Día 227

13 La Historia Hasta Ahora

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El Templo

En este video, exploramos cómo el templo de Israel en la Biblia se describe como el lugar donde el espacio de Dios y el espacio de la humanidad son uno. De hecho, todo el drama bíblico se puede contar como una historia sobre el templo de Dios. En las primeras páginas del Génesis, Dios crea un templo cósmico, y en la persona de Jesús, Dios establece su residencia personal en su mundo-templo. Al final de la historia bíblica, toda la creación se ha convertido en el templo sagrado de Dios.

2 de Cronicas 5

2Cr 5:1 Una vez terminada toda la obra que había mandado hacer para el templo del SEÑOR, Salomón hizo traer el oro, la plata y todos los utensilios que su padre David había consagrado, y los depositó en el tesoro del templo de Dios.

El arca introducida en el templo

2Cr 5:2

El arca del pacto

5:2-6:11—1R 8:1-21

Entonces Salomón mandó que los ancianos de Israel, y todos los jefes de las tribus y los patriarcas de las familias israelitas, se congregaran en Jerusalén para trasladar el arca del pacto del SEÑOR desde Sión, la Ciudad de David.

2Cr 5:3 Así que durante la fiesta del mes séptimo todos los israelitas se congregaron ante el rey.

2Cr 5:4 Cuando llegaron todos los ancianos de Israel, los levitas alzaron el arca.

2Cr 5:5 Los sacerdotes y los levitas la trasladaron junto con la Tienda de reunión y con todos los utensilios sagrados que había en ella.

2Cr 5:6 El rey Salomón y toda la asamblea de Israel reunida delante del arca sacrificaron ovejas y bueyes en tal cantidad que fue imposible llevar la cuenta.

2Cr 5:7 Luego los sacerdotes llevaron el arca del pacto del SEÑOR a su lugar en el santuario interior del templo, que es el Lugar Santísimo, y la pusieron bajo las alas de los querubines.

2Cr 5:8 Con sus alas extendidas sobre ese lugar, los querubines cubrían el arca y sus travesaños.

2Cr 5:9 Los travesaños eran tan largos que sus extremos se podían ver desde el arca delante del Lugar Santísimo, aunque no desde afuera; y ahí han permanecido hasta hoy.

2Cr 5:10 En el arca sólo estaban las dos tablas que Moisés había colocado en ella en Horeb, donde el SEÑOR hizo un pacto con los israelitas después de que ellos salieron de Egipto.

2Cr 5:11 Los sacerdotes se retiraron del Lugar Santo. Todos los sacerdotes allí presentes, sin distinción de clases, se habían santificado.

2Cr 5:12 Todos los levitas cantores —es decir, Asaf, Hemán, Jedutún, sus hijos y sus parientes—estaban de pie en el lado este del altar, vestidos de lino fino y con címbalos, arpas y liras. Junto a ellos estaban ciento veinte sacerdotes que tocaban la trompeta.

2Cr 5:13 Los trompetistas y los cantores alababan y daban gracias al SEÑOR al son de trompetas, címbalos y otros instrumentos musicales. Y cuando tocaron y cantaron al unísono: «El SEÑOR es bueno; su gran amor perdura para siempre», una nube cubrió el templo del SEÑOR.

2Cr 5:14 Por causa de la nube, los sacerdotes no pudieron celebrar el culto, pues la gloria del SEÑOR había llenado el templo.

2 de Cronicas 6

Salomón bendice al pueblo

2Cr 6:1 Entonces Salomón declaró: «SEÑOR, tú has dicho que habitarías en la oscuridad de una nube,

2Cr 6:2 y yo te he construido un excelso templo, un lugar donde habites para siempre.»

2Cr 6:3 Luego se puso de frente para bendecir a toda la asamblea de Israel que estaba allí de pie,

2Cr 6:4 y dijo: «Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que con su mano ha cumplido ahora lo que con su boca le había prometido a mi padre David cuando le dijo:

2Cr 6:5 “Desde el día en que saqué de la tierra de Egipto a mi pueblo, no elegí a ninguna ciudad de las tribus de Israel para que en ella se me construyera un templo donde yo habitara, ni elegí a nadie para que gobernara a mi pueblo Israel.

2Cr 6:6 Más bien, elegí a Jerusalén para habitar en ella, y a David para que gobernara a mi pueblo Israel.”

2Cr 6:7 »Pues bien, mi padre David tuvo mucho interés en construir un templo en honor del SEÑOR, Dios de Israel,

2Cr 6:8 pero el SEÑOR le dijo: “Me agrada que te hayas interesado en construir un templo en mi honor.

2Cr 6:9 Sin embargo, no serás tú quien me lo construya, sino un hijo de tus entrañas; él será quien construya el templo en mi honor.”

2Cr 6:10 »Ahora el SEÑOR ha cumplido su promesa: Tal como lo prometió, he sucedido a mi padre David en el trono de Israel, y he construido el templo en honor del SEÑOR, Dios de Israel.

2Cr 6:11 Allí he colocado el arca, en la cual está el pacto que el SEÑOR hizo con los israelitas.»

Oración de dedicación de Salomón

2Cr 6:12

Oración de Salomón

6:12-40—1R 8:22-53

6:41-42—Sal 132:8-10

A continuación, Salomón se puso ante el altar del SEÑOR y, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos.

2Cr 6:13 Había mandado construir y colocar en medio del atrio una plataforma de bronce cuadrada, que medía dos metros con veinticinco centímetros por lado, y un metro con treinta y cinco centímetros de alto. Allí, sobre la plataforma, se arrodilló y, extendiendo las manos al cielo,

2Cr 6:14 oró así: «SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo ni en la tierra, pues tú cumples tu pacto de amor con quienes te sirven y te siguen de todo corazón.

2Cr 6:15 Has llevado a cabo lo que le dijiste a tu siervo David, mi padre; y este día has cumplido con tu mano lo que con tu boca prometiste.

2Cr 6:16 »Y ahora, SEÑOR, Dios de Israel, cumple también la promesa que le hiciste a tu siervo, mi padre David, cuando le dijiste: “Si tus hijos observan una buena conducta, viviendo de acuerdo con mi ley como tú lo has hecho, nunca te faltará un descendiente que ocupe el trono de Israel en mi presencia.”

2Cr 6:17 SEÑOR, Dios de Israel, ¡confirma ahora esta promesa que le hiciste a tu siervo David!

2Cr 6:18 »Pero ¿será posible que tú, Dios mío, habites en la tierra con la humanidad? Si los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!

2Cr 6:19 Sin embargo, SEÑOR mi Dios, atiende a la oración y a la súplica de este siervo tuyo. Oye el clamor y la oración que elevo en tu presencia.

2Cr 6:20 ¡Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre este templo, el lugar donde decidiste habitar, para que oigas la oración que tu siervo te eleva aquí!

2Cr 6:21 Oye las súplicas de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Oye desde el cielo, donde habitas; ¡escucha y perdona!

2Cr 6:22 »Si alguien peca contra su prójimo y se le exige venir a este templo para jurar delante de tu altar,

2Cr 6:23 óyelo tú desde el cielo y juzga a tus siervos. Condena al culpable, y haz que reciba su merecido; absuelve al inocente, y vindícalo por su rectitud.

2Cr 6:24 »Si tu pueblo Israel es derrotado por el enemigo por haber pecado contra ti, y luego se vuelve a ti para honrar tu nombre, y ora y te suplica en este templo,

2Cr 6:25 óyelo tú desde el cielo, y perdona su pecado y hazlo regresar a la tierra que les diste a ellos y a sus antepasados.

2Cr 6:26 »Cuando tu pueblo peque contra ti y tú lo aflijas cerrando el cielo para que no llueva, si luego ellos oran en este lugar y honran tu nombre y se arrepienten de su pecado,

2Cr 6:27 óyelos tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel. Guíalos para que sigan el buen camino, y envía la lluvia sobre esta tierra, que es tuya, pues tú se la diste a tu pueblo por herencia.

2Cr 6:28 »Cuando en el país haya hambre, peste, sequía, o plagas de langostas o saltamontes en los sembrados, o cuando el enemigo sitie alguna de nuestras ciudades; en fin, cuando venga cualquier calamidad o enfermedad,

2Cr 6:29 si luego en su dolor cada israelita, consciente de su culpa[a] extiende sus manos hacia este templo, y ora y te suplica,

2Cr 6:30 óyelo tú desde el cielo, donde habitas, y perdónalo. Págale a cada uno según su conducta, la cual tú conoces, puesto que sólo tú escudriñas el corazón humano.

2Cr 6:31 Así todos tendrán temor de ti y andarán en tus caminos mientras vivan en la tierra que les diste a nuestros antepasados.

2Cr 6:32 »Trata de igual manera al extranjero que no pertenece a tu pueblo Israel, pero que atraído por tu gran fama y por tus despliegues de fuerza y poder ha venido de lejanas tierras. Cuando ese extranjero venga y ore en este templo,

2Cr 6:33 óyelo tú desde el cielo, donde habitas, y concédele cualquier petición que te haga. Así todos los pueblos de la tierra conocerán tu nombre y, al igual que tu pueblo Israel, tendrán temor de ti y comprenderán que en este templo que he construido se invoca tu nombre.

2Cr 6:34 »Cuando saques a tu pueblo para combatir a sus enemigos, sea donde sea, si el pueblo ora a ti y dirige la mirada hacia esta ciudad que has escogido, hacia el templo que he construido en tu honor,

2Cr 6:35 oye tú desde el cielo su oración y su súplica, y defiende su causa.

2Cr 6:36 »Ya que no hay ser humano que no peque, si tu pueblo peca contra ti y tú te enojas con ellos y los entregas al enemigo para que se los lleven cautivos a otro país, lejano o cercano,

2Cr 6:37 si en el destierro, en el país de los vencedores, se arrepienten y se vuelven a ti, y oran a ti diciendo: “Somos culpables, hemos pecado, hemos hecho lo malo” ;

2Cr 6:38 y en la tierra de sus captores se vuelven a ti de todo corazón y con toda el alma, y oran y dirigen la mirada hacia la tierra que les diste a sus antepasados, hacia la ciudad que has escogido y hacia el templo que he construido en tu honor,

2Cr 6:39 oye tú sus oraciones y súplicas desde el cielo, donde habitas, y defiende su causa. ¡Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti!

2Cr 6:40 »Ahora, Dios mío, te ruego que tus ojos se mantengan abiertos, y atentos tus oídos a las oraciones que se eleven en este lugar.

2Cr 6:41 »Levántate, SEÑOR y Dios; ven a descansar, tú y tu arca poderosa. SEÑOR y Dios, ¡que tus sacerdotes se revistan de salvación! ¡Que tus fieles se regocijen en tu bondad!

2Cr 6:42 SEÑOR y Dios, no le des la espalda a[b] tu ungido. ¡Recuerda tu fiel amor hacia David, tu siervo!»

2 de Cronicas 7

Fuego del cielo

2Cr 7:1

Dedicación del templo

7:1-10—1R 8:62-66

Cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego del cielo y consumió el holocausto y los sacrificios, y la gloria del SEÑOR llenó el templo.

2Cr 7:2 Tan lleno de su gloria estaba el templo, que los sacerdotes no podían entrar en él.

2Cr 7:3 Al ver los israelitas que el fuego descendía y que la gloria del SEÑOR se posaba sobre el templo, cayeron de rodillas y, postrándose rostro en tierra, alabaron al SEÑOR diciendo: «El SEÑOR es bueno; su gran amor perdura para siempre.»

La dedicación del templo

2Cr 7:4 Entonces el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios en presencia del SEÑOR.

2Cr 7:5 El rey Salomón ofreció veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así fue como el rey y todo el pueblo dedicaron el templo de Dios.

2Cr 7:6 Los sacerdotes estaban de pie en sus puestos. Los levitas tocaban los instrumentos musicales que el rey David había hecho para alabar al SEÑOR, y con los cuales cantaba: «Su gran amor perdura para siempre.» Los sacerdotes tocaban las trompetas frente a los levitas, y todo Israel permanecía de pie.

2Cr 7:7 Salomón también consagró la parte central del atrio, que está frente al templo del SEÑOR, y allí presentó los holocaustos y la grasa de los sacrificios de comunión, ya que en el altar de bronce que hizo Salomón no había espacio para los holocaustos, la grasa y las ofrendas de cereales.

2Cr 7:8 En aquella ocasión Salomón y todo Israel celebraron la fiesta durante siete días. Era una inmensa asamblea que había acudido de todo lugar, desde Lebó Jamat[a] hasta el río de Egipto.

2Cr 7:9 Al octavo día tuvieron una asamblea solemne, porque habían celebrado la consagración del altar durante siete días, y la fiesta durante siete días más.

2Cr 7:10 El día veintitrés del mes séptimo, Salomón envió al pueblo a sus casas, y ellos regresaron contentos y llenos de alegría por el bien que el SEÑOR había hecho en favor de David, de Salomón y de su pueblo Israel.

Si mi pueblo ora

2Cr 7:11

Pacto de Dios con Salomón

7:11-22—1R 9:1-9

Cuando Salomón terminó el templo del SEÑOR y el palacio real, llevando a feliz término todo lo que se había propuesto hacer en ellos,

2Cr 7:12 el SEÑOR se le apareció una noche y le dijo: «He escuchado tu oración, y he escogido este templo para que en él se me ofrezcan sacrificios.

2Cr 7:13 Cuando yo cierre los cielos para que no llueva, o le ordene a la langosta que devore la tierra, o envíe pestes sobre mi pueblo,

2Cr 7:14 si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.

2Cr 7:15 Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar.

2Cr 7:16 Desde ahora y para siempre escojo y consagro este templo para habitar en él. Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí.

2Cr 7:17 »En cuanto a ti, si me sigues como lo hizo tu padre David, y me obedeces en todo lo que yo te ordene y cumples mis decretos y leyes,

2Cr 7:18 yo afirmaré tu trono real, como pacté con tu padre David cuando le dije: “Nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel.”

2Cr 7:19 »Pero si ustedes me abandonan, y desobedecen los decretos y mandamientos que les he dado, y se apartan de mí para servir y adorar a otros dioses,

2Cr 7:20 los desarraigaré de la tierra que les he dado y repudiaré este templo que he consagrado en mi honor. Entonces los convertiré en el hazmerreír de todos los pueblos.

2Cr 7:21 Y aunque ahora este templo es imponente, llegará el día en que todo el que pase frente a él quedará asombrado y preguntará: “¿Por qué el SEÑOR ha tratado así a este país y a este templo?”

2Cr 7:22 Y le responderán: “Porque abandonaron al SEÑOR, Dios de sus antepasados, que los sacó de Egipto, y se echaron en los brazos de otros dioses, a los cuales adoraron y sirvieron. Por eso el SEÑOR ha dejado que les sobrevenga tanto desastre.” »

2 de Cronicas 8

Logros de Salomón

2Cr 8:1

Otras actividades de Salomón

8:1-18—1R 9:10-28

Veinte años tardó el rey Salomón en construir el templo del SEÑOR y su propio palacio.

2Cr 8:2 Después de esto, reconstruyó las ciudades que le había entregado Hiram y las pobló con israelitas.

2Cr 8:3 Luego marchó contra la ciudad de Jamat de Sobá y la conquistó.

2Cr 8:4 Reconstruyó Tadmor, en el desierto, y todos los lugares de almacenamiento que había construido en Jamat.

2Cr 8:5 Reconstruyó como ciudades fortificadas Bet Jorón la de arriba y Bet Jorón la de abajo, y les puso murallas, puertas y cerrojos.

2Cr 8:6 Lo mismo hizo con Balat y con todos los lugares de almacenamiento que tenía, con los cuarteles para sus carros de combate y para su caballería, y con todo cuanto quiso construir en Jerusalén, en el Líbano y en todo el territorio bajo su dominio.

2Cr 8:7 A los descendientes de los pueblos no israelitas (es decir, a los hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, pueblos que quedaron en el país porque los israelitas no pudieron destruirlos),

2Cr 8:8 Salomón los sometió a trabajos forzados, y así continúan hasta el día de hoy.

2Cr 8:9 Pero a los israelitas Salomón no los hizo trabajar como esclavos, sino que le servían como soldados, comandantes, oficiales de carros de combate y jefes de caballería.

2Cr 8:10 El rey Salomón tenía además doscientos cincuenta capataces que supervisaban a los obreros.

2Cr 8:11 A la hija del faraón, Salomón la trasladó de la Ciudad de David al palacio que le había construido, pues dijo: «Mi esposa no debe vivir en el palacio de David, rey de Israel, porque los lugares donde ha estado el arca del SEÑOR son sagrados.»

2Cr 8:12 En el altar del SEÑOR que había construido frente al atrio, Salomón ofrecía holocaustos al SEÑOR

2Cr 8:13 los días correspondientes, según lo ordenado por Moisés: los sábados, las fiestas de luna nueva, y las tres fiestas anuales, es decir, la de los Panes sin levadura, la de las Semanas y la de las Enramadas.

2Cr 8:14 Conforme a lo dispuesto por su padre David, Salomón asignó turnos a los sacerdotes para prestar su servicio. A los levitas los estableció en sus cargos para entonar las alabanzas y para ayudar a los sacerdotes en los ritos diarios. También fijó turnos a los porteros en cada puerta, porque así lo había ordenado David, hombre de Dios.

2Cr 8:15 Y se obedecieron todas las órdenes del rey en cuanto a los sacerdotes y levitas, y aun en lo referente a los tesoros.

2Cr 8:16 Toda la obra de Salomón se llevó a cabo, desde el día en que se echaron los cimientos del templo hasta que se terminó de construirlo. Así el templo del SEÑOR quedó perfectamente terminado.

2Cr 8:17 Luego Salomón se dirigió a Ezión Guéber y a Elat, en la costa de Edom.

2Cr 8:18 Hiram, por medio de sus oficiales, le envió a Salomón barcos y marineros expertos. Éstos y los oficiales de Salomón navegaron a Ofir y volvieron con unos quince mil kilos[a] de oro, que le entregaron al rey Salomón.

Salmo 72

Da tus juicios al rey

Sal 72:1

De Salomón.

Oh Dios, otorga tu justicia al rey, tu rectitud al príncipe heredero.

Sal 72:2 Así juzgará con rectitud a tu pueblo y hará justicia a tus pobres.

Sal 72:3 Brindarán los montes bienestar al pueblo, y fruto de justicia las colinas.

Sal 72:4 El rey hará justicia a los pobres del pueblo y salvará a los necesitados; ¡él aplastará a los opresores!

Sal 72:5 Que viva el rey[a] por mil generaciones, lo mismo que el sol y que la luna.

Sal 72:6 Que sea como la lluvia sobre un campo sembrado, como las lluvias que empapan la tierra.

Sal 72:7 Que en sus días florezca la justicia, y que haya gran prosperidad, hasta que la luna deje de existir.

Sal 72:8 Que domine el rey de mar a mar, desde el río Éufrates hasta los confines de la tierra.

Sal 72:9 Que se postren ante él las tribus del desierto; ¡que muerdan el polvo sus enemigos!

Sal 72:10 Que le paguen tributo los reyes de Tarsis y de las costas remotas; que los reyes de Sabá y de Seba le traigan presentes.

Sal 72:11 Que ante él se inclinen todos los reyes; ¡que le sirvan todas las naciones!

Sal 72:12 Él librará al indigente que pide auxilio, y al pobre que no tiene quien lo ayude.

Sal 72:13 Se compadecerá del desvalido y del necesitado, y a los menesterosos les salvará la vida.

Sal 72:14 Los librará de la opresión y la violencia, porque considera valiosa su vida.

Sal 72:15 ¡Que viva el rey! ¡Que se le entregue el oro de Sabá! Que se ore por él sin cesar; que todos los días se le bendiga.

Sal 72:16 Que abunde el trigo en toda la tierra; que ondeen los trigales en la cumbre de los montes. Que el grano se dé como en el Líbano; que abunden las gavillas[b] como la hierba del campo.

Sal 72:17 Que su nombre perdure para siempre; que su fama permanezca como el sol. Que en su nombre las naciones se bendigan unas a otras; que todas ellas lo proclamen dichoso.

Sal 72:18 Bendito sea Dios el SEÑOR, el Dios de Israel, el único que hace obras portentosas.

Sal 72:19 Bendito sea por siempre su glorioso nombre; ¡que toda la tierra se llene de su gloria! Amén y amén.

Sal 72:20 Aquí terminan las oraciones de David hijo de Isaí.

LIBRO III

Salmos 73-89