Día 39
Levítico 26
Bendiciones por obedecer
Lev 26:1
Bendiciones de la obediencia
»No se hagan ídolos, ni levanten imágenes ni piedras sagradas. No coloquen en su territorio piedras esculpidas ni se inclinen ante ellas. Yo soy el SEÑOR su Dios.
Lev 26:2 »Observen mis sábados y muestren reverencia por mi santuario. Yo soy el SEÑOR.
Lev 26:3 »Si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos,
Lev 26:4 yo les enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos;
Lev 26:5 la trilla durará hasta la vendimia, y la vendimia durará hasta la siembra. Comerán hasta saciarse y vivirán seguros en su tierra.
Lev 26:6 »Yo traeré paz al país, y ustedes podrán dormir sin ningún temor. Quitaré de la tierra las bestias salvajes, y no habrá guerra en su territorio.
Lev 26:7 Perseguirán a sus enemigos, y ante ustedes caerán a filo de espada.
Lev 26:8 Cinco de ustedes perseguirán a cien, y cien de ustedes perseguirán a diez mil, y ante ustedes sus enemigos caerán a filo de espada.
Lev 26:9 »Yo les mostraré mi favor. Yo los haré fecundos. Los multiplicaré, y mantendré mi pacto con ustedes.
Lev 26:10 Todavía estarán comiendo de la cosecha del año anterior cuando tendrán que sacarla para dar lugar a la nueva.
Lev 26:11 Estableceré mi morada en medio de ustedes, y no los aborreceré.
Lev 26:12 Caminaré entre ustedes. Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo.
Lev 26:13 Yo soy el SEÑOR su Dios, que los saqué de Egipto para que dejaran de ser esclavos. Yo rompí las coyundas de su yugo y los hice caminar con la cabeza erguida.
Castigo por desobedecer
Lev 26:14
Maldiciones de la desobediencia
»Si ustedes no me obedecen ni ponen por obra todos estos mandamientos,
Lev 26:15 sino que desprecian mis estatutos y aborrecen mis preceptos, y dejan de poner por obra todos mis mandamientos, violando así mi pacto,
Lev 26:16 entonces yo mismo los castigaré con un terror repentino, con enfermedades y con fiebre que los debilitarán, les harán perder la vista y acabarán con su vida. En vano sembrarán su semilla, porque se la comerán sus enemigos.
Lev 26:17 Yo les negaré mi favor, y sus adversarios los derrotarán. Sus enemigos los dominarán, y ustedes huirán sin que nadie los persiga.
Lev 26:18 »Si después de todo esto siguen sin obedecerme, siete veces los castigaré por sus pecados.
Lev 26:19 Yo quebrantaré su orgullo y terquedad. Endureceré el cielo como el hierro y la tierra como el bronce,
Lev 26:20 por lo que en vano agotarán sus fuerzas, y ni el suelo ni los árboles del campo les darán sus frutos.
Lev 26:21 »Si a pesar de esto siguen oponiéndose a mí, y se niegan a obedecerme, siete veces los castigaré por sus pecados.
Lev 26:22 Lanzaré sobre ustedes fieras salvajes, que les arrebatarán sus hijos y destruirán su ganado. De tal manera los diezmarán, que sus caminos quedarán desiertos.
Lev 26:23 »Si a pesar de todo esto no aceptan mi disciplina, sino que continúan oponiéndose a mí,
Lev 26:24 yo también seguiré oponiéndome a ustedes. Yo mismo los heriré siete veces por sus pecados.
Lev 26:25 Dejaré caer sobre ustedes la espada de la venganza prescrita en el pacto. Cuando se retiren a sus ciudades, les enviaré una plaga, y caerán en poder del enemigo.
Lev 26:26 Cuando yo destruya sus trigales, diez mujeres hornearán para ustedes pan en un solo horno. Y lo distribuirán racionado, de tal manera que comerán pero no se saciarán.
Lev 26:27 »Si a pesar de esto todavía no me obedecen, sino que continúan oponiéndose a mí,
Lev 26:28 entonces yo también me pondré definitivamente en su contra. Siete veces los castigaré por sus pecados,
Lev 26:29 y tendrán que comerse la carne de sus hijos y de sus hijas.
Lev 26:30 Destruiré sus santuarios paganos, demoleré sus altares de incienso, y amontonaré sus cadáveres sobre las figuras sin vida de sus ídolos. Volcaré mi odio sobre ustedes;
Lev 26:31 convertiré en ruinas sus ciudades, y asolaré sus santuarios. No me complaceré más en el aroma de sus ofrendas, que me era grato.
Lev 26:32 De tal manera asolaré al país, que sus enemigos que vengan a ocuparlo quedarán atónitos.
Lev 26:33 Los dispersaré entre las naciones: desenvainaré la espada, y los perseguiré hasta dejar desolada su tierra, y en ruinas sus ciudades.
