Día 231

13 La Historia Hasta Ahora

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2 de Cronicas 21

Joram rey de Judá

2Cr 21:1

Jorán, rey de Judá

21:5-10, 21—2R 8:16-24

Josafat murió y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David, y su hijo Jorán lo sucedió en el trono.

2Cr 21:2 Sus hermanos eran Azarías, Jehiel, Zacarías, Azarías, Micael y Sefatías. Todos éstos fueron hijos de Josafat, rey de Israel.

2Cr 21:3 Su padre les había regalado plata, oro y objetos de valor en abundancia, y les entregó también ciudades fortificadas en Judá, pero el reino se lo dio a Jorán, porque era el hijo mayor.

2Cr 21:4 Cuando Jorán se afirmó completamente en el trono de su padre, mató a espada a todos sus hermanos y también a algunos jefes de Israel.

2Cr 21:5 Jorán tenía treinta y dos años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén ocho años.

2Cr 21:6 Pero hizo lo que ofende al SEÑOR, pues siguió el mal ejemplo de los reyes de Israel, como lo había hecho la familia de Acab, y llegó incluso a casarse con la hija de Acab.

2Cr 21:7 Pero el SEÑOR no quiso destruir la dinastía de David por consideración al pacto que había hecho con él, pues le había prometido mantener encendida para siempre una lámpara para él y sus descendientes.

2Cr 21:8 En tiempos de Jorán, los edomitas se sublevaron contra Judá y se nombraron su propio rey.

2Cr 21:9 Por lo tanto, Jorán marchó con sus capitanes y todos sus carros de combate. Los edomitas lo cercaron a él y a los capitanes de los carros, pero durante la noche Jorán logró abrirse paso.

2Cr 21:10 Desde entonces Edom ha estado en rebelión contra Judá, al igual que la ciudad de Libná, que en ese mismo tiempo se sublevó. Esto sucedió porque Jorán abandonó al SEÑOR, Dios de sus antepasados.

2Cr 21:11 Además, Jorán construyó santuarios paganos en las colinas de Judá, e indujo a los habitantes de Jerusalén y de Judá a la idolatría.

2Cr 21:12 El profeta Elías le envió una carta con este mensaje: «Así dice el SEÑOR, Dios de tu antepasado David: “Por cuanto no seguiste el buen ejemplo de tu padre Josafat, ni el de Asá, rey de Judá,

2Cr 21:13 sino que seguiste el mal ejemplo de los reyes de Israel, haciendo que los habitantes de Judá y de Jerusalén fueran infieles a Dios,[a] como lo hizo la familia de Acab; y por cuanto asesinaste a tus hermanos, la familia de tu padre, que eran mejores que tú,

2Cr 21:14 el SEÑOR herirá con una plaga terrible a tu pueblo, a tus hijos, a tus mujeres y todas tus posesiones.

2Cr 21:15 Y a ti te enviará una enfermedad en las entrañas, tan grave que día tras día empeorará, hasta que se te salgan los intestinos.” »

2Cr 21:16 El SEÑOR incitó a los filisteos y a los árabes vecinos de los cusitas para que se rebelaran contra Jorán.

2Cr 21:17 Así que marcharon contra Judá y la invadieron, y se llevaron todos los objetos de valor que hallaron en el palacio real, junto con los hijos y las mujeres de Jorán. Ninguno de sus hijos escapó con vida, excepto Joacaz, que era el menor de todos.

2Cr 21:18 Después de esto, el SEÑOR hirió a Jorán con una enfermedad incurable en las entrañas.

2Cr 21:19 Pasaron los días y, al cabo de dos años, murió en medio de una terrible agonía, pues por causa de su enfermedad se le salieron los intestinos. Su pueblo no encendió ninguna hoguera en su honor, como se había hecho en honor de sus antepasados.

2Cr 21:20 Jorán tenía treinta y dos años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén ocho años. Murió sin que nadie guardara luto por él, y fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el panteón de los reyes.

2 de Cronicas 22

Ocozías rey de Judá

2Cr 22:1

Ocozías, rey de Judá

22:1-6—2R 8:25-29

22:7-9—2R 9:21-29

A la muerte de Jorán, los habitantes de Jerusalén proclamaron rey a Ocozías, su hijo menor, pues a sus hijos mayores los habían asesinado las bandas de árabes que habían venido al campamento. Así fue como Ocozías hijo de Jorán ascendió al trono de Judá.

2Cr 22:2 Tenía cuarenta y dos años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén un año. Su madre era Atalía, nieta[a] de Omrí.

2Cr 22:3 También Ocozías siguió el mal ejemplo de la familia de Acab, pues su madre le aconsejaba que hiciera lo malo.

