Día 188

10 Los Profetas del Exilio

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Pesha - "Transgresión"

"Transgresión" es una de esas palabras de la Biblia que parece clara hasta que tienes que explicársela a alguien. En este video exploraremos el significado fascinante y sofisticado de esta "mala palabra" bíblica. Prepárate para una reflexión aleccionadora sobre la naturaleza humana.

Ezequiel 9

Muerte de los idólatras

Eze 9:1

El castigo de los culpables

Después oí que Dios clamaba con fuerte voz: «¡Acérquense, verdugos de la ciudad, cada uno con su arma destructora en la mano!»

Eze 9:2 Entonces vi que por el camino de la puerta superior que da hacia el norte venían seis hombres, cada uno con un arma mortal en la mano. Con ellos venía un hombre vestido de lino, que llevaba en la cintura un estuche de escriba. Todos ellos entraron y se pararon junto al altar de bronce.

Eze 9:3 La gloria del Dios de Israel, que estaba sobre los querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del templo. Al hombre vestido de lino que llevaba en la cintura un estuche de escriba, el SEÑOR lo llamó

Eze 9:4 y le dijo: «Recorre la ciudad de Jerusalén, y coloca una señal en la frente de quienes giman y hagan lamentación por todos los actos detestables que se cometen en la ciudad.»

Eze 9:5 Pero oí que a los otros les dijo: «Síganlo. Recorran la ciudad y maten sin piedad ni compasión.

Eze 9:6 Maten a viejos y a jóvenes, a muchachas, niños y mujeres; comiencen en el templo, y no dejen a nadie con vida. Pero no toquen a los que tengan la señal.» Y aquellos hombres comenzaron por matar a los viejos que estaban frente al templo.

Eze 9:7 Después les dijo: «Salgan y profanen el templo; llenen de cadáveres los atrios.» Ellos salieron y comenzaron a matar gente en toda la ciudad.

Eze 9:8 Y mientras mataban, yo me quedé solo, caí rostro en tierra y grité: «¡Ay, SEÑOR y Dios! ¿Descargarás tu furor sobre Jerusalén y destruirás a todo el resto de Israel?»

Eze 9:9 El SEÑOR me respondió: «La iniquidad del pueblo de Israel y de Judá es extremadamente grande. El país está lleno de violencia; la ciudad, llena de injusticia. Ellos piensan: “El SEÑOR ha abandonado el país. No hay ningún SEÑOR que vea.”

Eze 9:10 Por eso no les tendré piedad ni compasión, sino que les pediré cuentas de su conducta.»

Eze 9:11 Entonces el hombre vestido de lino que llevaba en la cintura un estuche de escriba me informó: «Ya hice lo que me mandaste hacer.»

Ezequiel 10

La gloria del Señor abandona el templo

Eze 10:1

La gloria del SEÑOR abandona el templo

Después miré, y sobre la bóveda que estaba encima de la cabeza de los querubines vi una especie de piedra de zafiro que tenía la forma de un trono.

Eze 10:2 Y el SEÑOR le dijo al hombre vestido de lino: «Métete entre las ruedas que están debajo de los querubines, toma un puñado de las brasas que están entre los querubines, y espárcelas por toda la ciudad.» Y el hombre se metió allí, mientras yo miraba.

Eze 10:3 En el momento en que el hombre entró, los querubines estaban en la parte sur del templo y una nube llenaba el atrio interior.

Eze 10:4 Entonces la gloria del SEÑOR, que estaba sobre los querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del templo. La nube llenó el templo, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del SEÑOR.

Eze 10:5 El ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior, y era semejante a la voz del Dios Todopoderoso.

Eze 10:6 El SEÑOR le ordenó al hombre vestido de lino: «Toma fuego de en medio de las ruedas que están entre los querubines.» Así que el hombre fue y se paró entre las ruedas.

Eze 10:7 Uno de los querubines extendió la mano, tomó el fuego que estaba entre ellos, y lo puso en las manos del hombre vestido de lino. Aquél lo recibió y se fue.

Eze 10:8 (Debajo de las alas de los querubines se veía algo semejante a la mano de un hombre.)