Lev 26:34 Entonces la tierra disfrutará de sus años sabáticos todo el tiempo que permanezca desolada, mientras ustedes vivan en el país de sus enemigos. Así la tierra descansará y disfrutará de sus sábados.
Lev 26:35 Mientras la tierra esté desolada, tendrá el descanso que no tuvo durante los años sabáticos en que ustedes la habitaron.
Lev 26:36 »En cuanto a los que sobrevivan, tan profundo será el temor que les infundiré en tierra de sus enemigos, que hasta el susurro de una hoja movida por el viento los pondrá en fuga. Correrán como quien huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga.
Lev 26:37 Como si huyeran de la espada, tropezarán unos con otros sin que nadie los persiga, y no podrán hacerles frente a sus enemigos.
Lev 26:38 Perecerán en medio de las naciones; el país de sus enemigos los devorará.
Lev 26:39 Aquellos de ustedes que sobrevivan serán abatidos en país enemigo, porque a sus pecados se añadirá el de sus padres.
Lev 26:40 »Pero si confiesan su maldad y la maldad de sus padres, y su traición y constante rebeldía contra mí,
Lev 26:41 las cuales me han obligado a enviarlos al país de sus enemigos, y si su obstinado corazón se humilla y reconoce su pecado,
Lev 26:42 entonces me acordaré de mi pacto con Jacob, Isaac y Abraham, y también me acordaré de la tierra.
Lev 26:43 Al abandonar ellos la tierra, ésta disfrutará de sus sábados mientras permanezca deshabitada. Pero tendrán que reconocer sus pecados, por cuanto rechazaron mis preceptos y aborrecieron mis estatutos.
Lev 26:44 »A pesar de todo, y aunque estén en la tierra de sus enemigos, no los rechazaré ni los aborreceré hasta el punto de exterminarlos, ni romperé tampoco mi pacto con ellos. Yo soy el SEÑOR su Dios.
Lev 26:45 Antes bien, recordaré en su favor el pacto que hice con sus antepasados, a quienes, a la vista de las naciones, saqué de Egipto para ser su Dios. Yo soy el SEÑOR.»
Lev 26:46 Éstos son los estatutos, preceptos y leyes que, por medio de Moisés, estableció el SEÑOR en el monte Sinaí entre él y los israelitas.
Levítico 27
Leyes sobre votos
Lev 27:1
Rescate de las ofrendas al SEÑOR
El SEÑOR le ordenó a Moisés
Lev 27:2 que les dijera a los israelitas: «Cuando alguien quiera hacerle al SEÑOR un voto especial equivalente al valor de una persona,
Lev 27:3 se aplicará el siguiente cálculo: »Por los varones de veinte a sesenta años de edad se pagarán cincuenta monedas[a] de plata, según la tasación oficial[b] del santuario.
Lev 27:4 »Por las mujeres se pagarán treinta monedas de plata.
Lev 27:5 »Por los varones de cinco a veinte años de edad se pagarán veinte monedas, y diez monedas por las mujeres de la misma edad.
Lev 27:6 »Por los niños de un mes a cinco años se pagarán cinco monedas, y tres monedas por las niñas de la misma edad.
Lev 27:7 »Por los varones mayores de sesenta años se pagarán quince monedas, y diez monedas por las mujeres de la misma edad.
Lev 27:8 »Si quien hace el voto es tan pobre que ni el precio estipulado puede pagar, se le hará comparecer ante el sacerdote, el cual fijará el valor a pagar, según los recursos de quien haga el voto.
Lev 27:9 »Si lo que se presenta como ofrenda al SEÑOR es un animal, éste quedará consagrado por haber sido ofrecido al SEÑOR.
Lev 27:10 No podrá cambiarse ni sustituirse un animal bueno por uno malo, ni un animal malo por uno bueno. Si se cambia un animal por otro, ambos quedarán consagrados.
Lev 27:11 »Si lo que se presenta como ofrenda al SEÑOR es un animal impuro, se llevará el animal ante el sacerdote,
Lev 27:12 quien determinará el valor del animal. El cálculo aplicado por el sacerdote deberá aceptarse, cualquiera que éste sea.
Lev 27:13 Si el dueño quiere rescatar el animal, deberá añadir una quinta parte al valor que haya fijado el sacerdote.
Lev 27:14 »Si alguno consagra su casa al SEÑOR, el sacerdote determinará su valor. El cálculo aplicado por el sacerdote deberá aceptarse, cualquiera que éste sea.
Lev 27:15 Si el que consagró su casa quiere rescatarla, deberá añadir una quinta parte al valor que haya fijado el sacerdote, y la casa volverá a ser suya.
Lev 27:16 »Si alguno consagra al SEÑOR parte del campo de su heredad familiar, su precio se determinará según la cantidad de semilla que se requiera para sembrarlo, a razón de cincuenta monedas de plata por cada doscientos veinte litros[c] de semilla de cebada.
