Día 166
Lee la Biblia: Cantares
Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de Cantar de los cantares, que analiza el diseño literario del libro y su flujo de pensamiento. El Cantar delos Cantares es una colección de antiguos poemas de amor israelitas que celebran la belleza y el poder del amor y el deseo sexual como regalos de Dios.
Cnt 1:1
Cantar de los cantares[a] de Salomón.
Primer Canto
La novia confiesa su amor
Cnt 1:2
La amada
Ah, si me besaras con los besos de tu boca[b] ... ¡grato en verdad es tu amor, más que el vino!
Cnt 1:3 Grata es también, de tus perfumes, la fragancia; tú mismo eres[c] bálsamo fragante. ¡Con razón te aman las doncellas!
Cnt 1:4 ¡Hazme del todo tuya![d] ¡Date prisa! ¡Llévame, oh rey, a tu alcoba!
Los amigos
Regocijémonos y deleitémonos juntos, celebraremos tus caricias más que el vino. ¡Sobran las razones para amarte!
Cnt 1:5
La amada
Morena soy, pero hermosa, hijas de Jerusalén; morena como las carpas de Cedar, hermosa como los pabellones de Salmá.[e]
Cnt 1:6 No se fijen en mi tez morena, ni en que el sol me bronceó la piel. Mis hermanos se enfadaron contra mí, y me obligaron a cuidar las viñas; ¡y mi propia viña descuidé!
Cnt 1:7 Cuéntame, amor de mi vida, ¿dónde apacientas tus rebaños?, ¿dónde a la hora de la siesta[f] los haces reposar? ¿Por qué he de andar vagando[g] entre los rebaños de tus amigos?
Salomón y su novia se deleitan mutuamente
Cnt 1:8
Los amigos
Si no lo sabes, bella entre las bellas, ve tras la huella del rebaño y apacienta a tus cabritos junto a las moradas de los pastores.
Cnt 1:9
El amado
Tú y tus adornos, amada mía, me recuerdan a las yeguas enjaezadas de los carros del faraón.
Cnt 1:10 ¡Qué hermosas lucen tus mejillas entre los pendientes! ¡Qué hermoso luce tu cuello entre los collares!
Cnt 1:11 ¡Haremos para ti pendientes de oro con incrustaciones de plata!
Cnt 1:12
La amada
Mientras el rey se halla sentado a la mesa, mi perfume esparce su fragancia.
Cnt 1:13 Mi amado es para mí como el saquito de mirra que duerme entre mis pechos.
Cnt 1:14 Mi amado es para mí como un ramito de azahar[h] de las viñas de Engadi.
Cnt 1:15
El amado
¡Cuán bella eres, amada mía! ¡Cuán bella eres! ¡Tus ojos son dos palomas!
Cnt 1:16
La amada
¡Cuán hermoso eres, amado mío! ¡Eres un encanto!
El amado
Una alfombra de verdor es nuestro lecho,
Cnt 1:17 los cedros son las vigas de la casa y nos cubre un techo de cipreses.
Cantares 2
Cnt 2:1
La amada
Yo soy una rosa de Sarón, una azucena de los valles.
Cnt 2:2
El amado
Como azucena entre las espinas es mi amada entre las mujeres.
Cnt 2:3
La amada
Cual manzano entre los árboles del bosque es mi amado entre los hombres. Me encanta sentarme a su sombra; dulce a mi paladar es su fruto.
Cnt 2:4 Me llevó a la sala del banquete, y sobre mí enarboló su bandera de amor.
Cnt 2:5 ¡Fortalézcanme con pasas, susténtenme con manzanas, porque desfallezco de amor!
Cnt 2:6 ¡Ojalá pudiera mi cabeza reposar sobre su izquierda! ¡Ojalá su derecha me abrazara!
Cnt 2:7
El amado
Yo les ruego, mujeres de Jerusalén, por las gacelas y cervatillas del bosque, que no desvelen ni molesten a mi amada hasta que ella quiera despertar.
La novia enamorada de su amado
Cnt 2:8
Segundo Canto
La amada
¡La voz de mi amado! ¡Mírenlo, aquí viene!, saltando por las colinas, brincando por las montañas.
Cnt 2:9 Mi amado es como un venado; se parece a un cervatillo. ¡Mírenlo, de pie tras nuestro muro, espiando por las ventanas, atisbando por las celosías!
Cnt 2:10 Mi amado me habló y me dijo: «¡Levántate, amada mía; ven conmigo, mujer hermosa!
Cnt 2:11 ¡Mira, el invierno se ha ido, y con él han cesado y se han ido las lluvias!
Cnt 2:12 Ya brotan flores en los campos; ¡el tiempo de la canción ha llegado! Ya se escucha por toda nuestra tierra el arrullo de las tórtolas.
Cnt 2:13 La higuera ofrece ya sus primeros frutos, y las viñas en ciernes esparcen su fragancia. ¡Levántate, amada mía; ven conmigo, mujer hermosa!»
Cnt 2:14
El amado
Paloma mía, que te escondes en las grietas de las rocas, en las hendiduras de las montañas, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; pues tu voz es placentera y hermoso tu semblante.
Cnt 2:15
El amado y la amada
Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor.
Cnt 2:16
La amada
Mi amado es mío, y yo soy suya; él apacienta su rebaño entre azucenas.
