Día 285
14 Jesús & el Reino
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Hechos 13-28
Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de Hechos, que desglosa el diseño literario del libro y su línea de pensamiento. En Hechos, Jesús envía el Espíritu Santo a empoderar a sus discípulos mientras estos llevan las buenas nuevas de su reino a las naciones del mundo.
Hechos 13
Bernabé y Saulo enviados
Hch 13:1
Despedida de Bernabé y Saulo
En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca; y Saulo.
Hch 13:2 Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado.»
Hch 13:3 Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.
Bernabé y Saulo en Chipre
Hch 13:4
En Chipre
Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.
Hch 13:5 Al llegar a Salamina, predicaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan como ayudante.
Hch 13:6 Recorrieron toda la isla hasta Pafos. Allí se encontraron con un hechicero, un falso profeta judío llamado Barjesús,
Hch 13:7 que estaba con el gobernador[a] Sergio Paulo. El gobernador, hombre inteligente, mandó llamar a Bernabé y a Saulo, en un esfuerzo por escuchar la palabra de Dios.
Hch 13:8 Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa su nombre) se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador.
Hch 13:9 Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo:
Hch 13:10 «¡Hijo del diablo y enemigo de toda justicia, lleno de todo tipo de engaño y de fraude! ¿Nunca dejarás de torcer los caminos rectos del Señor?
Hch 13:11 Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol.» Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar a tientas quien lo llevara de la mano.
Hch 13:12 Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor.
Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia
Hch 13:13
En Antioquía de Pisidia
Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar desde Pafos, y llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó de ellos y regresó a Jerusalén;
Hch 13:14 ellos, por su parte, siguieron su viaje desde Perge hasta Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron.
Hch 13:15 Al terminar la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: «Hermanos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen.»
Hch 13:16 Pablo se puso en pie, hizo una señal con la mano y dijo: «Escúchenme, israelitas, y ustedes, los gentiles temerosos de Dios:
Hch 13:17 El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros antepasados y engrandeció al pueblo mientras vivían como extranjeros en Egipto. Con gran poder los sacó de aquella tierra
Hch 13:18 y soportó su mal proceder[b] en el desierto unos cuarenta años.
Hch 13:19 Luego de destruir siete naciones en Canaán, dio a su pueblo la tierra de ellas en herencia.
Hch 13:20 Todo esto duró unos cuatrocientos cincuenta años. »Después de esto, Dios les asignó jueces hasta los días del profeta Samuel.
Hch 13:21 Entonces pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que gobernó por cuarenta años.
Hch 13:22 Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero.”
Hch 13:23 »De los descendientes de éste, conforme a la promesa, Dios ha provisto a Israel un salvador, que es Jesús.
Hch 13:24 Antes de la venida de Jesús, Juan predicó un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.
Hch 13:25 Cuando estaba completando su carrera, Juan decía: “¿Quién suponen ustedes que soy? No soy aquél. Miren, después de mí viene uno a quien no soy digno ni siquiera de desatarle las sandalias.”
Hch 13:26 »Hermanos, descendientes de Abraham, y ustedes, los gentiles temerosos de Dios: a nosotros se nos ha enviado este mensaje de salvación.
Hch 13:27 Los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes no reconocieron a Jesús. Por tanto, al condenarlo, cumplieron las palabras de los profetas que se leen todos los sábados.
Hch 13:28 Aunque no encontraron ninguna causa digna de muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara a ejecutar.
Hch 13:29 Después de llevar a cabo todas las cosas que estaban escritas acerca de él, lo bajaron del madero y lo sepultaron.
Hch 13:30 Pero Dios lo levantó de entre los muertos.
Hch 13:31 Durante muchos días lo vieron los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.
Hch 13:32 »Nosotros les anunciamos a ustedes las buenas nuevas respecto a la promesa hecha a nuestros antepasados.
Hch 13:33 Dios nos la ha cumplido plenamente a nosotros, los descendientes de ellos, al resucitar a Jesús. Como está escrito en el segundo salmo: »“Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado.”[c]
Hch 13:34 Dios lo resucitó para que no volviera jamás a la corrupción. Así se cumplieron estas palabras: »“Yo les daré las bendiciones santas y seguras prometidas a David.”[d]
Hch 13:35 Por eso dice en otro pasaje: »“No permitirás que el fin de tu santo sea la corrupción.”[e]
Hch 13:36 »Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la corrupción.
Hch 13:37 Pero aquel a quien Dios resucitó no sufrió la corrupción de su cuerpo.
Hch 13:38 »Por tanto, hermanos, sepan que por medio de Jesús se les anuncia a ustedes el perdón de los pecados.
Hch 13:39 Ustedes no pudieron ser justificados de esos pecados por la ley de Moisés, pero todo el que cree es justificado por medio de Jesús.
Hch 13:40 Tengan cuidado, no sea que les suceda lo que han dicho los profetas:
Hch 13:41 »“¡Miren, burlones! ¡Asómbrense y desaparezcan! Estoy por hacer en estos días una obra que ustedes nunca creerán, aunque alguien se la explique.”[f] »
Hch 13:42 Al salir ellos de la sinagoga, los invitaron a que el siguiente sábado les hablaran más de estas cosas.
Hch 13:43 Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos fieles acompañaron a Pablo y a Bernabé, los cuales en su conversación con ellos les instaron a perseverar en la gracia de Dios.
Hch 13:44 El siguiente sábado casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra del Señor.
Hch 13:45 Pero cuando los judíos vieron a las multitudes, se llenaron de celos y contradecían con maldiciones lo que Pablo decía.
Hch 13:46 Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los gentiles.
Hch 13:47 Así nos lo ha mandado el Señor: »“Te he puesto por luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra.”[g] »
Hch 13:48 Al oír esto, los gentiles se alegraron y celebraron la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna.
Hch 13:49 La palabra del Señor se difundía por toda la región.
Hch 13:50 Pero los judíos incitaron a mujeres muy distinguidas y favorables al judaísmo, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé. Por tanto, los expulsaron de la región.
Hch 13:51 Ellos, por su parte, se sacudieron el polvo de los pies en señal de protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio.
Hch 13:52 Y los discípulos quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Hechos 14
Pablo y Bernabé en Iconio
Hch 14:1
En Iconio
En Iconio, Pablo y Bernabé entraron, como de costumbre, en la sinagoga judía y hablaron de tal manera que creyó una multitud de judíos y de griegos.
Hch 14:2 Pero los judíos incrédulos incitaron a los gentiles y les amargaron el ánimo contra los hermanos.
Hch 14:3 En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo, hablando valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su gracia, haciendo señales y prodigios por medio de ellos.
Hch 14:4 La gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban de parte de los judíos, y otros de parte de los apóstoles.
Hch 14:5 Hubo un complot tanto de los gentiles como de los judíos, apoyados por sus dirigentes, para maltratarlos y apedrearlos.
Hch 14:6 Al darse cuenta de esto, los apóstoles huyeron a Listra y a Derbe, ciudades de Licaonia, y a sus alrededores,
Hch 14:7 donde siguieron anunciando las buenas nuevas.
Pablo y Bernabé en Listra
Hch 14:8
En Listra y Derbe
En Listra vivía un hombre lisiado de nacimiento, que no podía mover las piernas y nunca había caminado. Estaba sentado,
Hch 14:9 escuchando a Pablo, quien al reparar en él y ver que tenía fe para ser sanado,
Hch 14:10 le ordenó con voz fuerte: —¡Ponte en pie y enderézate! El hombre dio un salto y empezó a caminar.
Hch 14:11 Al ver lo que Pablo había hecho, la gente comenzó a gritar en el idioma de Licaonia: —¡Los dioses han tomado forma humana y han venido a visitarnos!
Hch 14:12 A Bernabé lo llamaban Zeus, y a Pablo, Hermes, porque era el que dirigía la palabra.
Hch 14:13 El sacerdote de Zeus, el dios cuyo templo estaba a las afueras de la ciudad, llevó toros y guirnaldas a las puertas y, con toda la multitud, quería ofrecerles sacrificios.
Hch 14:14 Al enterarse de esto los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron las vestiduras y se lanzaron por entre la multitud, gritando:
Hch 14:15 —Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres mortales como ustedes. Las buenas nuevas que les anunciamos es que dejen estas cosas sin valor y se vuelvan al Dios viviente, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.
Hch 14:16 En épocas pasadas él permitió que todas las naciones siguieran su propio camino.
Hch 14:17 Sin embargo, no ha dejado de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas, proporcionándoles comida y alegría de corazón.
Hch 14:18 A pesar de todo lo que dijeron, a duras penas evitaron que la multitud les ofreciera sacrificios.
Pablo apedreado en Listra
Hch 14:19 En eso llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la multitud. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto.
Hch 14:20 Pero cuando lo rodearon los discípulos, él se levantó y volvió a entrar en la ciudad. Al día siguiente, partió para Derbe en compañía de Bernabé.
Hch 14:21
El regreso a Antioquía de Siria
Después de anunciar las buenas nuevas en aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, Pablo y Bernabé regresaron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
Hch 14:22 fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían.
Hch 14:23 En cada iglesia nombraron ancianos y, con oración y ayuno, los encomendaron al Señor, en quien habían creído.
Pablo y Bernabé regresan a Antioquía de Siria
Hch 14:24 Atravesando Pisidia, llegaron a Panfilia,
Hch 14:25 y cuando terminaron de predicar la palabra en Perge, bajaron a Atalía.
Hch 14:26 De Atalía navegaron a Antioquía, donde se los había encomendado a la gracia de Dios para la obra que ya habían realizado.
Hch 14:27 Cuando llegaron, reunieron a la iglesia e informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos, y de cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.
Hch 14:28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.
Salmo 125
El Señor está alrededor de su pueblo
Sal 125:1
Cántico de los peregrinos.
Los que confían en el SEÑOR son como el monte Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre.
Sal 125:2 Como rodean las colinas a Jerusalén, así rodea el SEÑOR a su pueblo, desde ahora y para siempre.
Sal 125:3 No prevalecerá el cetro de los impíos sobre la heredad asignada a los justos, para que nunca los justos extiendan sus manos hacia la maldad.
Sal 125:4 Haz bien, SEÑOR, a los que son buenos, a los de recto corazón.
Sal 125:5 Pero a los que van por caminos torcidos deséchalos, SEÑOR, junto con los malhechores. ¡Que haya paz en Israel!