Día 176

10 Los Profetas del Exilio

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Jeremias 30

Restauración de Israel y Judá

Jer 30:1

Restauración de Israel

La palabra del SEÑOR vino a Jeremías:

Jer 30:2 «Así dice el SEÑOR, el Dios de Israel: “Escribe en un libro todas las palabras que te he dicho.

Jer 30:3 Porque vienen días —afirma el SEÑOR—cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá, [a] y los traeré a la tierra que di a sus antepasados, y la poseerán” », afirma el SEÑOR.

Jer 30:4 Esto fue lo que el SEÑOR le dijo a Jeremías acerca de Israel y Judá:

Jer 30:5 «Así dice el SEÑOR: »“Hemos escuchado un grito de espanto; no hay paz, sino terror.

Jer 30:6 Pregunten y vean si acaso los varones dan a luz. ¿Por qué, pues, veo a todos los hombres con las manos sobre las caderas, como mujeres con dolores de parto? ¿Por qué han palidecido todos los rostros?

Jer 30:7 ¡Ay! Será un día terrible, un día que no tiene parangón. Será un tiempo de angustia para Jacob, pero será librado de ella.

Jer 30:8 » ” En aquel día —afirma el SEÑOR Todopoderoso—, quebraré el yugo que mi pueblo lleva sobre el cuello, romperé sus ataduras, y ya no serán esclavos de extranjeros.

Jer 30:9 Servirán al SEÑOR, su Dios, y a David, a quien pondré como su rey.

Jer 30:10 » ” No temas, Jacob, siervo mío; no te asustes, Israel —afirma el SEÑOR—. A ti, Jacob, te libraré de ese país lejano; a tus descendientes los libraré del exilio. Volverás a vivir en paz y tranquilidad, y ya nadie te infundirá temor.

Jer 30:11 Porque yo estoy contigo para salvarte —afirma el SEÑOR—. Destruiré por completo a todas las naciones entre las que te había dispersado. Pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con justicia; ¡de ninguna manera quedarás impune!”

Jer 30:12 »Así dice el SEÑOR: »“Tu herida es incurable, tu llaga no tiene remedio.

Jer 30:13 No hay quien defienda tu causa; no hay remedio para tu mal ni sanidad para tu enfermedad.

Jer 30:14 Todos tus amantes te han olvidado; ya no se ocupan de ti. Por causa de tu enorme iniquidad, y por tus muchos pecados, te he golpeado, te he corregido, como lo haría un adversario cruel.

Jer 30:15 ¿Por qué te quejas de tus heridas, si tu dolor es incurable? Por causa de tu enorme iniquidad y por tus muchos pecados, yo te he tratado así.

Jer 30:16 » ” Todos los que te devoren serán devorados; todos tus enemigos serán deportados. Todos los que te saqueen serán saqueados; todos los que te despojen serán despojados.

Jer 30:17 Pero yo te restauraré y sanaré tus heridas —afirma el SEÑOR—porque te han llamado la Desechada, la pobre Sión, la que a nadie le importa.”

Jer 30:18 »Así dice el SEÑOR: »“Restauraré las fortunas de las carpas de Jacob, y tendré compasión de sus moradas; la ciudad resurgirá sobre sus ruinas, y el palacio se asentará en el lugar debido.

Jer 30:19 Surgirán de ellos cánticos de gratitud, y gritos de alegría. Multiplicaré su descendencia, y no disminuirá; los honraré, y no serán menospreciados.

Jer 30:20 Sus hijos volverán a ser como antes; ante mí será restablecida su comunidad, pero castigaré a todos sus opresores.

Jer 30:21 De entre ellos surgirá su líder; uno de ellos será su gobernante. Lo acercaré hacia mí, y él estará a mi lado, pues ¿quién arriesgaría su vida por acercarse a mí? —afirma el SEÑOR—.

Jer 30:22 Ustedes serán mi pueblo, y yo seré su Dios.” »

Jer 30:23 La tempestad del SEÑOR ha estallado con furor; una tempestad huracanada se ha desatado sobre los malvados.