Lev 27:17 Si consagra su campo a partir del año del jubileo, dicho precio se mantendrá;
Lev 27:18 pero si lo consagra después del jubileo, el sacerdote hará el cálculo según el número de años que falten para el próximo jubileo, con el descuento correspondiente.
Lev 27:19 »Si el que consagra su campo realmente quiere rescatarlo, deberá añadir una quinta parte al valor que haya fijado el sacerdote, y el campo volverá a ser suyo.
Lev 27:20 Pero si no lo rescata, o se lo vende a otro, ya no podrá rescatarlo.
Lev 27:21 Cuando en el jubileo el campo quede libre, será consagrado como campo reservado para el SEÑOR, y pasará a ser propiedad del sacerdote.
Lev 27:22 »Si alguno compra un campo que no sea parte de su heredad familiar, y lo consagra al SEÑOR,
Lev 27:23 el sacerdote determinará su precio según el tiempo que falte para el año del jubileo. Ese mismo día, el que consagra el campo pagará el monto de su valor. Es algo consagrado al SEÑOR.
Lev 27:24 En el año del jubileo, el campo volverá a ser parte de la heredad familiar de su dueño anterior.
Lev 27:25 »Todo precio se fijará según la tasación oficial del santuario, que es de diez gramos[d] por moneda.
Lev 27:26 »Sin embargo, nadie podrá consagrar la primera cría de su ganado, sea de res o de oveja, pues por derecho las primeras crías le pertenecen al SEÑOR.
Lev 27:27 Si se trata de animales impuros, se podrán rescatar pagando el valor fijado por el sacerdote, más una quinta parte. Si no se rescata, se venderá en el precio que el sacerdote haya fijado.
Lev 27:28 »Nadie podrá vender ni rescatar sus bienes, sean hombres, animales o campos, si los ha consagrado como propiedad exclusiva del SEÑOR. Todo cuanto se consagra como propiedad exclusiva del SEÑOR, es cosa santísima.
Lev 27:29 Ninguna persona así consagrada podrá ser rescatada, sino que será condenada a muerte.
Lev 27:30 »El diezmo de todo producto del campo, ya sea grano de los sembrados o fruto de los árboles, pertenece al SEÑOR, pues le está consagrado.
Lev 27:31 Si alguien desea rescatar algo de su diezmo, deberá añadir a su valor una quinta parte.
Lev 27:32 En cuanto al diezmo del ganado mayor y menor, uno de cada diez animales contados[e] será consagrado al SEÑOR.
Lev 27:33 El pastor no hará distinción entre animales buenos y malos, ni hará sustitución alguna. En caso de cambiar un animal por otro, los dos quedarán consagrados y no se les podrá rescatar.»
Lev 27:34 Éstos son los mandamientos que el SEÑOR le dio a Moisés para los israelitas, en el monte Sinaí.
Salmo 39
¿Cuánta es la medida de mis días?
Sal 39:1
Al director musical. Para Jedutún. Salmo de David.
Me dije a mí mismo: «Mientras esté ante gente malvada vigilaré mi conducta, me abstendré de pecar con la lengua, me pondré una mordaza en la boca.»
Sal 39:2 Así que guardé silencio, me mantuve callado. ¡Ni aun lo bueno salía de mi boca! Pero mi angustia iba en aumento;
Sal 39:3 ¡el corazón me ardía en el pecho! Al meditar en esto, el fuego se inflamó y tuve que decir:
Sal 39:4 «Hazme saber, SEÑOR, el límite de mis días, y el tiempo que me queda por vivir; hazme saber lo efímero que soy
Sal 39:5 Muy breve es la vida que me has dado; ante ti, mis años no son nada. Un soplo nada más es el mortal, Selah
Sal 39:6 un suspiro que se pierde entre las sombras. Ilusorias son las riquezas que amontona,[a] pues no sabe quién se quedará con ellas.
Sal 39:7 »Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? ¡Mi esperanza he puesto en ti!
Sal 39:8 Líbrame de todas mis transgresiones. Que los necios no se burlen de mí.
Sal 39:9 »He guardado silencio; no he abierto la boca, pues tú eres quien actúa
Sal 39:10 Ya no me castigues, que los golpes de tu mano me aniquilan
Sal 39:11 Tú reprendes a los mortales, los castigas por su iniquidad; como polilla, acabas con sus placeres. ¡Un soplo nada más es el mortal! Selah
Sal 39:12 »SEÑOR, escucha mi oración, atiende a mi clamor; no cierres tus oídos a mi llanto. Ante ti soy un extraño, un peregrino, como todos mis antepasados
Sal 39:13 No me mires con enojo, y volveré a alegrarme antes que me muera y deje de existir.»