Cnt 2:17 Antes de que el día despunte y se desvanezcan las sombras, regresa a mí, amado mío. Corre como un venado, como un cervatillo por colinas escarpadas.[a]
Cantares 3
El sueño de la novia
Cnt 3:1 Por las noches, sobre mi lecho, busco al amor de mi vida; lo busco y no lo hallo.
Cnt 3:2 Me levanto, y voy por la ciudad, por sus calles y mercados, buscando al amor de mi vida. ¡Lo busco y no lo hallo!
Cnt 3:3 Me encuentran los centinelas mientras rondan la ciudad. Les pregunto: «¿Han visto ustedes al amor de mi vida?»
Cnt 3:4 No bien los he dejado, cuando encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo y, sin soltarlo, lo llevo a la casa de mi madre, a la alcoba donde ella me concibió.
Cnt 3:5
El amado
Yo les ruego, mujeres de Jerusalén, por las gacelas y cervatillas del bosque, que no desvelen ni molesten a mi amada hasta que ella quiera despertar.
Salomón llega para la boda
Cnt 3:6
Tercer Canto
El coro
¿Qué es eso que sube por el desierto semejante a una columna de humo, entre aromas de mirra e incienso, entre exóticos perfumes?[a]
Cnt 3:7 ¡Miren! ¡Es el carruaje de Salomón! Viene escoltado por sesenta guerreros, escogidos entre los más valientes de Israel.
Cnt 3:8 Todos ellos portan espadas, y han sido adiestrados para el combate; cada uno lleva la espada al cinto por causa de los peligros de la noche.
Cnt 3:9 Salomón mismo se hizo el carruaje con finas maderas del Líbano.
Cnt 3:10 Hizo de plata las columnas, y de oro los soportes. El asiento lo tapizó de púrpura, y su interior fue decorado con esmero por las hijas de Jerusalén.
Cnt 3:11 ¡Salgan, mujeres de Sión! ¡Contemplen al rey Salomón! ¡Lleva puesta la corona que le ciñó su madre el día en que contrajo nupcias, el día en que se alegró su corazón!
Cantares 4
Salomón admira la belleza de su novia
Cnt 4:1
El amado
¡Cuán bella eres, amada mía! ¡Cuán bella eres! Tus ojos, tras el velo, son dos palomas. Tus cabellos son como los rebaños de cabras que retozan en los montes de Galaad.
Cnt 4:2 Tus dientes son como ovejas recién trasquiladas, que ascienden luego de haber sido bañadas. Cada una de ellas tiene su pareja; ninguna de ellas está sola.
Cnt 4:3 Tus labios son cual cinta escarlata; tus palabras me tienen hechizado. Tus mejillas, tras el velo, parecen dos mitades de granadas.
Cnt 4:4 Tu cuello se asemeja a la torre de David, construida con piedras labradas; de ella penden mil escudos, escudos de guerreros todos ellos.
Cnt 4:5 Tus pechos parecen dos cervatillos, dos crías mellizas de gacela que pastan entre azucenas.
Cnt 4:6 Antes de que el día despunte y se desvanezcan las sombras, subiré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso.
Cnt 4:7 Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno.
Cnt 4:8 Desciende del Líbano conmigo, novia mía; desciende del Líbano conmigo. Baja de la cumbre del Amaná, de la cima del Senir y del Hermón. Baja de las guaridas de los leones, de los montes donde habitan los leopardos.
Cnt 4:9 Cautivaste mi corazón, hermana y novia mía, con una mirada de tus ojos; con una vuelta de tu collar cautivaste mi corazón.
Cnt 4:10 ¡Cuán delicioso es tu amor, hermana y novia mía! ¡Más agradable que el vino es tu amor, y más que toda especia la fragancia de tu perfume!
Cnt 4:11 Tus labios, novia mía, destilan miel; leche y miel escondes bajo la lengua. Cual fragancia del Líbano es la fragancia de tus vestidos.
Cnt 4:12 Jardín cerrado eres tú, hermana y novia mía; ¡jardín cerrado, sellado manantial!
Cnt 4:13 Tus pechos[a] son un huerto de granadas con frutos exquisitos, con flores de nardo y azahar;
Cnt 4:14 con toda clase de árbol resinoso,[b] con nardo y azafrán, con cálamo y canela, con mirra y áloe, y con las más finas especias.
Cnt 4:15 Eres fuente de los jardines, manantial de aguas vivas, ¡arroyo que del Líbano desciende!
Juntos en el jardín del amor
Cnt 4:16
La amada
¡Viento del norte, despierta! ¡Viento del sur, ven acá! Soplen en mi jardín; ¡esparzan su fragancia! Que venga mi amado a su jardín y pruebe sus frutos exquisitos.
Salmo 11
El Señor está en su santo templo
Sal 11:1
Al director musical. Salmo de David.
En el SEÑOR hallo refugio. ¿Cómo, pues, se atreven a decirme: «Huye al monte, como las aves»?
Sal 11:2 Vean cómo tensan sus arcos los malvados: preparan las flechas sobre la cuerda para disparar desde las sombras contra los rectos de corazón.
Sal 11:3 Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué le queda al justo?
Sal 11:4 El SEÑOR está en su santo templo, en los cielos tiene el SEÑOR su trono, y atentamente observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina.
Sal 11:5 El SEÑOR examina a justos y a malvados, y aborrece a los que aman la violencia.
Sal 11:6 Hará llover sobre los malvados ardientes brasas y candente azufre; ¡un viento abrasador será su suerte!
Sal 11:7 Justo es el SEÑOR, y ama la justicia; por eso los íntegros contemplarán su rostro.