Jer 30:24 La ardiente ira del SEÑOR no pasará hasta que haya realizado del todo los propósitos de su corazón. Todo esto lo comprenderán ustedes al final de los tiempos.

Jeremias 31

El Señor tornará el duelo en regocijo

Jer 31:1 «En aquel tiempo —afirma el SEÑOR—seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo.»

Jer 31:2 Así dice el SEÑOR: «El pueblo que escapó de la espada ha hallado gracia en el desierto; Israel va en busca de su reposo.»

Jer 31:3 Hace mucho tiempo[a] se me apareció el SEÑOR y me dijo: «Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad,

Jer 31:4 oh virginal Israel. Te edificaré de nuevo; ¡sí, serás reedificada! De nuevo tomarás panderetas y saldrás a bailar con alegría.

Jer 31:5 Volverás a plantar viñedos en las colinas de Samaria, y quienes los planten gozarán de sus frutos

Jer 31:6 Vendrá un día en que los centinelas gritarán por las colinas de Efraín: “¡Vengan, subamos a Sión, al monte del SEÑOR, nuestro Dios!” »

Jer 31:7 Así dice el SEÑOR: «Canten jubilosos en honor de Jacob; griten de alegría por la mejor de las naciones. Hagan oír sus alabanzas y clamen: “¡Salva, SEÑOR, a tu pueblo; salva al remanente de Israel!”

Jer 31:8 Yo los traeré del país del norte; los reuniré de los confines de la tierra. ¡Volverá una gran multitud! Entre ellos vendrán ciegos y cojos, embarazadas y parturientas.

Jer 31:9 Entre llantos vendrán, y entre consuelos los conduciré. Los guiaré a corrientes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Yo soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín.

Jer 31:10 »Naciones, escuchen la palabra del SEÑOR, y anuncien en las costas más lejanas: “El que dispersó a Israel, lo reunirá; lo cuidará como un pastor a su rebaño.”

Jer 31:11 Porque el SEÑOR rescató a Jacob; lo redimió de una mano más poderosa.

Jer 31:12 Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas de Sión; disfrutarán de las bondades del SEÑOR: el trigo, el vino nuevo y el aceite, las crías de las ovejas y las vacas. Serán como un jardín bien regado, y no volverán a desmayar.

Jer 31:13 Entonces las jóvenes danzarán con alegría, y los jóvenes junto con los ancianos. Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré; transformaré su dolor en alegría.

Jer 31:14 Colmaré de abundancia a los sacerdotes, y saciaré con mis bienes a mi pueblo», afirma el SEÑOR.

Jer 31:15 Así dice el SEÑOR: «Se oye un grito en Ramá, lamentos y amargo llanto. Es Raquel, que llora por sus hijos y no quiere ser consolada; ¡sus hijos ya no existen!»

Jer 31:16 Así dice el SEÑOR: «Reprime tu llanto, las lágrimas de tus ojos, pues tus obras tendrán su recompensa: tus hijos volverán del país enemigo —afirma el SEÑOR—.

Jer 31:17 Se vislumbra esperanza en tu futuro: tus hijos volverán a su patria —afirma el SEÑOR—.

Jer 31:18 »Por cierto, he escuchado el lamento de Efraín: “Me has escarmentado como a un ternero sin domar, y he aceptado tu corrección. Hazme volver, y seré restaurado; porque tú, mi Dios, eres el SEÑOR.

Jer 31:19 Yo me aparté, pero me arrepentí; al comprenderlo me di golpes de pecho.[b] Me siento avergonzado y humillado porque cargo con el oprobio de mi juventud.”

Jer 31:20 »¿Acaso no es Efraín mi hijo amado? ¿Acaso no es mi niño preferido? Cada vez que lo reprendo, vuelvo a acordarme de él. Por él mi corazón se conmueve; por él siento mucha compasión —afirma el SEÑOR—.

Jer 31:21 »Ponte señales en el camino, coloca marcas por donde pasaste, fíjate bien en el sendero. ¡Vuelve, virginal Israel; vuelve a tus ciudades!

Jer 31:22 ¿Hasta cuándo andarás errante, hija infiel? El SEÑOR creará algo nuevo en la tierra, la mujer regresará a su esposo.»[c]

Jer 31:23 Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: «Cuando yo cambie su suerte, en la tierra de Judá y en sus ciudades volverá a decirse: »“Monte santo, morada de justicia: ¡que el SEÑOR te bendiga!”

Jer 31:24 Allí habitarán juntos Judá y todas sus ciudades, los agricultores y los pastores de rebaños.

Jer 31:25 Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados.»

Jer 31:26 En ese momento me desperté, y abrí los ojos. Había tenido un sueño agradable.

Jer 31:27 «Vienen días —afirma el SEÑOR—en que con la simiente de hombres y de animales sembraré el pueblo de Israel y la tribu de Judá.

Jer 31:28 Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de vigilarlos para construir y plantar —afirma el SEÑOR—.

Jer 31:29 En aquellos días no volverá a decirse: »“Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes.”

Jer 31:30 Al contrario, al que coma uvas agrias se le destemplarán los dientes, es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad.

El nuevo pacto

Jer 31:31 »Vienen días —afirma el SEÑOR—en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá.

Jer 31:32 No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo —afirma el SEÑOR—.

Jer 31:33 »Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el SEÑOR—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Jer 31:34 Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al SEÑOR!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el SEÑOR—. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados.»

Jer 31:35 Así dice el SEÑOR, cuyo nombre es el SEÑOR Todopoderoso, quien estableció el sol para alumbrar el día, y la luna y las estrellas para alumbrar la noche, y agita el mar para que rujan sus olas:

Jer 31:36 «Si alguna vez fallaran estas leyes —afirma el SEÑOR—, entonces la descendencia de Israel ya nunca más sería mi nación especial.»

Jer 31:37 Así dice el SEÑOR: «Si se pudieran medir los cielos en lo alto, y en lo bajo explorar los cimientos de la tierra, entonces yo rechazaría a la descendencia de Israel por todo lo que ha hecho —afirma el SEÑOR—.

Jer 31:38 »Vienen días —afirma el SEÑOR—, en que la ciudad del SEÑOR será reconstruida, desde la torre de Jananel hasta la puerta de la Esquina.

Jer 31:39 El cordel para medir se extenderá en línea recta, desde allí hasta la colina de Gareb, y luego girará hacia Goa.

Jer 31:40 Y todo el valle donde se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la puerta de los Caballos, en la esquina oriental, estarán consagrados al SEÑOR. ¡Nunca más la ciudad será arrancada ni derribada!»

Jeremias 32

Jeremías compra un campo durante el asedio

Jer 32:1

Parábola del terreno

Ésta es la palabra del SEÑOR, que vino a Jeremías en el año décimo del reinado de Sedequías en Judá, es decir, en el año dieciocho de Nabucodonosor.

Jer 32:2 En aquel tiempo el ejército del rey de Babilonia mantuvo sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estuvo preso en el patio de la guardia del palacio real.

Jer 32:3 Sedequías, el rey de Judá, lo tenía preso y le reprochaba: «¿Por qué andas profetizando: “Así dice el SEÑOR” ? Andas proclamando que el SEÑOR dice: “Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y él la tomará;

Jer 32:4 y Sedequías, rey de Judá, no escapará de la mano de los babilonios, sino que será entregado en manos del rey de Babilonia y tendrá que enfrentarse con él cara a cara.”

Jer 32:5 Además, dices que el SEÑOR afirma: “Nabucodonosor se llevará a Sedequías a Babilonia, y allí se quedará hasta que yo vuelva a ocuparme de él”, y también: “Si ustedes combaten contra los babilonios, no vencerán.” »

Jer 32:6 Jeremías respondió: «La palabra del SEÑOR vino a mí,

Jer 32:7 y me dijo: “Janamel, hijo de tu tío Salún, vendrá a pedirte que le compres el campo que está en Anatot, pues tienes el derecho y la responsabilidad de comprarlo por ser el pariente más cercano.”[a]

Jer 32:8 »En efecto, conforme a la palabra del SEÑOR, mi primo Janamel vino a verme en el patio de la guardia y me dijo: “Compra ahora mi campo que está en Anatot, en el territorio de Benjamín, ya que tú tienes el derecho y la responsabilidad de comprarlo por ser el pariente más cercano.” Entonces comprendí que esto era palabra del SEÑOR,

Jer 32:9 y le compré a mi primo Janamel el campo de Anatot por diecisiete monedas[b] de plata.

Jer 32:10 Reuní a los testigos, firmé la escritura, la sellé, y pagué el precio convenido.

Jer 32:11 Luego tomé la copia sellada y la copia abierta de la escritura con las condiciones de compra,

Jer 32:12 y se las entregué a Baruc, hijo de Nerías y nieto de Maseías, en presencia de Janamel, de los testigos que habían firmado la escritura, y de todos los judíos que estaban sentados en el patio de la guardia.

Jer 32:13 Con ellos como testigos, le ordené a Baruc:

Jer 32:14 “Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: ‘Toma la copia sellada y la copia abierta de esta escritura, y guárdalas en una vasija de barro, para que se conserven mucho tiempo.’

Jer 32:15 Porque así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: ‘De nuevo volverán a comprarse casas, campos y viñedos en esta tierra.’”

Jeremías ora por entendimiento

Jer 32:16 »Después de entregarle la escritura a Baruc hijo de Nerías, oré al SEÑOR:

Jer 32:17 »¡Ah, SEÑOR mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.

Jer 32:18 Muestras tu fiel amor a multitud de generaciones, pero también castigas a los hijos por la iniquidad de sus antepasados. ¡Oh Dios grande y fuerte, tu nombre es el SEÑOR Todopoderoso!

Jer 32:19 Tus proyectos son grandiosos, y magníficas tus obras. Tus ojos observan todo lo que hace la humanidad, para dar a cada uno lo que merece, según su conducta y los frutos de sus acciones.

Jer 32:20 Tú hiciste milagros y prodigios en la tierra de Egipto, y hasta el día de hoy los sigues haciendo, tanto en Israel como en todo el mundo; así te has conquistado la fama que hoy tienes.

Jer 32:21 Tú, con gran despliegue de poder, y con milagros, prodigios y gran terror, sacaste de Egipto a tu pueblo.

Jer 32:22 Le diste a Israel esta tierra, donde abundan la leche y la miel, tal como se lo habías jurado a sus antepasados.

Jer 32:23 Pero cuando entraron y tomaron posesión de ella, no te obedecieron ni acataron tu ley, ni tampoco hicieron lo que les habías ordenado. Por eso les enviaste toda esta desgracia.

Jer 32:24 Ahora las rampas de ataque han llegado hasta la ciudad para conquistarla. A causa de la espada, el hambre y la pestilencia, la ciudad caerá en manos de los babilonios que la atacan. SEÑOR, todo lo que habías anunciado se está cumpliendo, y tú mismo lo estás viendo.

Jer 32:25 SEÑOR mi Dios, a pesar de que la ciudad caerá en manos de los babilonios, tú me has dicho: “Cómprate el campo al contado en presencia de testigos.” »

Jer 32:26 Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías:

Jer 32:27 «Yo soy el SEÑOR, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?

Jer 32:28 Por eso, así dice el SEÑOR: Voy a entregar esta ciudad en manos de los babilonios y de Nabucodonosor, su rey, y él la capturará.

Jer 32:29 Y los babilonios que ataquen esta ciudad, entrarán en ella y le prenderán fuego, así como a las casas en cuyas azoteas se quemaba incienso a Baal y, para provocarme a ira, se derramaban libaciones a otros dioses.

Jer 32:30 Porque desde su juventud el pueblo de Israel y el de Judá no han hecho sino lo malo delante de mí. El pueblo de Israel no ha dejado de provocarme a ira con la obra de sus manos —afirma el SEÑOR—.

Jer 32:31 Desde el día en que construyeron esta ciudad hasta hoy, ella ha sido para mí motivo de ira y de furor. Por eso la quitaré de mi presencia,

Jer 32:32 por todo el mal que han cometido los pueblos de Israel y de Judá: ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas, todos los habitantes de Judá y de Jerusalén.

Jer 32:33 Ellos no me miraron de frente, sino que me dieron la espalda. Y aunque una y otra vez les enseñaba, no escuchaban ni aceptaban corrección.

Jer 32:34 Colocaban sus ídolos abominables en la casa que lleva mi nombre, y así la profanaban.

Jer 32:35 También construían altares a Baal en el valle de Ben Hinón, para pasar por el fuego a sus hijos e hijas en sacrificio a Moloc, cosa detestable que yo no les había ordenado, y que ni siquiera se me había ocurrido. De este modo hacían pecar a Judá.

Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios

Jer 32:36 »Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de esta ciudad que, según ustedes, caerá en manos del rey de Babilonia por la espada, el hambre y la pestilencia:

Jer 32:37 Voy a reunirlos de todos los países adonde en mi ira, furor y terrible enojo los dispersé, y los haré volver a este lugar para que vivan seguros.

Jer 32:38 Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

Jer 32:39 Haré que haya coherencia entre su pensamiento y su conducta, a fin de que siempre me teman, para su propio bien y el de sus hijos.

Jer 32:40 Haré con ellos un pacto eterno: Nunca dejaré de estar con ellos para mostrarles mi favor; pondré mi temor en sus corazones, y así no se apartarán de mí.

Jer 32:41 Me regocijaré en favorecerlos, y con todo mi corazón y con toda mi alma los plantaré firmemente en esta tierra.

Jer 32:42 »Así dice el SEÑOR: Tal como traje esta gran calamidad sobre este pueblo, yo mismo voy a traer sobre ellos todo el bien que les he prometido.

Jer 32:43 Se comprarán campos en esta tierra, de la cual ustedes dicen: “Es una tierra desolada, sin gente ni animales, porque fue entregada en manos de los babilonios.”

Jer 32:44 En la tierra de Benjamín y en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de Judá, de la región montañosa, de la llanura, y del Néguev, se comprarán campos por dinero, se firmarán escrituras, y se sellarán ante testigos —afirma el SEÑOR—, porque yo cambiaré su suerte.»

Salmo 21

El rey se alegra en el poder del Señor

Sal 21:1

Al director musical. Salmo de David.

En tu fuerza, SEÑOR, se regocija el rey; ¡cuánto se alegra en tus victorias!

Sal 21:2 Le has concedido lo que su corazón desea; no le has negado lo que sus labios piden. Selah

Sal 21:3 Has salido a su encuentro con ricas bendiciones; lo has coronado con diadema de oro fino

Sal 21:4 Te pidió vida, se la concediste: una vida larga y duradera

Sal 21:5 Por tus victorias se acrecentó su gloria; lo revestiste de honor y majestad

Sal 21:6 Has hecho de él manantial de bendiciones; tu presencia lo ha llenado de alegría.

Sal 21:7 El rey confía en el SEÑOR, en el gran amor del Altísimo; por eso jamás caerá.

Sal 21:8 Tu mano alcanzará a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen

Sal 21:9 Cuando tú, SEÑOR, te manifiestes, los convertirás en un horno encendido. En su ira los devorará el SEÑOR; ¡un fuego los consumirá!

Sal 21:10 Borrarás de la tierra a su simiente; de entre los mortales, a su posteridad

Sal 21:11 Aunque tramen hacerte daño y maquinen perversidades, ¡no se saldrán con la suya!

Sal 21:12 Porque tú los harás retroceder cuando tenses tu arco contra ellos.

Sal 21:13 Enaltécete, SEÑOR, con tu poder, y con salmos celebraremos tus proezas.