Día 207

11 Regreso del Exilio

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Nehemías 12

Sacerdotes y levitas

Neh 12:1

Sacerdotes y levitas repatriados

Éstos son los sacerdotes y los levitas que regresaron con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa: Seraías, Jeremías, Esdras,

Neh 12:2 Amarías, Maluc, Jatús,

Neh 12:3 Secanías, Rejún, Meremot,

Neh 12:4 Idó, Guinetón, Abías,

Neh 12:5 Mijamín, Madías, Bilgá,

Neh 12:6 Semaías, Joyarib, Jedaías,

Neh 12:7 Salú, Amoc, Jilquías y Jedaías. Éstos eran los jefes de los sacerdotes y de sus parientes en los días de Jesúa.

Neh 12:8 Los levitas eran Jesúa, Binuy, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, quien dirigía las acciones de gracias junto con sus hermanos;

Neh 12:9 Bacbuquías y Uni, sus hermanos, se colocaban frente a ellos en los servicios.

Neh 12:10 Los descendientes de Jesúa eran Joaquim, Eliasib, Joyadá,

Neh 12:11 Johanán y Jadúa.

Neh 12:12 Los jefes de las familias sacerdotales, en la época de Joaquim, eran: de Seraías: Meraías; de Jeremías: Jananías;

Neh 12:13 de Esdras: Mesulán; de Amarías: Johanán;

Neh 12:14 de Melicú: Jonatán; de Sebanías: José;

Neh 12:15 de Jarín: Adná; de Merayot: Jelcay;

Neh 12:16 de Idó: Zacarías; de Guinetón: Mesulán;

Neh 12:17 de Abías: Zicrí; de Minjamín;[a] de Moadías: Piltay;

Neh 12:18 de Bilgá: Samúa; de Semaías: Jonatán;

Neh 12:19 de Joyarib: Matenay; de Jedaías: Uzi;

Neh 12:20 de Salay: Calay; de Amoc: Éber;

Neh 12:21 de Jilquías: Jasabías; de Jedaías: Natanael.

Neh 12:22 Los jefes de familia de los levitas y de los sacerdotes en tiempos de Eliasib, Joyadá, Johanán y Jadúa fueron inscritos durante el reinado de Darío el persa.

Neh 12:23 Los jefes de familia de los levitas hasta los días de Johanán hijo de Eliasib fueron inscritos en el libro de las crónicas.

Neh 12:24 Los jefes de los levitas eran Jasabías, Serebías y Jesúa hijo de Cadmiel. Cuando les llegaba el turno de servicio, sus parientes se colocaban frente a ellos para la alabanza y la acción de gracias, según lo establecido por David, hombre de Dios.

Neh 12:25 Matanías, Bacbuquías, Abdías, Mesulán, Talmón y Acub eran los porteros que montaban la guardia en los almacenes cercanos a las puertas.

Neh 12:26 Todos éstos vivieron en tiempos de Joaquim, hijo de Jesúa y nieto de Josadac, y en tiempos del gobernador Nehemías y del sacerdote y maestro Esdras.

Dedicación del muro

Neh 12:27

Dedicación de la muralla

Cuando llegó el momento de dedicar la muralla, buscaron a los levitas en todos los lugares donde vivían, y los llevaron a Jerusalén para celebrar la dedicación con cánticos de acción de gracias, al son de címbalos, arpas y liras.

Neh 12:28 Entonces se reunieron los cantores de los alrededores de Jerusalén y de las aldeas de Netofa

Neh 12:29 y Bet Guilgal, así como de los campos de Gueba y de Azmávet, ya que los cantores se habían construido aldeas alrededor de Jerusalén.

Neh 12:30 Después de purificarse a sí mismos, los sacerdotes y los levitas purificaron también a la gente, las puertas y la muralla.

Neh 12:31 Luego hice que los jefes de Judá subieran a la muralla, y organicé dos grandes coros. Uno de ellos marchaba sobre la muralla hacia la derecha, rumbo a la puerta del Basurero,

Neh 12:32 seguido de Osaías, la mitad de los jefes de Judá,

Neh 12:33 Azarías, Esdras, Mesulán,

Neh 12:34 Judá, Benjamín, Semaías y Jeremías.

Neh 12:35 A éstos los acompañaban los siguientes sacerdotes, que llevaban trompetas: Zacarías hijo de Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf,

Neh 12:36 y sus parientes Semaías, Azarel, Milalay, Guilalay, May, Natanael, Judá y Jananí, que llevaban los instrumentos musicales de David, hombre de Dios. Al frente de ellos iba Esdras.

Neh 12:37 Al llegar a la puerta de la Fuente, subieron derecho por las gradas de la Ciudad de David, por la cuesta de la muralla, pasando junto al palacio de David, hasta la puerta del Agua, al este de la ciudad.

Neh 12:38 El segundo coro marchaba en dirección opuesta, a lo largo de la torre de los Hornos hasta el muro Ancho. Yo iba detrás, sobre la muralla, junto con la otra mitad de la gente.

Neh 12:39 Pasamos por encima de la puerta de Efraín, la de Jesaná[b] y la de los Pescados; por la torre de Jananel y la de los Cien, y por la puerta de las Ovejas, hasta llegar a la puerta de la Guardia. Allí nos detuvimos.

Neh 12:40 Los dos coros ocuparon sus sitios en el templo de Dios. Lo mismo hicimos yo, la mitad de los oficiales del pueblo,

Neh 12:41 y los sacerdotes Eliaquín, Maseías, Minjamín, Micaías, Elihoenay, Zacarías, Jananías,

Neh 12:42 Maseías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer. En seguida los cantores empezaron a cantar a toda voz, dirigidos por Izraías.

Neh 12:43 Ese día se ofrecieron muchos sacrificios y hubo fiesta, porque Dios los llenó de alegría. Hasta las mujeres y los niños participaron. Era tal el regocijo de Jerusalén que se oía desde lejos.

Servicio en el templo

Neh 12:44

Contribución para los sacerdotes y levitas

Aquel día se nombró a los encargados de los depósitos donde se almacenaban los tesoros, las ofrendas, las primicias y los diezmos, para que depositaran en ellos las contribuciones que provenían de los campos de cada población y que, según la ley, les correspondían a los sacerdotes y a los levitas. La gente de Judá estaba contenta con el servicio que prestaban los sacerdotes y levitas,

Neh 12:45 quienes según lo establecido por David y su hijo Salomón se ocupaban del servicio de su Dios y del servicio de purificación, junto con los cantores y los porteros.

Neh 12:46 Por mucho tiempo, desde los días de David y de Asaf, había directores de coro y cánticos de alabanza y de acción de gracias a Dios.

Neh 12:47 En la época de Zorobabel y de Nehemías, todos los días los israelitas entregaban las porciones correspondientes a los cantores y a los porteros. Así mismo daban las ofrendas sagradas para los demás levitas, y los levitas a su vez les entregaban a los hijos de Aarón lo que a éstos les correspondía.

Nehemías 13

Reformas finales de Nehemías

Neh 13:1

Reforma final de Nehemías

Aquel día se leyó ante el pueblo el libro de Moisés, y allí se encontró escrito que los amonitas y moabitas no debían jamás formar parte del pueblo de Dios,

Neh 13:2 porque no sólo no les habían dado de comer ni de beber a los israelitas sino que habían contratado a Balán para que los maldijera, aunque en realidad nuestro Dios cambió la maldición por bendición.

Neh 13:3 Al escuchar lo que la ley decía, apartaron de Israel a todos los que se habían mezclado con extranjeros.

Neh 13:4 Antes de esto, el sacerdote Eliasib, encargado de los almacenes del templo de nuestro Dios, había emparentado con Tobías

Neh 13:5 y le había acondicionado una habitación grande. Allí se almacenaban las ofrendas, el incienso, los utensilios, los diezmos del trigo, vino y aceite correspondientes a los levitas, cantores y porteros, y las contribuciones para los sacerdotes.

Neh 13:6 Para ese entonces yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, había ido a ver al rey. Después de algún tiempo, con permiso del rey

Neh 13:7 regresé a Jerusalén y me enteré de la infracción cometida por Eliasib al proporcionarle a Tobías una habitación en los atrios del templo de Dios.

Neh 13:8 Esto me disgustó tanto que hice sacar de la habitación todos los cachivaches de Tobías.

Neh 13:9 Luego ordené que purificaran las habitaciones y volvieran a colocar allí los utensilios sagrados del templo de Dios, las ofrendas y el incienso.

Neh 13:10 También me enteré de que a los levitas no les habían entregado sus porciones, y de que los levitas y cantores encargados del servicio habían regresado a sus campos.

Neh 13:11 Así que reprendí a los jefes y les dije: «¿Por qué está tan descuidado el templo de Dios?» Luego los reuní y los restablecí en sus puestos.

Neh 13:12 Todo Judá trajo a los almacenes la décima parte del trigo, del vino y del aceite.

Neh 13:13 Puse a cargo de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y al levita Pedaías; como ayudante de ellos nombré a Janán, hijo de Zacur y nieto de Matanías. Todos ellos eran dignos de confianza, y se encargarían de distribuir las porciones entre sus compañeros.

Neh 13:14 «¡Recuerda esto, Dios mío, y favoréceme; no olvides todo el bien que hice por el templo de mi Dios y de su culto!»

Neh 13:15 Durante aquellos días vi en Judá que en sábado algunos exprimían uvas y otros acarreaban, a lomo de mula, manojos de trigo, vino, uvas, higos y toda clase de cargas que llevaban a Jerusalén. Los reprendí entonces por vender sus víveres en ese día.

Neh 13:16 También los tirios que vivían en Jerusalén traían a la ciudad pescado y otras mercancías, y las vendían a los judíos en sábado.

Neh 13:17 Así que censuré la actitud de los nobles de Judá, y les dije: «¡Ustedes están pecando al profanar el día sábado!

Neh 13:18 Lo mismo hicieron sus antepasados, y por eso nuestro Dios envió toda esta desgracia sobre nosotros y sobre esta ciudad. ¿Acaso quieren que aumente la ira de Dios sobre Israel por profanar el sábado?»

Neh 13:19 Entonces ordené que cerraran las puertas de Jerusalén al caer la tarde, antes de que comenzara el sábado, y que no las abrieran hasta después de ese día. Así mismo, puse a algunos de mis servidores en las puertas para que no dejaran entrar ninguna carga en sábado.

Neh 13:20 Una o dos veces, los comerciantes y los vendedores de toda clase de mercancías pasaron la noche fuera de Jerusalén.

Neh 13:21 Así que les advertí: «¡No se queden junto a la muralla! Si vuelven a hacerlo, ¡los apresaré!» Desde entonces no volvieron a aparecerse más en sábado.

Neh 13:22 Luego ordené a los levitas que se purificaran y que fueran a hacer guardia en las puertas, para que el sábado fuera respetado. «¡Recuerda esto, Dios mío, y conforme a tu gran amor, ten compasión de mí!»

Neh 13:23 En aquellos días también me di cuenta de que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, de Amón y de Moab.

Neh 13:24 La mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod o de otros pueblos, y no sabían hablar la lengua de los judíos.

Neh 13:25 Entonces los reprendí y los maldije; a algunos de ellos los golpeé, y hasta les arranqué los pelos, y los obligué a jurar por Dios. Les dije: «No permitan que sus hijas se casen con los hijos de ellos, ni se casen ustedes ni sus hijos con las hijas de ellos.

Neh 13:26 ¿Acaso no fue ése el pecado de Salomón, rey de Israel? Entre todas las naciones no hubo un solo rey como él: Dios lo amó y lo hizo rey sobre todo Israel. Pero aun a él lo hicieron pecar las mujeres extranjeras.

Neh 13:27 ¿Será que también de ustedes se dirá que cometieron el gran pecado de ofender a nuestro Dios casándose con mujeres extranjeras?»

Neh 13:28 A uno de los hijos de Joyadá, hijo del sumo sacerdote Eliasib, lo eché de mi lado porque era yerno de Sambalat el horonita.

Neh 13:29 «¡Recuerda esto, Dios mío, en perjuicio de los que profanaron el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!»

Neh 13:30 Yo los purifiqué de todo lo extranjero y asigné a los sacerdotes y levitas sus respectivas tareas.

Neh 13:31 También organicé la ofrenda de la leña en las fechas establecidas, y la entrega de las primicias. «¡Acuérdate de mí, Dios mío, y favoréceme!»

Salmo 52

La misericordia de Dios es continua

Sal 52:1

Al director musical. Masquil de David, cuando Doeg el edomita fue a informarle a Saúl: «David ha ido a la casa de Ajimélec.»

¿Por qué te jactas de tu maldad, varón prepotente? ¡El amor de Dios es constante!

Sal 52:2 Tu lengua, como navaja afilada, trama destrucción y practica el engaño.

Sal 52:3 Más que el bien, amas la maldad; más que la verdad, amas la mentira. Selah

Sal 52:4 Lengua embustera, te encanta ofender con tus palabras.

Sal 52:5 Pero Dios te arruinará para siempre; te tomará y te arrojará de tu hogar; ¡te arrancará del mundo de los vivientes! Selah

Sal 52:6 Los justos verán esto, y temerán; entre burlas dirán de él:

Sal 52:7 «¡Aquí tienen al hombre que no buscó refugio en Dios, sino que confió en su gran riqueza y se afirmó en su maldad!»

Sal 52:8 Pero yo soy como un olivo verde que florece en la casa de Dios; yo confío en el gran amor de Dios eternamente y para siempre.

Sal 52:9 En todo tiempo te alabaré por tus obras; en ti pondré mi esperanza en presencia de tus fieles, porque tu nombre es bueno.