2Cr 22:4 Hizo lo que ofende al SEÑOR, como lo había hecho la familia de Acab. En efecto, una vez muerto su padre, Ocozías tuvo como consejeros a miembros de esa familia, para su perdición.

2Cr 22:5 Por consejo de ellos, Ocozías se juntó con Jorán hijo de Acab, rey de Israel, y marchó hacia Ramot de Galaad para hacerle la guerra a Jazael, rey de Siria, pero en la batalla los sirios hirieron a Jorán.

2Cr 22:6 Por eso tuvo que regresar a Jezrel, para reponerse de las heridas que había recibido en Ramot[b] cuando luchó contra Jazael, rey de Siria. Como Jorán hijo de Acab convalecía en Jezrel, Ocozías[c] hijo de Jorán, rey de Judá, fue a visitarlo.

2Cr 22:7

Jehú mata a Ocozías

Dios había dispuesto que Ocozías muriera cuando fuera a visitar a Jorán. Tan pronto como Ocozías llegó, salió acompañado de Jorán para encontrarse con Jehú hijo de Nimsi, al que el SEÑOR había escogido para exterminar a la familia de Acab.

2Cr 22:8 Mientras Jehú ejecutaba el juicio contra la familia de Acab, se encontró con los jefes de Judá y con los parientes de Ocozías que estaban al servicio de éste, y los mató.

2Cr 22:9 Luego mandó a buscar a Ocozías, que se había escondido en Samaria; pero lo apresaron y lo llevaron ante Jehú, quien ordenó matarlo. Sin embargo, le dieron sepultura, porque decían: «Es el hijo de Josafat, que buscó al SEÑOR con todo su corazón.» Y en la familia de Ocozías no quedó nadie capaz de retener el reino.

Atalía reina en Judá

2Cr 22:10

Atalía y Joás

22:10-23:21—2R 11:1-21

Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo había muerto, tomó medidas para eliminar a toda la familia real de Judá.

2Cr 22:11 Pero Josaba,[d] que era hija del rey y esposa del sacerdote Joyadá, raptó a Joás hijo de Ocozías cuando los príncipes estaban a punto de ser asesinados. Metiéndolo en un dormitorio con su nodriza, logró esconderlo de Atalía, de modo que no lo mataron. Hizo esto porque era la hermana de Ocozías.

2Cr 22:12 Seis años estuvo Joás escondido con ellos en el templo de Dios, mientras Atalía reinaba en el país.

2 de Cronicas 23

Joás hecho rey

2Cr 23:1 En el séptimo año, el sacerdote Joyadá se armó de valor y convocó a los siguientes capitanes: Azarías hijo de Jeroán, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de Obed, Maseías hijo de Adaías, y Elisafat hijo de Zicrí.

2Cr 23:2 Éstos recorrieron todo el país convocando a los levitas de todos los pueblos de Judá y a los jefes de las familias de Israel, para que fueran a Jerusalén.

2Cr 23:3 Allí toda la asamblea reunida en el templo de Dios hizo un pacto con el rey. Joyadá les dijo: «Aquí tienen al hijo del rey. Él es quien debe reinar, tal como lo prometió el SEÑOR a los descendientes de David.

2Cr 23:4 Así que hagan lo siguiente: Una tercera parte de ustedes, los sacerdotes y levitas que están de servicio el sábado, hará la guardia en las puertas;

2Cr 23:5 otra tercera parte permanecerá en el palacio real, y la tercera parte restante ocupará la puerta de los Cimientos, mientras que todo el pueblo estará en los atrios del templo.

2Cr 23:6 Sólo los sacerdotes y levitas que estén de servicio entrarán en el templo, pues ellos están consagrados; nadie más podrá entrar. El pueblo deberá obedecer el precepto del SEÑOR.

2Cr 23:7 Arma en mano, los levitas rodearán por completo al rey; y si alguien se atreve a entrar al templo, mátenlo. ¡No dejen solo al rey, vaya donde vaya!»

2Cr 23:8 Los levitas y todos los habitantes de Judá cumplieron con todo lo que el sacerdote Joyadá les había ordenado. Cada uno reunió a sus hombres, tanto a los que estaban de servicio el sábado como a los que estaban libres, pues el sacerdote Joyadá no eximió a ninguno de los turnos.

2Cr 23:9 Éste repartió entre los capitanes las lanzas y los escudos grandes y pequeños del rey David, que estaban guardados en el templo de Dios,

2Cr 23:10 y luego colocó en sus puestos a todos. Cada uno, arma en mano, protegía al rey cerca del altar y desde el lado sur hasta el lado norte del templo.

2Cr 23:11 Luego sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona, le entregaron una copia del pacto[a] y lo proclamaron rey. Joyadá y sus hijos lo ungieron y gritaron: «¡Viva el rey!»

Atalía ejecutada

2Cr 23:12 Cuando Atalía oyó la gritería del pueblo que corría y aclamaba al rey, fue al templo del SEÑOR, donde estaba la gente.

2Cr 23:13 Allí vio al rey de pie, junto a la columna de la entrada, y a los capitanes y músicos a su lado. Toda la gente tocaba alegre las trompetas, y los cantores, acompañados de instrumentos musicales, dirigían la alabanza. Al ver esto, Atalía se rasgó las vestiduras y gritó: «¡Traición! ¡Traición!»

2Cr 23:14 Entonces el sacerdote Joyadá, como no quería que la mataran en el templo del SEÑOR, hizo que salieran los capitanes que estaban al mando de las fuerzas, y les ordenó: «¡Sáquenla de entre las filas! Y si alguien se pone de su lado, ¡mátenlo a filo de espada!»

2Cr 23:15 Así que la apresaron y la llevaron al palacio por la puerta de la caballería, y allí la mataron.

Reformas de Joiada

2Cr 23:16 Luego Joyadá hizo un pacto con toda la gente y con el rey, para que fueran el pueblo del SEÑOR.

2Cr 23:17 Entonces toda la gente fue al templo de Baal y lo derribó. Destruyeron los altares y los ídolos, y en frente de los altares degollaron a Matán, sacerdote de Baal.

2Cr 23:18 Después Joyadá apostó guardias en el templo del SEÑOR, bajo las órdenes de los sacerdotes y levitas. A éstos David les había asignado sus turnos para que ofrecieran al SEÑOR los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, y para que cantaran con gozo, como lo había ordenado David.

2Cr 23:19 También colocó porteros en la entrada del templo del SEÑOR, para que le impidieran el paso a todo el que estuviera impuro.

2Cr 23:20 Acto seguido, Joyadá, acompañado de los capitanes, los nobles, los gobernadores y todo el pueblo, llevó al rey desde el templo del SEÑOR hasta el palacio real, pasando por la puerta superior, y sentaron a Joás en el trono real.

2Cr 23:21 Todo el pueblo estaba alegre, y tranquila la ciudad, pues habían matado a Atalía a filo de espada.

2 de Cronicas 24

Joás repara el templo

2Cr 24:1

Joás, rey de Judá

24:1-14—2R 12:1-16

24:23-27—2R 12:17-21

Joás tenía siete años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén cuarenta años. Su madre era Sibia, oriunda de Berseba.

2Cr 24:2 Mientras el sacerdote Joyadá vivió, Joás hizo lo que agradaba al SEÑOR.

2Cr 24:3 Joyadá eligió dos esposas para Joás, y con ellas Joás tuvo hijos e hijas.

2Cr 24:4 Algún tiempo después, Joás decidió reparar el templo del SEÑOR.

2Cr 24:5 Reunió a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo: «Vayan por las ciudades de Judá y recojan dinero de todos los israelitas, para reparar cada año el templo de su Dios. Háganlo inmediatamente.» Sin embargo, los levitas fueron negligentes.

2Cr 24:6 Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Joyadá y le dijo: «¿Por qué no has presionado a los levitas para que vayan y recojan en Judá y en Jerusalén la contribución que Moisés, siervo del SEÑOR, y la asamblea de Israel impusieron para la Tienda del pacto?»

2Cr 24:7 Resulta que la malvada de Atalía y sus hijos habían destrozado el templo de Dios, y hasta habían ofrecido a los baales los objetos sagrados del templo del SEÑOR.

2Cr 24:8 Por eso el rey ordenó que se hiciera un cofre y se colocara afuera, junto a la puerta del templo del SEÑOR.

2Cr 24:9 Luego mandó que se pregonara por Judá y Jerusalén que trajeran al SEÑOR la contribución que Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado a Israel en el desierto.

2Cr 24:10 Todos los jefes y todo el pueblo llevaron alegremente sus contribuciones, y las depositaron en el cofre hasta llenarlo.

2Cr 24:11 Los levitas llevaban el cofre a los funcionarios del rey, para que lo examinaran. Cuando veían que había mucho dinero, se presentaban el secretario real y un oficial nombrado por el sumo sacerdote y, luego de vaciar el cofre, volvían a colocarlo en su lugar. Esto lo hacían todos los días, y así recogieron mucho dinero.

2Cr 24:12 El rey y Joyadá entregaban el dinero a los que supervisaban la restauración del templo del SEÑOR, y éstos contrataban canteros, carpinteros, y expertos en el manejo del hierro y del bronce, para repararlo.

2Cr 24:13 Los supervisores de la restauración trabajaron diligentemente hasta terminar la obra. Repararon el templo del SEÑOR y lo dejaron en buen estado y conforme al diseño original.

2Cr 24:14 Cuando terminaron, le llevaron al rey y a Joyadá el dinero que sobró, y éstos lo utilizaron para hacer utensilios para el templo del SEÑOR: utensilios para el culto y para los holocaustos, y cucharones y vasos de oro y de plata. Todos los días, mientras Joyadá vivió, se ofrecieron holocaustos en el templo del SEÑOR.

2Cr 24:15 Pero Joyadá envejeció, y murió muy anciano. Cuando murió, tenía ciento treinta años.

2Cr 24:16 Fue sepultado junto con los reyes en la Ciudad de David, porque había servido bien a Israel y a Dios y su templo.

2Cr 24:17

Depravación de Joás

Después de que Joyadá murió, los jefes de Judá se presentaron ante el rey para rendirle homenaje, y él escuchó sus consejos.

2Cr 24:18 Abandonaron el templo del SEÑOR, Dios de sus antepasados, y adoraron las imágenes de Aserá y de los ídolos. Debido a este pecado, la ira de Dios cayó sobre Judá y Jerusalén.

2Cr 24:19 El SEÑOR les envió profetas para que los exhortaran a volver a él, pero no les hicieron caso.

La traición de Joás

2Cr 24:20 El Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joyadá, y éste, presentándose ante el pueblo, declaró: «Así dice Dios el SEÑOR: ¿Por qué desobedecen mis mandamientos? De ese modo no prosperarán. Como me han abandonado, yo también los abandonaré.»

2Cr 24:21 Pero ellos conspiraron contra Zacarías hijo de Joyadá y, por orden del rey, lo mataron a pedradas en el atrio del templo del SEÑOR.

2Cr 24:22 Así fue como el rey Joás, no tomando en cuenta la bondad de Joyadá, mató a su hijo Zacarías, quien al morir dijo: «¡Que el SEÑOR vea esto y te juzgue!»

Joás asesinado

2Cr 24:23 Al cabo de un año, las tropas sirias marcharon contra Joás, invadieron Judá y Jerusalén y, después de matar a los jefes del pueblo, enviaron todo el botín al rey de Damasco.

2Cr 24:24 Aunque el ejército sirio era pequeño, el SEÑOR permitió que derrotara a un ejército muy numeroso, porque los habitantes de Judá habían abandonado al SEÑOR, Dios de sus antepasados. De esta manera Joás recibió el castigo que merecía.

2Cr 24:25 Cuando los sirios se retiraron, dejando a Joás gravemente herido, sus servidores conspiraron contra él y lo mataron en su propia cama, vengando así la muerte del hijo del sacerdote Joyadá. Luego lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en el panteón de los reyes.

2Cr 24:26 Los que conspiraron contra Joás fueron Zabad hijo de Simat el amonita, y Jozabad hijo de Simrit el moabita.

2Cr 24:27 Todo lo relacionado con los hijos de Joás, con las muchas profecías en su contra y con la restauración del templo de Dios, está escrito en el comentario sobre el libro de los reyes. Su hijo Amasías lo sucedió en el trono.

Salmo 76

¿Y quién podrá estar en pie delante de ti?

Sal 76:1

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Salmo de Asaf. Cántico.

Dios es conocido en Judá; su nombre es exaltado en Israel.

Sal 76:2 En Salén se halla su santuario; en Sión está su morada.

Sal 76:3 Allí hizo pedazos las centelleantes saetas, los escudos, las espadas, las armas de guerra. Selah

Sal 76:4 Estás rodeado de esplendor; eres más imponente que las montañas eternas.[a]

Sal 76:5 Los valientes yacen ahora despojados; han caído en el sopor de la muerte. Ninguno de esos hombres aguerridos volverá a levantar sus manos.

Sal 76:6 Cuando tú, Dios de Jacob, los reprendiste, quedaron pasmados jinetes y corceles.

Sal 76:7 Tú, y sólo tú, eres de temer. ¿Quién puede hacerte frente cuando se enciende tu enojo?

Sal 76:8 Desde el cielo diste a conocer tu veredicto; la tierra, temerosa, guardó silencio

Sal 76:9 cuando tú, oh Dios, te levantaste para juzgar, para salvar a los pobres de la tierra. Selah

Sal 76:10 La furia de Edom se vuelve tu alabanza; lo que aún queda de Jamat se vuelve tu corona.[b]

Sal 76:11 Hagan votos al SEÑOR su Dios, y cúmplanlos; que todos los países vecinos paguen tributo al Dios temible,

Sal 76:12 al que acaba con el valor de los gobernantes, ¡al que es temido por los reyes de la tierra!