Eze 10:9 Me fijé, y al lado de los querubines vi cuatro ruedas, una junto a cada uno de ellos. Las ruedas tenían un aspecto brillante como el crisólito.

Eze 10:10 Las cuatro ruedas se asemejaban, y parecía como si una rueda estuviera encajada en la otra.

Eze 10:11 Al avanzar, podían hacerlo en las cuatro direcciones sin necesidad de volverse. Avanzaban en la dirección a que apuntaba la cabeza del querubín, y no tenían que volverse.

Eze 10:12 Todo el cuerpo, la espalda, las manos y las alas de los querubines, al igual que las cuatro ruedas, estaban llenos de ojos.

Eze 10:13 Alcancé a oír que a las ruedas se les llamaba «círculos».

Eze 10:14 Cada uno de los querubines tenía cuatro caras: la primera, de querubín; la segunda, de hombre; la tercera, de león; y la cuarta, de águila.

Eze 10:15 Los querubines, que eran los mismos seres que yo había visto junto al río Quebar, se elevaron.

Eze 10:16 Cuando avanzaban, las ruedas a su costado hacían lo mismo; cuando desplegaban sus alas para levantarse del suelo, las ruedas no se apartaban de ellos;

Eze 10:17 cuando se detenían, las ruedas hacían lo mismo; cuando se levantaban, las ruedas se levantaban también, porque el espíritu de esos seres vivientes estaba en las ruedas.

Eze 10:18 La gloria del SEÑOR se elevó por encima del umbral del templo y se detuvo sobre los querubines.

Eze 10:19 Y mientras yo miraba, los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo, y junto con las ruedas salieron y se detuvieron en la puerta oriental del templo del SEÑOR. La gloria del Dios de Israel estaba por encima de ellos.

Eze 10:20 Eran los mismos seres vivientes que, estando yo junto al río Quebar, había visto debajo del Dios de Israel. Entonces me di cuenta de que eran querubines.

Eze 10:21 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y bajo las alas tenían algo que se parecía a las manos de un hombre.

Eze 10:22 Sus caras eran iguales a las que yo había visto junto al río Quebar. Cada uno de ellos caminaba de frente.

Ezequiel 11

Juicio contra los consejeros perversos

Eze 11:1

Juicio contra los líderes de Israel

Un viento me levantó y me llevó hasta la entrada oriental del templo del SEÑOR. A la entrada vi a veinticinco hombres, entre los cuales estaban Jazanías hijo de Azur y Pelatías hijo de Benaías, que eran jefes del pueblo.

Eze 11:2 Dios me dijo: «Hijo de hombre, éstos son los que están tramando maldades y dando malos consejos en esta ciudad.

Eze 11:3 Dicen: “Todavía no es el momento de reconstruir las casas. La ciudad es la olla y nosotros somos la carne.”

Eze 11:4 Por eso, hijo de hombre, profetiza contra ellos; ¡sí, profetiza!»

Eze 11:5 El Espíritu del SEÑOR vino sobre mí y me ordenó proclamar: «Así dice el SEÑOR: “Ustedes, pueblo de Israel, han dicho esto, y yo conozco sus pensamientos.

Eze 11:6 Han matado a mucha gente en esta ciudad y han llenado las calles de cadáveres.

Eze 11:7 Por eso yo, el SEÑOR omnipotente, les aseguro que los cadáveres que ustedes han arrojado en medio de la ciudad son la carne, y la ciudad es la olla de la que yo los arrojaré.

Eze 11:8 ¿Temen la guerra? Pues bien, yo, el SEÑOR omnipotente, declaro que enviaré guerra contra ustedes.

Eze 11:9 Los echaré de la ciudad, los entregaré en manos de extranjeros y los castigaré con justicia.

Eze 11:10 Morirán a filo de espada; yo los juzgaré en las mismas fronteras de Israel, y así sabrán que yo soy el SEÑOR.

Eze 11:11 La ciudad no les servirá de olla, ni serán ustedes la carne dentro de ella. Yo los juzgaré en la frontera misma de Israel.

