Día 313

15 El Pueblo del Reino

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2 Corintios 9

La colecta para los cristianos de Jerusalén

2Co 9:1 No hace falta que les escriba acerca de esta ayuda para los santos,

2Co 9:2 porque conozco la buena disposición que ustedes tienen. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios, diciéndoles que desde el año pasado ustedes los de Acaya estaban preparados para dar. El entusiasmo de ustedes ha servido de estímulo a la mayoría de ellos.

2Co 9:3 Con todo, les envío a estos hermanos para que en este asunto no resulte vano nuestro orgullo por ustedes, sino que estén preparados, como ya he dicho que lo estarían,

2Co 9:4 no sea que algunos macedonios vayan conmigo y los encuentren desprevenidos. En ese caso nosotros —por no decir nada de ustedes—nos avergonzaríamos por haber estado tan seguros.

2Co 9:5 Así que me pareció necesario rogar a estos hermanos que se adelantaran a visitarlos y completaran los preparativos para esa generosa colecta que ustedes habían prometido. Entonces estará lista como una ofrenda generosa,[a] y no como una tacañería.

El dador alegre

2Co 9:6

Sembrar con generosidad

Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.[b]

2Co 9:7 Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.

2Co 9:8 Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.

2Co 9:9 Como está escrito: «Repartió sus bienes entre los pobres; su justicia permanece para siempre.»[c]

2Co 9:10 El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia.

2Co 9:11 Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.

2Co 9:12 Esta ayuda que es un servicio sagrado no sólo suple las necesidades de los santos sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios.

2Co 9:13 En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que ustedes acompañan la confesión del evangelio de Cristo, y por su generosa solidaridad con ellos y con todos.

2Co 9:14 Además, en las oraciones de ellos por ustedes, expresarán el afecto que les tienen por la sobreabundante gracia que ustedes han recibido de Dios.

2Co 9:15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!

2 Corintios 10

Pablo defiende su ministerio

2Co 10:1

Pablo defiende su ministerio

Por la ternura y la bondad de Cristo, yo, Pablo, apelo a ustedes personalmente; yo mismo que, según dicen, soy tímido cuando me encuentro cara a cara con ustedes pero atrevido cuando estoy lejos.

2Co 10:2 Les ruego que cuando vaya no tenga que ser tan atrevido como me he propuesto ser con algunos que opinan que vivimos según criterios meramente humanos,

2Co 10:3 pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo.

2Co 10:4 Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

2Co 10:5 Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.

2Co 10:6 Y estamos dispuestos a castigar cualquier acto de desobediencia una vez que yo pueda contar con la completa obediencia de ustedes.

2Co 10:7 Fíjense en lo que está a la vista.[a] Si alguno está convencido de ser de Cristo, considere esto de nuevo: nosotros somos tan de Cristo como él.

2Co 10:8 No me avergonzaré de jactarme de nuestra autoridad más de la cuenta, autoridad que el Señor nos ha dado para la edificación y no para la destrucción de ustedes.

2Co 10:9 No quiero dar la impresión de que trato de asustarlos con mis cartas,

2Co 10:10 pues algunos dicen: «Sus cartas son duras y fuertes, pero él en persona no impresiona a nadie, y como orador es un fracaso.»

2Co 10:11 Tales personas deben darse cuenta de que lo que somos por escrito estando ausentes, lo seremos con hechos estando presentes.

2Co 10:12 No nos atrevemos a igualarnos ni a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a sí mismos. Al medirse con su propia medida y compararse unos con otros, no saben lo que hacen.

2Co 10:13 Nosotros, por nuestra parte, no vamos a jactarnos más de lo debido. Nos limitaremos al campo que Dios nos ha asignado según su medida, en la cual también ustedes están incluidos.

2Co 10:14 Si no hubiéramos estado antes entre ustedes, se podría alegar que estamos rebasando estos límites, cuando lo cierto es que fuimos los primeros en llevarles el evangelio de Cristo.

2Co 10:15 No nos jactamos desmedidamente a costa del trabajo que otros han hecho. Al contrario, esperamos que, según vaya creciendo la fe de ustedes, también nuestro campo de acción entre ustedes se amplíe grandemente,

2Co 10:16 para poder predicar el evangelio más allá de sus regiones, sin tener que jactarnos del trabajo ya hecho por otros.

2Co 10:17 Más bien, «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor».[b]

2Co 10:18 Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo sino aquel a quien recomienda el Señor.

Salmo 3

"Sálvame, Dios mío"

Sal 3:1

Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.

Muchos son, SEÑOR, mis enemigos; muchos son los que se me oponen,

Sal 3:2 y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará.» Selah

Sal 3:3 Pero tú, SEÑOR, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza!

Sal 3:4 Clamo al SEÑOR a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde. Selah

Sal 3:5 Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el SEÑOR me sostiene.

Sal 3:6 No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier.

Sal 3:7 ¡Levántate, SEÑOR! ¡Ponme a salvo, Dios mío! ¡Rómpeles la quijada a mis enemigos! ¡Rómpeles los dientes a los malvados!

Sal 3:8 Tuya es, SEÑOR, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah