Día 294

15 El Pueblo del Reino

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La Gracia

¿Qué significa decir que el Dios de la Biblia es misericordioso? En este video, veremos las palabras hebreas para gracia y entenderemos que es un concepto rico que tiene profundas implicaciones sobre cómo vemos a Dios. Cuando miramos el significado bíblico de la gracia y entendemos a Dios como misericordioso, vemos a un Dios que ama dar regalos generosos a personas que no lo merecen.

Romanos 3

Defensa de la justicia de Dios

Rom 3:1

Fidelidad de Dios

Entonces, ¿qué se gana con ser judío, o qué valor tiene la circuncisión?

Rom 3:2 Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los judíos se les confiaron las palabras mismas de Dios.

Rom 3:3 Pero entonces, si a algunos les faltó la fe, ¿acaso su falta de fe anula la fidelidad de Dios?

Rom 3:4 ¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. Así está escrito: «Por eso, eres justo en tu sentencia, y triunfarás cuando te juzguen.»[a]

Rom 3:5 Pero si nuestra injusticia pone de relieve la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto al descargar sobre nosotros su ira? (Hablo en términos humanos.)

Rom 3:6 ¡De ninguna manera! Si así fuera, ¿cómo podría Dios juzgar al mundo?

Rom 3:7 Alguien podría objetar: «Si mi mentira destaca la verdad de Dios y así aumenta su gloria, ¿por qué todavía se me juzga como pecador?

Rom 3:8 ¿Por qué no decir: Hagamos lo malo para que venga lo bueno?» Así nos calumnian algunos, asegurando que eso es lo que enseñamos. ¡Pero bien merecida se tienen la condenación!

Nadie es justo

Rom 3:9

No hay un solo justo

¿A qué conclusión llegamos? ¿Acaso los judíos somos mejores? ¡De ninguna manera! Ya hemos demostrado que tanto los judíos como los gentiles están bajo el pecado.

Rom 3:10 Así está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera uno;

Rom 3:11 no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios.

Rom 3:12 Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!»[b]

Rom 3:13 «Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños.»[c] «¡Veneno de víbora hay en sus labios!»[d]

Rom 3:14 «Llena está su boca de maldiciones y de amargura.»[e]

Rom 3:15 «Veloces son sus pies para ir a derramar sangre;

Rom 3:16 dejan ruina y miseria en sus caminos,

Rom 3:17 y no conocen la senda de la paz.»[f]

Rom 3:18 «No hay temor de Dios delante de sus ojos.»[g]

Rom 3:19 Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios.

Rom 3:20 Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado.

La justicia de Dios por la fe

Rom 3:21

La justicia mediante la fe

Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas.

Rom 3:22 Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción,

Rom 3:23 pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,

Rom 3:24 pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.[h]

Rom 3:25 Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación[i] que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;

Rom 3:26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.

Rom 3:27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe.

Rom 3:28 Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige.

Rom 3:29 ¿Es acaso Dios sólo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Sí, también es Dios de los gentiles,

Rom 3:30 pues no hay más que un solo Dios. Él justificará por la fe a los que están circuncidados y, mediante esa misma fe, a los que no lo están.

Rom 3:31 ¿Quiere decir que anulamos la ley con la fe? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la ley.

Romanos 4

Abraham justificado por la fe

Rom 4:1

Abraham, justificado por la fe

Entonces, ¿qué diremos en el caso de nuestro antepasado Abraham?[a]

Rom 4:2 En realidad, si Abraham hubiera sido justificado por las obras, habría tenido de qué jactarse, pero no delante de Dios.

Rom 4:3 Pues ¿qué dice la Escritura? «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia.»[b]

Rom 4:4 Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor sino como una deuda.

Rom 4:5 Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia.

Rom 4:6 David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras:

Rom 4:7 «¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados!

Rom 4:8 ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!»[c]

Rom 4:9 ¿Acaso se ha reservado esta dicha sólo para los que están circuncidados? ¿Acaso no es también para los gentiles?[d] Hemos dicho que a Abraham se le tomó en cuenta la fe como justicia.

Rom 4:10 ¿Bajo qué circunstancias sucedió esto? ¿Fue antes o después de ser circuncidado? ¡Antes, y no después!

Rom 4:11 Es más, cuando todavía no estaba circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que se le había tomado en cuenta por la fe. Por tanto, Abraham es padre de todos los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a éstos se les toma en cuenta su fe como justicia.

Rom 4:12 Y también es padre de aquellos que, además de haber sido circuncidados, siguen las huellas de nuestro padre Abraham, quien creyó cuando todavía era incircunciso.

La promesa hecha realidad a través de la fe

Rom 4:13 En efecto, no fue mediante la ley como Abraham y su descendencia recibieron la promesa de que él sería heredero del mundo, sino mediante la fe, la cual se le tomó en cuenta como justicia.

Rom 4:14 Porque si los que viven por la ley fueran los herederos, entonces la fe no tendría ya ningún valor y la promesa no serviría de nada.

Rom 4:15 La ley, en efecto, acarrea castigo. Pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

Rom 4:16 Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no es sólo para los que son de la ley sino para los que son también de la fe de Abraham, quien es el padre que tenemos en común

Rom 4:17 delante de Dios, tal como está escrito: «Te he confirmado como padre de muchas naciones.»[e] Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no son como si ya existieran.

Rom 4:18 Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: «¡Así de numerosa será tu descendencia!»[f]

Rom 4:19 Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara.

Rom 4:20 Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios,

Rom 4:21 plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.

Rom 4:22 Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia.

Rom 4:23 Y esto de que «se le tomó en cuenta» no se escribió sólo para Abraham,

Rom 4:24 sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor.

Rom 4:25 Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación.

Salmo 134

"Mirad, bendecid al Señor"

Sal 134:1

Cántico de los peregrinos.

Bendigan al SEÑOR todos ustedes sus siervos, que de noche permanecen en la casa del SEÑOR.

Sal 134:2 Eleven sus manos hacia el santuario y bendigan al SEÑOR.

Sal 134:3 Que desde Sión los bendiga el SEÑOR, creador del cielo y de la tierra.