Eze 11:12 Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR. No han seguido mis decretos ni han cumplido con mis leyes, sino que han adoptado las costumbres de las naciones que los rodean.” »

Eze 11:13 Mientras yo profetizaba, Pelatías hijo de Benaías cayó muerto. Entonces caí rostro en tierra y clamé a gritos: «¡Ay, SEÑOR mi Dios! ¿Vas a exterminar al resto de Israel?»

Nuevo corazón y espíritu para Israel

Eze 11:14 El SEÑOR me dirigió la palabra:

Eze 11:15 «Hijo de hombre, esto es lo que dicen los habitantes de Jerusalén en cuanto a tus hermanos, tus parientes y todo el pueblo de Israel: “Ellos se han alejado del SEÑOR, y por eso se nos ha dado esta tierra en posesión.”

Eze 11:16 Por tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Aunque los desterré a naciones lejanas y los dispersé por países extraños, por un tiempo les he servido de santuario en las tierras adonde han ido.”

Eze 11:17 »Adviérteles también que así dice el SEÑOR omnipotente: “Yo los reuniré de entre las naciones; los juntaré de los países donde han estado dispersos, y les daré la tierra de Israel.

Eze 11:18 Ellos volverán a su tierra y echarán de allí a los ídolos detestables y pondrán fin a las prácticas repugnantes.

Eze 11:19 Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne,

Eze 11:20 para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

Eze 11:21 Pero a los que van tras esos ídolos detestables y siguen prácticas repugnantes, yo les pediré cuentas de su conducta. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.” »

Eze 11:22

La gloria del Señor abandona Jerusalén

Los querubines desplegaron sus alas. Las ruedas estaban junto a ellos, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima de ellos.

Eze 11:23 La gloria del SEÑOR se elevó de en medio de la ciudad y se detuvo sobre el cerro que está al oriente de Jerusalén.

Eze 11:24 En una visión, un viento me levantó y me trasladó hasta donde estaban los exiliados en Babilonia; y la visión desapareció.

Eze 11:25 Entonces les comuniqué a los exiliados lo que el SEÑOR me había revelado.

Ezequiel 12

Representación del destierro de Judá

Eze 12:1

Símbolo del exilio

El SEÑOR me dirigió la palabra:

Eze 12:2 «Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde. Tienen ojos para ver, pero no ven; tienen oídos para oír, pero no oyen. ¡Son un pueblo rebelde!

Eze 12:3 »Por tanto, hijo de hombre, prepara tu equipaje; prepáralo para el exilio, y a plena luz del día, a la vista de todos, saldrás como quien va exiliado sin destino fijo. Tal vez así entiendan, aunque son un pueblo rebelde.

Eze 12:4 Saca tu equipaje a plena luz del día, a la vista de todos, y al caer la tarde ponte en marcha, a la vista de todos, como quien va al exilio.

Eze 12:5 También en presencia de todos, abre un agujero en el muro y sal por ahí con tu equipaje.

Eze 12:6 Al llegar la noche, mientras todos te estén viendo, ponte en marcha con el equipaje al hombro. Cúbrete la cara para que no puedas ver la tierra, porque de ti he hecho un presagio para el pueblo de Israel.»

Eze 12:7 Hice lo que se me había mandado, y a plena luz del día saqué mi bagaje, como quien va al exilio. Al caer la tarde abrí el agujero con mis propias manos, y al llegar la noche, en presencia de todos, salí con mi equipaje al hombro.

Eze 12:8 Por la mañana el SEÑOR me dirigió la palabra:

Eze 12:9 «Hijo de hombre, con toda seguridad el pueblo rebelde de Israel te preguntará: “¿Qué estás haciendo?”

Eze 12:10 Pero tú explícales: “Así dice el SEÑOR omnipotente: ‘Este mensaje se refiere al pueblo de Israel que vive en Jerusalén, y también a su gobernante.’”

Eze 12:11 Diles: “Yo soy un presagio para ustedes. Lo que hice yo, les va a pasar a ustedes, pues serán llevados cautivos al exilio.”

Eze 12:12 Y su gobernante se echará el equipaje al hombro, y saldrá de noche por un agujero que abrirán en el muro. Se cubrirá la cara para que no pueda ver la tierra.

Eze 12:13 Yo tenderé mi red sobre él, y quedará atrapado en mi trampa. Así lo llevaré a Babilonia, la tierra de los caldeos, pero no podrá verla porque allá morirá.

Eze 12:14 Dispersaré a los cuatro vientos a todos los que lo rodean, tanto a sus ayudantes como a todas sus tropas, y los perseguiré espada en mano.

Eze 12:15 Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR. »Cuando los haya dispersado y esparcido por las naciones,

Eze 12:16 dejaré que unos pocos de ellos se escapen de la guerra, del hambre y de la peste, para que en las naciones por donde vayan den cuenta de sus prácticas repugnantes. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR.»

Eze 12:17 El SEÑOR me dirigió la palabra:

Eze 12:18 «Hijo de hombre, tiembla al comer tu pan, y llénate de espanto y miedo al beber tu agua.

Eze 12:19 Adviértele a la gente del país que así dice el SEÑOR omnipotente acerca de los que habitan en Jerusalén y en la tierra de Israel: “Con mucho miedo comerán su pan, y con gran angustia beberán su agua. Por la violencia de sus habitantes la tierra será despojada de todo lo que hay en ella.

Eze 12:20 Las ciudades habitadas serán arrasadas, y su país quedará en ruinas. Entonces sabrán ustedes que yo soy el SEÑOR.” »

Eze 12:21 El SEÑOR me dirigió la palabra:

Eze 12:22 «Hijo de hombre, ¿qué quiere decir este refrán que se repite en la tierra de Israel: “Se cumple el tiempo, pero no la visión” ?

Eze 12:23 Por lo tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Pondré fin a ese refrán, y ya no volverán a repetirlo en Israel.” Y adviérteles también: “Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones.

Eze 12:24 Pues ya no habrá visiones engañosas ni predicciones que susciten falsas expectativas en el pueblo de Israel.

Eze 12:25 Porque yo, el SEÑOR, hablaré, y lo que diga se cumplirá sin retraso. Pueblo rebelde, mientras ustedes aún tengan vida, yo cumpliré mi palabra. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.” »

Eze 12:26 El SEÑOR me dirigió la palabra:

Eze 12:27 «Hijo de hombre, el pueblo de Israel anda diciendo que tus visiones son para un futuro distante, y que tus profecías son a largo plazo.

Eze 12:28 Por lo tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.” »

Salmo 33

La misericordia del Señor

Sal 33:1

Canten al SEÑOR con alegría, ustedes los justos;

es propio de los íntegros alabar al SEÑOR

Sal 33:2 Alaben al SEÑOR al son del arpa; entonen alabanzas con el decacordio

Sal 33:3 Cántenle una canción nueva; toquen con destreza, y den voces de alegría.

Sal 33:4 La palabra del SEÑOR es justa; fieles son todas sus obras

Sal 33:5 El SEÑOR ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su amor.

Sal 33:6 Por la palabra del SEÑOR fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas

Sal 33:7 Él recoge en un cántaro el agua de los mares, y junta en vasijas los océanos

Sal 33:8 Tema toda la tierra al SEÑOR; hónrenlo todos los pueblos del mundo;

Sal 33:9 porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme

Sal 33:10 El SEÑOR frustra los planes de las naciones; desbarata los designios de los pueblos

Sal 33:11 Pero los planes del SEÑOR quedan firmes para siempre; los designios de su mente son eternos.

Sal 33:12 Dichosa la nación cuyo Dios es el SEÑOR, el pueblo que escogió por su heredad

Sal 33:13 El SEÑOR observa desde el cielo y ve a toda la humanidad;

Sal 33:14 él contempla desde su trono a todos los habitantes de la tierra

Sal 33:15 Él es quien formó el corazón de todos, y quien conoce a fondo todas sus acciones

Sal 33:16 No se salva el rey por sus muchos soldados, ni por su mucha fuerza se libra el valiente

Sal 33:17 Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar

Sal 33:18 Pero el SEÑOR cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor;

Sal 33:19 él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida.

Sal 33:20 Esperamos confiados en el SEÑOR; él es nuestro socorro y nuestro escudo

Sal 33:21 En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre

Sal 33:22 Que tu gran amor, SEÑOR, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti.