdotes para el templo de su Dios en Jerusalén.

Esd 7:17 Con ese dinero compra, sin falta, becerros, carneros y corderos, con sus respectivas ofrendas de cereales y de vino, para ofrecerlos en el altar del templo del Dios de ustedes en Jerusalén.

Esd 7:18 Con el resto de la plata y del oro tú y tus compañeros podrán hacer lo que les parezca mejor, de acuerdo con la voluntad del Dios de ustedes.

Esd 7:19 Pero deposita en el templo los utensilios sagrados que se te han entregado para rendir culto a tu Dios en Jerusalén.

Esd 7:20 Cualquier otro gasto que sea necesario para el templo de tu Dios, se cubrirá del tesoro real.

Esd 7:21 Ahora bien, yo, el rey Artajerjes, les ordeno a todos los tesoreros que están al oeste del río Éufrates, que entreguen de inmediato todo cuanto solicite Esdras, sacerdote y maestro versado en la ley del Dios del cielo.

Esd 7:22 Pueden darle hasta tres mil trescientos kilos de plata, veintidós mil litros de trigo, dos mil doscientos litros de vino, dos mil doscientos litros de aceite[b] y toda la sal que se requiera.

Esd 7:23 Todo lo que ha ordenado el Dios del cielo para su templo, háganlo de inmediato, de modo que no se descargue su ira contra el dominio del rey y su familia.

Esd 7:24 También les ordeno que exoneren de impuestos a los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y servidores del templo de Dios.

Esd 7:25 Por cuanto tú, Esdras, posees la sabiduría de Dios, serás el encargado de nombrar funcionarios y jueces para que juzguen a los habitantes de la provincia al oeste del río Éufrates, es decir, a todos los que conocen la ley de Dios. Pero a quienes no la conozcan, enséñasela.

Esd 7:26 Si alguien desobedece la ley de tu Dios y las órdenes del rey, haz que se le castigue de inmediato con la pena de muerte, el destierro, la confiscación de bienes o la cárcel.

Esd 7:27

Oración de Esdras

«Bendito sea el SEÑOR, Dios de nuestros antepasados, que puso en el corazón del rey el propósito de honrar el templo del SEÑOR en Jerusalén.

Esd 7:28 Por su infinito amor, él me ha permitido recibir el favor del rey, de sus consejeros y de todos sus funcionarios más importantes. Y porque Dios estaba conmigo, cobré ánimo y reuní a los jefes de Israel para que me acompañaran a Jerusalén.»

Salmo 46

Dios es nuestro amparo y fortaleza

Sal 46:1

Al director musical. De los hijos de Coré. Canción según alamot.

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia

Sal 46:2 Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar;

Sal 46:3 aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah

Sal 46:4 Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del Altísimo

Sal 46:5 Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba Dios le brindará su ayuda

Sal 46:6 Se agitan las naciones, se tambalean los reinos; Dios deja oír su voz, y la tierra se derrumba.

Sal 46:7 El SEÑOR Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah

Sal 46:8 Vengan y vean los portentos del SEÑOR; él ha traído desolación sobre la tierra

Sal 46:9 Ha puesto fin a las guerras en todos los confines de la tierra; ha quebrado los arcos, ha destrozado las lanzas, ha arrojado los carros al fuego

Sal 46:10 «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!»

Sal 46:11 El SEÑOR Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah