Día 308
15 El Pueblo del Reino
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1 Corintios 15
La resurrección de Cristo
1Co 15:1
La resurrección de Cristo
Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes.
1Co 15:2 Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.
1Co 15:3 Porque ante todo[a] les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras,
1Co 15:4 que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras,
1Co 15:5 y que se apareció a Cefas, y luego a los doce.
1Co 15:6 Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto.
1Co 15:7 Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles,
1Co 15:8 y por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
1Co 15:9 Admito que yo soy el más insignificante de los apóstoles y que ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
1Co 15:10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo sino la gracia de Dios que está conmigo.
1Co 15:11 En fin, ya sea que se trate de mí o de ellos, esto es lo que predicamos, y esto es lo que ustedes han creído.
La resurrección de los muertos
1Co 15:12
La resurrección de los muertos
Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección?
1Co 15:13 Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado.
1Co 15:14 Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes.
1Co 15:15 Aún más, resultaríamos falsos testigos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo, lo cual no habría sucedido, si en verdad los muertos no resucitan.
1Co 15:16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado.
1Co 15:17 Y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados.
1Co 15:18 En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo.
1Co 15:19 Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales.
1Co 15:20 Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron.
1Co 15:21 De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos.
1Co 15:22 Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir,
1Co 15:23 pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, cuando él venga, los que le pertenecen.
1Co 15:24 Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder.
1Co 15:25 Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies.
1Co 15:26 El último enemigo que será destruido es la muerte,
1Co 15:27 pues Dios «ha sometido todo a su dominio».[b] Al decir que «todo» ha quedado sometido a su dominio, es claro que no se incluye a Dios mismo, quien todo lo sometió a Cristo.
1Co 15:28 Y cuando todo le sea sometido, entonces el Hijo mismo se someterá a aquel que le sometió todo, para que Dios sea todo en todos.
1Co 15:29 Si no hay resurrección, ¿qué sacan los que se bautizan por los muertos? Si en definitiva los muertos no resucitan, ¿por qué se bautizan por ellos?
1Co 15:30 Y nosotros, ¿por qué nos exponemos al peligro a todas horas?
1Co 15:31 Que cada día muero, hermanos, es tan cierto como el orgullo que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor.
1Co 15:32 ¿Qué he ganado si, sólo por motivos humanos, en Éfeso luché contra las fieras? Si los muertos no resucitan, «comamos y bebamos, que mañana moriremos».[c]
1Co 15:33 No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.»
1Co 15:34 Vuelvan a su sano juicio, como conviene, y dejen de pecar. En efecto, hay algunos de ustedes que no tienen conocimiento de Dios; para vergüenza de ustedes lo digo.
El cuerpo resucitado
1Co 15:35
El cuerpo resucitado
Tal vez alguien pregunte: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vendrán?»
1Co 15:36 ¡Qué tontería! Lo que tú siembras no cobra vida a menos que muera.
1Co 15:37 No plantas el cuerpo que luego ha de nacer sino que siembras una simple semilla de trigo o de otro grano.
1Co 15:38 Pero Dios le da el cuerpo que quiso darle, y a cada clase de semilla le da un cuerpo propio.
1Co 15:39 No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces.
1Co 15:40 Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro.
1Co 15:41 Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.
1Co 15:42 Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción;
1Co 15:43 lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder;
1Co 15:44 se siembra un cuerpo natural,[d] resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual.
1Co 15:45 Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»;[e] el último Adán, en el Espíritu que da vida.
1Co 15:46 No vino primero lo espiritual sino lo natural, y después lo espiritual.
1Co 15:47 El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo.
1Co 15:48 Como es aquel hombre terrenal, así son también los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo.
1Co 15:49 Y así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos[f] también la imagen del celestial.
El misterio y la victoria
1Co 15:50 Les declaro, hermanos, que el cuerpo mortal[g] no puede heredar el reino de Dios, ni lo corruptible puede heredar lo incorruptible.
1Co 15:51 Fíjense bien en el misterio que les voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados,
1Co 15:52 en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados.
1Co 15:53 Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad.
1Co 15:54 Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: «La muerte ha sido devorada por la victoria.»[h]
1Co 15:55 «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?»[i]
1Co 15:56 El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley.
1Co 15:57 ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
1Co 15:58 Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.
1 Corintios 16
La ofrenda para los santos
1Co 16:1
La colecta para el pueblo de Dios
En cuanto a la colecta para los creyentes, sigan las instrucciones que di a las iglesias de Galacia.
1Co 16:2 El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero conforme a sus ingresos, para que no se tengan que hacer colectas cuando yo vaya.
1Co 16:3 Luego, cuando llegue, daré cartas de presentación a los que ustedes hayan aprobado y los enviaré a Jerusalén con los donativos que hayan recogido.
1Co 16:4 Si conviene que yo también vaya, iremos juntos.
Planes de viaje
1Co 16:5
Encargos personales
Después de pasar por Macedonia, pues tengo que atravesar esa región, iré a verlos.
1Co 16:6 Es posible que me quede con ustedes algún tiempo, y tal vez pase allí el invierno, para que me ayuden a seguir el viaje a dondequiera que vaya.
1Co 16:7 Esta vez no quiero verlos sólo de paso; más bien, espero permanecer algún tiempo con ustedes, si el Señor así lo permite.
1Co 16:8 Pero me quedaré en Éfeso hasta Pentecostés,
1Co 16:9 porque se me ha presentado una gran oportunidad para un trabajo eficaz, a pesar de que hay muchos en mi contra.
1Co 16:10 Si llega Timoteo, procuren que se sienta cómodo entre ustedes, porque él trabaja como yo en la obra del Señor.
1Co 16:11 Por tanto, que nadie lo menosprecie. Ayúdenlo a seguir su viaje en paz para que pueda volver a reunirse conmigo, pues estoy esperándolo junto con los hermanos.
Instrucciones finales
1Co 16:12 En cuanto a nuestro hermano Apolos, le rogué encarecidamente que en compañía de otros hermanos les hiciera una visita. No quiso de ninguna manera ir ahora, pero lo hará cuando se le presente la oportunidad.
1Co 16:13 Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes.
1Co 16:14 Hagan todo con amor.
1Co 16:15 Bien saben que los de la familia de Estéfanas fueron los primeros convertidos de Acaya,[a] y que se han dedicado a servir a los creyentes. Les recomiendo, hermanos,
1Co 16:16 que se pongan a disposición de aquéllos y de todo el que colabore en este arduo trabajo.
1Co 16:17 Me alegré cuando llegaron Estéfanas, Fortunato y Acaico, porque ellos han suplido lo que ustedes no podían darme,
1Co 16:18 ya que han tranquilizado mi espíritu y también el de ustedes. Tales personas merecen que se les exprese reconocimiento.
Saludos
1Co 16:19
Saludos finales
Las iglesias de la provincia de Asia les mandan saludos. Aquila y Priscila los saludan cordialmente en el Señor, como también la iglesia que se reúne en la casa de ellos.
1Co 16:20 Todos los hermanos les mandan saludos. Salúdense unos a otros con un beso santo.
1Co 16:21 Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra.
1Co 16:22 Si alguno no ama al Señor, quede bajo maldición. ¡Marana ta![b]
1Co 16:23 Que la gracia del Señor Jesús sea con ustedes.
1Co 16:24 Los amo a todos ustedes en Cristo Jesús. Amén.[c]
Salmo 148
¡Alabad el nombre de Jehová!
Sal 148:1
¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR! Alaben al SEÑOR desde los cielos, alábenlo desde las alturas.
Sal 148:2 Alábenlo, todos sus ángeles, alábenlo, todos sus ejércitos.
Sal 148:3 Alábenlo, sol y luna, alábenlo, estrellas luminosas.
Sal 148:4 Alábenlo ustedes, altísimos cielos, y ustedes, las aguas que están sobre los cielos.
Sal 148:5 Sea alabado el nombre del SEÑOR, porque él dio una orden y todo fue creado.
Sal 148:6 Todo quedó afirmado para siempre; emitió un decreto que no será abolido.
Sal 148:7 Alaben al SEÑOR desde la tierra los monstruos marinos y las profundidades del mar,
Sal 148:8 el relámpago y el granizo, la nieve y la neblina, el viento tempestuoso que cumple su mandato,
Sal 148:9 los montes y las colinas, los árboles frutales y todos los cedros,
Sal 148:10 los animales salvajes y los domésticos, los reptiles y las aves,
Sal 148:11 los reyes de la tierra y todas las naciones, los príncipes y los gobernantes de la tierra,
Sal 148:12 los jóvenes y las jóvenes, los ancianos y los niños.
Sal 148:13 Alaben el nombre del SEÑOR, porque sólo su nombre es excelso; su esplendor está por encima de la tierra y de los cielos.
Sal 148:14 ¡Él ha dado poder a su pueblo![a] ¡A él sea la alabanza de todos sus fieles, de los hijos de Israel, su pueblo cercano! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!